Antes de la tormenta [William, Dechala y Caeli]

La noche había caído. El cielo cubierto por una espesa capa de nubes grisáceas, que no permitían ver la oscuridad del firmamento salpicado de estrellas más allá, pronosticaba que pronto se desataría la ira de la naturaleza. El viento soplaba con furia, ni siquiera las luciérnagas se habían atrevido dejarse ver, todos y cada uno de los habitantes del bosque se guarecían en sus refugios.

Quizá no había sido el mejor lugar para hacer un alto en el camino, pero no me tomaría mucho tiempo, esperaba... sólo necesitaba sentir aquella energía revitalizante por un instante.

Reposaba junto a la orilla, erguida y tranquila, observando el oleaje agitado del riachuelo en sus correduras. La capucha de mi túnica cedió, descubriendo mi dorado cabello que rápidamente se agitó también al rugido del viento. Pero no me esforcé en volver ocultarlo a la sombra de la capucha, pues de poco servía ahora pelearse.

He permitido que se hiciera de noche y me sorprendiera perdida en este profundo y triste bosque conocido como "El Bosque de la Discordia". Ahora empiezo a entender porque le dieron ese nombre.... Y si eso fuera poco para mi desdicha, los acontecimientos parecen ir de mal en peor.
El viento sopla con bastante fuerza y me cuesta avanzar por entre los árboles. Maldigo el nombre del apestoso guía, y digo más que había sido una mala idea despedirlo con insultos y amenazas. Lo mejor habría sido soportarle hasta salir de este apestoso bosque y después quitarle de mi camino de la forma más dolorosa posible.
Jajajaja... Reí con cantarina maldad para mis adentros permitiendo olvidar por un momento mis pesares actuales. Sí, esa sin duda habría sido la mejor opción y quizás también haber alquilado un carruaje, lo tendré en cuenta la próxima vez....

Podía sentir a través de la tierra del suelo como se acercaba el momento de la descarga de agua, ni siquiera me molestaba en mirar los grisáceos nubarrones. El elemento no podría afectarme, al menos siempre y cuando encontrara un refugio apropiado en medio de este paraje boscoso y por supuesto no diluviara en exceso empapando mis vestiduras, cosa que empiezo a dudar. Ahí si que podría afectarme en exceso el maldito elemento, no soporto estas incomodidades, es indigno....

Creo que cerca de aquí se encuentra un riachuelo y probablemente el agua esté empezando a correr con fuerza. Intentaré cruzar antes de que se convierta en torrente y ya veremos después si encuentro algún refugio al otro lado.

¡¡¡ Maldición, maldición, maldito guía !!!


Off: Bueno vamos allá. Lo siento si estoy un poco oxidada. Recibido que no nos conocemos. xDDD

Era una preciosa noche para dar un paseo. La oscuridad de los bosques perdidos al norte de Eliria presagiaban una maravillosa compañía con lo tenebroso y lo siniestro. Más hacia el oeste se encontraba el territorio de los cazadores del bien. De camino a la profundidad de la maleza me planteé hacer una pequeña "visita" a mi amigo Esra, líder de dichos humanos, sin embargo el ambiente era tan tentador para realizar una excursión por el bosque que descarté la idea.

A lomos de Sebastian, mi fiel león, me adentré en la espesura en busca de la más profunda oscuridad. Avancé junto al lecho de un riachuelo y pronto me percaté de un aura de proporciones considerables. No estaba en su máximo poder, pero tampoco se había molestado en ocultarla. Caí en la cuenta de que se trataba de Caeli, princesa renegada de los demonios.

Me acerqué al lugar donde reposaba la diablesa y cuando estaba a pocos metros desmonté de Sebastian y continué a pie. Una vez delante suya hice un cordial saludo, llevandome la mano al pecho.

- Preciosa noche ronda hoy en este lugar, Caeli. Largo tiempo ha transcurrido de nuestro último encuentro.

El viento y la tempestad habían conseguido acelerar mi pulso al son. Por fuera, parecía tranquila y serena como un roble, pero por dentro, disfrutaba de la revolución que me producía estar ante una situación particularmente límite. Hubiera disfrutado poniéndome a danzar con el viento.

