Dando un paseo

Los primeros rayos de luz azulados inundaban el valle, reflejándose en cada rincón del agua. El frescor del alba, cubría las plantas de rocío y las hacía brillar. Era un buen momento para pasear, se respiraba aire puro. Llevaba un rato caminando por las llanuras. Necesitaba un poco de relax, pues había los preparativos del alzamiento de Noctis, el nuevo Rey Renegado, me había tenido estos días un poco estresada. Me detuve un instante a contemplar el amanecer, era una imagen preciosa y sobrecogedora.

En el juego de luces del amanecer, me encontraba caminando por los verdes prados, teñidos ligeramente de un tono naranja debido a la luz del sol. La frescura de la hierba fresca rozaba mis piernas, sintiendo la suavidad de la naturaleza acariciarme. Los cánticos de los pájaros comenzaron a resonar en la amplia llanura, anunciando así la nueva mañana que daría comienzo. En la verdura del lugar, se observaba algo en pie, caminando en la lejanía. No podía distinguir por la distancia de qué persona podría tratarse, así que aceleré el paso, levantando mi vestido para no mancharlo con ambas manos. Una sonrisa ,provocada por encontrarme una persona que gustara de levantarse temprano para poder ver los bonitos amaneceres, iluminó mi pálido rostro. Mis ojos mostraban alegría por ello, y cada vez corría más deprisa. Sin embargo, cuando me encontraba cerca, aminoré la marcha, y comencé a acercarme cada vez más despacio. Un aura demoníaca chocó, literariamente hablando, contra mi ser.Sin embargo, la muchacha que pude ver no parecía tener malas intenciones.No obstante, no borré mi sonrisa de mi rostro, y continué mi acercamiento lentamente. Levanté la vista, y en el horizonte, se vislumbraba medio disco anaranjado que asomaba por las laderas de las colinas. unos fugaces rayos rosados cruzaban el cielo de un lado al otro, mostrando así una imagen que se grabaría en mi mente a fuego. Me acerqué en sigilosos pasos, y me detuve casi al lado. Observé con cierta curiosidad su rostro de perfil. Una voz dulce salió de mi boca, mientras sonreía fervosamente.

Buenos días...señorita. ¿Le gustan los amaneceres? A mi también..

Volví a observar la bonita salida del sol, mientras continuaba mi presentación

Soy Amy Sunie, un placer conocerle.... Mi tono de voz aparentaba cierta preocupación, ya que seguía siendo una demonio. Mas no esperaba que tuviera malas intenciones conmigo.

Había salido de noche, muy tarde,a dar un largo paseo en soledad. Últimamente lo necesitaba a diario,no soportaba estar encerrada.

Empezó a amanecer horas después,cuando ya me había "descargado" de mucha aura negativa en mi cuerpo,y de repente sentí el aura del ángel que había visitado días atrás el Limbo. No la conocía mucho,pero la seguí por curiosidad,hasta llegar a un claro en el que también se encontraba una demonio,a la cual no conocía de nada.

No dije nada,pero observé a ambas con tranquilidad cuando salí de entre los árboles.

Resultaba algo contradictorio, un ser de oscuridad como yo, atraído por las bellezas singulares de la naturaleza. Toda la paz que sentía en aquel momento desapareció dando paso a un profundo malestar, pues un aura tan luminosa o incluso más que la de los propios rayos de sol que poco a poco se abrían paso tras el horizonte, me cegó, antes incluso de poder percatarme de quien se pudiera tratar. Expandí mi aura oscura, más oscura que la misma noche al máximo en un acto reflejo por contrarrestar aquella luz, me estaba cegando demasiado, y entonces me volví al escuchar una voz. "¡Arg! ¡No puede ser, ¿pero qué significa esto?!" Por sus palabras, no parecía tener malas intenciones, pero yo no podía evitar lo que sentía, una profunda repulsión y odio irracional, ya que seres como aquella mujer habían sido los que sacrificaron a mi madre...

