La llegada.

Después de mi largo letargo en los bosques y montañas, había decidido por fin volver al mundo de las ciudades. Había pasado ya por Eliria, y qué menos que acudir al Limbo, lugar perteneciente a mi raza, y lo que ahora podría considerar como “mi hogar”. Decidí acudir primero al Palacio Real, para hacer saber de mi existencia de manera oficial.
Era hermoso. Con aspecto de templo de dimensiones ciclópeas, de mármol blanco, períptero, con enormes columnatas semejantes a un bosque de columnas. La luz anaranjada del día hacía brillar el edificio con una luz excepcional, casi mágica.
Me introduje en el edificio, sin modificar mi aura, y con la mirada busqué en la entrada a alguien que pudiera indicarme con quién debía dialogar, a quién comunicar mi llegada.

Estaba mirando por la ventana con algunos pergaminos en la mano,parada en los largos pasillos que formaban parte del palacio. Los bosques del Limbo siempre habían sido tranquilos,y de tonos grisáceos,color que nos caracterizaba de antaño. Me pareció percibir un aura que desconocía,y como últimamente habían desaparecido bastantes caídos estaba preocupada. Un mensajero apareció pocos minutos después.

-Kaede,creemos que ha llegado un ángel caído nuevo,¿nos encargamos de ella?-preguntó con una leve reverencia.
-No,esta bien,quiero hacerlo yo misma-dije devolviendo el gesto y empezando a caminar.

Tras pasar algunas escaleras,llegué a donde creía haber sentido su aura y di con la nueva ángel caído. Me acerqué con calma.

-Bienvenida, me alegra que te hayas decidido a venir por aquí,estaba a punto de ir en busca de los caídos dispersados-comenté en tono agradable,con una pequeña sonrisa.
Mi nombre es Kaede-dije tendiéndole mi mano.

Finalmente, mi búsqueda dio con su objetivo. Comencé a escuchar pisadas no muy lejos, el sonido de los pasos resonaba en el brillante mármol del suelo, y no tardaría en encontrar con la mirada a otra ángel caído. Su presencia, en un primer momento, me impactó. Su aura parecía ser bastante más poderosa que la mía, algo que me agradó bastante. Al fin seres en los que puedo confiar, y además, de notable fuerza...

- Gracias. – respondí agradeciéndole la bienvenida, tendiéndole igualmente mi mano para saludarla. – Soy Edrielle. Me gustaría presentarme ante el rey, o quien sustente el poder actualmente, para hacer saber de mi llegada. La verdad es que ahora mismo estoy un poco perdida…

Tenía curiosidad. Había sido capaz de percibir que su aura era muy poderosa, pero no sabía a ciencia cierta cuál era su rango, su cargo en el Limbo.

-Bueno,sea como sea,sígueme,por favor-dije empezando a caminar aún con los pergaminos en la mano.

Tras atravesar distintas salas y pasillos,llegamos a una habitación amplia,llena de columnas con símbolos en ellas y muy bien iluminada por una tenue luz azulada,que daba un aspecto tranquilo a la sala. En el centro se encontraba una mesa rectangular de madera,sobre una alfombra negra.
Cerré la puerta tras el paso de Edrielle y le indiqué que se sentara en una de las dos sillas junto a la mesa.

Observé que,al menos en el aspecto físico,eramos muy parecidas. Esperé a que tomara asiento para continuar.

La seguí en silencio por los pasillos del palacio, observando con curiosidad cada detalle, cada pasillo, cada estancia que mis ojos alcanzaban a ver. Acostumbrada a los bosques, todo aquello era más que hermoso para mí.
Kaede me condujo hasta una amplia habitación cálida, donde me sugirió tomar asiento. Siguiendo su consejo, me acomodé en una de las dos sillas situadas junto a la mesa, y esperé pacientemente mientras cerraba la puerta de la sala.
Aproveché para observarla detenidamente, ahora que teníamos algo más de tranquilidad. Fruncí levemente el ceño, y una tenue sonrisa se dibujó en mis labios, como gesto de curiosidad. Cualquiera podría haber apostado a que éramos como hermanas gemelas, separadas al nacer. Aquél pensamiento me hizo gracia, y mi sonrisa se amplió levemente sin querer.

Al girarme,y mirarla por inercia,observé que sonreía un poco,y eso me calmo,quería que se sintiera bien en todo momento,pero yo era nueva para estas cosas.

Me alejé un poco de la mesa,y minutos después de haber estado trasteando en un armario cercano,llevé en una pequeña bandeja de plata una tetera,dos tazas,y algunas pastas.
Me senté frente a ella y esta vez sonreí con tranquilidad.

