buscando al tio Andrew

Me quedé sorprendida ante su pregunta-pu..pues tenía pensado irme pero, creo que me quedaré un rato mas aqui, si no te importa- Miré a mi alrededor, todo estaba en silencio-Este castillo me da tranquilidad, en el mio siempre hay ruido por todos lados.-me reí. Al mirarle observé su cara, parecía cansado como si se hubiese tirado noches sin dormir-Tienes... cara de estar bastante cansado, ¿de verdad no quieres que me vaya? asi seguramente descanses mejor, ademas ya es tarde y seguro que estas muerto de sueño-

Sonreí mirando la sala en general

-Si, es algo bueno, la mayoría de los licántropos del reino recorren los bosques que lo rodean frecuentemente, es mejor campo de.. "juegos" por asi decirlo-reí entre dientes y la miré con cariño-tranquila.. estoy algo cansado pero me viene muy bien despejarme, llevo bastante tiempo firmando documentos... cosas de ser rey, es un royo. Si lo lleog a saber antes...-volví a reir. -¿Quieres conocer el castillo? Podemos dar una vuelta

Reí-¿juegos? -pregunté justo antes de entender a lo que se referia. Ellos eran rapidos y transformados necesitaban lugares lejos de la civilizacion para estar agusto, quizas esa fuese la razon por la que estaban en este bosque-¿sabes? yo creo que eres un buen rey, se nota tu preocupacion por los tuyos, ademas mi madre me a contado-sonreí. Me levanté rapidamente, como si me hubiese dado cuenta de algo importante.-Quiero conocer tu reino!-grité emocionada, nunca habia visto ninguno a parte del mio y de la casa de Katerina.

La sonreí agradecido, entonces reí

-¿A si? ¿Y que te ha contado tu madre, si se puede saber?-dije alzando una ceja sin perder la sonrisa pícara. Me levanté rapido con ella, me gustaba su entusiasmo.-Bien, pues te puedo enseñar un poco el interior del castillo.. aun que principalmente son habitaciones donde viven algunos rangos altos... y en realidad todo el castillo es muy parecido a esta habitacion.. o.. podemos salir fuera y juntarnos con los verdaderos licántropos. Incluso.. podemos darte un paseito en forma lobuna si lo deseas.

me puse el dedo indice en la comisura de los labios-Secreto~~ pero te puedo decir que nada son cosas malas, mi madre os tiene mucho aprecio a todos-canturreé llendo hacia su lado. Por una parte conocerme el castillo me daba mucha curiosidad, pero no podía ser demasiado diferente a como era el mio, pero en cuanto me dijo de salir a conocer a los demas licantropos, incluso de esa vuelta, tenía que ser impresionante-Qui.. quiero verlos!-anuncié con un pequeño brillo en los ojos. Ser lobo tenia que ser algo realmente impresionante, no solo por su fuerza o su velocidad, ni siquiera por el tamaño, solo por el honor por el valor y la libertad aun perteneciendo a una manada, o asi es como lo veía yo. Me cogí de su chaqueta, poniendome a su lado. -La unica vez que vi a un licantropo transformado, fue a Dean... me gustaría verlos.. mas a fondo, verlos como en verdad son..-susurré con una suave sonrisa.

-Bien, pues siguemé.-invité con una pequeña sonrisa

Caminamos por varios pasillos, subimos por las escaleras. El castillo era bastante parecido. Estaba compuesto en su mayoría por mazizo grisáceo de sillares isodomos colocados a soga (off: jaja, lo siento, es que dar historia del arte es malo xD on:) Estaba compuesto por una piedra gruesa, aun que, pese a todos esos factores estaba bastante iluminado por muchas antorchas. Era cierto que apenas habia gente dentro del castillo, solo se veía a los guardias que tenían que vigilar esa guardia y a algún que otro cocinero, médico o científico caminar de un lado a otro. Llegamos hasta la azotéa, a una de las torres. Los centinelas, algo sobresaltados nos saludaron formalmente. Yo los hice un gesto, sonriendoles y estos siguieron mi ronsia, relajándose un poco y volviendo a su labor.

-Bueno... en principio, esto es el reino licántropo-dije esta ultima frase con algo de orgullo, extendiendo los brazos para que ella observara.

Lo que se podía ver es, a los pies del castillo una gran explanada, en la cual había un par de hogueras y grupos de personas. Parecía que estaban cantando y riendo, por lo que más o menos se podía escuchar. A la izquierda se veía un terreno algo diferente, pero seguía siendo explanada, la cual estaba al borde el gran bosque que rodeaba todo el reino, de un par de kilómetros de extensión.

