[Misión] El Antiguo Reino

Por fin encontraste lo que más deseabas. Ante ti se erigían los derruidos muros del antiguo reino vampírico, que tiempo atrás fue destruido por a saber qué devenires del destino. Sin embargo, tu tarea no era esa, sino explorar, encontrar lo que pudieras, sobre lo que pasó, y a lo mejor algún objeto de valor, aunque sea meramente sentimental. Muchos escombros, restos de la muralla y algunos torreones de defensa, se encontraban desperdigados sobre el camino, obstaculizándote el paso. Al final del camino, entre los escombros, visualizabas la entrada al castillo. Éste, aunque antiguo y desgastado por el paso del tiempo, te maravillaba por su grandeza y magnificiencia arquitectónica. Estaba claro: Tu deber era entrar ahí, fuera como fuere.

El camino habia sido largo, más no importaba, los que se hayaba ante mi bien merecia eso y más. Habia tenido que dejar mi caballo hacia tiempo debido a la imposibilidad de la subida, y habia subido utilizando mis alas. Aterricé enfrente de los escombros y observé a mi alrededor maravillado. Localicé la entrada en seguida, al final del camino y rodeada de escombros.
Avancé con cuidado entre los escombros, nunca se sabia lo que podias encontrar, observando todo a mi alrededor.
Mientras avanzaba podia imaginar el esplendor antaño perdido. Solo esperaba que la entrada no estuviese bloqueada.

Al parecer, tuviste la suerte de que la entrada estuviera en perfectas condiciones. Estaba claro que la robusta construcción de piedra no se desplomaría a pesar del desgaste y el paso de los años que ha tenido que sufrir. Te acercaste a la gigantesca puerta de madera, que ya empezaba a coger moho, y al acercarte a ésta, se abrió completa y lentamente, sin tener que hacer siquiera el gesto de empujarla, quedando ante ti un lúgubre y oscuro pasillo. Según te habían contado, parecía ser un lugar peligroso. Debías avanzar con cautela

llegué a la puerta y de nuevo me maravillé ante tal construcción, tan robusta y duradera. Iba a alzar la mano para tratar de abrir la puerta cuando esta se abrio por si misma. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
-Parece que esto va a ser divertido. -Continué avanzando en la oscuridad, la cual no entrañaba secretos a ojos de un vampiro, con mi mano sobre el mango de mi espada de plata. Además me mantuve alerta haciendo uso de mi rastreo, si habia algo ahí dentro lo sabría, o por lo menos eso esperaba.

Al avanzar unos pasos más, te diste cuenta de que el suelo se hundía bajo uno de tus pies. Repentinamente, resonó un chirrido metálico a ambos lados de ti. Unas gigantescas cuchillas redondas salieron de un pequeño hueco de la pared, directas a cortarte en 3 trozos si no hacías nada. Delante comenzaban a salir más, pero había huecos entre ellas, por un posible camino de seguridad. El pasillo parecía estar lleno de esas cuchillas

A penas noté que el suelo se hundia bajo mi pie utilicé el baile de las sombras instintivamente y me aparecí apenas un metro por delante, lo justo para evitar las cuchillas, sin embargo mi capa no tuvo tanta suerte y recibió un par de cortes pequeños.
-Menudo fastidio. -Observé a mi alrededor, parecia que habia un "camino de seguridad" por donde no habia cuchillas asi que, usando mi agilidad, fui moviendome a lo largo del pasillo evitando sufrir más cortes.

Ciertamente conseguiste atravesar el pasillo infestado de cuchillas a través del recorrido de seguridad.

Ya dejado atrás el pasillo, llegaste a una gran sala, únicamente iluminada por la luz de la luna que penetraba por los ventanales de la sala del trono. El trono yacía en el suelo, tirado, roto por la mitad.

Donde anteriormente estaba el trono, por la marca del polvo de las patas, se veía unas marcas de corte y de arrastrar cosas, mas sólo a su alrededor había algo. Era extraño, bastante.

Y ante mi se hayaba la gran sala del trono, ahora devastada por el paso del tiempo. Más por lo que parecia, el tiempo no habia sido lo único que habia hecho daño. La luz que entraba por los ventanales iluminaba lo que quedaba del trono, dos mitades desperdigadas por el suelo.
Avancé con cautela, pues no queria más cuchillas por esta noche, hasta el lugar que debia haber ocupado el trono y observé las marcas del suelo. Me agaché y las acaricié con las manos.
-Que extraño... - Para que esas marcas estuviesen ahí algo tenia que haber pasado muchas veces por encima de ellas, o algo muy pesado... Podria ser... No era descabellado. Di unos golpecito a la baldosa por si sonaba a hueco, era posible que al levantar la baldosa se hubiesen dejado esas marcas.