- Caeli et Terra, y no puedo decir lo mismo... -Respondí con voz bastante dura y forzada. Se notaba que estaba haciendo duros esfuerzos por contener mi ira.

Mi mano derecha se había ido instintivamente a posar en la empuñadura de mi espada de oscuridad, dispuesta a desenvainarla al más mínimo intento de revelación. Deseaba con todas mis fuerzas desenvainarla y rebanarle el pescuezo, no podía evitar ese deseo, pues había jurado vengar la muerte de mi madre. Sin embargo, mi naturaleza era en el fondo diplomática, aunque no pudiera soportar su mera presencia o existencia. Además, tampoco sabía si sus manos estarían manchadas con la sangre de mi madre.

- Lo siento, pero no pienso tener piedad alguna, tengo una deuda pendiente con los de tu raza... -Dije en tono amenazante, en aquél momento podría decirse que estaba rabiosa, y deseosa de liberar mi rabia.

Noté una presencia más en el lugar, este aura era neutra aunque parecía tender más hacia la oscuridad. En cierto modo me alivió. Tampoco conocía a aquella chica, pero en cierto modo me reconfortaba su presencia, pues su aura se parecía muy ligeramente más a la mía.


OFF: Disculpad el comportamiento de mi pj, sé que es muy radical y poco diplomático, pero debo interpretarlo así, es lo que siente hacia los Ángeles.

En pocos momentos mi delicada balanza interior empezó a hervir por momentos,me encontraba con un aura totalmente pura,y otra sumida en la oscuridad sin vacilar. No me encontraba del todo estable,pero no era algo que quisiera aparentar ante desconocidas.

Observé atentamente a la demonio, era obvio su odio hacia los ángeles,algo que compartíamos con distinto grado,eso era cierto.

Me apoyé contra el tronco de un árbol de brazos cruzados,esperando ver que hacía Amy,y como se desarrollaban los acontecimientos,con el ceño fruncido.

Una parte deseaba intervenir,la otra,ver un combate en su totalidad.

Eché una rápida ojeada a mi alrededor sin dejar de prestarle atención al Ángel. El suelo bajo mis pies estaba cubierto de una fina capa de hierba fresca, con algunas calvas en las que se podía ver la tierra. El terreno estaba salpicado de pequeñas piedras y algunas rocas de diferente tamaño, aunque no demasiado grandes. Algunos arbustos y arbolillos también se podían ver, aunque tampoco sus dimensiones eran grandes. Se podía oír el leve rumor del agua que corría por el cauce de un río a lo lejos, aunque no resultaba fácil situarlo.

La otra chica de aura neutra había sido prudente al mantenerse al margen. En otras circunstancias le habría mostrado mis respetos, aunque ahora tenía otro objetivo en mente, no podía bajar la guardia. Sin embargo, esperaba que si el Ángel fuera inteligente y no quisiera librar un enfrentamiento, se marcharía por donde había venido, mi mirada invitaba a ello. Ya que yo no podía evitar lo que sentía hacia ella y tampoco lo podría cambiar. Quizás ella no tendría nada que ver en el ajusticiamiento de mi madre, pero aun así, era un ser de su misma raza y como los que la habían sacrificado por intentar conseguir una alianza entre Ángeles y Demonios que era una odisea imposible, ella había muerto por intentarlo, y yo no pensaba correr el mismo riesgo.

En el fondo, sentía lástima por ella, aunque no la compadecía. Sus intenciones eran buenas, pero nunca podría tener un buen trato cordial con ella. Al menos no en estos momentos. Y dudaba que algún día sucediera... quizá cuando hubiera ajusticiado a mi madre.


OFF: En serio, Amy, disculpa el comportamiento de mi pj, pero es que no puedo ignorar su forma de ser y has tenido la mala suerte de ser de la raza que más aborrece... Gome nasai >.<

OFF No te preocupes, jejeje, suele pasar cosas por el estilo. En mi caso, Amy odiaría a los demonios si supiera la historia completa alrededor de su madre, pero la bucólica ignorancia impide que supiera todo. Ella pasa por algo parecido a Caeli.

