Vuelta por el templo.

Hacia ya bastante que no venia por aqui, un año quizá... Todo era tan bonito, al fin y al cabo desde que desperté en el desierto esta habia sido mi unica casa, donde era bien recibido.
Hecho de menos a Lucius pensé melancolico, a lo mejor ahora era mucho mas serio y no le gustaria tratar con maestros como yo, al fin y al cabo el era el rey de los ángeles, el mejor ángel que existe supuestamente...
Je parecera una locura pero estoy deseando una misión o una charla con el o algo...

Me senté en un bonito banco blanco de mármol en el cual habia tallados muchos angelitos pequeños y motivos angelicales, mire al techo y observe las flamantes cúpulas, en el mundo humano habia algunas tambien pero ninguna era tan bonita como estas...

Estaba absorto mirando los bellos pasillos de aquel templo cuando de repente vino a mi encuentro una bella ángel que me reconoció nada mas verme, ella me dirigió por aquellos pasillos hasta un punto donde divisé a Lucius, el famoso rey de los ángeles, le echaba de menos, pero no sabia si el a mi tambien.
Cuando el me vio se dirigió a mi con tono alegre, no habia cambiado en cuanto a comportamiento, y veo que seguia siendo el rey. Estaba bastante alegre al parecer si me habia echado de menos y eso me hizo esbozar una gran sonrisa.
Mi aspecto no era como el de la última vez que me vió, ahora era mas fuerte fruto de un entrenamiento de casi un año, y tenia mucha mas experiencia, solo que mi caracter seguia siendo el mismo.

-Lucius cuanto tiempo, te he echado de menos en este último año, tengo que contarte muchas cosas, y tambien tengo que hacerte algunas preguntas- dije como dando saltitos de la alegria al ver que Lucius no me habia regañado y de la emoción que tenia encima.

Ya mas calmado me dispuse a hablar:
-Hace cosa de un año me encontré con Raziel, y después de una gran charla decidí irme del cielo a entrenar y a buscar quien soy, hoy me encuentro aqui, mucho mas fuerte que antes pero igual con mi memoria, tendria que haberte dicho algo antes mi señor, pero debido a mis grandes ganas de viajar se me pasó, además me propuse no volver hasta que fuera mas fuerte y ahora estoy aqui. De todas formas cual fue mi sorpresa que al llegar mi rango es de un angel común y ahora no puedo usar mi aura como solia hacerlo antes cuando era maestro, por lo que mi entrenamiento ha sido muy duro. Me alegro de estar de vuelta.-

Hice una reverencia y le mire directamente a sus bellos ojos azules, eran como de costumbre y no habia encontrado otros iguales en el mundo humano, me quedé absorto mirandolos.

Lucius reconoció claramente mi entrenamiento, mi aspecto habia cambiado un poco .
Propuso ir a la zona de entrenamiento, seguramente para probar cuanto habia entrenado yo.
-Vayamos Lucius, estoy deseando mostrartelo-
Las 3 angeles venian con nosotros, asi que nos encaminamos a la zona de entrenamiento.

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