-Aquel descampado algo diferente es el campo de entrenamiento-señalé. Había algunos licántropos, unos en forma humana y un par en forma lupina, aun que no se veía muy bien desde aquí.

No muy lejos, pero ya más por la parte de atrás se podía ver un gran lago, seguido de más bosque y al fondo unas montañas. Desde esta altura también se podía ver algo del mar y muy muy al fondo, si se tenía buena vista, la torre extraña que surgió de la nada.

Dejé que lo observara todo, entonces intervine.

Desde allí, entonces, se comenzó a oir por el bosque algunos aullidos, a los que se fueron sumando cada vez más, contestándose. Yo sonreí.

-Bueno, ¿quieres conocer ya lo que es verdaderamente ser licántropo?-la pregunté, con cierto tono y mirada travieso.

OFF: jooooder xDDD ya veo, madre mía no me entero de nada en esa parte xD

Le seguí callada cual sombra, me paseaba por el castillo enseñándomelo todo un poco por encima. Las antorchas iluminaban levemente la estancia, era extraordinariamente bonita. Aun que ahora mismo fuese de noche se notaba que el castillo, de día, era como un foco de luz, las paredes aun que solo iluminadas por las antorchas absorbían mucha luz. Sentí un escalofrío, me encargaría de llegar a casa de día, no quería chamuscarme ni nada por el estilo.

Llegamos a una de las almenas, vi como saludaba a los guardias, mi madre había tenido razón en todo. Miré la explanada, parecían festejar algo aun que no llegaba a oír que era, estaban demasiado lejos. Mis ojos se movieron instantáneamente a lo que dijo que era la zona de entrenamiento, yo veía bastante bien pero solo podía distinguir algunas formas mas grandes que otras. Observé el lago y la gran extensión de bosque, me moría por ir allí, también estaba la gran torre que como mi madre me había comentado un día sin mas había aparecido allí.

Estaba nerviosa y algo ansiosa por ver mas de aquello que me mostraba, cuando de repente oí aullidos, que provenían del bosque. Me asomé rápidamente-Si.. quiero conocerlo!!-dije con una gran sonrisa volviéndome hacia Andrew

Sonreí ampliamente y la cogí colocándola en mi espalda, agarrándola bien.

-Agarrate muy fuerte, Lucia.-dije, aun sin perder la sonrisa. Entonces con algo de carrerilla, salté de la torre poniendo la mano en el sobresaliente del muro para darme más impulso. Estabamos en plena caida, pero yo controlaba bien la situación, no era la primer vez que hacía algo parecido y parecía que Lucia estaba bien agarrada.

Antes de llegar al suelo con una patada me impulsé en la roca del castillo, llevándonos al suelo bastantes metros más al fondo, evitando el profundo foso que había a sus pies.

Una vez aterrizamos no me detuve y corrí pero a menos velocidad hacia los grupos de personas que habian alrededor de las hogueras. Me detuve cerca y la bajé.

Todos cantaban y reian, hacian bromas, al verme se aumentó el ruido.

-Chicos, esta es mi sobrina Lucia. Tratadla con cuidado, la estoy enseñando el reino-les dije sonriente.

Todos la miraron y en seguida la llamaron para unirse a la fiesta, habia alcohol, claramente y carne recien echa. Aun que alcohol no la dejaria tomar por su edad.. al menos no demasiado, y la carne no se si la gustaría.

-Ven, Lucia, siéntate con nosotros.-la invité, setandome con las piernas cruzadas en uno de los huecos que nos habían abierto para que nos unieramos.

Habia una gran hoguera en el centro, algunos licántropos y licátropas estaban tocando instrumentos de percusión y otros jovenes valientes saltaban encima del fuego haciendo piruetas y acrobacias.

El fuego bramaba danzante casi al ritmo de la musica. Yo, aun que no era tanto mi estilo, algunas noches decidía unirme con el desenfreno de mi manada. Saltaba con los demás jóvenes sobre el fuego, haciendo peripecias.

Sonreía al ver que las chicas murmuraban picaras mirandome con cierto encanto y volvía a la carga, comprovando con el resto de jovenes cual era el que saltaba más alto y cual sería el torpe que caería en las llamas.

Como todos, solo llevaba unos pantalones que me cubrian, en el pecho me habían dibujado los tipicos signos tribales y en mi cara cruzaban tres marcas diagonales pintadas con negro cenizo.

Entonces vi a mi padre y, para mi sorpresa, vi a Lucia. Me acerqué a ellos alegre, guiado por la emoción del reino.

-Lucía, ¡que sorpresa! ¿vienes a unirte a la fiesta?-dije, algo jadeante por el ejercicio.

