¿porque a ocurrido esto? (Walter)

Nunca había sido una niña que se comunicara con los demás, era reticente con todos y cuando por fin había conseguido establecer una relación de complicidad y amistad... este había desaparecido.

Le busqué por todos lados, pero ni rastro de él. Me senté en mi cama con la suave luz de la vela alumbrando un pequeño y ya viejo libro. Últimamente pasaba mucho tiempo sola, sin hablar ni siquiera con mis padres, muchas veces había pensando que la gente, cualquier persona, nunca tenía que arrepentirse de nada, pues sería como negar el como es realmente; pero ahora... Yo me arrepentía de todo lo que había pasado con el y todo lo que habíamos compartido en una noche...

Sacudí la cabeza mirando el cielo por aquellos grandes ventanales, eran las 4 de la mañana, plena noche y sin embargo yo ya estaba metida en mi cama sin querer hacer nada. Cerré los ojos iba a ser una noche muy larga.

Deambulaba por le castillo sin mucho que hacer, ya habia cazado esa noche y habia atendido todos los asuntos en mi estudio, era agradable volver a tener una noche libre de vez en cuando. Podia detectar que Lucia seguia en su habitación, cosa poco usual, pues ultimamente pasaba mucho timepo fuera, siempre habia sido un poco antisocial, por eso me alegraba que saliese de vez en cuando. Me dirigí a su habitación para hablar con ella.

Llamé con cuidado a la puerta antes de entrar.
-¿Se puede? -Pregunté desde el umbral de la puerta, no entraria sin su consentimiento pues me gustaba respetar su intimidad. Pero al ver su cara no pude evitar preocuparme, era evidente que habia ocurrido algo. -¿Ocurre algo, mi vida?

Escuché vagamente el sonido de alguien llamando a la puerta y cuando me dí la vuelta vi a mi padre asomado por ella. -Claro padre pasa, estaba leyendo un rato-intenté sonrei pero no pude hacerlo. Esperé a que entrara y entonces le respondería-bueno... nada en especial, supongo que no di con la persona adecuada con la que entablar amistad...-una carcajada de mofa hacia mi misma salió de la comisura de mis labios, mientras que mis ojos seguían dedicando aquella tristeza que se apoderaba de mi bastantes noches. Crucé mis piernas esperando a que se sentase a mi lado-pero bueno... ¿me requerías para alguna cosa?-pregunté intentando cambiar de conversacion.

Mi sonrisa se torció un poco al oírla hablar y ver su sonrisa forzada. Pasé a la habitación y me senté a su lado en la cama. Continuó hablando, algo había pasado, seguramente con un chico, solo un jovencito apuesto podría causar al desasosiego. Una triste sonrisa se dibujó en mis labios, todavía era pequeña, pero ya había experimentado un desamor.
-Tan solo quería hablar un poco contigo, ya que tengo la noche libre y últimamente no nos hemos visto mucho. -Me acerqué un poco más a ella y la rodeé con mi brazo, pues era evidente que no se encontraba especialmente bien. -Cuéntame pequeña, ¿que ha ocurrido?

Me dejé caer en su hombro sonriente-Que bien! la verdad es que trabajais mucho mama y tu, supongo que mama sigue en el consejo discutiendo con aquellos viejos -dije con un tono mas animado, a veces era mucho mas agradable pasar tiempo charlando con mis padres, casi nunca les veía.
Me asombró que supiese que habia ocurrido algo, pero teniendo en cuenta muchas cosas pronto se me pasó el asombro. Suspiré cansada, en principio no devía decir nada porque lo habia prometido y por otro lado seguramente mi padre supiese mucho mejor que hacer.
-Pues nada papa.. que conocí a un chico, nos llevabamos muy bien y todas esas cosas y a mi incluso me estaba empezando a gustar, pero de repente desapareció de la noche a la mañana, pero bueno era solo un amigo mas-

-Y me da que va a seguir allí un rato largo. -No me habia dado cuenta de lo mucho que echaba en falta su compañia, tantas horas trabajando no podian ser buenas, tendria que pasar más tiempo con ella en el futuro.
-Ajá, asi que un chico, ¿eh? Y de repente desapareció... Vaya, seguro que no quiso hacerlo. No creo que ningún chico quisiese separarse mucho de tí. Y micho menos si os gustabais. -Hablaba mientras en mi cabeza repasaba la lista de jovenes vampiros que habia desaparecido, solo tenia un nombre, Ryu, el hijo de Natasha, la verdad es que con una madre así yo tambien habría huido. -No te preocupes, cielo, seguro que volverá, y si no lo hace... Bueno, tendré que ir a buscarle yo. -Terminé bromeando y encogiendome de hombros, intentando sacarla una de sus deliciosas sonrisas. Era realmente hermosa, y no es que fuese su padre, que tambien.

