Perdidas entre la maleza (Neliel y Katerina)

Era la primera vez que pisaba este lugar a pesar de que estuviera tan cerca de reino vampírico, ya que siempre había tirado hacia allá donde hubiera civilización. Pero hoy sentía curiosidad por ver qué podría encontrarme en este lugar, cuyas leyendas contaban que todo aquel que se aventuraba a adentrarse en sus profundidades, no regresaba con vida... o simplemente no regresaba... Me preguntaba qué escondería esta selva para que sus viajantes llegaran a perderse en su interior.
A lo mejor era un poco descabellado presentarme así a explorar este lugar, a la aventura, pero había sido precavida y había cenado en casa antes de salir... ya que, nunca se sabe lo que te puedes encontrar... y quería estar fresca.
Me encontraba sobre la rama de uno de los grandes y robustos árboles –mimetizada–, tratando de divisar más allá –pero poco alcanzaba a ver mi vista, la verdad, pues todo lo que veía era vegetación y más vegetación...

Contra mas extraño y menos conocido fuera un lugar,mas objetos valiosos podría hallar en él,como por ejemplo tipos de plantas especiales.

Iba con la ropa que solía llevar siempre,la falda corta y la camisa negra de estilo cruzado. La noche se presentaba algo fresca,pero me encantaba salir en aquel momento. Tras una transportación a un lugar no muy lejano de donde me encontraba ahora,empecé a caminar en busca de algo interesante,cuando vi a una hermosa joven sentada en las ramas de unos árboles altos. Me detuve y no pude evitar pensar que era un sitio magnífico en el que estar. Lástima que ya estuviera ocupado.

Me preguntaba de que tipo de criatura se trataría.

Esta vez, mi atuendo era de cazadora, ropa ajustada y flexible, bien ceñida a mi perfecta figura, y el cabello recogido en miles de trenzas, que a su vez recogía en una sola coleta de caballo. Mis ojos, como de costumbre, estaban perfectamente delineados en negro. Y en los pies llevaba unas botas de tacón que se confundían bien con el resto de la ropa. Mi espada, iba envainada a mi espalda.
Un intenso olor a humano llegó a mis fosas nasales antes incluso de percibir su aura... pasé mi lengua por mis labios, relamiéndome... Al llevar el aura suprimida, pude sentir la suya con claridad... “Un brujo... hmm... y superior, nada menos...” Intuía que esto se pondría interesante...
Recordaba que esta selva, lindaba también con el reino de los brujos y el de los licántropos –el recuerdo de Dean rondó fugazmente por mi cabeza–, lo que no resultaba tan descabellado, después de todo...
Agudicé ligeramente mi olfato antes de ver al sujeto bajo mis pies. Su olor hormonal me indicaba que se trataba de una mujer, así como ahora también mi vista lo corroboraba.
Noté que miraba hacia arriba... “¿Cómo es posible que me haya visto?” Pensé extrañada. “Debe de tener habilidades de detección y rastreo, porque sino no me lo explico... Y aun así, podría detectarme, pero no verme mientras esté mimetizada...”
Aparté por un instante la mirada de ella y observé al rededor, el lugar estaba plagado de criaturas que también se sabían mimetizar con el ambiente, pero podía sentirlas... intuía que estaban ahí aunque no pudiera verlas. Cerré los ojos un instante, en busca de algo que fuese sobrenatural... pero no había nadie más por allí.
Me dejé caer ligera como una pluma, y aterricé con la elegancia y gracilidad de una gata.
–¡Bú...! –Susurré en su oído, suave, acariciante.
Y apenas imperceptiblemente –gracias a mi sigilo–, caminé a su alrededor, observándola al detalle... Me llamó especialmente la atención, era exóticamente atractiva... tenía los ojos claros y el cabello oscuro y largo... buen plato de mi gusto... y es que prefería la sangre de mujer, para mi gusto estaba mucho más deliciosa...
Sin embargo, todo lo que tenía de llamativo físicamente, se eclipsaba con su aura, que reducía considerablemente mis ganas de hincarle el diente, tornándolas en un interés, puramente personal... Hacía tiempo que esperaba conocer a un brujo o bruja poderoso...
Me desmimeticé tras haberme hecho el esquema mental, para que pudiera verme.
–Es curioso... Pero creo que eres la última persona que esperaba encontrarme en este lugar... y me gustan mucho las sorpresas... –Susurré, con aire travieso y ciertamente juguetón, deteniéndome junto a ella ladeando la cabeza con una sonrisa de las mismas características.