Pronto me hizo agarrarme a el y en cuanto lo hice saltó. Emití un suave grito mientras me agarraba mas fuerte a el, ese salto no me lo hubiese esperado nunca. Cuando ya me ví a salvo aun que siguiesemos en el aire me solté un poco para no hacerle daño. Bajé cuando llegamos al suelo, habia sido demasiado extraño aun que no sabía porque pues yo misma tenía alas.

La gente reía, bailaba y cantaba alegremente y Andrew solo hizo que aquel ruido aumentase, la gente me llamaba a unirme pero yo era incapaz de darles una afirmación-ho..hola-, aun que si me senté al lado de él cuando me lo pidió, bajando la cabeza algo avergonzada. Nada mas hacerlo ví las piernas de alguien y al subir la mirada me encontré con Dean, no llevaba camiseta y se le notaba exaltado, desvié la mirada durante unos segundos pues no podía evitar pensar que estaba realmente guapo de esa manera, sonreí y saludé con cortesía-E.. solo vine a charlar un rato con Andrew y ahora me enseñaba un poco el reino... no creo ser capaz de hacer lo que vosotros haceis-dije con suavidad, era extraño nunca habia asistido a este tipo de festejos y me sentía un poco fuera de lugar.

Miré la situación, vi a mi hijo saltar con el resto de jovenes y sonreí. "Al menos ha dejado los libros un rato". Comencé a beber escuchándoles, Lucia estaba realmente cortada.
Le ofrecí parte de la bebida, no sabía a alcohol, tampoco llevaba mucho... pero un poco no la haría mal y la ayudaría a soltarse.

-Anda Lucia, bebe un poco y unete a la fiesta. Dentro de un rato seguramente todos vamos a indagar en los bosques, tu podrás ir encima de alguno de nosotros.

Cogí lo que me ofrecía Andrew, no olía del todo mal aun que no fuese sangre. Nunca habia probado algo de tal olor asi que solo le pegué un pequeño sorbo, pasando la lengua por mis labios. No estaba malo eso estaba bien, pegué otro sorbo un poco mas grande y me quedé observando al grupo, parecían divertirse realmente saltando por encima del fuego-Y no se queman?-pregunté a Andrew. Realmente parecía algo peligroso y mas con todas aquellas piruetas, parecía realmente que alguien caería al fuego.

Me llevé un gran susto cuando uno de ellos se desequilibro un poco al caer de nuevo al suelo, pero no se calló ni nada por el estilo. Por una parte me daban ganas de probarlo, tenía que ser emocionante poder hacerlo aun que fuese alguna vez, ademas veía que hasta algunas chicas se atrevían. Pasé la punta de mi lengua por la mitad derecha de mis labios, realmente era divertido verlo. Pues poco a poco se me contagió y empezaba a reírme y a animar a que saltasen-

Sonreí.

-No, andemás, estamos bastante atentos, si alguien se desequilibra ya habria almenos 5 personas socorriéndolo. De todas formas nunca se ha caido nadie.

Bebí de otra copa que me brindaron, riendo con el resto de la gente.

Me habia parado a observar que mi padre la daba alcohol... aun que no lo aprovaba del todo, no dije nada, conocía a mi padre y nunca haría nada para dañarla, aquel baso seguramente tendria bastante poco.

Negué con la cabeza sonriendola.

-No te quemarás, si algo pasara yo te cogería, tu descuida.-la dije, mientras la cogía de la mano, ayudándola a levantarse.-Pero antes...-tiré de su brazo, yo tenía que admitir que habia pegado algunos sorbos a aquellas bebidas.. y el alcohol me afectaba demasiado al parecer por que con esos dos o tres sorbos ya estaba contentillo, lo que me hacia mucho más extrovertido y alocado. La llevé hasta donde había unos tarros de pintura, me agaché y cogí uno de color rojo, pintándola alrededor del ojo los signos tribales que llevabamos todos-Ahora si.-la llevé de nuevo al borde del fuego-¿Qué? ¿Te atreves?-la dije, alzando una ceja y mirándola con rostro pícaro. El alchol me hacía hacer muchas cosas que normalmente no me atrevería