ON
Su voz mostraba dureza, y probablemente repugnancia, hacia mi. Me asusté por ello, su ira fluía a través de sus energías negativas. Intenté soportar tal presión, con mi propia positividad, resistiendo su negatividad, temblando por cierto temor.Oía cada palabra, cada sílaba, y cada una me iba infundiendo más temor en mi misma. Comencé a dar pequeños pasos de espaldas, intentando alejarme, lo más lenta y cautamente posible. Estiraba mis manos hacia delante, con las palmas completamente abiertas, dirigiéndolas hacia ella, haciendo un gesto indicando que se detuviese. Mi arco, que colgaba de mi espalda, comenzó a chocar con ella. Tenía ya tomada superficialmente la empuñadura de su espada, y tal hecho me provocó un intenso pavor. Mi boca se abrió, y quise gritar, pero el miedo me lo impidió. Nunca había luchado realmente con nadie. Intenté responder a ella, con una voz entrecortada, y preocupada, lentamente.

¿Cuenta...pendiente...?¿Qué te hemos hecho...?

Una presencia se hizo notar no demasiado lejos. Parecía alguien de intermedia energía, lo cual podía ayudarme a esta situación problemática o empeorarla aún más. Mis pasos continuaron retrocediendo, sin evitar la mirada asustada hacia Caeli. Sus ojos irradian ira, sed de sangre. Si continuaba cerca, podría intentar rebanarme el cuello, y morir. Pero en tal caso, no permitiría que se convirtiera en asesina.

El rumor del río alcanzaba mis oídos. Esa podría ser mi vía de escape en caso de necesitarlo. Ocultarse bajo el agua del río y bajar el río a través de él me daría gran ventaja. Pero huir tampoco sería una buena opción. Podía atacarme por la espalda, y sería ciertamente peligroso.

Era curioso que ella tuviera cuentas pendientes con nosotros, YO debiera tenerlas con ellos, o al menos eso creo. Pero no tengo razón para odiarles. Jamás lo hice. Creo de hecho, que no odio a nadie. Lo que puede serme un grave problema, si lo observamos detenidamente.
El instante de silencio se desvaneció pronto, y continué hablando, intentando devolverle la cordura.
¡Por..favor..!¡No te he hecho nada!Si..supieras lo que siento...

Retrocedí varios pasos, hasta sin darme cuenta, tropezarme con una piedra. Caí de espaldas al suelo, pero no caí fuertemente, por suerte. En el suelo, seguí observándola a los ojos, con mirada inocente y triste. Seguía furiosa, su ira acabaría por explotar inminentemente.

"¡¿En serio mi nombre no le suena?! Caeli... Era el nombre de mi madre, ¡debería al menos sonarle si ella era una Ángel! ¡La ejecutaron por enamorarse de un Demonio y tenerme!" Estaba cada vez más fuera de mí. Mi odio iba in-crescendo. "¡¿En serio no le resulta familiar?! Según mi padre soy su viva imagen..." No podía dar crédito a lo que oía. Bien podía estar interpretando una pantomima porque ella quizá también se sorprendiera. Mis ojos se habían ido tornando del gris perla a un rojo fuego intenso al incrementarse mi ira, pareciendo que centellearan.

Apreté los dientes con fuerza al tiempo que agarraba la empuñadura de mi espada de oscuridad con fuerza. Parecía que no se daba por aludida, a pesar de notarse a la legua que me tenía miedo, seguía hablándome. Avancé hacia ella, lentamente, y está retrocedió. Se podía leer en su rostro el miedo que estaba sintiendo. Me detuve cuando se tropezó con una piedra y cayó al suelo. Me parecía un poco patético...

- ¡Márchate! -Le dije sin apartar la mirada de odio de ella. No me interesaba lo más mínimo saber lo que sentía, ya lo podía ver en sus ojos-. En serio, no te lo repetiré. Si quieres vivir, vete. Pero, si me vuelvo a encontrar contigo... te mataré.

