Explicaciones

Entramos en una habitacion, habia un par de camas y de armarios, para reservas de sangre, dejé a Jozu en una de las camas y me senté en una sila a esperar que se despertada- A lo mejor le e dado demasiado fuerte-susurré mirando por la ventana.

-Poco a poco fui recuperando la conciencia... seguía viendo borroso que había pasado... empece a recordar lo que paso kaede... que paso con kaede... no lo recuerdo...
-Kaede!
-Chille fuertemente mientras me incorporaba y respiraba fuertemente, al momento me di cuenta que estaba en una habitación y al lado estaba mi reina Luccie sentada... que habría pasado...
-Hola...
-Dije haciendo una pequeña reverencia y inclinando la cabeza

Abrí lentamente los ojos, seria-Kaede esta en el limbo, esta bien-me le quedé mirando-Creo que tienes algo que contarme-

-Algo que contarle... se referiría a lo que pasó con Kaede... como se lo debería explicar, me daba vergüenza decirle que estaba débil por no haberme alimentado bien desde que llegue... pero se lo tenia que contar, agache la cabeza y le dije.
-Reina Luccie... desde que llegué no me he podido alimentar debidamente... y cuando estaba con Kaede me maree y ella me cogió... le dije que no importaba que continuara hacia adelante que solo necesitaba descansar pero ella insistió... yo ya le dije que no que si empezaba luego no era capaz a controlarme pero aún así... lo hizo por ayudarme... y yo enloquecí... y no recuerdo nada mas... por lo menos se que se encuentra bien... menos mal que no le hice nada...-Y le pregunté tímidamente.-Me podría explicar como he llegado aquí?... y que hace usted aquí?...

Fruncí el entrecejo, no poder alimentarse, las ultimas noticias que había tenido es que no se pasaba por el reino nada mas que para recojer algunas cosas y si eso-Te pegué una patada en el estomago y un golpe en la nuca y caiste incosnciente-dije como si hubiera sido igual de facil como comerse un panecillo-luego te traje aquí, quiero que sepas que casi te la zampas ahí mismo-me le quedé mirando aun con el ceño fruncido-¿Y me puedes decir porque no te a has alimentado debidamente? ¿Y porque dejastes que la muchacha te diera su sangre?-

-Se veía algo enfadada y era comprensible...ella me trajo aquí...gracias a ella Kaede esta bien...
-Le doy las gracias por haberme parado... yo no quería ingerir de su sangre es mas como le he dicho, le dije que se marchara que solo necesitaba un poco de descanso... pero ella insistió...yo le dije que si la mordía no podría parar...pero aun así... estoy avergonzado con migo mismo... le pido disculpas por los problemas que le he causado... y referente al alimento... aún no me he habituado bien a este lugar y no he hecho bien las comidas... perdóneme...

-¿Que crees que hubiera pasado si no llego a estar ahí para traerte aqui?-prgunté poniendo mis dos manos en frente de la cara, por lo que solo se podían ver mis ojos rojo carmesí-¿Acaso sabes las graves consecuencias que esto podría acarrear al reino?, tenemos una alianza con los caidos, ¿a quien crees que le vendría la responsabilidad?-me levanté de mi asiento, en ese momento se me antojaba, pequeño, todo el cuarto se hacía pequeño, si pudiera respirar seguramente me estaría asfixiando. Me acerqué a la ventana y rezaba por que Jozu no se me acercara, de repente mi aura se liberó sola, lo había estado notando todo el viaje-no me vale una disculpa, !maldita sea!-Noté como de repente algo empezaba a soltarse y mi aura se volvía mas oscura que normalmente eliminando cuanquier rastro de aquella humildad-sabes?.. incluso me parece bien que esos malditos caidos tengas su merecido, deverían ser castigados por Kalhia-sama-me di la vuelta, tení un ojo completamente negro y por mi pierna (llevaba una minifalda) se veí como una marca negra de espinas la recorría, mientras una sonrisa realmente demente salía de mi boca.

-No sabía que hacer... las disculpas no eran suficientes... y que había pasado con su caracter cambió radicalmente y su aspecto también... que lo dijera yo... pero daba miedo al verla...
-Reina Luccie... si con las disculpas no vasta que debo hacer... y esta bien... esta algo rara...

Llegué al lugar atraido por un repentino incremento del aura de Luccie. Reconocia esa oscuridad. Nada más llegar y ver el panorama lancé una mirada de odio a ese vampiro al que todavia no habia conocido en persona, pero que creia recordar que en los informes que recibí habia sido denominado Jozu. Llegúe hasta él, le levanté de manera bastante bruca y le empujé hacia la salida.
-¡Ve al reino licantropo y busca a su lider, Ian. Dile que a Luccie le ha vuelto a pasar!¡Rapido! -Casi rugí, mis ojos estaban cargados de odio. No me gustaba tener que pedir ayuda a los licantropos, pero sabia que no negaria ayuda a su prima. Dicho esto me situé a unos metros de Luccie, enfrentandola. Ahora mismo era imprevisible y nadie más podria hacerla frente. Si Jozu no se daba prisa esto podria acabar bastante mal.

Note una gran aura oscura abriendo la puerta-Walter-dije casi con alegría, acercandome, ahora mis dos ojos eran negros completamente. Le puse una mano en el hombro, como quisiendo entrar en contacto con esa alma y alcé la cabeza agradecida-Porque te exaltas? aqui no pasa nada malo-

-Me levantó de la cama bruscamente, aún estaba algo mareado pero aún así en la situación en la que se encontraba Luccie había que hacer algo... le asentí con la cabeza, le hice una pequeña reverencia y salí corriendo hacia el reino licantropo en busca de su rey.