Sentí un aura poderosa acercándose, en realidad dos, aunque una de ellas parecía de animal. Sin embargo, me dejé embaucar un poco más por el sobrecogedor ambiente hasta dejar que se acercaran. Y fue precisamente la voz del hombre a mis espaldas la que me devolvió a la realidad. Enseguida reconocí su voz, tenía un timbre de voz característico. Hacía mucho que no le veía. Me volví rápidamente hacia el cazador con una amplia sonrisa.

- ¡Dichosos los ojos, William! No nos veíamos desde... desde aquella vez en la taberna de Eliria, ¿te acuerdas? Me alegra verte... -Realicé una pequeña inclinación de cabeza, a modo de respeto y saludo. Al alzarme de nuevo pude ver a unos metros más allá a su gran león, Sebastian, si mal no recordaba-. ¿Cómo te va, William? No habré interrumpido tu cacería... ¿verdad?

Comenté con una pequeña risita, cayendo en la cuenta de dónde estábamos. Un bosque que bien podría albergar presas de su gusto... aunque seguramente por la tormenta muchas se habrían escondido...

En efecto no me equivocaba, un riachuelo atravesaba mi camino y necesitaba cruzar para poder continuar. No estaba dispuesta a mojar mis pies y menos aún la parte inferior de mis vestiduras, observé detenidamente el cauce del riachuelo y finalmente conseguí encontrar la solución a mi problema: unas piedras redondas de pulida superficie sobresalían de las aguas en un tramo del riachuelo. ¡Perfecto!; Pensé con satisfacción, me resultará fácil cruzar por ellas con unos cortos saltos.

Me dirigí hacia el improvisado vado cuando descubrí tres figuras al otro lado del riachuelo, cerca de la orilla a una distancia considerable del lugar donde me encontraba. Dos figuras claramente humanas una de ellas permanecía sentada y la tercera animal, que parecía acompañar al desconocido que estaba de pie. Durante un par de segundos me quedé paralizada por la sorpresa, pero a continuación me sentí expuesta a sus miradas y crucé en tres saltos el riachuelo saltando sobre las piedras, corría mientras me sujetaba por encima de las rodillas mi falda y las enaguas plegadas, y así me interné entre los árboles.

Estoy segura que no me han visto pero necesito ayuda para salir de este apestoso bosque, aunque también tengo que tener cuidado con los desconocidos, no sé quienes son y cuales son sus intenciones. Tengo que tener mucho cuidado en este nuevo asunto, así que decidí acercarme a una distancia prudencial para observarles antes de revelar mi presencia, además tengo el viento a favor y no delatará mi olor a ese enorme bicho que acompaña al desconocido.

Avancé cuidadosamente entre los árboles y los matorrales en dirección a los desconocidos mientras seguía sujetando mi falda y las enaguas para poder avanzar lo más silenciosamente posible, atenta a cualquier señal de amenaza por parte de los desconocidos o del animal.

Casi se me olvida que estoy armada.....


Off: Chan, chan, chaaaaan.....

- Jajaja, este lugar es precioso para cazar, bien cierto es - comenté como respuesta a su pregunta -, aunque tal como está el tiempo dudo mucho que las criaturas salgan de su madriguera. Además, cazar animales no es satisfactorio, es mucho más placentero cazar algún licántropo, ángel o hechicero.

Al decir aquello mi rostro se iluminó maléficamente.

- De hecho había pensado en hacer una visita a mi querido archienemigo, Esra, cazador del mal, pero el ambiente que aquí ronda me lleva a la calma, lo cuál no viene mal de vez en cuando. Por eso estoy aquí junto con Sebastian.

Mientras hablaba con Caeli sentí una presencia bastante oscura. Prontó me dí cuenta de que alguien nos estaba espiando, y realmente lo estaba haciendo muy mal, porque ni se había molestado en ocultar su aura. Comencé a reír a carcajada limpia.

- Y no sé qué haces tú aquí, Caeli, pero alguien bastante patoso nos está observando desde la maleza, jajaja.

Desde mi posición no conseguía ver dónde se encontraba aquel individuo, pero gracias al rastreo del aura percibí su posición más o menos exacta y lancé una mirada terriblemente amenazante. Fuere quien fuere se sentiría atenazado por el miedo producido por la macabra sonrisa del líder de los cazadores del bien, William Schcliff.

OFF: Dechala, perdona por la aclaración, pero Caeli ha permanecido de pie todo el tiempo...