Era un ultimátum. Si esta vez no se marchaba, no dudaría, la mataría allí mismo.

Mi semblante cambió repentinamente. Me estaba intentando obligar a desaparecer de allí. Puede que fuera amable, pero eso me decepcionó de buen grado. Sin embargo, intentaba ofrecerle ayuda. Quería saber por qué nos odia a mi y a nuestra raza. Me levantè del suelo, vibrante por el pavor, pero saqué fuerzas de flaqueza de mi voluntad. Apreté los puños fuertemente, intentando contener un poco las ganas de darle una torta que la hiciera entrar en razón. COn un tono un poco más serio, con cierto temor en mi semblante, respondí a su oferta.

No pienso marcharme...No tengo por qué irme, máxime cuando quiero saber tus razones de intentar esto

Miré desafiante hacia sus ojos. Me notaba a mi misma diferente. La adrenalina que comenzaba a descargar provocó que mi corazón palpitase más deprisa. Mi respiración se agitó. Sentía que algo fuerte iba a ocurrir en poco tiempo. Estaba más incitada a pelear de lo normal. No me conocía a mi misma, en esa situación. Mi mano se deslizó con lentitud hacia mi arco colgante de mi espalda, y lo tomé entre mis manos. Mi voz cambió repentinamente, pasando a ser más seca y seria.

No sigas por ese camino, o lo pasarás realmente mal. En la distancia te puedo...

Me asustaba de mi misma. Jamás pensé que fuera capaz de dirigirme a alguien de esa manera. Mi cuerpo se movía solo, mi boca articulaba sola. Era como estar descontrolada.

Parecía que no se iba a dar por vencida. Temblando, se levantó y me retó, empuñando su arco.

- Solamente estás forzando el conflicto, como todos los de tu raza... Además, con ese arma no conseguirías hacerme ni siquiera cosquillas... -Una sonrisa torcida se dibujó en mi rostro.

Me mostraba reacia a responder a la pregunta que tanto me reiteraba, no tenía por qué darle explicaciones. No era culpa mía si en el Cielo no la mantenían bien informada...

- En la distancia, te tengo ventaja... Y si te acercas te empalaré. Así que te aconsejo que cojas más distancia hasta que desaparezcas... Y que conste que si te estoy dando la oportunidad de marcharte con vida, no es por piedad, sino por la guerra inminente que se aproxima. Ya que se necesitará todo el poder necesario para enfrentarlo. Pero si quieres resolver tus diferencias ahora, allá tú, ya te digo que yo no tengo inconveniente.

Me mantuve expectante, sin ejecutar ningún movimiento ofensivo, quería estudiar lo que haría ella. Aunque esperaba que finalmente se terminara marchando.

Aquella chica parecía más bien poco modesta, pero intenté ignorar eso.Repentinamente, tiré el arco al suelo, en un desato de rabia. ¡¿Pero qué demonios estoy haciendo?!¿Yo soy la que busca converger todas las razas?¡Aaaarg! Me agarré la cabeza con las manos, y la tierra comenzó a temblar. Una gran masa de agua se dirigía hacia mi, saliendo del río, y se acercaba a alta velocidad a mi ser. Me arrodillé en el suelo, observando a Caeli a los ojos, entre sentimiento de culpa, asustada, y enfadada. Realmente no sabía que sentir, pues yo no quería problemas con nadie, y mi mente se rellenó de sentimientos varios, sin llegar a nada en especial. Hablé, solemnemente en aquel instante, intentando poder verla otra vez

Esto no ha acabado...quiero volver a verte. ¿Me oyes? Te veré de nuevo...cuando menos te lo esperes, te encontraré...

Justo después de eso, la gran masa de agua me rodeó a mi y a mi arco. Parecía una gran mano que me cogió, y tras eso, la bola de agua se movió hacia el río, tirándome a él. Dentro, una burbuja pequeña de aire permanecía, para poder respirar. La gran bola acuática me llevaría por el río abajo, hasta llegar a alguna cascada o algo por el estilo. Mientras me alejaba de Caeli, la miraba, con cierta seriedad, pensando en las próximas vivencias. Jamás olvidaré esa cara, y ya me encargaré de investigarla. No quería quedarme tan desinformada, siendo Reina. Estudiaría el caso en el castillo lo antes posible. Levanté la mano, intentando despedirme, aunque probablemente no me vería ya.