Sentí como a los pocos segundos la misma mujer que había detectado en las alturas me susurraba al oído,y hacía su aparición. Me observó de arriba abajo,como si se tratara de un caramelo apetitoso,lo que no pudo evitar hacerme pensar que se tratara de una vampiresa,por que los cazadores siempre iban acompañados de su mascota.

Sonreí picaramente,como siempre solía hacer,y nada intimidada por su comentario,contesté:

Cualquiera diría que tratas de seducirme,algo bastante feo tratándose de dos mujeres-dije sin moverme ni un solo centímetro,bastante cómoda y segura.

–Bueno... tómalo como gustes... –Sin dejar de merodear a su alrededor, ni dejar de observarla con aquella mirada traviesa–. Un caramelo siempre es un delicioso manjar, independientemente del género o gusto que tenga...
Me gustó bastante su actitud, a pesar de sus reticencias. Parecía bastante segura de sí misma, sería divertido... me había ido a topar con una mujer tan dura como yo... o quizá más que yo, quién sabría...
Quedé un instante absorta en sus ojos... o eso parecía.
–¿Puedo saber qué te ha atraído a... este lugar... que esconde tantos... oscuros secretos...? –Susurré, suave y persuasivamente.
Sentía curiosidad. Los humanos que tenían el don de la magia siempre me habían llamado especialmente la atención, aunque no hubiese tenido muchas oportunidades de tratar con ellos, ya que solía ser mi madre la que los trataba.

La sonrisa no desaparecía de mi rostro,extraña era la ocasión en la que lo hacía.

-No..no puedes...ya sabes que la curiosidad mató al gato..-contesté,y empecé a caminar otra vez.- Y si ya has terminado de analizarme,tengo importantes asuntos que atender,chica hambrienta-agregué,preguntándome que haría tras eso.

“¿Chica hambrienta?” Si lo decía porque estuviera tratando de seducirla, se lo pasaba –aunque no fuera el caso–, pero que me dijera ella que había venido sin cenar, tenía mucha gracia...
–¿No crees que si estuviera hambrienta no me habría abalanzado ya sobre ti y ahora estarías jadeando en el suelo, tratando de deshacerte de mi atadura? –Aquello no había sonado susurrante ni persuasivo, mi semblante había cambiado, despertando mi psicopatía.
No era la primera vez que coaccionaba a alguien para obtener mis propósitos. Si la persuasión no funcionaba, no podía olvidar que, ante todo, era una asesina psicópata... Y que una brujita de tres al cuarto no iba a burlarse de mí...
Aunque... al verla, no había pensado precisamente en hincarle el diente ni tener precisamente un enfrentamiento.
Al instante siguiente estaba frente a ella, cortándole el paso.
–Vamos, piénsalo, chica engreída... ¿Por qué crees que tendría interés en conocer a una bruja, sino? –Dije, regresando a mi tono susurrante, travieso y sugerente.
Era mi manera de ser y no lo podía remediar. Si no le gustaba, que respirara, pero yo no me iba a dar por vencida, siempre había sido muy perseverante y no me iba a achantar ahora porque ella me hubiese soltado un “No” tajante. Más de una vez había conseguido que esos “Noes” se volviesen “quizáses”...

Me paré cuando se puso en mi camino,y al escuchar sus palabras no pude empezar a reír a carcajadas,con un tono elegante y burlesco.

-¿Y qué te hace pensar,encanto,que tienes alguna posibilidad frente a mi?-dije acercándome mas aún a ella.-Además,si no me equivoco, tenéis prohibido alimentaros de sangre humana...una lástima,sin duda-dije irónicamente.

Y te aseguro que no soy la mas engreída de este lugar-contesté sonriendo mas que antes,con malicia.

Adoraba llamar a la tempestad.

Me reí, a carcajada limpia ante su comentario. ¿Creía que era una vampiresa oficial? Esto se ponía cada vez más interesante...
–¿Prohibido...? –Repetí, con burla–. Qué ingenua eres si piensas que esa norma se cumple... Además, no es una norma para mí... Me alimento de sangre humana a diario... –Dije con cierta sorna–. Y mucha seguridad tienes en ti misma para afirmar que puedes enfrentar a una vampiresa primigenia... Ups, qué fallo, se me escapó... –Me llevé la mano a la boca, tapándola teatralmente–. Pero quizá nuestros caminos no se hayan cruzado en vano...
Lo dejé caer, estaba claro que lo que me interesaba de ella iba más allá de lo banal.

-Ya veo..,pues mira como tiemblo-dije abrazándome con igual burla.-Me parece que te vas a quedar con las ganas,ya sabes,los humanos abundan por estos lugares.