ON:

El viento empujaba con fuerza los nubarrones, que se aglomeraban sobre las copas de los árboles pareciendo que se fueran a precipitar sobre nuestras cabezas, creando un ambiente pesado y concentrado que a más de uno le podría causar jaqueca.

Escuchaba la respuesta de William y su comentario posterior sin borrar la sonrisa de mi rostro. Reí, acompañándole respecto a lo que aludió sobre el líder de los cazadores del bien. Realmente no tenía el placer de conocerle, pero alguien que cazaba seres de oscuridad y simpatizaba con los de la luz no sería demasiado amigable con alguien como yo.

Percibí también aquel aura próxima. Un demonio con el potencial de un maestro... sólo había conocido a un demonio de tal nivel y hacía bastante que no le veía, mucho podría haber llovido desde entonces...

- Jajaja... Pues, la verdad, William, estaba de paso... de regreso al Infierno tras unas buenas vacaciones. Me privan los paisajes salvajes en las circunstancias que se encuentran hoy, por eso no pude evitar hacer un alto en el camino para contemplar y sentir en mis carnes esta belleza salvaje que no muchas veces se puede uno parar a disfrutar.

Un destello, sucedido de un sonoro estruendo. La tormenta estaba comenzando a descargar su ira... aunque se resistiese todavía a liberar el aguacero que con celo acumulaba.

- Me temo que quien nos acecha debe aprender que el sigilo no implica ser sólo cuidadoso con los acercamientos... si no controla su aura jamás podría pasar desapercibido para alguien con una sensibilidad como la nuestra...

Aumenté la intensidad de mi aura hasta ponerla al máximo por un instante, al nivel de una princesa, haciendo así notar mi presencia al “acechador”, para luego reducirla de nuevo hasta el nivel de un común y dirigí una mirada penetrante hacia los arbustos en los que percibía aquella presencia. Realmente no podía ver al intruso o intrusa, pero mi mirada parecía que pudiera ver a través de las hojas.

- Creo que lo más inteligente que podrías hacer es dejarte ver... tu estrategia ya no servirá con nosotros -Hablé hacia los arbustos alzando la voz lo suficiente para que se me escuchara y el que se escondía tras éstos se diera por aludido-. Soy Caeli et Terra, Princesa de los Demonios Renegados, demonio... Si es por temor a represalias, creo que entonces deberías presentar tus respetos...

OFF: Po zí, ya advertí que estoy un poco oxidada. xDD

On:

¿Patosa?, ¿patosa?, ¿pero como se atreve? El muy...... (Careto indignación).
A pesar de todo tiene razón, no he tenido en cuenta que aunque no puedan verme, oírme o incluso olerme, sí que pueden detectar mi aura. He estado tanto tiempo al margen de todo....
Ponerme a la defensiva de aquel modo había sido una estupidez, incluso yo podía sentir sus auras, auras poderosas, en especial me llamó la atención la de la joven Princesa Demonio, pues de una joven se trataba uno de los desconocidos. El otro desconocido, un joven alto de pelo blanco, aparentemente estrafalario y que parece tener de mascota un enorme felino. Ellos dos presentaban un aura diferente a la de la joven Princesa Demonio, aunque igualmente poderosas.
Lo mejor sería guardar las distancias con ambos por el momento.

-Sí, estoy de acuerdo con vos Princesa Caeli.- Dije en voz alta y con cierta frustración. -Ya no tiene sentido seguir oculta entre estos apestosos matorrales.- Añadí mientras me desplazaba lentamente hacía delante, atravesando con cuidado los matorrales para no rasgar mis ropas.

Me mostré por fin ante ellos, aunque guardando las distancias frente al joven de aspecto estrafalario y su mascota. Será mejor mantener las distancias con esos dos, al menos la Princesa Demonio muestra más curiosidad por mí que el otro desconocido.
Sacudí mi falda con elegancia para quitarme el musgo, las ramitas y otras porquerías silvestres que se habían pegado y cuando por fin consideré que presentaba un aspecto aceptable añadí:

-Soy....- Durante un par de segundos medité la respuesta. -Podéis llamarme Dechala.- Lentamente mediante cortos pasos, alargué la distancia que me separaba del estrafalario desconocido y su mascota, acortando la que me separaba de la Princesa Demonio. -Es realmente frustrante perderse en un bosque con semejante tiempo, ¿no os parece?.- Pregunté dirigiéndome a ambos mientras abría mi abanico y ocultaba la mitad inferior de mi rostro tras él, adoptando una pose enigmática como tenía por costumbre.

