Alarmado por un sentimiento extraño

Habia estado rondando por los bosques, como de costumbre, cuando algo sacudió mi cuerpo. No tenia idea de que era pero algo iba realmente mal. Miré hacia todas las direcciones, no sabia que sucedia, no sabia quien estaba mal, pero algo pasaba, y era una persona muy proxima a mi. Eché a correr hasta llegar a mi reino, lo rebusqué por completo, pero nada, algo faltaba, Ian no estaba por ninguna parte y la sacudida volvió a golpearme como si de un martillo se tratara. Me dejé guiar por mi instinto, y activé mi sentido de rastreo. Era muy dificil localizar a Ian al ser un rey, pero habia un gran vinculo entre nosotros, y entre eso y mis sentidos de licantropo (olfato, oido...) y que conocia bastante bien las tierras y sabía interpretar pisadas y demás me costaría un poco menos. Me llevó unas horas lograr encontrar la pista. Todo me llevó hasta las puertas del infierno. Quedé patidifuso.

-¿Que demonios...?!-nunca mejor dicho. Aullé alto, tan alto que seguramente se me escuchó por todo el infierno. Casi casi sonó como un rugido. Sabia que Ian estaba ahí, tenia la esperanza de que me escuchara. No me iba a marchar sin él. No sabia por qué estaba allí, pero sentía que no se encontraba bien.

El ambiente me ponía los pelos de punta, la oscuridad no era precisamente de mi agrado.

-Abrid las puertas!-grité, pegando un golpe el el suelo haciendo retumbar un poco esa zona concreta

OFF: puedo abrir este tema? si no lo borro

OFF: Si quieres meterte en el reino de los demonios tú misma, pero ya sabes qué es lo que puede pasar xD

Las puertas se abrieron, pero no para que entrase Andrew, si no porque salía yo. Según di el primer paso fuera de aquel lugar me senté en el suelo con las manos en la cara derrumbado. Kaede había muerto, o no, pero lo cierto es que la Kaede que conocía no estaba por ningún lado, no conseguía captarla ni olerla. Estaba vacío.

vi como las puertas se abrian, preparado para enfrentarme a lo que fuera que se me pusiera por delante. Entonces vi a ian, su olor desolador me afectó incluso a mi, palidecí y corrí hacia él.

-Ian! que ha pasado??-dije, cogiendole, arrodillado junto a el.

Sentí como alguien se acercaba a mí pero no tenía fuerzas para olerle.
Es Kaede, no está. No la huelo ni la siento. Siempre la he sentido. Su aura de caída con tintes luminosos no está entiendes? -dije sin quitarme las manos de la cara para mirar a quién hablaba. Sorprendente era Andrew pero no me detuve a pensar que hacía ahí. Mira busca, huélela, rastréala. No está. -dije desesperado mientras unas lágrimas caían por mi mejilla.

No daba credito a lo que oia. Le alcé la mirada rapidamente, cogiendole por el cuello de la camisa y acercandole a mi.

-Que la han echo??-dije, con una mezcla de cabreo, preocupacion e ira

De repente recordé todo lo que había sucedido en la cueva. Fue Salem, o algo que decía ser el. Destruyó otra piedra y si hubiese matado a Wataru y hubiese cogido la bolsa quizás Kaede estuviese viva. -dije lamentándome de haber sido tan lento. Los demonios la curaban pero ha muerto. Huélela. -insisití.

Eché la cabeza hacia atras, boquiabierto, no podia creerme algo asi. Cerré los ojos y comencé a buscar el olor de kaede por todas partes; ni modo...
Los abrí, entonces miré con odio las puertas del infierno.

-Está ahi dentro?-mostré los dientes y con ellos, los colmillos

Dentro está Wataru y Aspicious, que por cierto me ha hechado del infierno... Si preguntas por Salem no, no está. Dentro solo hay demonios y una caída pero no es Kaede. -dije mientras seguía lamentándome.

Quedé unos segundos pensativo, entonces tiré fuerte de él y le puse en pie.

-Vamonos, quiero que me cuentes al detalle lo que ha pasado, y este no es el mejor sitio. Despues veremos que hacemos con kaede

Aullé lo más fuerte que pude antes de ponernos en marcha. Cerré los ojos y suspiré. No podía hacer nada por cambiar aquel hecho que me mataba por dentro.

-Vamos!-tiré de él, y comenzamos a correr marchandonos del reino

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