No me esperaba que eso ocurriera,de echo,mis ojos se abrieron sorprendidos,mientras veía como Amy se alejaba en una burbuja de agua,bastante enfadada.


Minutos después,me incorporé y volví a mirar a la demonio con cara normal,casi de pasividad.

-Ya se a marchado..puedes calmarte..,de todos modos,no iba a atacarte,eso es algo que ya sabías-comenté en tono muy tranquilo,para no alterarla demasiado.

Parecía que al fin se había dado por aludida. Se llevó las manos a la cabeza escandalizada y se dejó caer al suelo, como maldiciéndose a sí misma por lo que había estado a punto de cometer. El suelo tembló, retrocedí un paso para equilibrarme extendiendo ligeramente los brazos como si hiciera surf, y de repente vi tras ella a lo lejos, un tsunami que se dirigía hacia donde nos encontrábamos. Me puse en guardia al instante. "Así que controlas el elemento agua, ¿eh, Angelita...?" Me dije en pensamiento con cierto sarcasmo. No aparté la vista de la gran ola, mostrando a la vista mis emplumadas alas negras, pues estaba dispuesta a esquivarla elevándome vertiginosamente en el aire. Sin embargo, ocurrió algo que no esperaba, me dijo unas palabras que sonaban a despedida dispuesta a reencontrarse conmigo en un futuro, y de la ola surgió una especie de mano que la recogió y retrocedió con la misma velocidad hacia el río, llevándosela del lugar...

Me sorprendió tanto como a la otra ángel de aura más oscura. Mi mirada se mantuvo fija y desafiante en la ola, aunque interiormente me hubiera sorprendido. "Menos mal que ha hecho esa técnica para marcharse, porque ha debido derrochar mucha energía solo atrayendo el agua del río..."

Una brisa natural fluyó entre nosotras mostrando el vacío que había dejado la Ángel. Me incorporé como si nada hubiera sucedido, agachando la cabeza, parecía que se hubiera hecho una sombra sobre mis ojos. Respiré profundamente para restablecerme, la luz cegadora del aura de aquella ángel ya no me influía negativamente, por lo que reduje mi aura oscura como la noche hasta la de un demonio común, así como oculté de nuevo mis alas dejando visible únicamente mi apariencia naturalmente angelical, y me volví, desapareciendo la sombra de mis ojos, hacia la ángel de aura neutra con una sonrisa que bien podía parecer maquinadora, juntando mis manos por delante de mí a la altura del pecho.

- Gracias -Fue lo primero que dije, con voz suave y tranquilizadora-. Bueno, es una Ángel, nunca se sabe... pueden ser unos santos como unos hipócritas -Sonreí ampliamente, de nuevo percatándome de la tendencia de su aura-. Tú también lo pareces... pero tu aura... es diferente... y no hiciste nada por ayudar a la otra...

En cierto modo estaba confusa. Sabía que los Ángeles caídos existían, pero no había conocido a ninguno antes, ya que Noctis después de todo había caído en picado al Infierno... y podía no contarlo igual.

- Te mereces mi respeto -Realicé una amplia inclinación, alzando después lo primero mi mirada fijándola directamente en sus ojos con intensidad-. Soy Caeli et Terra, Princesa de los Demonios Renegados. Es un placer conocerte.

Mi actitud había cambiado soberanamente, no tenía nada que ver con la que la Ángel me había hecho profesar. Estaba claro que solo los Ángeles puros me hacían sacar verdaderamente a la bestia que llevaba dentro, ya que con el resto no tenía problema alguno, y mis finos modales podían salir a relucir.

