hablando de paz

-aurora?-pregunte cautelosa abriendo minimamente la puerta, no sabia exactamente como reaccionaria ante la visita de visita del angel, nunca la habia visto tratar con alguno, pero era para pactar una paz, aquello debia ser bueno-soy dana y traigo visita, podemos pasar?

El abrazo fue algo inesperado,pero no mal recibido,exceptuando mi desconfianza hacia la gente nueva,algo inevitable.

Las seguí con curiosidad,pero sabía que debía advertirlas de algo,aun que para cuando quise hacerlo,ya nos encontrábamos en la sala de Aurora.

Medite unos instante,tal vez los rumores que se escuchaban en en Limbo no fueran ciertos,pero..y si lo eran?

Esperé a ver como se desarrollaban los acontecimientos en silencio.

Me encontraba oculta tras Dana, agachada, ya que soy un poco más alta que Dana, para que no me viera repentinamente la Reina. Podía ser peligroso, pero tenía que continuar esto. Ya no hay vuelta atrás, debo estrechar lazos entre nosotros. Una gran puerta de madera se imponía ante nosotras. Dana llamó a la puerta, esperando una respuesta por parte de la señora o señorita Aurora. En poco tiempo, noté energía negativa a mi alrededor. Me giré y observé a Kaede con cara preocupada. Estaba divagando, y no pareció muy contenta de que estuviera allí. Podría ser peligroso. Me acerqué a ella, aún agachada para pasar desapercibida, y le susurré con una sonrisa dibujada en mi rostro, que no era demasiado marcada.

¿Ocurre algo, querida? Le noto preocupada, señorita. ¿Hay quizás algo de lo que quieras advertirme?

Me quedé esperando a que respondiera. Mis manos estaban en ese momento un poco frías, por lo que preferí no tomarle sus manos. Me encontraba un poco nerviosa, si la actitud de un ángel caído era esa ante esto, no daba un buen presagio.

-Algo tarde..-me limité a decir,pues ya nos encontrábamos allí,pero mi mirada trato de reconfortarla lo máximo que pude,no quería preocuparla demasiado.

off: esperar a aurora hombre, no nos pongamos a hablar en la puerta xD

off: gracias, Dana xD
on:

Salí a recibir a las recién llegadas con gesto bastante serio. Como de costumbre, mi aura estaba suprimida y no llevaba nada demasiado llamativo. Las saludé cordialmente y me aparté.
-Pasad, por favor- dije. Mi tono no era cálido pero tampoco llegaba a ser cortante.

Hice una reverencia para todas,y me di media vuelta. En el fondo deseé suerte a la nueva Reina.

OFF Yo precisamente por eso no escribí más, jejeje. Bueno, allá vamos.

ON
Me interné, tras Dana, en el gigantesco despacho de la Reina. Tenía un aspecto semi oscuro semi claro. No sabía bien cómo situar esa mezcla especial de grises, blancos y negros. Me acerqué lentamente a la mesa, con las manos entrelazadas delante de mi cuerpo. Me detuve al ver a la ya afamada Aurora. Parecía más cercana a mi de lo que pensaba, mas su tono que invitó a pasar no me daba buen presagio. Apreté más mis dedos de las manos. En un tono bajo y tímido, me dirigí a ella.

Siento molestarla, excelencia, irrumpiendo en su reino de esta manera. Pero me encantaría hablar de un asunto de gran importancia ante vos. Soy Amy Sunie... Corté la frase a la mitad. No me atreví a decir que era un ángel, pues no sabía si eso le molestaría, indignaría o qué le provocaría.

Me situé tras la mesa y apoyé los brazos en ella. La observé atentamente y entrecerré mis ojos azules.
-Dado que ya sabes quien soy, te ahorraré las presentaciones- respondí-. Tu nivel es el de una reina, pero tu rostro no me resulta familiar y no me han llegado nuevas de que haya habido un cambio en el trono del Cielo, así que deduzco que eres la reina de los ángeles renegados. Si es así, puedes tutearme y tratarme de igual a igual. Por cierto, te agradecería que fueras concisa, ¿qué te trae a mi reino?- pregunté con el mismo tono. No me agradaba la presencia de un ángel en mi reino, y menos un alto cargo, por renegado que fuese.

entre detras de amy y me situe a la izquierda de aurora, cerca de la pared, en una pequeña silla auxiliar para poder escuchar bien toda la conversacion, me cruce de piernas y sonrei timidamente al angel, sabia el miedo que podia llegar a infundir aurora

Cerré los ojos, para poder escuchar con más eficacia lo que decía. Cuando terminó, el destello esmeralda de mis ojos salió de bajo mis párpados. En tono serio, respondí a sus preguntas, pero intentando mantener la mayor formalidad posible, aunque su cierta sequedad se quiso imponer ante mis palabras. Me pidió que le tuteara, no me negaría a ello.

