EL lago helado

Habia oido hablar de la existencia de un lago completamente halelado al sur de estas inospitas tierras tambien decian que si te fijabas bien era posible encontrar como en el desembocaba un rio tambien helado por las frias temperaturas.

Estube buscando durante horas aquel lugar iba con una gabardina negra que cerraba hasta la cintura y dejaba un vuelo en las piernas, para poder andar mejor por la nieve habia usado parte del cuarzo que solia llevar a la espada para fabricarme unas raquetas de nieve que estaban enganchadas a mis botas.

Aaahhh auch-grite acaba de caerme al resbalarme al parecer habia pisado una superfici resbaladiza mientras andaba y seguia sobre ella rapidamente cambie la fororma de las raquetas de cuarzo y forme unos picos que con dos fuertes patadas detuvieron mi movimiento y me anclaron al suelo acababa de entontrar el lago y estaba justo en medio sin embargo no estaba seguro de como salir ahora de ahi el hielo resbalaba y no podia sacar las alas sin romper el abrigo y congelarme-Maldita sea mi suerte-grite soltando ademas algunas maldiciones al hielo.

Una mano se extendió y tiró de la gabardina del ángel caído con extraña facilidad. A su vez, una plataforma de color morado se formo a sus pies,aun que estos no tocaban el suelo por estar levantado por la extraña figura escondida tras una capa gruesa y un casco negro.

El aire al rededor de ambos cambió lentamente,hasta hacerse cálido,gracias a otro conjuro. La joven se quito el casco y dejo lucir su larga melena morada. Mostraba una sonrisa picara,como de costumbre.

-Estas a tiempo de que esa mala suerte cambie-comenté sosteniéndole aún.

Derrepente algo o alguien tiro de mi abrgo levantandome cual muñeco, cuando me quise dar cuenta una mujer de melana morada me hablaba mientras que en mi piel descendia la sensacion de frio causada por aquel duro clima.

Por curiosidad ¿como podria llegar a cambiar mi suerte?- le pregunte amablemente, negandome a intentar soltarme de su agarre ya me habia demostrado su fuerza.

-Sobrevivir es un buen comienzo-dije sonriendo,y bajándole de nuevo al suelo. Sin saber bien por que,acababa de parecerme adorable.


¿Estas bien?Has sido demasiado temerario-dije cruzándome de brazos y observándole con calma. La pequeña cúpula cálida seguía rodeándonos.

Cuando me solto comprobe que no me hubiese roto nada y me ajuste la gabardina, aunque ya no hacia frio, fue entonces cuando me di cuenta de que ya no pisaba directamente el hielo, estaba sobre... otra cosa.

-Estoi bien, como mucho algun moraton-dije de manera despreocupada quitandole importancia a aquello.

-Por cierto gracias por ayudarme, me llamo Nigaeroth, encantado de conocerte -le dije sonriendo y mirandole a sus ojos azules.

-Dicen que la sensación de sumergirte en un lago glacial es como si te cortaran las piernas con miles de cuchillos,eres bastante afortunado-comenté.La hipotermia no es algo muy bueno..

Yo soy Neliel-dije sonriendo,como siempre hacia,con aquella sonrisa misteriosa.Dime Nigareoth,eres renegado?

Hice una mueca de dolor al escuchar lo que podria haberme ocurrido si el hielo se hubiera roto, solo pensarlo ya me dolia.

No no creo que sea muy buena la hipotermia-dije mientras me frotaba las piernas aun imaginandomelo-Pero seria interesante desafiar al hielo y ser capaz de desplazarse por el ¿no crees?

¿Renegado? no. Soi fiel a la reina aurora hasta que muera o alguien le suceda-no sabia a que venia esa pregunta pero no veia que tuviera importancia ese detalle ademas segun tenia entendido las relacciones con los renegados eran buenas.

-Si que sería fantástico-comenté.

Luego giré un poco la cabeza al escucharle.-Tengo entendido que la reina se ha marchado para no volver-dije bastante segura.-Solo te lo he preguntado por que hay un ángel caído al que conozco y que es oficial.

Vaya las noticias vuelan, es cierto la reina a tenido que irse por una cantidad de tiempo indefinido-no entendia como se habia enterado pero la informacion era cierta y se la veia muy segura de ello cuando hablaba

-A si ¿quien es ese angel caido? alomejor lo conozco-le pregunte aunque me sono extraño que me preguntase por el otro reino si conocia a alguien oficial

-Desde luego que vuelan,y mas si se trata de altos cargos como lo es una reina. Se trata de Kaede,y necesito que le des una cosa por mi-dije,aun que no me agradaba nada la idea de decirle que la conocía,me venía perfecto que le diera aquel sobre.

Saqué de una pequeña bolsa que siempre colgaba de mi cintura un sobre marrón cerrado y rectangular,y se lo extendí para que lo cogiera.

Ella sabrá de que se trata.

En el interior del sobre:

Spoiler:

Cogi el sobre con suavidad, a la vez que trataba de detectar algun rastro de aura en el por si acaso se encontraba hechizado, no fui capaz de notar nada, claro que nunca habia sido muy bueno con esas cosas.

Deacuerdo le entregare el sobre en cuanto la vea-Tras decir esto lo guarde en uno de los bolsillos de mi abrigo-Pero... meintras llegua ese momento,¿ le apetece un paseo por este desierto nevado?

Miré a mi alrededor. No había mas que nieve,ventisca y muchas rocas desperdigadas por el paisaje. Aquel no era mi ideal de paseo,pero tampoco tenía mucho que hacer por allí. Me encogí de hombros y dije:

Bueno,no veo por que no,voy a hacer desaparecer el conjuro que nos mantiene aislados del frío,prepárate. A no ser que prefieras que lo deje,no me importa-dije sonriendo como siempre.

Me coloque bien el abrigo e hice un gesto con la mano como invitandola a comenzar a andar.
-Haz lo que quieras con el hechizo, la verdad no me importa pasar frio, pero antes de comenzar estaria bien si pudieras alejarnos del hielo, o ... podriamos buscar la manera de movernos por el-dije cambiando la expresion de mi cara como si se me acabara de ocurrir una idea, en efecto se me habia ocurrido aunque no estaba seguro de si funcionaria.
-¿que me dices?

Aquel caído no me caía mal,al menos por el momento,así que podía hacerle caso en cuanto a ese hechizo.

Si,parece que sería lo mejor.-me agaché posando las manos sobre sus botas,y estas empezaron a iluminarse con una luz roja aun que muy tenue.

Cuando me levanté de nuevo,las mías estaban desprendiendo la misma luz.

Mira,ahora prueba a caminar-dije dando algunos pasos al frente,y cada vez que lo hacía,la nieve que rodeaba la pisada se derretía antes de hundir el pie en ella.

Luego deshice el escudo que nos mantenía con calor,y volví a ponerme la capucha que me aislaba del frío.