(Continuación) Al caer la noche... [Sólo Jozu & Edrielle]

Volaba dentro del bosque, esquivando ágilmente los altos árboles y agudizando la vista tanto como podía. Aquél vampiro era de una raza diferente a la mía y desconocía sus intenciones, y en cualquier otro caso no hubiera optado por seguirle el rastro debido a mi desconfianza, pero había algo en él que llamaba mi atención, un sentimiento extraño...

Al fin pude divisarlo en la lejanía, por lo que descendí mi vuelo hasta tocar tierra y eché a correr tras él. No sabía qué iba a decirle, ni si quiera conocía mis intenciones hacia él, pero…

- Espera, por favor… - dije cogiendo una de sus manos para evitar que prosiguiera caminando.

-Al escuchar la voz y al agarrarme de la mano al acto me giré, para mi sorpresa era aquella joven dama que estaba en el bosque que solo hacía unos instantes había visto y escuchado cantar.
-Hermosa voz... esto digo quieres algo jajja
-Reí rascándome la cabeza con la otra mano.

Con la mirada sumergida en los castaños ojos de aquél vampiro y aún sosteniendo su gélida mano, decidí serle franca.

- Te seré sincera… He sentido el impulso de buscarte, de hablar contigo. Perdóname si te ha incomodado que te persiguiera, o que ahora mismo esté haciendo esto, pero… me gustaría caminar un rato junto a ti y conocerte más profundamente…

Sentía como mi respiración se entrecortaba y cómo mis mejillas comenzaban a arder, pero poco me importaba. Aquél momento… seguro que merecería la pena.

-Le cogí bien de la mano y sonreí.
-Tranquila no me molestas en absoluto, bueno me presento de nuevo aun que ya se lo dije antes soy Jozu Yagami un placer
-Hice una reverencia aun con su mano cogida.
-No me importa caminemos juntos ami también me gustaría conocerla
-Sonreí.

Sostuve su mano y juntos comenzamos a caminar, sin rumbo definido. Las hojas marchitas caían danzantes de los arboles, bailando al son de un viento suave creado a partir de mi apacible estado anímico. Estas crujían bajo nuestros pies al caminar, y sólo la luna en lo alto del cielo estrellado alumbraba nuestros pálidos rostros.

- Encantada de conocerte, Jozu Yagami. Yo me llamo… - por alguna razón, odiaba mi nombre, y no me resultaba fácil decirlo – Edrielle Hyëlle.

Observé su rostro por un instante. Como era común entre los vampiros, gozaba de hermosos rasgos y resultaba atractivo a la vista. No obstante, algo, quizá mi intuición, me susurraba que alguien ya ocupaba un lugar en el corazón de aquél vampiro.

- Cuéntame, ¿cuál es tu historia? – murmuré curiosa.

-Voltee mi cara observándola sonriente y le contesté.
-Encantado Edrielle, un nombre bello y poco común... me gusta!
-Reí amistosamente.
-Mi historia?
-Pregunte extrañado, se referiría a como acabé siendo un vampiro?
-Hmmm... si te refieres como acabé siendo un vampiro fue algo no se... divertido?! jaja en cierta forma si..., era joven, que aun que lo aparente tengo ya mis años-Reí-Y bueno todo fue por quedarme prendado de una mujer era tan hermosa... a día de hoy no se si sigue viva o no solo puedo saber que era una vampiresa y que a causa de ella terminé así.
-La miré de nuevo.
-Tu también podrías pasar por vampiresa tienes una piel blanca y hermosa-Reí-
-Y si no te importa a mi también me gustaría saber de ti Edrielle, cuéntame por favor!-Dije con curiosidad.

Escuché atenta su interesante historia.

- Pues ojalá algún día vuelvas a ver a aquella mujer… Hubiera sentimientos de por medio o no, debió ser alguien importante para ti. Podría decirse que por ella eres lo que eres ahora mismo… Debe ser alguien importante para ti.

