Mensajero buscando a la reina

Un ángel caído común con pinta de mensajero se adentró en el reino vampírico, mirando a todos lados como si esperase que un vampiro guardián se le tirara al cuello en cualquier momento. Iba volando por encima de las copas de los árboles para ganar velocidad y llevaba un antojo metálico forrado de cuero enganchado al cinturón. Esperaba que los vampiros no tardaran en salirle al paso y confiaba en poder entregar el mensaje cuanto antes e irse a casa rapidito, aquel sitio le daba escalofríos.

Un aura y olor diferentes llegaron a mi en poco tiempo, pues me encontraba en aquel osque tan cercano, al parecer iba a al reino, asi que alcé el vuelo encontrandome a su paso, justo enfrente, tenía prisa de mensajero, era un caido-No es muy comun ver caidos ultimamente por aqui, ¿que te trae a mi castillo?-pregunte tranquilamente.

El mensajero se detuvo de golpe e hizo una respetuosa reverencia.
-Vengo a entregar un mensaje de parte de la reina Aurora Noraiel Elyseum a la reina Luccie Hyuga. Es de extrema urgencia para mi señora que lo lea y responda cuanto antes- dijo, desenganchándose el antojo del cinturón y abriéndolo. Dentro había un papel enrollado y sellado con lacre-. Mi señora os pide también que el asunto no llegue a más oídos que los vuestros y los de la persona que requiere, si fuera posible- añadió, entregándole el mensaje.

Cojí el mensaje con cuidado de sus manos-Vaya, que sorpresa, gracias por traermelo.-Hice una pequeña reverencia-Dile a la Reina Aurora, que este mensaje sera confidencial-me guardé la carta en el bolsillo-Slither, escoltale para que salga sin daños de aqui por favor, no quiero que le tomen por espia-sonreí y Slither se alzó para acompañale a la salida de los dominios vampiricos. Yo volví a mi "despacho" y sentandome en la silla proseguí a leer el mensaje de la carta, abriendola con sumo cuidado.

El mensajero se retiró con una reverencia y no tardó en salir del reino con notable alivio.

La carta así rezaba:

Estimada Luccie:
Ante todo, mis más cordiales saludos. Escribo para solicitar un favor: requiero la presencia de uno de vuestros siervos en el Limbo en el menor plazo posible. El vampiro en cuestión, que responde al nombre de Jozu, ha sido testigo de un presunto homicidio que implica a algunos de mis siervos, y su testimonio es crucial para la investigación y el posterior juicio, si procediera.
Supongo que ahora entenderéis por qué os pido discreción con este asunto. Por ello os pediría que Jozu acudiera solo, y en caso de no ser posible, que su escolta fuese la mínima posible. Me comprometo a que no sufrirá daño alguno mientras esté en el Limbo y que se le proporcionarán las mismas atenciones que a cualquier otro ciudadano.
Con mi mejor voluntad y esperando vuestra pronta respuesta,
Aurora, reina de los ángeles caídos.

La palma de mi mano se estrelló en mi cara al leer la carta, me levanté guardandola con llave en uno de los cajones y me levanté en su busca. Tenía la intencion de acompañarle, no porque desconfiara de Aurora, ella mas de una vez me había demostrado su templanza en situaciones dificiles, ademas de que si algo prometía lo cumpliria, pero quería saber que leches había eso este vampiro.