-Estas delante del rango mas alto actualmente en el Limbo,soy la princesa de este reino.-dije dándole su taza caliente y dejando las pastas en el centro de la mesa.
Nuestra reina se marchó hará algunos meses,y el número de ángeles caídos se ha visto reducido. Por descarte,quedan libres los puestos de dos maestros y un príncipe. Además de eso,se mantiene una alianza de paz con los caídos renegados,y con los demonios,aun que esta última no va a continuar por mucho tiempo-expliqué bastante despacio,para que asimilara el máximo de información posible.

Creo que eso es lo más importante que debes saber de este reino-agregué.

Observé cómo sacaba un juego de té, y cómo vertía éste en las tazas. Por un momento, quedé admirada por el color ambarino del té, y por cómo humeaba en las tazas. Quedé casi hipnotizada, a duras penas recordaba la última vez que había bebido algo caliente, acostumbrada al agua gélida de los ríos montañosos. Sostuve la taza entre mis manos sintiendo cómo se calentaban, cuando asimilé lentamente sus palabras. Estaba ante el rango más alto. Aquello hizo que alzara mi mirada para mirarla directamente a los ojos, con fascinación. Después, escuché atentamente sus palabras, asimilando cuidadosamente toda la información.
Asentí levemente, mientras aproximaba la taza a mis labios y daba un pequeño sorbo. El té estaba delicioso, y la sensación de beber algo caliente de nuevo era maravillosa. Después, carraspeé.

- Gracias por informarme de todo, princesa. – dije asintiendo levemente con la cabeza. Bajé la mirada por un momento, pensativa. - ¿Hay algo que deba hacer? ¿Algún... deber con el que deba cumplir?

Como ángel caído inferior, estaba a su servicio, y desconocía si tenía deberes allí.

-¿Puedo saber que ha sido de ti hasta ahora?-pregunté con calma sosteniendo con las dos manos la taza de té,esquivando su última pregunta.

Me recordaba irremediablemente a mi,ya no solo por su físico,sino en la primera vez que yo me encontré frente al mas alto cargo,y en especial,su aura,que parecía esconder algo de tristeza.

Su pregunta me cogió totalmente desprevenida. Deslicé mi mirada huidizamente hasta mi taza de té. Por lo general, cada vez que habían hecho esa pregunta, había respondido con un silencio, yéndome del lugar, o en casos más extremos, a golpes de espada. Pero Kaede no merecía ninguna de las tres respuestas. Tampoco merecía que la mintiera, y tampoco quería hacerlo.

- Bueno… - comencé, sin saber muy bien qué más decir. – Digamos que… desde que caí del Cielo, me he visto obligada a vivir entre los bosques, montañas y cordilleras, por... determinados motivos concernientes a los ángeles, claro. – respondí finalmente. No había falta de verdad en mis palabras, pero tampoco exceso de información. Contra menos recordara mi pasado, mejor. Ahora era el momento de empezar una vida nueva. Y hablar de ello no me ayudaría. – Lamento haber llegado tan tarde.

Dejé la taza con fuerza sobre la mesa-¿Cómo que has estado viviendo todo este tiempo en esos lugares?..bueno..en ese caso yo misma te ayudaré a buscar una buena habitación,por que tu nuevo hogar será el limbo-dije con firmeza y en un tono mas suave que al principio. No me imaginaba la de calvarios que habría tenido que pasar.

-Respecto a lo de los ángeles..creo que casi todos con los que hables en este lugar van a estar de acuerdo contigo-comenté mirando el líquido de la taza,y recordando cierta imagen que yo misma me arrancaría del corazón si pudiera.

No hay nada de lo que lamentarse,solo espero que aquí puedas ser feliz y sentirte en casa.-dije con sinceridad-aun que yo no sea la reina,mi deseo es crear un reino que sea como una gran familia,y que pueda vivir en paz-dije con una pequeña sonrisa al final.-Esperemos que quien llegue a ese puesto haga algo bueno,sea lo que sea-agregué.


Tu primera misión,Edrielle,será no morir-dije mirándola a los ojos con firmeza,como no lo había hecho hasta ahora.-Una vez tengas eso claro,me gustaría que con esfuerzo y tiempo,te ganaras poco a poco mi confianza,y,por supuesto,viceversa-dije relajamdo un poco el gesto,y esbozandola una sonrisa cálida.