Sus sinceras palabras me entristecieron por dentro,aun que no se notara externamente.Tenía razón,pero realmente no era así como solía actuar,o ser.


-No la he ayudado,pero en un futuro,puede que eso cambie..-me limité a añadir,mirándola a los ojos.


Hice una reverencia,y me presenté de igual modo.

-Mi nombre es Kaede, ángel caído común-dije con tranquilidad.-Bienvenida a estos territorios..será extraño que puedas aburrirte,y como ya te e escuchado comentar,sabes que pronto puede que se avecine una guerra,no?-dije con semblante serio.

El sol comenzaba a alzarse por el horizonte, bañando el valle con su deslumbrante luz. No había ni una sola nube en el cielo, pronosticaba que sería un buen día de sol.

- Así es -Sonreí visiblemente-. Mi Rey me mantiene bien informada. Hay que prepararse para lo peor...

Le sonreí de nuevo, dejando escapar un pequeño suspiro al tiempo que volvía a contemplar el bello paisaje que se extendía a mi alrededor.

- Sí, lo acabo de comprobar -Dije con una nueva sonrisa respondiendo ahora a lo segundo que me había dicho la Ángel caída de nombre Kaede-. Aunque la verdad es que confieso que es la primera vez que tengo un encuentro desafortunado como el de la Ángel -La observé detenidamente unos instantes-. Dices que eso cambiará... Hum... He de suponer entonces que tu Rey piensa en formar una alianza con los seres del Cielo...

Aquellas palabras mostraron en cierta medida mi decepción.


OFF: Se supone que Caeli aun no sabe que quien reina en el Limbo es Aurora.

No pude evitar soltar una pequeña risa.


-No dije eso,y no creo que vaya a ocurrir,y menos conociendo a mi reina..-dije sin vacilar.
-Digamos que lo que en todo caso puede cambiar,es mi forma de ser..pero eso es otro tema bastante largo..y mas complicado-dije comenzando a caminar, haciéndola un gesto para que me acompañara si quería.

Me alegra que se pueda tratar contigo,deberías ver el comportamiento de otros demonios..-dije ladeando la cabeza.

- ¡Oh! -Me contagié de su risa, aunque la mía sonara un poco más nerviosa debido al error que había cometido-. Discúlpame, no sabía que tu Reina fuese mujer -Sonreí, alzando el busto con orgullo-. Me gusta eso.

Comenzó a caminar y me invitó a que la acompañara, por lo que asentí gustosa y no tardé en colocarme a su altura, comenzando a pasear con pasos tranquilos. No pude evitar soltar una carcajada divertida ante su alusión a los demonios.

- Bueno... -Dije poniéndome algo más seria, pero sin borrar la sonrisa de mis labios-. Realmente no puedo decir mucho al respecto... Puedo contar con los dedos de la mano los demonios que conozco y fuera de la gente que trabaja en el reino renegado del Infierno... no son más de tres...

-Conoces a Aspicious..?-dije mirándola con amabilidad mientras nos adentrábamos de nuevo en el bosque,de tonos verdosos claros y oscuros,a trasluz.

- No, no tengo el placer... -Respondí negando con la cabeza. Me volví hacia ella para mirarla un instante con curiosidad, sin detener mi paseo-. Disculpa mi ignorancia, pero... ¿de quién se trata?

Me sorprendió un poco su pregunta,pero aun que fuera demonio,seguía siendo nueva en el lugar.

-Es el Rey de los Demonios,seguramente le encontrarás pronto-dije pensativa.

-Y dime..como vais con el reino?no debe ser fácil hacerse cargo de todo siendo nuevos,por ello os compadezco un poco-dije con sinceridad.Era extraño,pero hablaba con mucha naturalidad con aquella chica.

- Ah, sí. Ahora lo recuerdo... -Dije quedándome un tanto pensativa al recordarlo-. Era uno de los asistentes a la reunión... Cómo podía haberlo olvidado... -Murmuré esto último más para mí misma.

Me volví hacia ella esbozando una sonrisa, agradecía su preocupación.