Resultó que al golpear la baldosa, un sonido sordo y apagado resonó por debajo. Parecía que había algo debajo de esa baldosa. Y probablemente esa fuera una de las razones por las que intentaron matar al rey, o eso parecía. Había un pequeño hueco a un lado de la baldosa, como si fuera para introducir algo fino y así levantarla.

El sonido que se escuchó provocó que sonriese, un paso más cerca de la verdad. Tras mirar un poco más detenidamente encontré lo que parecia un ranura, puede que el secreto que el rey se llevó a la tumba, si es que de verdad murió por proteger esto, estuviese aqui. Me levanté y saqué mi espada de su vaina, seguramente encajase y me permitiria hacer palanca.

Efectivamente, la espada encajaba en el hueco, y pudiste levantar una baldosa. Debajo había unas escaleras que se sumergían en la oscuridad del sótano. Debía ser algo muy importante lo que hubiera allí para estar tan protegido. Sin embargo, al abrir la baldosa del todo, parece que un pulsador que ahí había dejó de pulsarse. Un sonido fuerte resonó por la estancia, y el techo comenzó a descender. Las puertas de salida se habían cerrado a alta velocidad, y tan sólo te quedaba la trampilla para poder seguir. Era peligroso, pero la única cosa que podías hacer.

-Oh, joder... -Estaba empezando a odiar ese lugar. Con resignación pero con velocidad me agarré a las escaleras que descendian a la oscuridad y bajé deslizandome por ellas. Lo que allí abajo se encontrase debia de ser algo valioso, nadie guardaba con tanto recelo una receta de cocina.

A medida que ibas bajando, veías que el techo estaba cada vez más cerca, más y más, hasta que finalmente, taponó la entrada por donde entraste, justo cuando tocaste el suelo al final de la escalera. El estrecho pasillo se sumió en una cortina de oscuridad, y apenas podías ver más allá de tu nariz. De repente, se encendieron unas antorchas a los lados del pasillo,que se encontraban hundidas en huecos de la pared. A lo largo del pasillo no había nada. Ni siquiera marcas de trampas.

Al final de ese pasillo se encontraba una puerta, y en un hueco de la puerta había dos figuritas femeninas sobre una montaña, y en el valle dos figuritas masculinas. Un escrito bajo el hueco rezaba lo siguiente : "Dos mujeres ven desde lo alto de una montaña a dos hombres pasear por el valle. Y una de ellas le dice a la otra: Mira, allí están nuestros padres, padres de nuestros hijos y a la vez nuestros maridos. ¿Qué relación tienen las dos mujeres?

Debajo indicaba que debía ser pronunciado en voz alta, y que un error resultaría muy caro.

Medité un rato la pregunta mientras en mi cabeza se formaba un esquema mental. Finalmente mi razonamiento me llevó por este camino: "Si cada uno de los hombres tiene una hija. Cada uno de los hombres se podria quedar viudo y casarse con la hija del otro, eso implicaria que sean sus padres y sus maridos. Si además tienen un hijo, esta es la solución."
-Cada una es la madrastra de la otra. -Dije con voz clara pero preparado por si algo llegaba a ocurrir.

Off: Perdón por la tardanza, pero he tenido una semanita bastante liada >-<

Una voz profunda resonó repentinamente en el pasillo pocos segundos después de que dijeras la respuesta.

Esa no es la respuesta correcta. Sin embargo...

Hizo la voz una pausa. No sabías de dónde venía exactamente, pero parecía provenir de encima de tu cabeza. Como si alguien te estuviera observando.

Sin embargo...tu razonamiento es bueno. El parentesco es bastante posible. De hecho, diría que bastante más probable que la respuesta original. Por ello...te permitiré el paso...

La puerta, a duras penas, se fue deslizando a un lado, hasta desaparecer por la pared en la que se encontraba encajada. Allí, tras esa puerta, había una cámara con varios objetos, entre los cuales, algunos objetos de cierta importancia en el castillo, como armas confiscadas, o incluso unos diamantes que se encontraban en una pequeña urna sobre una mesa a un lado de la sala. Pero en el centro de la sala había una pila vacía, con un pequeño agujero en su centro. Sobre la pila había un mensaje escrito en letra gótica.

Sólo la sangre real hija de nuestros ancestros podrá llegar a encontrar nuestros más preciados tesoros

Podías ver que en centro de la pila, alrededor del agujero, había manchas y restos de sangre secos, probablemente de hará mucho tiempo atrás.

Finalmente y tras unos intantes de tensión la puerta se abrió. Por supuesto que habia otra respuesta, pero requeria de incesto y la habia descartado. Sin embargo, ¿cuantos años tendria ese acertijo? Por supuesto que el incesto debia de ser algo normal. Suspiré, estaba cometiendo demasiadas imprudencias, y aunque hasta ahora habia salido todo bien tendría que espabilarme.