Supongo que ahora vendrán todas las presentaciones y luego las intenciones. La tormenta está muy cerca y no tengo ninguna intención de mojarme por culpa de nadie. ¿O quizás sí?.

OFF: Sorry por la demora, días tontos, no conseguía encontrar la inspiración... >.<

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Finalmente, el demonio que se ocultaba tras los matorrales, se dejó ver saliendo de su escondite, mostrando sus respetos y una disculpa aceptable. Resultó ser una mujer, una diablesa, para mi sorpresa. “No, no podía tratarse de Darksik por más que fuera un maestro... él no haría eso, aparte tampoco su aura me resultaba familiar...” Después de la princesa Alayne y mi persona, era la primera diablesa que conocía. La oscuridad de la noche no me permitía apreciar mucho de su apariencia, únicamente su silueta alta y esbelta, embutida en elegante traje de seda oscuro, que parecían jugar a la par con sus cabellos. Sin embargo, su semblante no me terminaba de inspirar confianza.

Se ocultó tras un abanico que traía, tras abrirlo con gracia y mucho arte. La observé con una punzante mirada de arriba a abajo.

- Me sorprende que te hayas perdido en un día como hoy... algún motivo deberías tener para haber salido... -Dije seria, en el tono más neutral que supe adoptar. Clavé mi mirada en sus ojos, cuyo color no podía apreciar por la oscuridad de la noche-. Por qué nos acechabas cual bestia a punto de capturar a su presa... No te conozco... y tu actitud me invita a sospechar que pudieras ser sierva de Aspicious... ¿Cuál es tu empresa, Dechala?

“Espero que tuvieras una buena excusa para interrumpir nuestra conversación...” Pensaba al tiempo que la observaba tras una mirada maliciosa a la espera de su respuesta.

No solía ser tan desconfiada, pero es que aquella demonio me había dado motivos para ello y hasta que no esclareciera mis dudas y no me diera una explicación razonable no podría dejar de desconfiar de ella. No me gustaba que me espiasen, mucho menos de aquella forma. ¿Acaso iba a comernos o algo? Porque me había dado toda la impresión.

Off: Bueno voy respondiendo, cuando guste el cazador que lo guste. xDDDDDD

On:

La joven era muy poderosa, lo había sentido y además había clavado los ojos en mí desde el primer instante en el que me presenté ante todos ellos. Evidentemente desconfiaban de mí tanto o más de lo que yo desconfiaba de ellos dos y el enorme gato.
El otro desconocido por el momento no parecía tomar la iniciativa de la conversación así que decidí seguir a cierta distancia de él y su “mascota”. Me dirigí por completo a la joven pero sin apartar del todo la vista de él:

-Admito que cometí el error de confiar en quien no debía....- Lancé un teatral suspiro. -Y ahora solo me queda aguantar el diluvio.- Cerré el abanico y crucé los brazos mientras miraba con resignación el cielo. -No es que me guste, pero podré soportarlo como he aprendido a soportar tantas cosas.....- Volví a mirar a los ojos a la joven princesa demonio. -¿Pero sabéis?, algo me dice que algún día arreglaré cuentas con el responsable de esta situación y le demostraré el error de haberme abandonado en este triste bosque.- Añadí con convicción: -Tarde o temprano cometerá un error, pues sé que ya lo ha hecho otras veces con otros incautos. Y entonces yo estaré allí para demostrarle el error de haber jugado conmigo- Reí con alegre malevolencia durante unos instantes ante esa imagen fugaz de satisfacción personal. Tiempo al tiempo....

Me tomé unos segundos de silencio mirando fijamente a la Princesa Demonio. Sin miedo ni provocación le he echo una declaración de intenciones. No deseo entablar una pelea en este momento con ambos desconocidos, pero tampoco pienso dejarme intimidar por nadie. Eso tiene quedarle claro a los desconocidos ante los que me encuentro, no les tengo miedo y aunque no deseo pelear lo haré si es necesario. Otra vez vuelvo a ser Dechala y dejo de lamentarme.
Abrí el abanico de nuevo y apoyé el borde de las varillas en mis labios, tras unos segundos lo aparté y dije:

-No confundáis prudencia con agresión, Princesa. Vosotros sois dos desconocidos acompañados de un enorme gato, y yo tan solo una pobre extraviada.- Lancé una pregunta con la mirada: Nunca se sabe a quien o qué te puedes encontrar en medio de un bosque. Y la experiencia me a enseñado que el mal habita en quien menos te puedas esperar- Guardé de nuevo silencio unos segundos: -Quizás esperabais encontraros a ese tal Aspicious al que no conozco, Princesa Caeli.- Sonreí con ironía mientras continuaba hablando: -Y al que por vuestra actitud, entiendo que lo le guardáis aprecio.-

¿Yo una posible enemiga?, ¿que tengo yo que ver con sus problemas?. Lo importante para mí ahora es evitar meterme precisamente en más problemas.