De acuerdo, Aurora. Me has cazado al vuelo, soy Reina Renegada, aunque algo me dice que no por mucho tiempo. En fin, voy al grano, el caso es que he venido hasta aquí para aliarme con vosotros. Mi objetivo es formar conjunciones con las razas, empezando por las menos anegadas, como la vuestra. Espero que no sea molestia mi presencia, pues tengo entendido que no gustais todos vosotros de la presencia de ángeles

Me incorporé y fruncí el entrecejo. Me figuraba que venía a algo así.
-Desgraciadamente, yo soy una de esas personas a quienes los ángeles no causan agrado precisamente. No me aliaré con ningún miembro ni representante de vuestra raza, y tampoco puedo garantizarte el cumplimiento de un tratado de paz- dije fríamente-. Siento que tu viaje hasta aquí haya sido en vano.

Fruncí el ceño, un poco decepcionada. Mas no me rendiría a las primera de cambio. Todavía podía insistir un poco más. En tono menos dulce que el anterior, intenté sonsacarle algo más...afirmativo.

Mi viaje no ha sido en vano, puesto que al menos ya me conoceis. Que no le quepa duda que no me detendré en esto. Lo volveré a intentar nuevamente. Ah, y antes de irme, le voy a dejar algo que quiero que tenga

Introduje mi brazo en el cuello del vestido por la espalda, y saqué una flecha blanca, con la punta de hueso, y las plumas de paloma. La sostuve entre mis manos, y la dejé sobre la mesa, observando a Aurora todavía sin la alegría que solía inundarme.

Quiero que tenga esto, no me olvide. Volveré. Esto no será el fin Tras responder a su frialdad de palabras, retrocedí unos pasos, y me acerqué a la puerta con paso lento y solemne. Agaché la cabeza, observando las baldosas de mármol grisáceo que adornaban el lugar.Tomé el picaporte con la mano, y me decidí a salir. Pero antes, me quedé ahí un poco por si decía algo con intención de detenerme

-Puedes intentarlo cuantas veces gustes. Mi respuesta no va a cambiar- repliqué con el mismo tono frío que llevaba empleando durante toda la conversación. Me crucé de brazos y esperé a que se marchara.

Apreté los puños al oírla responderme. No quería nada por el estilo ni en pintura. Pero no desistiría. Las cosas intentaría que cambiasen, y lo lograré, con la ayuda necesaria.Se me ha ourrido algo interesante...jejejejeje. Por el momento me iré, por el momento..
Giré el picaporte con lentitud, y abrí la puerta. En voz baja, me despedí, rechinando los dientes mientras lo hacía

gr...buenos días...Nos veremos...

Traspasé la puerta, y di un portazo que resonó en la sala. Continué por el largo pasillo grisáceo, y me detuve en una esquina. Me di la vuelta, velozmente, y observé la puerta, esperando que Dana saliera, y viniese hacia mi. Una fría brisa me atravesó la espalda. Un escalofrío que salió del final de mi espalda subió hasta mi cuello, y me provocó un espasmo. Temblé levemente de frío. No parecía este un lugar muy acogedor. Continué esperando hasta que Dana saliera de allí, si lo hacía.

Relajé mi postura en cuanto el ángel salió y me rasqué los lagrimales con una mano.
-¿Querías algo más, Dana?- pregunté en tono más suave, girándome a mirarla.

- no eso era todo, solo escoltaba al angel para evitar disturbios- incline la cabeza a modo de saludo y me dirigi a la puerta, un instante antes de salir cambie de idea y retroci mis propios pasos- aurora, puedo preguntar que planeas respecto a las piedras?-me apoye en la pared y me rasque la sien, pensativa, aun tenia que acompañar a la reina asta la puerta, pero la curiosidad me podia

-¿Las piedras?- Por un momento fruncí el ceño, confusa-. Ah, vale, las piedras. Pues no lo sé exactamente. Supongo que ordenaré a mis comandantes que entrenen a las escuadras con más ahínco que antes. Y por otro lado, voy a intentar mover hilos para localizar a Salem. Cuanto antes confirmemos si es él o no, menos sorpresas nos llevaremos en combate.

muchas gracias aurora- incline la cabeza y salir por la puerta, en busca de amy, la respuesta de aurora habia sido escueta, aun asi siempre venia bien saber los movimientos de las personas.

cuando llege al lado de amy le puse una mano en el hombro- no decaigas, a sido tu primer intento- la sonrei

Vi acercarse a una figura conocida. Dana me colocó su mano en mi hombro, y me dedicó unas palabras alentadoras. Mas yo estaba decepcionada por la negativa de cooperación de Aurora. Un ligero suspiro nostálgico se escapó de mi boca, y cerré levemente los ojos. Con voz baja, respondí a sus palabras.