Me relajé al escuchar aquello-Bueno entonces no está tan mal- cuando Dean hizo ademan de levantarme, me tomé lo que me quedaba del vaso que no era mucho y me dejé llevar hacia unos pequeños tarros de pintura-¿que planeas?-pregunté alzando una ceja mientras le miraba coger pintura. Cerré los ojos casi instantáneamente cuando noté la pintura rozarme, cuando los abrí Dean ya había terminado. Empecé a reírme mientras me llevaba al borde del fuego, lo observé casi con admiración y diversión.-¿que si me atrevo?-le piqué. Me sentía mucho mas suelta que normalmente, me quité el corsé (pues aun que no lo pareciese) debajo llevaba una camiseta, que aun que también era ceñida al cuerpo me dejaba mucho mas movimiento.-Vas a ver lo que es un salto con gracia-le guié el ojo y me eché hacia atrás unos segundos, sabía que los licantropos eran veloces y ágiles, pero yo no me quedaba corta en eso. Corrí de nuevo hacia el fuego y salté con una gran sonrisa en los labios, encogí las piernas en una posición casi felina y las desdoblé justo después de pasarlo, cayendo al suelo con gracia.
Me giré hacia el otro lado sacándola la lengua para luego ponerme a reír.

Observé a los dos, vi como Dean la pintaba y como esta saltaba fortuitamente sobre el fuego como el resto de jóvenes. Sonreí con amplitud, me sentia muy agusto alli y parecía que Lucia comenzaba a sentirse de igual manera.

Salió corriendo antes de dejarme hablar y saltó gracilmente la gran hoguera. Sonreí satisfecho, lo habia logrado. Corrí yo también y salté, dando una doble voltereta y callendo cerca de ella. Tras de mí se unieron dos jovenes más, una chica y un chico, haciendo de por sí volteretas propias.

-Ves como no era tan dificil-dije, riendo entre dientes.
Alcé la cabeza, comenzaba a haber más revuelo y sabía lo que eso significaba. Sonreí pícaro y la tomé de la mano.

-Vamos, puedes ir encima mia-dije, invitándola. Echamos a correr en dirección del resto, hacia los bosques, y antes de llegar la solté la mano y con un salto me transformé en lobo. Esta vez era muy diferente a la anterior, mi físico lobuno era el mismo, pero ahora yo lo controlaba, por lo tanto, estaba completamente manso y el pelo lo tenía menos erizado.
La miré, esperando que subiera a mi lomo. Todos se estaban transformando y corriendo al bosque.

Vi que ya comenzaba, muchos se empezaban a retirar hacia el bosque y a convertir. Supuse que todo esto desconcertaría mucho a Lucia por lo que me levanté y fui hacia ella, cuando Dean se transformó, posando una mano en su espalda a modo tranquilizador.

-Tranquila, no te comerán. Deberías probarlo, ¿cuantas veces tendrás la oportunidad de montar a lomos de un licántropo en medio de una manada de estos?-invité, no pasaría nada. Todos los que estaban ahora transformados estaban controlando plenamente a sus lobos y realmente pensaba que era una gran experiencia, supuse que era similar a volar para ellos.

Dean cogió de mi brazo antes de que pudiese si quiera rechistar, pero de repente me soltó y se transformo en un gran salto. Notaba su respiración calmada, no era como la ultima vez que le había visto así. Me atreví en un momento a acariciar su pelaje, era totalmente suave y se escurría por mis dedos. Andrew me dijo que subiese encima, la verdad es que poca gente como yo tendría la suerte de poder ir montada a lomos de un licantropo transformado y tenía tanta curiosidad.
Mis sentimientos ahora se intensificaban, pues sentía una gran afinidad con los animales. Sin pensármelo mucho me apoyé en el y con un salto me subí a su lomo, era una sensación algo extraña. Me abracé a el sin saber muy bien como colocarme y agarrarme-va..vale ya esta!-dije con una voz emocionada y a la vez algo asustada.

Sonreí para mis adentros, ya que fisicamente no podía mostrar sonrisas. Noté omo se subia, pero el frio contacto apenas me impactó por mi gran y abrigador pelaje. parecía que se había agarrado bien, entonces, eché a correr veloz con el rest de licántropos.

Nos adentramos en el inmenso bosque, los demás tambien, esquivando los arboles y saltando de un lado al otro. Yo no me quedaba atrás. Agilmente recorría la maleza, apoyándome en los árboles para saltar a otros y darme más impulso. En uno de esos impulsos, al notar que Lucia estaba biena agarrada, salté muy alto, tan alto que llegué a superar la longitud de los árboles, pudiendo contemplar todo el bosque y a nuestras espaldas, por unos segundos, el castillo del cual nos alejábamos cada vez más. Aterricé encima de uno de los árboles y me zarandeé, dandome más impulso y saltando de nuevo sobre otro. Me deslicé por su tronco hasta llegar nuevamente al suelo y seguí corriendo, serpenteando aquel paraiso licántropo.
Algunos licántropos jugaban a hacerse placajes unos a otros, yo decidí mantenerme al margen de ello, aun que no muy lejos, por el riego de que en uno de estos golpearan sin querer a Lucia al intentar placarme. Aun que dudaba que lo llegaran a conseguir, en este tiempo mis poderes habian aumentado, ya me habian coronado con el rango de maestro. Me sentía sumamente orgulloso, y mucho más fuerte que el resto del reino, salvo mi padre y algunas excepciones más.