-Son tres empresas y no una.- Puntualicé. -La primera es evitar empaparme de agua y la segunda encontrar la salida de este horrible lugar.- Suspiré de nuevo y dí un par de pasos alejándome un poquito más del joven estrafalario y su mascota. -Mi tercera empresa os la diré cuando vos y ese.....- Señalé con un pequeño movimiento de cabeza. me reveléis vuestras intenciones y lo más importante: ¿porqué estáis ambos conversando precisamente en este horrible lugar?.-

¿Quién será ese tal Aspicious?, y lo más importante: ¿Porqué a intentado relacionarme con él?. Sé tan poco de los recientes acontecimientos del mundo....

OFF: Mi turno, he dejado sin contestar varios post porque prefería ver como se desarrollaba la situación.

ON: Observé y escuché atentamente a Caeli y a la mujer extraña. Aquella situación me hacía realmente gracia. La diablesa se estaba metiendo en la boca del lobo, y lo que es más, no tenía la menor idea de qué consecuencias podrían traerla el actuar de ese modo.

Me resultaba estúpido a la vez que bizarro que apareciera en semejante paraje sin conocimiento alguno de la situación. ¿A quién se le ocurriría espiar a un líder y a una princesa a la vez? O debía estar loca o debía ser corta de entendederas para no darse cuenta de que no era lo más adecuado.

También me extrañó que Caeli no la reconociera. Eso solo dejaba posibilidad a que fuera una sierva de Aspicious, rey de los demonios. Fuera lo que fuera, a mí realmente me importaba bien poco. Sin embargo su constante temor a Sebastian y su desprecio al referirse a mi mascota como "enorme gato" colmó la poca paciencia que poseo.

Finalmente cuando concluyó su discurso haciendo gala de una infinita desfachatez al señalarme como "ese", determiné que aquella mujer no saldría bien parada del Bosque de la Discordia.

Después me dirigí a Caeli y con unas escuetas palabras le dije:

- Discúlpame por esto, princesa, no me gustan las ratas de cloaca.

Y acto seguido a una velocidad de vértigo aumenté mi aura hasta hacerla equiparable a la de medio príncipe y desenfundé mi espada de oscuridad mientras me colocaba casi instantáneamente en el flanco izquierdo de la mujer. Con la espada apuntando a su cuello, dejándola así un bajo rango de movimiento, la susurré al oído lenta y tranquilamente, expresando el terror que infunde el humano más poderoso de todo Yggdrasil.

- Pequeña demonio... Me temo de que no eres consciente de a quién estás molestando... Si no quieres que mi arma se bañe en tu sangre será mejor que recapacites sobre tus palabras. Matar una rata más no me supone ningún esfuerzo.

En mi cara se había dibujado una verdadera mueca descompuesta por la locura. La gema de mi frente brillaba tenuemente, como si pidiera el sabor de la muerte.

Mientras tanto Sebastian se encontraba en su misma posición. En guardia, esperaba amenazante a mi orden.

Off: Aclaro que mi abanico de oscuridad se considera en realidad una espada de oscuridad a todos los efectos. Simplemente es una cuestión estética. Por cierto, se ha puesto muy interesante el hilo. xDDDDD


On:
En cuestión de unos escasos segundos y haciendo gala de una excepcional rapidez, el acompañante de pinta estrafalaria pero intensa aura había desenfundado su arma apuntando a mi delicado cuello. Su mascota permanecía en guardia, atenta a cualquier instrucción para abalanzarse también sobre mí y ayudar a su amo. La joven princesa permaneció quieta en su sitio, expectante por el momento ante todo lo que estaba ocurriendo.
Estoy metida literalmente hasta el cuello en una situación comprometida. El desconocido es muy poderoso y ágil, un sencillo y rápido movimiento y se acabó todo.... Bien, pues como se trata de pulso de fuerza entre ambos y ya no tengo nada que perder arriesgaré con la siguiente jugada:

-Sí, he sido una inconsciente.- Respondí con fastidio a sus palabras, para a continuación mirarle a los ojos: -Pero vos cazador no sois el único poseedor de una extraordinaria agilidad.- Con un fugaz movimiento y haciendo acopio de todo mi poder, aumentando mi aura al máximo, coloqué mi abanico de oscuridad abierto y activado, amenazador frente a su costado expuesto. El costado del brazo que empuñaba su arma contra mí cuello.