Pero mira,es una suerte para ti,las joyas prehistóricas deben tener un elevado valor para vosotros-dije levantando las manos y negando con la cabeza.

La única que se ha puesto en mi camino has sido tu,así que,si eres tan amable, apártate y ve a comer un rato-dije cruzándome de brazos aún sonriente.

Torcí la sonrisa. Si ella no iba a ceder... yo tampoco lo haría. Simplemente cambié de postura, posando una mano en mis caderas y reposando mi peso más hacia esa pierna, dando a entender que no me iba a mover de allí.
–¿Aquí en la selva, tú crees? –Cuestioné, traviesa–. Créeme, llevo aquí desde el anochecer y ninguno, salvo tú querida, claro está... se ha dejado caer por aquí. Creo que les intimida demasiado como para atreverse a aventurarse... Y dada tu actitud, debes de ser demasiado estúpida si no te hace sentir por lo menos un poquito de respeto... Mira, me has encontrado a mí... Y yo soy sólo el primero de los peligros que puedes llegar a encontrarte... Aunque... –Mis ojos parecieron centellear con un brillo especial–. Tal vez sea mejor para ti que alguien te cubra... ¿no crees?

-¿De verdad crees que es mejor para mi que me cubra alguien que acaba de insinuar mi muerte?La única de las dos que esta buscando protección eres tu,no es tan malo admitirlo,adelante,sin miedo-dije llevándome las manos a la cintura,sonriente.

Empezaba a preguntarme que era lo que quería realmente de mi.

“¿Protección? ¿Yo?” Debía estar de coña... Pero prefería dejarla con la duda si así conseguía que me permitiese acompañarla o al menos que permaneciese algo más de tiempo en mi compañía. Pues, si se marchaba no podría hablar con ella, por lo que no la dejaría irse de rositas.
–Qué mejor aliada que una sierva de la muerte, que bien la conoce, para protegerte de ella... –Insinué–. Bien pensado, en un lugar como éste podría ser tu mejor baza, ya que así podrías evitar encontrártela al saber donde para...

Fruncí el ceño,estaba claro que era persistente.

Esta bien,haz lo que gustes-dije finalmente. ¿Tanto se aburría que se iba con la primera persona que encontraba?Por que dudaba que quisiera algo de mi,realmente.

Me abrí paso ante ella y empecé a caminar con paso uniforme.Saqué una pequeña libreta que guardaba en el bolso que llevaba siempre,el que tenía el conjuro del espacio.
Al poco rato me di cuenta de que se había hecho muy de noche,así que murmuré unas pocas palabras,y mi mano izquierda empezó a desprender una luz suave que iluminaba el camino.

Tal vez tenías miedo a tu amada oscuridad y por eso vienes conmigo-dije con una leve risita.

“¡Sí!” Mi sonrisa traviesa se volvió algo maquiavélica al pronunciarse triunfante. Muchos me habrían tratado de pesada, pero era tan perseverante que siempre conseguía lo que me proponía.
Pasó por delante de mí sin perder tiempo y prosiguió su camino, yo me coloqué a su lado ligeramente retrasada y observé lo que hacía con curiosidad. Siempre me había parecido una disciplina asombrosa, la magia. Gracias a ella, en mi casa podía ver la luz del sol sin dañarme, sin ir más lejos. En realidad era la primera vez que estaba con una bruja –lo que se dice estar de “tratar”–, ya que había sido siempre mi maestra la que había tratado con ellos.
La miré un tanto sorprendida por su comentario, ¿todavía seguía con esas?
–En realidad buscaba una excusa para poder hablar contigo tranquilamente. Eres una bruja y hace tiempo que vengo buscando a alguien capaz de usar la magia arcana a un buen nivel, que pueda ayudarme... –Solté más seria, dejando atrás la picardía y el cinismo.

Al escuchar su último comentario cerré el cuaderno sin vacilar y dejé de caminar despacio.

¿Por qué no has empezado por ahí?-comenté con una amplia sonrisa intrigante,la misma de siempre.

La observé, esta vez como si sopesara hasta qué punto pudiera ayudarme esta brujita con sus conocimientos.
–La verdad, encontrar la forma de llegar a alguien tan esquivo como tú no es tarea sencilla, si tenemos en cuenta que parezco no haberte caído en gracia... aunque es una lástima, tú te lo pierdes –Dije con cierta ironía-. ¿En serio conoces la magia arcana? –Cuestioné–. Porque no me vale con que simplemente hayas leído sobre ella... si no la dominas no me servirás...