Sí...la próxima insistiré más insistentemente

Levanté la cabeza, y pude ver que mostraba una gran sonrisa en sus labios. Esbocé una sonrisa amable poco marcada, y tras eso, me lancé a sus brazos, y rodeé su cuerpo con mis brazos. Apoyé la cabeza en su hombro levemente, y en voz baja, le hablé dulcemente.

Muchas gracias por ayudarme en esto. Prometo que no desistiré, y lo intentaré nuevamente, otro día. Y si no...tengo un plan...

Al terminar con esas palabras, una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro. Era una sonrisa dulce, pero parecía ligeramente maliciosa, pero no se podía apenas vislumbrar esa malicia. En pocos segundos, aflojé mis brazos, y me alejé un paso de ella. Dibujé una sonrisa dulce y azucarada, mientras cerraba los ojos. Levanté una mano, con el dedo índice extendido, señalando al techo, y con dulce tono de voz, exclamé.

Bueno ¿Y qué tal si nos vamos de aquí, querida?

-deacuerdo, si quieres te acompaño al porton mas cercano- empeze a andar por los pasillos en direccion a la puerta aun con la mano en su hombro

Una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro, que mostraba amabilidad y dulzura. Me encantaba que la gente fuera así de atenta conmigo, y más siendo alguien que podría haberme odiado desde el principio, cosa que no fue así, por fortuna. Comenzamos a caminar juntas por los pasillos, en dirección a la puerta más cercana. Ella seguía teniendo su mano en mi hombro. Estaba un poco cálida, pero no demasiado. Giré con lentitud mi cabeza hacia ella, y le dediqué una amplia sonrisa, con los ojos cerrados, mostrando cierta inocencia y calma.

No desistiré en mis objetivos, jejeje

Una risita dulce, aniñada y ligeramente inocente escapó de mi boca, mientras seguíamos caminando hacia la salida. Un viento, ahora un poco más cálido, se paseó entre nosotras, haciendo que bailase mi vestido al viento, y mi cabello ondease. Un ligero olor a flores acompañaba ese viento tibio que nos rodeaba. Desprendía una fragancia parecida a las rosas. Las rosas...tan bellas...y tan espinosa. Es una flor que tiene doble sentido. Es bella y desprende una fragancia sin igual...pero también es una flor que se defiende, que se muestra reaccia al mundo.

Inspiré profundamente, llenando mis pulmones de esa fragancia suave y dulce. Estaba ahora más contenta que cuando abandoné el despacho de Aurora.

-esta bien perseguir tus sueños, ay que tratar de cumplirlos no?- comente cuando ya casi habiamos llegado al porton-no desistas de los tuyos- abri la puerta lo suficiente para poder salir y permani alli quieta son una sonrisa

Me acerqué a la puerta, y pasé a través del hueco que quedó libre. Es cierto que los sueños hay que cumplirlos...intentarlos...y uno de ellos era completar el de mi madre...lo conseguiría...espero. Traspasé el hueco, y me fijé en el rostro de Dana, alegre y sonriente. Esbocé una dulce sonrisa, profundamente alegre, y dirigí una amable mirada, con los ojos completamente abiertos hacia ella.

Tienes razón...cumpliré mis sueños...sinceramente, espero que tú también puedas completar los tuyos

Cerré los ojos, y le dediqué una sonrisa cálida a Dana. Mientras tenía los ojos cerrados, unas alas de color blancas anchas y majestuosas atravesaron mi vestido por la espalda, y se extendieron mostrando todo su esplendor.

Y ahora me voy, querida. Nos volveremos a ver...espero...

Tras eso, sin dilación, batí con fuerza las alas, y me elevé por el cielo, mientras observaba a Dana a los ojos atenta e ilusionada. Con una mano, hice un gesto de despedida, y acto seguido, me giré, con un impulso que me hizo avanzar hacia el infinito.

agite la mano a modo de despedida mientras aun sonreia, era grato ver como alguien tenia unos objetivos tan claros, y que estos no eran de destruir nada. cuando su silueta se perdio en el horizonte me aleje, de vuelto al reino.