-Sé que puedes matarme en estas circunstancias.-Dije con voz gutural. -Pero no antes de que concentre todo mi poder en un único golpe, hunda mi abanico en tus costillas y ensarte tus entrañas.- Puntualicé. -Y si no me creéis, adelante. Poned a prueba mi agilidad, cazador.- Intensifiqué mi mirada de furia para demostrarle que no le tenía ningún miedo. -Os aseguro que antes de que vuestros dos amigos intervengan para impedirlo, los dos yaceremos muertos sobre el suelo.- Exclamé con absoluta convicción.

-Deberíais de saber cazador, que un animal acorralado, una rata de cloaca acorralada, es mucho más peligrosa que una rata que puede escapar.-

La suerte está echada.

OFF: Esta vez no fue demora, quería ver cómo transcurrían los acontecimientos.

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Había permanecido expectante ante la conversación, sacando mis propias conclusiones conforme a lo que escuchaba, esperaba que la diablesa me proporcionara de buen grado la información que le había solicitado. Sin embargo, ésta decidió poner excusas y condiciones para responder a mi pregunta, atreviéndose a menospreciar al propio William y a Sebastian, lo cual no me agradó lo más mínimo, no tenía ningún derecho a darles ese trato.

William se molestó, como era de esperar, y profirió una amenaza interponiendo el filo de su hoja en el cuello de Dechala. Ésta en su defensa, interpuso su abanico y expuso su estrategia. “Mala jugada... nunca reveles tus estrategias a tu enemigo...” Pensé para mis adentros.

Una barrera de viento se levantó de golpe, producida por un simple movimiento. La barrera entre Dechala y William impedía el acercamiento, pero su objetivo fue el que cumplió al embestir a la demonio para lanzarla contra un árbol.

Ya me encontraba a la altura de William para entonces.

- Discúlpame, William. Pero me gustaría interrogarla si no te importa... Deberá responder por sus actos ante alguno de los dos reyes... y si no sirve a Aspicious, entonces podría formar parte de nuestras filas... Servirá mejor viva que muerta... Y no te supondría demasiado reto, William... Esto supera la diversión, espero que lo comprendas... -Penetré la mirada profundamente en los ojos del cazador, girando el rostro únicamente. No se lo estaba pidiendo realmente.

OFF: Ouch, me has quitado la diversión xD

ON:

Cuando la diablesa me apuntó con su abanico por mi sangre corrió un torrente de placer asesino. Definitivamente había cavado su propia tumba al amenazarme. Un instante hubiera bastado para aumentar mi aura y haberle hecho sufrir las consecuencias de atacar a William Schcliff.

Sin embargo Caeli estuvo rápida para apartar a aquella mujer de las puertas de la muerte, empujándola contra un árbol antes de que me diera tiempo a reaccionar. Sebastian gruñó furioso y rugió violentamente. Una bandada de pájaros voló hacia el horizonte nublado.

Tras escuchar las palabras de la princesa mi ira no se apaciguó, sin embargo entendía que quisiera interrogar a la extraña antes de que acabara muerta.

- Interrógala si así quieres, Caeli - respondí serenamente, aunque con una evidente negativa ante la situación.

Hice una breve pausa para calmar a Sebastian con una simple mirada tétrica y continué. La gema de mi frente brilló con un tono carmesí, mucho más intenso que anteriormente. Mi voz se tornó amenazante y espeluznante, la voz de un ser maldito por la oscuridad más profunda de Yggdrasil, y en mi rostro apareció la característica mueca de odio irracional que siente un cazador por su presa.

- Pero debes saber que sea lo que sea esta mujer, acabará siendo asesinada por estas manos. No me importará que sea una subordinada tuya, de Noctis, o de quien sea. Acaba de sentenciar su condena al pretender acabar con William Schcliff.

