Despertar de mentes

Salí nuevamente del cielo, Lucius me habia ayudado mucho y estuve buscando pistas sobre mi memoria durante un año sin encontrar nada... Por lo que decidí volver al lugar donde me encontraron.

Atravesé el desierto sin mas ayuda que la de mis pies y alas, iba cargado con una buena provisión de agua de manera que no me entrara sed, estuve caminando dias y noches, e incluso me iba a dar por vencido, pero no fué asi, segui un poco mas y en mitad de la noche se levanto ante mi una maravillosa piramide.
Cuando la alcancé vi unas escaleras que conllevaban al subsuelo y empecé a bajar
Se me hacian interminables, no se si era por mi cansancio o porque realmente lo eran pero tenia la sensacion que de un momento a otro iba a salir lava de las paredes.
Se acabó el camini y apareció ante mi una gran puerta de piedra con grabados egipcios, no la entendia pero podia divisar a gente con alas de angel bajo tierra y a otros con alas mas grandes por encima de las nubes, en la parte central habia 3 huecos, y en 2 de ellos habia 2 rocas redondas, una azul y otra amarilla, de repente antes de darme tiempo a pensar algo en mi pierna me estaba quemando metí la mano corriendoy mi tesoro de color rojo empezo a brillar como nunca, yo intenté meterlo en el hueco en el que no habia nada y encajó... De repente recordé cosas de cuando era niño y pasaba por aqui...Empecé a temblar, pero justo cosas como estas .

Al pasar solo divisé pasillos y mas pasillos, todos ellos iluminados por antorchas, decidí avanzar por uno de ellos y llegué a una sala en la que nada mas entrar tuve que tirarme al suelo...ahi estaba, era mi habitacion de cuando era niño, lo recuerdo perfectamente, ¡Incluso estaba intacta! Mi cama era muy mullida y me tumbé en ella, se me escaparon unas lágrimas y sin quererlo me dormí.

Me desperté despues de un tiempo y como no se veia la luz del sol y no tenia nada para orientarme no se lo que habia dormido, pero estaba escuchando ruidos en otros sitios, miré hacia la puerta y esta se abrió de repente...

Un hombre mayor vestido con una túnica amarillenta entro alli, tenia barba y era muy moreno de piel, casi como yo, le quedaba poco pelo pero lo poco que le quedaba era muy bonito, le brillaba y era blanco con tonos amarillos. El hombre solto el palo en el que iba sostenido y se llevó las manos a la cabeza, y muy sorprendido dio unos pasos hacia atras, yo también le miré pero no me atreví a decir nada...
-Ceres...- dijo el hombre entre lágrimas -Creia que habias muerto...te he echado tanto de menos- el hombre vino y me abrazó sin previo aviso por lo que me sorprendí bastante y le aparté
-¿Quien eres?- dije yo bastante preocupado y a la vez melancolico.
-¿No me recuerdas? Yo soy tu padre Ceres- Mirandole bien le recordaba pero muy poco... mi cabeza empezó a dar vueltas y sentia que en cualquier momento me iba a desmayar. El hombre sintió esto que me pasaba y me sujetó entre sus brazos.
De repente dio una voz que rebotaba en todos los pasillos y empezó a venir gente, yo cada vez mas perdia el conocimiento de lo nervioso que estaba...


De nuevo volvi a despertar, esta vez en otra habitación, con mi padre, el Sr.Ishtar a mi lado, me acarició la frente y empezó a hablarme sin esperar contestación:
-Ceres... por tus actos veo que no recuerdas nada asi que te lo recordaré todo. Tu naciste aqui en nuestra familia, la familia Ishtar y eres mi hijo primogénito, somos ángeles pero ya no formamos parte del territorio oficial: el cielo, por lo que tenemos que vivir aqui apartados, esto sucedió hace tiempo, el rey angel de hace muchos años tuvo 2 hijos y solo uno de ellos podia ser el que heredara el trono de rey,uno nació antes que el otro y el otro fué desterrado a no pertenecer nunca a la familia real, nosotros somos los descendientes del segundo, y los que ahora gobiernan el cielo son los descendientes del primero. Nosotros estamos sentenciados a cuidar de las almas difuntas por ello tambien nos llaman los cuidadores de tumbas, a parte no se nos permite ver la luz. Aqui vivimos actualmente tu hermana, tu madre y yo deseando de que nuestra situación cambie... Entonces naciste tu, aqui te criaste, poco a poco con nosotros, creciste feliz y nosotros contigo.
Pero en nuestra familia cuando el hijo primogénito de la rama principal cumple la mayoria de edad se hace un rito de purificación de alma y se te entrega el testigo y la protección de todos nuestros antepasados, aqui es cuando entras tu en particular.-