- Pues bueno... al menos ahora está presentable. Hemos movilizado a todo el personal y se va organizando. Noctis ahora tiene que comenzar con las relaciones diplomáticas, aunque su impresión sobre la reunión no fue demasiado agradable. Sin embargo, ya fue un gran paso. Ahora la mayoría de los grandes dirigentes son partícipes de que se ha alzado un nuevo Rey entre los demonios renegados.

Sonreí ante esto último con orgullo, volviéndome un instante para acariciar uno de los troncos de los árboles.

- Por cierto, Kaede... -Me volví de nuevo hacia ella, continuando el agradable paseo-. Si me permites la pregunta... Antes comentaste algo respecto a las relaciones con los ángeles, que estabas convencida de que tu Reina no aceptaría una alianza, pero... mencionaste algo que te relacionaba bastante largo de contar... La verdad es que ahora dispongo de tiempo, si gustas contármelo. Yo también tengo una larga historia con los Ángeles.

Sonreí ante esto último con una cierta picardía. Realmente sentía curiosidad por conocer su historia, si de verdad quisiera contármela. Me agradaba bastante su compañía y aquello me ayudaría a conocerla un poco mejor.

-Mi historia no es algo que cuente a alguien que conozco de apenas unos minutos..pero no desistas,y acabarás por conocerla,seguramente-dije con una sonrisa calmada.

-Lo que si te puedo decir,es que mi estado normal,es tender a la luz,pese a ser un ser neutral. Que ahora me veas así,no quiere decir que sea realmente yo,asi que en parte..no me conocerás del todo-dije algo mas seria.-Se debe a un accidente que ocurrió hace poco,relacionado con las piedras..pero lo mío es lo menos importante-dije mirando al frente con mirada seria.


Si tu,en cambio,quieres contarme algo,lo escucharé encantada.

- Bueno... si dicho suceso te ha hecho cambiar de tendencia... yo diría que sí es importante. No obstante, no insistiré. Respeto tu decisión -Le dije con una sonrisa cálida-. Y, en cuanto a mí... -Hice una pequeña pausa para darle algo más de suspense, con una expresión un tanto maquinadora-. Dime, Kaede... ¿no hay nada sobre mí que te parezca... raro... para un demonio?

La observé detenidamente sin borrar la expresión de mi rostro.

-Por supuesto..aun que,puede que me equivoque. No recuerdo haber visto antes a ningún demonio con ese aspecto tan...angelical,una contradicción,realmente..me pregunto a que puede deberse algo así..

La miré con curiosidad esperando una respuesta.

Sonreí con amplitud ante su respuesta, sin borrar la expresión maquinadora.

- La verdad es que no es algo que yo escogiera, si te digo la verdad -Comencé volviéndome más seria-. Nací así. Una demonio con aspecto de Ángel, vaya contradicción, ¿no crees? -Reí-. A mí también me sorprendió, teniendo en cuenta lo oscura que es mi aura. Pero lo cierto es que... -Me contuve. No estaba segura de que debiera contárselo a ella. Era muy cierto lo que había dicho ella, acababa de conocerla, y aunque me agradase su compañía, no estaba segura de confesarle algo tan personal. Después de todo, hasta el momento solo una persona conocía mi pasado, y dicha persona me había demostrado que podía confiarle mi secreto.

Me detuve, separándome ligeramente de ella. Tenía los nervios a flor de piel y estaba haciendo grandes esfuerzos por apaciguarlos. La última vez que hablé de ello, me vine abajo. No me resultaba del todo agradable, y no me gustaba mostrar debilidad, ante nadie.

Respiré profundamente, forzando una sonrisa.

- Lo siento, Kaede. Mi historia me lleva persiguiendo durante mucho tiempo... Y no me resulta nada fácil -Fui capaz de mantener la compostura. Tenía que ser fuerte. No podía dejar que me afectara cada vez que lo recordaba-. Todo lo que puedo decirte es que los Ángeles sacrificaron a mi madre, por eso no puedo evitar la profunda aversión que siento hacia ellos.