Por un momento fugaz, recordé quien en tiempos lejanos había sido importante para mí. Pero el pasado, pasado es, y debía enterrar aquellos recuerdos cuanto antes.

- Gracias, la verdad es que siempre he odiado el Sol. – respondí, debatiendo en mi mente si debía hablarle sobre mi pasado o no. Finalmente, como cabía esperar, decidí contarle la verdad… a medias. – En realidad mi historia es sencilla. No caí en gracia del Rey angelical y me expulsó del reino.

Probablemente, contar mi historia real era una de las peores cosas que podía hacer en aquel momento, y rememorar a mi repugnante padre era lo último que haría.

Un soplo de viento revolvió juguetonamente sus oscuros cabellos. No pude evitar sonreír.

-Asentí con la cabeza sonriente.
-Si me gustaría volver a encontrarla y agradecérselo si no fuera por ella no habría conocido a la gente que conozco ni tendría a mi único ser querido, y lo mas probable es que no te hubiera conocido y sería una lastima-Reí.
-Me quede escuchando aquello que dijo, le solté por un instante la mano y se la puse en la cabeza.
-Valla, lo siento as tenido que pasar por algo realmente duro, perdona por haber preguntado
-Al acto soplo un viento y me percaté de como me miro y sonrío.
-P-puedes repetirlo!? s-sonríe!
-Dije sin pensármelo dos veces... tenía una sonrisa extraña, era como un cumulo de sentimientos ocultos entre esos labios.

Por un instante, quedé paralizada por su inesperada petición. Mi corazón fue el único que realizó un movimiento, dando un fuerte vuelco. Podía notar cómo mis mejías ardían cada vez más, por lo que traté de evitar que se diera cuenta de ello bajando la cabeza y hundiendo mi mirada en el suelo lleno de hojarasca.

- Yo… bueno, yo… - murmuré, recogiendo parte de mi flequillo tras mi oreja.

Finalmente, levanté la vista hasta dar con sus brillantes ojos, y sin poder evitarlo una vez más, sonreí. Volví a agachar la cabeza, ruborizada. Nunca antes, jamás, me habían pedido que sonriera, y no sabía cómo actuar exactamente ante aquella situación...

-Sonreí y le puse la mano en la cabeza.
-Has sonreído pocas veces en tu vida, lo puedo saber por que tus sonrisa es pura y transmite muchos sentimientos ocultos... lo as tenido que pasar mal... pero no pasa nada gracias por mostrarme de nuevo esa sonrisa no la borrare nunca de mi mente
-Reí alegremente.

Le observé atentamiente mientras hablaba. Debía reconocer que a pesar de acabar de conocerle, era capaz de hacerme sentir mejor. A pesar de sentir su tacto gélido, era capaz de hacer que una calidez especial calara en mi interior.

- Gracias, Yagami…

Son realmente afortunados todos aquellos que puedan tener a este vampiro a su lado... Realmente lo somos.

-Sonreí.
-No seas tan formal llámame Jozu vale, y bueno que es lo que te ha atraído asta mi
-Reí un poco.

Decidí sincerarme.

- Hubo algo, como un susurro entre estos arboles que me empujó a hablar contigo. Como si una especie de providencia me obligara a conocerte. Y me alegro de que ese susurro de aire me haya empujado hasta ti. – sonreí sinceramente. – Me alegro de haberte conocido, Jozu.

-Me sonroje un poco por esas palabras y me rasque la cabeza con la mano.
-Vaya gracias supongo la verdad es que no tengo nada especial
-Sonreí ampliamente.
-El gusto es mio Edrielle.

Le devolví una amplia sonrisa. No muy lejos pude divisar unas grandes piedras entre los árboles, y me pareció un buen lugar para descansar un rato.

