Antiguo templo de Miandra(Aspicious y Kaede)

El sello adherido al nuevo suelo hizo aparecer nuestros cuerpos en medio de un bosque que ya conocía de antes.Los árboles eran ahora mucho más oscuros,pues nos encontrábamos en medio de la noche,y parecíamos ser los únicos,para mi suerte. La herida de Aspicious no dejaba de sangrar,y aun que la tapaba con fuerza para contener un poco la hemorragia no lograba gran cosa.Usé levemente mi poder de sanación para detener unos pocos minutos su hemorragia y empecé a caminar hasta las escaleras que se adentraban en el lugar en el que podía salvar al demonio.Miré de repente al cielo nocturno cuando empezaba a ascender por las escaleras,y tuve que morder de nuevo mis labios hasta hacerlos sangrar para contener las lágrimas.Aquellas estrellas que brillaban con inmensa fuerza era lo primero que nos había unido a los dos años atrás.

Te prometo..que te salvaré,Aspicious..no me importa lo que cueste-le susurré levantando su cuerpo con más energía,y finalmente llegando ante el estanque que había leído en aquellos libros.El estanque de "ambrosía".

Tumbé a Aspicious con sumo cuidado en el suelo,y solté su mano costosamente.La especie de "bañera" gigante ocupaba varios metros,y era de forma rectangular.Según los antiguos pergaminos,su agua contenía unos poderes curativos bastante especiales: en los extremos de la cavidad se elevaban dos postes de pequeña altura terminados en dos esferas formadas por un extraño cristal muy llamativo.

"Cada esfera simbolizará la vida de uno de los dos ocupantes del baño. Esta especie de estructura se construyó para intercambiar vidas que se consideraban de distinta "importancia".Por ejemplo,cuando un Rey caía enfermo o herido en combate un plebeyo cedía toda su vitalidad al cuerpo del otro,y así se conseguía de nuevo su vida.Claro que.. tratándose de seres mortales no pudo tener todos los efectos deseados.Pero en vuestro caso es distinto.
Tienes que lograr un equilibrio Kaede,si su vida se va apagando,tu le irás cediendo parte de la tuya lentamente,así la posibilidad de que el muera se reducirá al mínimo.Claro que..ya sabes que ocurrirá si no consigues salvarlo a tiempo.Uno de los dos morirá esa misma noche"-los recuerdos de las últimas instrucciones de la bruja resonaban en mi cabeza como una constante oración a tener en cuenta.
Me acerqué a una de las esferas y posé sobre ella la mano que estaba llena de sangre de Aspicious: esta será la vida que tenga prioridad de sobrevivir.Tras eso rodeé la cavidad y, haciéndome un corte sobre la otra mano,bañe la esfera con mi propia sangre: y esta será la que se debe tomar a cambio.

Me di media vuelta caminando rápido,y me agaché cogiendo de nuevo al demonio.Empecé a descender hasta adentrarnos en el agua,que ya empezaba a agitarse con extraños movimientos,calculando el estado vital de sus ocupantes.

Me concentré al máximo respirando hondo. Empecemos..

Aquello era toda una pesadilla. De un modo u otro estaba inconsciente, pero podía percibir ligeramente que Kaede me había llevado fuera de mis aposentos... Aquella atmósfera me resultaba muy familiar... ¿Una arboleda quizás? En el fondo sabía que allí era donde había comenzado todo.

Sin embargo, algo me decía que estaba delirando. En mi mente nublada y cubierta por oscuridad impenetrable apareció aquella mujer. No la había visto desde mi reclusión en las cuevas del Limbo, y con su sonrisa pícara y divertida comenzó a hablarme.

- Finalmente ha llegado tu prueba final, aquella en la que tendrás que luchar una vez más... Estás gravemente herido, es la única manera de eliminar tu maldición. Ella está arriesgando su propia vida para salvarte. ¿O serás tú el que la salve a ella...?

Aun en aquel estado entre el sueño y la vigilia quise mantener la serenidad. ¿Sería posible que Kaede hubiera hecho algún tipo de pacto con Miandra para eliminarme la maldición, a costa de parte de su fuerza vital? Solté una media risa irónica.

- Ja... Os divierte a los dioses ver como las criaturas que creasteis sufren en un círculo de dolor sin fin. Sin embargo, lamento decirte que por mi parte no vas a disfrutar de tal entretenimiento - mi rostro se tornó frío y decidido a no caer derrotado, incluso se podría decir que algo intimidante -. Ninguno de los dos va a morir, después de todo lo recorrido no lo permitiré. Tenlo por seguro, diosa.