Avancé hacia el centro de la sala sin detenerme, observando todo cuanto habia a mi alrededor, tentado de coger alguna de esas maravillas. Sin embargo, cuando leí aquella inscripción en letra gótica fue como si el resto de tesoros de la sala no fuese nada más que una vaga ilusión. Sonreí para mi, vardaderos tesoros ¿eh?
No me lo pensé demasiado, desenvainé mi espada de plata y ,e hice un corte en la muñeca, donde la sangre saldriá con mayor facilidad y sin riesgo. Coloqué la muñeca sobre el hueco y la sangre comenzó a brotar, rellenandolo. Cuando vi que era suficiente la sangre dejó de brotar de la herida.

OFF Con lo que andas haciendo, das posibilidad a trampas y tragedias, jejejeje.

ON

Poco tiempo después de que derramaras tu sangre en la pila, ésta se fue yendo por el agujero, desapareciendo en las profundidades. De repente, un golpe fuerte resonó, y un sonido parecido a unos engranajes se hacía oír tras las paredes. La puerta camuflada en la pared del fondo se abrió. Allí habia una cámara gigantesca, con unas estanterías de piedra, donde descansaban espadas antiguas, escudos, arcos, mandobles, armaduras, incluso anillos y joyas de gran tamaño, probablemente de un valor incalculable. AL fondo, sobre 2 ganchos, se encontraba una espada de extrañas formas. Bajo la misma, una leyenda se podía leer

La espada sanguinaria más sedienta. La espada más antigua de nuestro reino. Su poseedor obtendrá el poder de los vampiros por y para siempre

Observé como se abria aquella nueva cámara. Típico. Esperé a que se abriese del todo para observar su interior. Aquello si que era el premio gordo. Sin embargo solo tenia ojos para una cosa, aquella imponente espada, aquel recuerdo de tiempos perdidos. Comencé a andar hacia ella con intención de cogerla, esta vez con más cuidado. Si habia alguna trampa seguramente estaria en esa sala recién descubierta.

Efectivamente, la sala estaba llena de trampas. Y lo que más te sorprendió fue, que en lugar de ser una trampa convencional, repentinamente las espadas de las estanterías comenzaron a flotar, y volaban hacia ti, como si hubieran sido lanzadas con un tirachinas. Los escudos iban, a modo de formación muralla, todos juntos para bloquearte el camino, e impedir que escapases de las espadas. Y las flechas de los arcos surcaban el aire directos hacia ti. La única cosa inanimada de la sala era esa espada, la que tanto ansiabas, que estaba al final de la sala.

La sangre brotó del corte de la muñeca de manera refleja. Formé una cúpula de sangre que me cubriese por completo pero que no estuviese pegada a mi cuerpo, por si conseguian atravesarla, y la solidifiqué. Por lo menos eso me daría tiempo de pensar mi proximo movimiento.

Las espadas voladoras se clavaron hasta la empuñadura en la sangre solidificada, quedando las puntas de las espadas apenas a unos centímetros de tu cuello. Por suerte, la sangre había sido suficiente para detenerlas, mientasr uqe las flechas caían al suelo tras chocar con aquella barrera orgánica. Los escudos detrás de ti iban para empujarte hacia las espadas, y así empalarte. A tu lado tenías unas estanterías, ya vacías, y recordando que la espada estaba al otro lado de aquellas otras, no te quedaba alternativa si querías llegar.

Bufé con desprecio, era una trampa irritante e insistente. Seguro que era cosa de magia, odiaba la magia. Me concentré y comencé a mover de nuevo la sangre. Manteniendo clavadas las espadas a la cúpula fui cambiandola de forma, como una ola comenzó a arrastrar consigo las espadas que ya estaban enganchadas y los escudos con intención de envolverlos a todos y no dejarlos moverse. Si funcionaba tendria el camino despejado hasta mi trofeo.

Las espadas no hicieron por moverse más sino que se clavaron aún más profundamente, con la imposibilidad de salir de su encierro y llegar hasta ti. Delante de ti descansaba la espada en la estantería, mientras que detrás tenías la media cúpula de sangre bloqueando el paso de las espadas y los escudos. Debías ir rápido, antes de que la cúpula se hiciera añicos. Pero ahí estaba tu trofeo, esperándote.

-Tsk... -Me giré y miré aquella espada. Tenia que darme prisa o moriria aplastado. Corrí hacia ella, la cogí del mango y traté de levantarla.

Al levantarla notaste que pesaba algo más de lo que podría parecer, pero sin mayores problemas. Ahora tu único problema consistía en la huída de ese lugar. Por donde habías venido no podía ser, debido a la cúpula de sangre que habías impuesto, donde quedaron retenidas las espadas, aunque no por mucho tiempo. Y en esa gran fortaleza protegida de cualquier evento externo, sólo pudiste ver una rejilla a los pies de la espada, rejilla que estaba ensangrentada, quizás por el empalamiento de los locos que intentaban robar esa espada. Parecía la única salida de allí: Las alcantarillas.

OFF Ya falta poco para terminar la misión. Y espero que no sea malamente tomable lo de las alcantarillas.