Entré en la taberna con cara de mala leche y me dirigí directa a la barra. Dhuran se quedó a los pies de mi silla con el pelo erizado y vigilando a cualquier cosa que se moviera en el establecimiento.
-Trae algo de hielo y un trapo, por favor- le pedí al camarero. Dhuran, en ese momento, empezó a gruñir cada vez más alto a un tipo que había también en la barra, por lo que supuse que era un vampiro. Acaricié la cabeza de mi lobo para que se calmara y el camarero llegó en ese momento con el hielo envuelto en un trapo-. Gracias.
Tomé el hielo con la izquierda y me lo puse en el hombro derecho, soltando un quejido que sonó a "puñ*etera rata aérea".