Vi como el vampiro se marchaba y aparté a Luccie de mi. Me alejé un par de metros y me mantuve alerta.
-¡No! Esta vez no. Esperaremos hasta que llegue Ian. No haras nada hasta entonces. -Me dolia taner que hablarla asi, pero era necesario. Más tarde habria tiempo de pedir disculpas.

Me apartó con algo de brusquedad y yo me comencé a reir, descontroladamente-o vamos, se que te gusta... ¿no te gustan las auras oscuras Walter?-Desaparecí y aparecí de nuevo abrazandole por dentras con fuerza-acaso... ¿ya no me quieres? esposo mio-dije mientras volvía a sentir su oscuridad atravesarme y alojarse-No lo sientes, el poder, la oscuridad tan abismal-susurré.

Cierto era que me encantaba la oscuridad, no podia negar que esta faceta de Luccie me gustaba. Nos obstante habia momentos para todo, que fuese asi cuando habia que destripar a los enemigos estaba bien, ¿pero ahora? Me desvanecí entre sus brazos y aparecí unos metros por delante.
-Si, te quiero. Por eso no puedo permitir que continues asi. Esta no eres tú. Ese es tú poder, y tienes que aprender a controlarlo.

Fruncí el ceño, el sello ya se había extendido por las dos piernas-Esta es una parte de mi-, expandí mi aura todo lo que pude, con una sonrisa en la cara-miralo, que oscuro, que divino, Kahlia-sama-me regodeaba con mi propia oscuridad y eso solo hacía que me creciera aun mas, necesitaba mas personas, mas auras-Vamos Walter, reunamosles a todos-dije tendiendo mi mano hacia el.

-No, no y no. Ian no tardará en venir y disipará esa oscuridad. -Dije cada vez más histérico. Suprimí mi aura y volví a hablar.
-No vamos a reunir a nadie, no vas a conseguir que más oscuridad te alimente.

Netrecerré los ojos con furia-Ian no se acercara a mi, le aniquilare con mis manos si es necesario-me dispuse a salir por la puerta tan rapido como pude. Les reuniria a todos.

Me desvanecí y aparecí en su camino.
-El resto del reino esta avisado de que os encontrais... Indispuesta. No podrás llegar lejos. -Dije mirandola a los ojos mientras estaba en guardia.

-Nadie, osaría ponerse en contra de su propia reina, ahora apartate-era una orden muy clara y directa, se me distorsionaba la voz levemente, a un tono grave y poco natural, le daba 5 segundos para que se apartara de mi camino, sabía que podía desvanecerme en cualquier momento, pero esperaba que me dejara pasar.

Según me acercaba notaba como había una grandiosa fuente de poder intentaba suprimir mi aura haciéndome cada vez más pequeño y más insignificante según avanzábamos. Era la primera vez que entraba ahí y todo era demasiado incómodo para mi gusto. Inconscientemente iba aumentando mi aura como defensa ante aquella oscuridad tan odiosa.
Tras girar la esquina una ola de oscuridad me sacudió haciéndome desear huir de ahí, pero seguí andando hasta quedarme en el marco de la puerta. Aumenté mi aura al máximo al ver la escena en la que me encontraba y noté como los guardias se apartaban dejándome paso y decididos a irse. Entré en la habitación y cerré la puerta, y al instante empecé a sentir que me ahogaba con tanta oscuridad a mi al rededor.

Mi propia aura no me dejaba concentrarme en otras un poco mas pequeñas hasta que la misma luz entro a la habitación, gruñí fuerte al ver como expandía su aura, aumenté yo la mia entrecerrando mis dos ojos negros como pozos, que ahora mismo estaban clavados en ese indibiduo, me eché para atras todo lo que pude poniendome en guardia. Me mordí el labio inferior creandome un escudo de sangre en mi propio cuerpo, si me tocaba, no pasaria nada a no ser que anteriormente destruyeran mi armadura solidificada.-ni te acerques-dije con aquella voz distorsionada.

"Tsk... Idiota... Siempre dando el canteo." Ian habia expandido su aura demasiado pronto, probablemente medio reino le habria notado antes de que la oscuridad de Luccie hubiese ocultado su aura. Y encima habia dado a Luccie un tiempo perfecto. Desenvainé mi espada ceremoniosamente.
-Tienes que conseguir tocarla. -Dije a Ian si molestarme en mirarle. Tendria que mantener a Luccie ocupada para que él pudiese tocarla. Por suerte si Luccie mantenia su armadura no podria usar más sangre contra mi.
-Bien, mi reina. Creo que esta vez será la revancha. -Levanté la espada frente a ella, apuntandola.

¿Pero este tío que se piensa? ¿Qué puedo tocarla como quien toca un mueble? -pensé sin decir nada. Miré la pared granate que se encontraba delante mía y pensé que no habría forma de derrocarla por las buenas. Aún así, mi aura era muy pequeña en comparación con ella, y menos si tenía Walter al lado con su inmensa aura apoyándola. Sal Walter, no puedo ni con su aura como para que tu también estés presente. -dije sin mirarle mientras miraba la gruesa pared que había delante mía. O se iba o no podría con ella.

Plneaban algo de eso estaba segura, les miré a los dos, ninguno seguramente supiera a donde exactamente, aflojé la sangre y cojí el silvato. Me dí la vuelta y como ya estaba al lado de la ventana, solo me fue suficiente pegarla una patada para que el cristal saltara en mil pedazos y pudiera salir al vuelo. Segun salí, me dí la vuelta sonriendo de forma sadica y aun con el silvato en las manos me lo llevé a la boca, provocando y silvé lo mas fuerte que pude, para despues empezar a reirme a carcajadas.