OFF: Así es Dechala, me temo que te acabas adjudicar un enemigo que te quiere ver muerta. No es nada personal, pero yo que tu me andaría con cuidado xD

- Gracias, William -Agradecí en tono neutro, y después me aproximé con parsimonia hacia la diablesa, mientras el cazador le dirigía unas últimas palabras antes de cederme la iniciativa. Mi rostro, se mostraba ahora frío como un témpano de hielo-. Las rencillas personales no son asunto mío, William. Yo sólo cumplo con mi deber. No es conmigo con quien debes tratar ese tema...

Torné mi mirada ahora hacia la diablesa y la clavé cual puñal en sus ojos. El viento natural me agitaba los cabellos y el cielo se estremecía de nuevo a mis espaldas, con violencia. Pronto comenzaría a llover...

- ¿Me responderás ahora a lo que te pregunte, Dechala? O tendré que llegar a palabras mayores para obtener esa valiosa información... Y digo “valiosa”, porque parece ser muy preciada para ti al no querer rebelarla... Pues escúchame bien, Dechala. Yo no soy tu enemiga a menos que me des un buen motivo para ello. Ante todo eres una demonio como yo y todo lo que deseo saber es a qué reino perteneces y cuales eran tus intenciones al espiarnos y acecharnos de tal manera...

Guardé silencio. Había sido clara y concisa, no esperaba menos de su respuesta y por eso había decidido ser lo más directa posible. Pero, sabía por sus condiciones que no respondería así como así, así que... “Intercambio equivalente...”

- Soy la Princesa de los Demonios Renegados -Repetí mecánicamente, prosiguiendo antes de que ella pudiera comenzar a hablar y replicar. Mi aura oscura comenzaba a sobresalir imponiendo su presencia ante la diablesa-. Si estoy aquí es porque regresaba al Infierno tras un largo viaje. Encontrarme aquí con William ha sido algo casual... aunque inoportuno para ti. Lo que estuviéramos tratando, no es de tu incumbencia -Sentencié con tranquilidad aunque las palabras sonaran tajantemente duras-. Yo ya te he dicho lo que querías saber. Ahora es tu turno de responder. Y por tu bien, espero que lo hagas...

Esperé unos instantes, en silencio. Mi mirada, no era compasiva precisamente, no admitía un no por respuesta.

- ¿Y bien...? ¿Algo que alegar en tu defensa, Dechala?

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OFF: Estoy de acuerdo, el hilo se está tornando muy interesante...

Una poderosa ráfaga me arrojó con violencia contra un árbol. Tras unos instantes de desconcierto y dolor por el fuerte golpe vi a la Princesa hablando junto al Cazador que parecía disgustado por algo, pero pronto volvió a mostrar en su rostro su expresión sádica, cuando volvió a mirarme apoyada contra el árbol.
La Princesa se volvió hacía mí y me observo amenazante mientras comenzaba a interrogarme. Escuché con atención todas y cada una de las palabras que me decía, guardó silencio unos instantes y luego prosiguió presentándose como la “Princesa de los Demonios Renegados”. ¿Demonios Renegados?, esta sí que es buena. ¿Es que hay dos bandos de mi propia especie?, hum...., quizás ese “Aspicious” o como le llamaran pertenezca al bando de los “leales”. Empiezo a entender su anterior comportamiento, tengo que tener mucho cuidado con todo este asunto.
Así que tratando asuntos privados, desde luego me he metido en bien lío, y no precisamente por la amenaza de muerte del Cazador. Si la Princesa me considera una espía o un agente de ese tal Aspicious perderé los 4 pares de patas.

-Debéis creerme cuando os dije que me había extraviado en este bosque.- Respondí en un tono neutral, para demostrar que no tenía intención de desafiar a la Princesa Demonio. -No he empezado con buen pie y os pido perdón por espiaros.- Añadí mirando sus ojos con naturalidad.-Como ya os habéis percatado también yo pertenezco a vuestra raza, pero os confieso que apenas he tratado con nuestra gente en los últimos milenios.- Durante unos instantes medité el periodo de tiempo. -O quizás siglos, no sé como de viejo es el mundo.-

Volví a mirar a la Princesa demonio y luego a mi abanico de oscuridad que aún sostenía en mi mano izquierda. Lo cerré lentamente y lo enfundé en mi elegante cinturón. Luego volví a mirar a la Princesa y levanté el brazo derecho con lentitud y elegancia hacia ella, con la palma de la mano hacia arriba, en señal de pedir su ayuda para poder levantarme del suelo. Un gesto amable, libre de agresión por mi parte.