En aquellos momentos, me sentí muy agradecida por su bienvenida, su hospitalidad y por el interés que estaba poniendo en mí. Parecía una persona muy generosa, al tener la pretensión y el deseo de tratar de crear una especie de hogar unido en el Limbo. Sin lugar a dudas, parecía ser una buena líder, y se la veía dedicada a sus compromisos.

Después, presté atención a lo que ella había llamado mi primera misión. Sonreí levemente, sobrevivir era sencillo para mí. Acostumbrada a vivir prácticamente a la intemperie día y noche, vivir ahora en un una ciudad protegida no debía ser demasiado complicado. Aunque sí era cierto que malas criaturas había por todas partes. Sería precavida, en cualquiera de los casos.
Asentí con la cabeza ante aquello último.

- Por supuesto. – afirmé con cierto entusiasmo. La verdad era que, por algún motivo, quería conocer más a fondo a la princesa. Había conseguido llamar mi atención, y en absoluto había demostrado que no se pudiera ganar mi confianza.

-Bien,nunca he sido muy seguidora de recibir órdenes de alguien que no merece mi ayuda o lealtad,por eso te instruiré así hasta que llegue otra persona-comenté con un tono de voz suave.

¿Cuál es tu elemento?

La escuché con atención, su tono de voz era suave, y de alguna forma me reconfortaba. Asentí con sutileza ante sus palabras.

- El aire. – respondí a continuación, ante su pregunta. Entonces, por un momento quedé pensativa. Nos parecíamos mucho, así que ¿cuál sería su elemento? ¿El aire también? Las ideas danzaban por mi mente, imaginando. Podría decirse que sentía algún tipo de entusiasmo esperando su respuesta.

Abría un poco los ojos sorprendida,y luego volví a sonreír-no se por que no me lo esperaba. Compartimos el mismo elemento-dije entusiasmada.-Estas segura de que no somos hermanas perdidas o algo así?comenté empezando a pensarlo realmente.
Sea como sea,me agrada tenerte aquí Edrielle-dije sonriendo con amistad,y levantándome despacio de la silla.

Mi corazón dio un pequeño vuelco al oír sus palabras. Aunque estaba ansiosa por escuchar cuál era su elemento, en cierto modo no pensaba que fuera a ser el mismo. Quizá porque sería demasiada casualidad. Pero el hecho es que así fue, y aunque sonara contradictorio, no me lo esperaba.

- Es curioso. – admití en voz alta, con una sonrisa sincera. – La verdad es que desconozco si en su día tuve hermanos o no. – no había conocido a mi familia, únicamente a mi padre y no fue un momento agradable, así que desconocía si tenía hermanos. ¿Sería Kaede mi hermana? La incertidumbre podía conmigo, me abstraje en mis pensamientos por un momento y lo imaginé. Algo en mi interior me decía que no era así, pero asimismo, algo me decía que podía ser perfectamente posible. Sea como fuere, decidí dejar por ahora a un lado esos pensamientos, ya tendría tiempo de pensarlo más tarde, aunque la curiosidad me provocara por dentro.

-Igualmente. – respondí. – En realidad, me alegro de que compartamos elemento. ¿De quién podría aprender a controlar mi elemento mejor que de ti? – dije con agrado. Aprender con una princesa, no podía pedir nada más.

Ante su última frase abrí un poco los ojos,eso me había hecho bastante ilusión,y era algo que no me esperaba. Llevaba tiempo preguntándome si sería buena para asumir el cargo de reina; pero dejé de irme por las ramas en mis pensamientos.

Tenía la sensación de que tendría una buena amistad con Edrielle.

-Muchas gracias,espero estar a la altura de tus expectativas-dije sonriendo. Y terminando de levantarme-Bueno,va siendo hora de que te busquemos un sitio en el que vivir,sígueme-le dije empezando a caminar.

Algunos viven en casas,y otros en dormitorios unidos al palacio,eso es elección tuya.

Le devolví la sonrisa, y a continuación imité sus movimientos. Me levanté de mi silla y la coloqué delicadamente en su lugar de origen. Eché un último vistazo rápido a aquella estancia, y traté de grabarlo en mi memoria como recuerdo de mi regreso al “mundo”, por decirlo de alguna de las maneras. Después la seguí con paso firme, la escuché atentamente, y una vez me hubo informado sobre los diferentes tipos de alojamiento, quedé pensativa. ¿Casa o dormitorio? Si escogía una casa, tenía el inconveniente de vivir algo más alejada de palacio, y así quizá podría sentirme algo sola. Pero así me había criado, alejada, de forma individual, sin la costumbre de tener contacto todo el día con los demás. Quizá fuera lo más adecuado, ya que si escogía una habitación y no terminaba de adaptarme a aquello, podría suponer un problema.

