El laberinto

Ese día salí de mi habitación en la que había cientos de libros esparcidos por el suelo, porque necesitaba bastante tomar el aire,y salí a los jardines exteriores.


Últimamente el limbo estaba bastante silencioso,y no me gustaba demasiado,pero no le podía hacer nada,además hacía mucho que no veía a
y era uno de los pocos con los que mas conversaba.

Caminé un poco y llegué a una especie de laberinto que no había visto antes,y me paré en la entrada bastante sorprendida,aquello era bastante extraño.

Me adentré un poco y miré el cielo,hoy parecía avecinarse tormenta.

Nos encontramos con un laberinto enorme y me quedé completamente sorprendido. ¿Te apetece entrar Robert? -dije a mi amigo animadamente. La verdad que sí que me apetecía entrar.
Como quieras, pero no te voy a sacar de ahí si te pierdes. -dijo en tono arisco, como siempre.

A mitad del camino,sentí un aura que no conocía adentrándose en el laberinto,pero sabía que era un ángel caído, así que seguí caminando algo distraída.

¿Quien sería?,tal vez alguien nuevo,o tal vez no.

Entramos en el laberinto y pensé que quizás había alguien dentro.

¿Hola? -grité por si alguien me oía.

Hay una caída Samuel, siempre tan torpe -dijo Robert mientras me guiaba.

Cállate y camina.

Me giré con cara de curiosidad,notaba algo extraño en aquella aura, pero seguía sin saber de quien se trataba.

No contesté, pero me quede parada en ese lugar a la espera de que dicha persona llegara.

Muy bien Robert, demos la vuelta que te has equivocado. -dije porque desde mi posición solo veía una pared que ocultaba el camino.

Ven -dijo y, no se como, encontró un pequeño camino oculto y, tras salir de aquella senda, nos encontramos con una caída que al parecer esperaba a alguien.

Hola -dije feliz.

Mi cara se calmo un poco.


-Hola..creo haberte visto antes,pero..por muy poco tiempo-sonreí,me encantaba que hubiera gente por el limbo,pues casi siempre estabamos pocos.

Yo soy Kaede, cual es tu nombre?-dije aun sonriendo,mientras el viento movía alguna de las ojas que estaban posadas a nuestros pies.

Yo soy Samuel, y este es Robert. No habla mucho. -dije señalando a mi compañero.

¿Qué haces por aquí sola?

Hice una pequeña inclinación a modo de saludo para Samuel,y para quien el decía llamarse Robert. Aurora me había hablado acerca de este angel caído y sabía a que se refería.

-No sabía que había un laberinto,y como me encantan,decidí adentrarme en el-dije sonriente.

Y vosotros?

Nos lo hemos encontrado y hemos decidido entrar

Yo no quería.

Ya bueno, le he obligado a entrar. -dije riendome.

Más quisieras

Parece que os divertís bastante los dos juntos-dije sarcásticamente mientras soltaba una pequeña risa.

Si, muchísimo. Además no habla con nadie, es muy reservado y eso no me gusta -dije sin mirarle.

-Me pregunto por que será así-dije mirando a Samuel.

Yo también me lo pregunto. Bueno si quieres podemos seguir andando dentro de este grandioso laberinto. Pero quizás haya animales peligrosos... o hechizos de brujos malvados y magos luchando contra ellos. Y si hay algún demonio y ángel luchando dentro? Bueno no porque seguimos estando dentro del lim... -dije claramente emocionado.

Cállate ya que me duele la cabeza -me dijo Robert de mal humor.

Perdon -dije sonrojado. Me dejaba llevar muy amenudo.

-Le cogí del brazo suavemente,pero tirando con energía de el y mi cara dibujo una enorme sonrisa.

-Al fin alguien con buena imaginación!!-dije mientras ambos empezábamos a caminar.-Sabes?, a mi me encantaría encontrar dentro un dragón-dije poniendo el dedo indice hacia arriba mientras hablaba y sonriendo-y al ser posible,de escamas azules,puestos a imaginar-le guiñé amistosamente un ojo.

Me encantan los dragones. Si vemos uno intentaré domesticarle y me le quedo. Pero que eche mucho fuego y unas enormes alas. -dije muy feliz mientras seguíamos andando.

-Sería bastante divertido,me dejarías cuidar de él a mi también?-dije mientras recorríamos el laberinto.

Claro, pero no te pases. Vamos al 50 por ciento vale? -dije siguiendo su camino.

Me parece bien-dije sonriendo.



Tras haber caminado un rato,empezamos a adentrarnos en una extraña niebla muy grisácea,y me fui parando un poco preguntándome de donde había salido esta. Acaso era tan extenso el laberinto?