Observé sonriente como ella montaba encima de Dean y este echaba a correr con los demás. Yo tambien me transformé y pronto les alcancé. Dean se habia vuelto más fuerte y rápido, al igual que, sobretodo, ágil. Eso me complacía, cada vez se iba haciendo más mayor, y eso ya no tanto en parte... me entristecía que mi niño ya no fuera tan "niño". Habia tenido tan poco tiempo de disfrutarle con su ingenuidad e inocencia. Ahora estaba echo todo un galán, era bastante popular entre los chicos de su edad y muchas jóvenes del clan sentían cierta devoción por él.

Corrí, cerca suya, pero también algo a mi aire, disfrutando de la naturaleza y del resto de mi manada.

Dean empezó a correr velozmente, era como cuando yo lo hacia, solo que de una forma mas libre, mas única. cuando saltó alto tuve el sentimiento de estar flotando en el aire, como si fuésemos a bajar nunca, pero eso ocurrió.
Vi a todos los demás licantropos correr y aplacarse, me estremecí al pensar que nos aplacarían, todavía no sabía luchar bien y aquello probablemente me haría daño, sin embargo cuando observé que no lo hacían respiré tranquila.

Un lobo había empezado a correr a nuestro lado, sorprendentemente era Andrew; era mucho mas alto que Dean y su pelaje parecía cálido y suave, como el de Dean seguramente. Me solté con una mano de el para poder acariciar el pelaje, enredando mis dedos con cuidado de no hacerle daño. Tenía una sonrisa de oreja a oreja pues aquella sensación, era algo increíble y totalmente mágico.

Noté una mano sobre mi lomo, entonces me di cuenta que era Lucia que me acariciaba con ilusión. Parecía que eso la gustaba, la dejé seguir así un rato, entonces me separé de ellos para alcanzar la cima rápido.

Podía notar que a Lucia todo aquello la gustaba, ami tambien, sinceramente... pero tambien me agradaba su estado de ánimo.

Seguimos corriendo, mi padre se adelantó. Entonces todos llegamos a lo alto de una montaña, un claro desde el cual se podía ver casi todo, y sobretodo, la luna.

Nos detuvimos, esperé a que Lucía se bajara de mi lomo, para más tarde colocarme tras ella y darla pequeños empujoncitos con el hozico en la espalda, indicando que se atreviera a avanzar.

Me coloqué cerca de mi padre, esperando que esta se acercara. Entonces, comenzaron todos a entonar su canto al cielo. Montones de aullidos se escuchaban ahora, todos alzábamos la cabeza al cielo, a modo de llamada. Ya era más que por comunicación, por inercia genética... rastros que se nos habían quedado, costumbres de seres de antaño, nuestros predecesores. Era una escena digna de contemplar. Se hizo el silencio y a lo lejos se escuchó una contestación. No eran licántropos, eran los verdaderos lobos los que aullaban ahora, intrigados por nuestros aullidos. A lo lejos, podía incluso olerlos por la fortuita corriente del viento.

Miré a Lucia y de haber podido habría sonreido. La dí con el rabo, movíendolo un poco hacia ella.

El detenernos me bajé de su lomo, estaba maravillada por todo lo que acababa de aprender, ver y sobre todo aprender. Sentí su hocico húmedo en mi espalda y me giré riéndome, dándole suavemente en el lomo-voy voy impaciente..-susurré siguiéndole.
Pronto me encontré con todos los licantropos haciendo un circulo, alzaron las cabezas casi al unisono y empezaron a aullar. Era un gran espectáculo oírles aullar casi al mismo tono y al unisono, era realmente espectacular.
Pronto todos callaron pero varios aullidos se escucharon de nuevo, mucho mas lejos y mucho mas suaves y acortados, los lobos estaban respondiendo a su llamada, sentí el rabo de Dean a mi lado y le sonreí acariciándole la cabeza, no me asustaba en absoluto y nunca podría hacerlo.

Me quedé muy quieta, estaba maravillada con todo lo que estaba ocurriendo. Miré a Andrew, en gran parte se lo agradecía muchísimo, pues si no hubiese sido por el, yo ahora mismo no estaría descubriendo estas cosas tan alucinantes y maravillosas.