-Casi siempre he tratado con humanos y no sé quien es ese tal Aspicious, por el que me afiliáis.- Negué con un suave movimiento de cabeza. -Si es vuestro enemigo yo no tengo nada que ver con él o su gente.- Suspiré levemente. -Mi guía humano me ha abandonado en este bosque, llevándose consigo mi caballo y mis pertenencias.- Dije con exasperación y añadí: -Me acerqué con prudencia a vosotros porque no sabía quienes sois, tan desconocidos como yo hacía vosotros. Tenía que tomar precauciones.-

-Busco una puerta al infierno para reunirme con nuestra raza.-

Escuché con atención cada una de las palabras que profesaba la demonio en respuesta a mis preguntas, con la mirada fija en sus ojos, penetrante, como si pudiera ver más allá de su ser. Guardé silencio cuando terminó, asimilándolo durante unos instantes. Aquella demonio era antigua... mucho... y no conocía a Aspicious ni parecía haber tenido mucho contacto con el mundo en los últimos siglos.

Asentí lentamente, tomando una decisión, y rápidamente me volví hacia William.

- Lo siento, William... Espero que esto no cause una enemistad entre nosotros... Pero me la voy a llevar al Infierno... Necesito interrogarla con más calma -Mi mirada penetró en sus ojos nuevamente, seria. Esperaba que comprendiera mis motivos. No deseaba interferir en sus asuntos personales, pero dicha entienda se había vuelto mucho más delicada de lo que parecía-. Puedes solicitar audiencia si lo deseas, aunque no creo que en este momento sea lo más conveniente, dadas las circunstancias...

Mi giré, quedando completamente de cara frente al cazador.

- Así pues... si me disculpáis, me retiraré... -Realicé una amplia inclinación. Después de todo era un amigo, Líder de los Cazadores del Bien, y merecía respeto-. Ha sido un placer veros nuevamente, William Schcliff. Continuaremos nuestra conversación en otra ocasión, si gustáis.

Después me acerqué con rapidez a Dechala, colocándome a su espalda, y la sujeté firmemente por los antebrazos con ambas manos, al tiempo que mostraba mis emplumadas alas negras. Las batí con fuerza y ambas nos elevamos vertiginosamente hacia el cielo, atravesando las nubes de la tormenta -perdiéndonos a la vista del cazador- para emprender el vuelo sobre ellas hacia las puertas del Infierno...

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OFF: Postead si queréis una vez más, pero Dechala y yo nos vamos a aquí -> https://creatureswars.forosactivos.net/t1665-llegada-al-infierno-renegado-de-dechala#33020

La Princesa Demonio escuchó en silencio y muy atentamente todo lo que tenía que decir, una vez hube terminado de explicarme ante ella guardó silencio durante unos instantes, meditando sobre todo lo que le había contado. Resultaba evidente que mi destino pendía de un hilo en ese preciso instante: si me creía probablemente ella misma me mostraría el camino al infierno para reunirme con los míos, si no me creía acabaría despedazada a manos de ella, el cazador y la mascota felina del mismo.

Asintió con la cabeza y se volvió al cazador para decirle que me iba a llevar al infierno para proseguir con el interrogatorio con mas calma. No sé cuales de sus palabras me resultaron mas inquietantes, si “proseguir con el interrogatorio”, o “con más calma”. Pero eso ahora no tiene importancia, de momento me he librado de cualquier represalia por parte del cazador.
Ya actuaré en consecuencia cuando esté en el infierno y sepa a que atenerme.

Tras despedirse del cazador con una reverencia y una promesa de continuar tratando sus asuntos privados la princesa demonio se volvió hacia mi y se acercó rápidamente, tras situarse tras de mi me sujetó con fuerza por los antebrazos. Un hermoso par de alas negras surgió a su espalda y casi en al mismo instante sentí como mis pies dejaban de tocar el suelo mientras nos elevábamos cada vez más atravesando las oscuras nubes de tormenta.

-Al final conseguí librarme de la tormenta.- Musité mientras observaba los nubarrones a mis pies.


Off: Con esto concluyo aquí y paso al otro hilo. xDDD