- ¿Qué te parece si descansamos aquí un momento? – sugerí, acercándome a una de las rocas y acomodándome en ella. – Dime, Jozu… ¿cuáles son tus aspiraciones o tus sueños? – pregunté mirando el reflejo de la luna en sus ojos.

-Me la quedé mirando por la pregunta y sonreí.
-Digamos que no tengo aspiraciones ni ambiciones, únicamente me gustaría tener familia
-Sonreí un poco mas mientas me apoyaba yo también en una de estas rocas y la miraba con interés pues era muy bella.
-Y tu, a que aspiras o con que sueñas?
-Pregunté curioso.

- Es un buen sueño el de querer formar una familia. – dije mirando el espacio estrellado. – Estoy segura de que habrás encontrado a la persona perfecta para llevarlo a cabo.

Sonreí. Era una noche preciosa, en un bosque que gozaba de belleza y magia propia, y con una compañía excepcional. Cerré los ojos por un instante, y respiré profundamente… tratando de grabar aquellos instantes en mi memoria.

- Mi sueño… supongo que es encontrar a alguien con quien poder compartir mi existencia. O al menos, encontrar una razón por la cual poder luchar. No es un gran sueño…

Posé mi mirada en la suya por un instante. Había algo en aquél vampiro que me embriagaba, que me estremecía. No pude evitar perderme en su mirada, mientras me preguntaba en silencio de quién podría ser su corazón.

-Asentí.
-Si mi corazón ya esta ocupado por alguien lo que no se si le haría gracia la idea de tener hijos... pero me gustaría tener antes de morir
-Sonreí un poco.
-Tranquila seguro que tu encontraras a alguien eres muy maja y sobre todo guapa
-Reí.
-Si Natasha me escuchara seguro que me miraría mal y le entraría pelusilla, y no digas que no es un gran sueño todo sueño es grande por pocas expectativas que tengas!
-Dije riendo mientras la miraba mas fijamente.

- Natasha… Desconozco quién es. Pero es afortunada, de eso no cabe duda. – respondí con una sonrisa, enterrando la mirada en el suelo por un momento.

Reí con él por un momento, volviendo a cruzar nuestras miradas. Clavaba sus ojos en los míos, su mirada resultaba ser tan penetrante que casi podría asegurar que estaba tratando de atravesarme con ella.

Sentí el impulso de agradecerle su compañía aquella noche, pues a pesar de haberle seguido e importunado él había accedido a acompañarme. Me acerqué sutilmente a él, debatiendome entre si tragarme mi timidez y darle un beso en muestra de agradecimiento o simplemente dedicarle un abrazo…

-Vi como se acercaba a mi y aproximaba un poco su cara a la mía, no pude evitar sonrojarme un poco acerqué mi cara también a al suya rozando un pocos sus labios con los míos.. "n-no", me separé un poco y le di un beso en la mejilla mientras le posaba una mano en la cabeza.
-Lo siento... no es que no quiera pero ya tengo a alguien, estoy seguro que tu algún día lo encontraras
-Dije mientras me separaba de ella algo rojo y sonreía ampliamente.

La reacción de Jozu a mi acercamiento hizo que se me sobresaltara el corazón. En sus mejillas comenzó a aparecer un ligero tono carmesí, y como él, no pude evitar ruborizarme ligeramente. Mientras mis mejillas ardían, recogí un mechón de mi oscuro cabello detrás de mi oreja, y aparté la vista todavía conmovida.

- Sí… supongo que, al fin y al cabo, esos labios son suyos, y sólo esa persona merece tus besos. – susurre tragando saliva, con el corazón en un puño.

-Reí un poco.
-Tu también tienes algo que me llama la atención, pero no sabría decirte el que...
-Dije clavando mi mirada en el suelo y al cabo de poco tiempo levantando la cara poco a poco para poder volver a ver su rostro volviendo a sonreír y a sonrojarme un poco recordando la escena que pocos segundos había sucedido.
-Dime Edrielle que piensas hacer ahora?