- Preferiré una casa, gracias. – respondí siguiéndola a una distancia prudente, esperando que quedaran casas libres.

-Bien..-dije pensativa. Había lugar de sobra,sin duda.Solo me preocupaba que parecía un poco fría,distante. No era quien para juzgarla y menos aún sin conocerla,pero no quería que se sintiera sola estando aquí,y me había agradado bastante.

Lamento si resulta molesto,pero te visitaré de vez en cuando,has logrado llamar mi atención,y quiero mantener el contacto-dije en un tono suave,mientras salíamos del palacio y empezábamos a atravesar un pequeño paseo con árboles que conducía a las diversas casas.

Están un poco lejos,pero puedes ir escogiendo cual ver-comenté mirando a una pequeña montaña cercana.

(OFF: Siento haber tardado tanto en responder, últimamente estoy algo liada con la universidad. )

ON:
Por un instante se apoderó de mí un disimulado sentimiento de júbilo cuando oí su afirmativa ante mi duda. Me alegré de que hubiera casas libres. Pero por un momento, pareció quedar pensativa, y eso provocó que yo también cavilara en algo. ¿Qué pensará…?
Después presté atención a sus palabras. De todo lo que me había dicho Kaede hasta aquél instante, aquello era sin lugar a dudas lo que más me había impresionado. Abrí los ojos con un atisbo de impresión, y sentí cómo por un momento se me aceleraba el corazón. ¿Lo dice en serio? La sola idea de imaginar el hecho de volver a tener a alguien con quien hablar, o simplemente, con quien compartir vivencias, me emocionaba hasta el punto de no encontrar palabras para expresarlo con exactitud.

Por un instante fui ilusa, e imaginé cómo podría ser una vida nueva a partir de entonces. Pero mi experiencia deshizo aquellas ilusiones de golpe al echar la mirada hacia atrás y recordar cómo me habían quitado a quienes yo más había querido. Y no estaba dispuesta a volver a sufrir aquello. No… pero tampoco destruiría la oportunidad de construir nuevos lazos con quien lo mereciera. En lugar de eso, me dedicaría a defender precisamente a quien quisiera mantenerse a mi lado. No podría estar toda la vida escondiéndome en una guarida en las montañas perdidas más allá de donde la vista alcanza, por siempre jamás. Eso se había terminado, me gustase o no. Tragué saliva, y me dispuse a contestar.

- En absoluto, no tienes por qué disculparte. Será un honor recibirte siempre que quieras. – respondí con un tono de voz que reflejaba mis esperanzas.

Observé a mi alrededor, escrutando el horizonte. Había pequeñas montañas, por las cuales se encontraban dispersas diferentes casas. Algunas parecían tener vida en su interior, otras se mostraban más oscuras y vacías. Observé con detenimiento una de las primeras que me parecieron estar vacías. Era hermosa, de estilo y apariencia muy similares al del Palacio.

- Creo que aquella puede estar bien. – dije, indicando con mi dedo índice a cual me refería.

Sonreí mas tranquila cuando no la vi reacia a la idea,y después observé la casa que señalaba. Caminamos en su dirección,llegamos a la puerta y la abrí al rozarla con ayuda de una pequeña corriente de aire. El olor a cerrado nos inundo unos instantes,me aparté y la indiqué que entrara para que decidiera definitivamente.

-Echa un vistazo-le indiqué esperando a que entrara.

Nos invadió un peculiar olor, que indicaba que aquél lugar había permanecido cerrado por mucho tiempo. Kaede abrió la puerta, y tras eso, me introduje en la casa no sin su consentimiento. Era amplia, aunque como era obvio, estaba casi en penumbra debido a unos pesados cortinajes que impedían que la luz del atardecer se introdujese en la estancia. Hacía frío en aquél lugar. Mejor. Lo prefería a que hiciera calor. Me aproximé hasta uno de los ventanales, y de un movimiento rápido y ágil, descorrí uno de los pesados cortinajes. Al introducirse la luz anaranjada, pude observar una estancia todavía más grande de lo que me había parecido en penumbra. Los suelos, paredes, y todo en general, estaban recubiertos por un níveo y pulido mármol, en el cual seguro que podría reflejarme después de una limpieza. Era una decoración peculiar, con esbeltas columnas de orden corintio empotradas en las paredes y algunas por el centro del gran recibidor.
Desconocía cuántas habitaciones tendría aquél lugar, pero sería más que suficiente para mí. Me gustaba aquél sitio, a pesar de ser antiguo y estar lleno de polvo.