Suspiré con una pequeña sonrisa en sus labios-No lo entiendes papa...-susurré. No sabía como explicarselo, para ellos yo solo tenía 7 años escasos y era algo realmente vergonzoso-como explicarlo...-
Giré la cara para no tener que mirarle, despues con el ceño fruncido la volví a girar-Como se te ocurra ir a buscar a ese muchacho a Eliria te juro que te las verás conmigo y con mama- no sabía en quien pensaba, no sabía si el me habia visto en algun momento con el, pero quería despistarle un poco.
-e.. -quedé callada unos instantes-Una de las noches que fuí a Eliria, volví a encontrarme con este chico. Paseamos, tomamos algo, y los pasamos bien charlando juntos..-una sonrisa un poco tonta me apareció-Papa... estube con el..-. Le miré a los ojos, atemorizada por lo que pudiese decir, pero no sabía si me habia entendido, de todas formas mis ojos se aguaban-Me acosté con el, sin ni siquiera saber lo que estaba haciendo... Cuando al dia siguiente volví a su casa.. habia recogido todas sus cosas y ya no habia rastro de el-
Me salió una carcajada aun que empezaba de nuevo a llorar, me retiré las lagrimas con la manga, seguramente ahora mismo mi padre me regañaría como nunca.

Cuando comenzó a llorar la abracé con cariño y dulzura. Mi pequeña... Asi que era eso, debia sentirse traicionada y sola, además de confusa. El tiempo habia pasado demasiado rápido para ella, con apenas siete años ya era toda una jovencita, no habia habido tiempo para explicarle antes estas cosas.
-Mi vida... -Apenas me salian las palabras, por eso habia pasado tanto tiempo fuera de casa, debia de haber estado con ese chico, y ahora que se habia ido lo staba pasando realmente mal. La abracé con fuerza y luego me situé frente a ella y la miré a los ojos. Sequé un poco sus lagrimas con un dedo. -No debes dejar que esto acabe contigo, o con tu encantadora sonrisa. Se que ahora estas triste, y es normal, esas cosas duelen. Pero el tiempo lo cura todo, y de cada pequeña aventura aprendemos un poco. Si ese chico no quieres estar contigo no te preocupes, seguro que encontrarás algún otro que te quiera, que este contigo siempre, alguien que te cuide y te proteja. Pero hasta entonces me tendrás a mi, siempre a tu lado. -La abracé de nuevo y le di beso en la frente. -Y por cierto, lo que te acostaste con él mejor que no se lo digas a tu madre, seguramente sea más violento para ella que apra tí. -Dije con una sonrisa pícara para ver sonreia.

No era la primera vez que me sentía tan indefensa contra algo a lo que no podía ganar, pero siempre Walter... siempre conseguia calmarme de alguna forma, que aun que extraña por su forma de actuar era totalmente efectiva.
Sonreí, la verdad es que me había echo gracia lo que había dicho de mi madre, seguramente la resultaría como habia dicho mucho mas violento, pues ella era asi.-no la diré nada... pero si luego se entera no es mi culpa-dije encojiendome de piernas.
Suspiré-Es solo que... me siento tan indefensa muchas veces... como si me fuese imposible ser un poco mas fuerte, no e progresado nada desde que comencé a entrenar-le miré a los ojos. Estaba preocupada, demasiado como para ver con objetividad las cosas.

La vi sonreír y se me iluminó la cara. Tenia una sonrisa perfecta y encantadora a la que era imposible no responder con otra.
-Confío en ti. -Terminé por decir. Continué escuchándola hablar esta vez más preocupado. Medite un momento antes de responder.
-Bueno, eso tiene fácil solución y explicación. Apenas llevas unos años entrenando, es normal que te sientas así. Pero podemos solucionarlo, supongo que puedo darte algunas clases de más.

La sonrisa se me ensanchó mucho mas cuando le oí hablar, si que era cierto que era debil y tenía poca experiencia en peleas-No hay nada que no se pueda arreglar con mas practica ¿no?-sonreí realmente animada.
Abrí mi armario sacando mi espada con su funda y me la colgué a la cintura-No pienso esperar ni un minuto padre-me fuí hasta el y empecé a tirar de su manga para levantarle.
-Vamos vamos!!

Sonreí al ver que su sonrisa se ampliaba y la observé mientras cogia su espada, aquella que la regalé cuando conoció a su primo. Me levanté despacio mientras la observaba.
-Nada que no se arregle con algo de práctica. -Confirmé mientras me acercaba a ella. Estaba ansiosa por empezar, tal vez simplemente por cambiar de tema, pero no pensaba decepcionarla.
-Muy bien pequeña, vamos al campo de entrenamiento. No queremos destrozar tu habitación. -Dije mientras habrí la puerta de su cuarto para acompañarla al salir.