- Me gusta este lugar, princesa. Os lo agradezco. – dije, agradeciendo la oportunidad que me había brindado para poder tener un hogar. Medité por un instante. - ¿Quién vivía antes en esta casa, princesa?

Esperaba no ser indiscreta con mi pregunta, pero la verdad era que tenía una gran curiosidad.

Off: Y por cierto,no te disculpes,ya es más que suficiente que tengas tiempo para contestar,así que tranquila^^

On:

Pasé tras Edrielle a la casa morada antigua,y la observé con detenimiento. Era muy amplia y la decoración era buena a mi gusto,a pesar del polvo y los demás resultados de llevar tanto tiempo cerrada.-Veo que tienes buena intuición-dije complacida.

Pues..,debió pertenecer a uno de los ángeles caídos más antiguos,por qué desconocía esta casa,y créeme,he estado en varias-comenté llenándome de curiosidad,mientras observaba paredes y muebles en general.-Incluso,puede que encuentres algo valioso en su interior.

Me alegró la idea de que le gustara esa casa,en general me agradaba verla más animada.

Y Edrielle,puedes tutearme,no te preocupes-dije riendo un poco.

(OFF: Siento la tardanza, algún día acabarás matándome...)


Aún observando al milímetro la estancia, escuché la voz de Kaede atentamente. Me emocionó la idea de que aquella casa pudiera haber pertenecido a uno de los ángeles caídos más antiguos, y más aún la idea de que pudiera encontrar algún objeto de él en su interior. El coleccionismo de reliquias u objetos antiguos era algo que, por alguna razón, me apasionaba.

- De acuerdo, trataré de acostumbrarme a ello. – respondí sobre aquello de tutearla.

Inspiré profundamente, echando un último vistazo rápido a mi alrededor.

- Gracias de nuevo por permitirme acomodarme aquí, princesa. Es un honor.

OFF: Por suerte ese día debe estar muuuy muuy lejos,jajaja.Tranquila^^


On:

Me sonroje un poco ante su trato,lo cierto es que no estaba muy acostumbrada a el.Pero prefería tratar con la gente de manera mas cercana.


Si encontraras realmente una reliquia aquí,debes tener cuidado,hay muchas peligrosas recogidas en la historia del Limbo.Siempre podrás investigar de todo lo que nos rodea en la biblioteca principal,esta abierta durante todo el día.Si te escondes bien puede que no te regañen los vigilantes si te quedas dormida..yo aprendí a hacerlo-dije soltando una risa leve recordando los viejos tiempos en los que me podía pasar allí horas y horas enteras.


Bueno,creo que va siendo hora de que te deje tranquila,querrás acomodarte en tu nuevo hogar.De todos modos,me gustaría visitarte,ya sabes que ahora cuentas conmigo-dije esbozando una sonrisa amistosa.


Y en el caso de que te necesite para asuntos importantes,te haré llamar lo más pronto posible.

En mi cabeza ya se estaba formando la idea de comprobar sus habilidades para ascenderla a Maestra,la veía con buenos dotes,al menos psíquicos para ejercer ese puesto.Sin embargo ahora no era el momento y ella necesitaba asentarse y descansar,además de conocer mejor el Limbo.

Tu también debes venir a verme si algún día lo crees necesario,o simplemente te apetece.Lo cierto es que no suelo recibir muchas visitas-dije riendo un poco,aun que era cierto.

Me sorprendí ante sus palabras. No había meditado sobre el hecho de que algunas reliquias pudieran resultar peligrosas, pero era una opción a tener en cuenta. Sonreí al oír sus experiencias en la biblioteca, y pensé que no tardaría demasiado en visitarla. Sumergirme entre libros polvorientos y palabras antiguas, era una de mis mayores aficiones. Los libros, rara vez pueden causarnos daño alguno, al contrario que las personas.


- Gracias de nuevo, Kaede. Y por supuesto, estaré encantada de que volvamos a vernos, puedes pasar por aquí siempre que quieras, no importa cuál sea la hora. – respondí, agradecida. También agradecía que me tuviera en cuenta en los asuntos importantes. – Y… en cuanto vuelva a acostumbrarme a tener tacto… con los demás, por decirlo de alguna forma, pasaré a visitarte, sin lugar a dudas.


Esbocé una torpe sonrisa, algo que debería practicar más a menudo, e hice una leve inclinación con la cabeza, a modo de agradecimiento y respeto.