La cabeza me daba vueltas, pero atendí las palabras de aquel hombre mayor e intente asimilarlo todo. Después de un gran silencio le miré otra vez.
-¿Yo? Y que pasó conmigo, yo deberia seguir aqui por la eternidad, ¿Por qué he estado vagando por el exterior si no puedo salir?- dije angustiado mientras poco a poco me venian a la cabeza recuerdos de cuando era pequeño. Aquel hombre tenia la razón, no me habia mentido en ningun momento.
El hombre apenado me cogió de la mano y siguió contandome el resto.
-Ceres, es duro de contar, pero lo intentaré. El dia que te hiciste mayor de edad hicimos el rito de nuestra familia contigo, te llevamos a la sala de invocaciones y alli te intentamos purificar el alma, el tatuaje de tu espalda es sin duda la marca que tiene el que representa la rama principal de la familia Ishtar y se te grabó en la espalda aquel dia, sin embargo teniamos aun que limpiarte el alma y mientras preparabamos los ritos un alma oscura entró en tu cuerpo aprovechando que estabas debil por lo del tatuaje... Ese alma es un alma rencorosa que solo busca venganza, en aquel momento tu diste un giro radical a tu comportamiento, parecias otra persona yy a lo largo de estos años me he dado cuenta de que era porque el alma te controlaba, parece ser que al entrar en tu cuerpo borró tus recuerdos... Y bueno, simplemente un dia te fuiste sin dejar rastro y no volvimos a saber nada de ti... Mandamos a tus hermanos hacia el este, tu madre yo yo fuimos al oeste ylos demas familiares se dividieron en grupos para buscar en las demas direcciones, pero nadie encontró nada sobre ti.-

Después de eso mi brazo derecho empezó a moverse por si solo, no podia controlarlo, y me empecé a mover como si no fuera yo pero aun mantenia la conciencia, a un lado de la habitación habia un espejo y pude observarme, mi aspecto era distinto y tenia sobre mi frente un ojo egipcio dorado brillando como si quisiera salir de mi piel.

-Veo que se lo has contado todo- dijo una voz que salia de mi cuerpo pero que yo no emitia, no podia hacer nada y solo sentia que cada vez perdia mas el control. Mi padre intento agarrarme para que no perdiera mas el control pero era inutil, ahora mi cuerpo se movia solo mientras lo controlaba otra voluntad...empujó a mi padre al suelo y le puso el pie en la garganta tratando de ahorarle, yo puse todas mis fuerzas en mover la pierna pero apenas lo conseguia unos milimetros.
-Maldito crio, dejame esto a mi no interfieras y nos llevaremos bien, jajajajajajajajajaja.-
Ante todo el barullo entro mi madre y mi hermana en la sala me empujaron y entre todos(incluido mi padre) me abrazaron, esto me hizo sentir como nunca y me caí al suelo... Al cabo de un rato ya pude levantarme con mi propio pié, extrañado por lo que acababa de ocurrir...
-Asique tengo un alma maligna en mi interior que brota en mi cuando quiere anulando mi control sobre mi cuerpo y mi conciencia...-
Me empecé a agobiar, no podia seguir asi, lo controlaria, al menos a partir de ahora, he de hacerme mas fuerte...

En el fondo estaba feliz, habia recuperado mis recuerdos pero tambien habia recordado cosas horribles sobre mi persona, esto no se lo contaria a nadie...

Abracé a mi padre y a mi madre y le di un beso a mi bella hermana, que se presento ante mi como si fuera la primera vez al observar lo ocurrido, aparentaba la edad de 20 años era morena de piel pero tambien de pelo, al contrario que yo... Se llamaba Ishizu, Ishizu Ishtar...

Atentamente ese mismo dia durante la cena le conté a todos los ''cuidadores de tumbas'' mis anecdotas en la superficie, ya que ellos no la habian visto nos quedamos mucho tiempo, todos estaban orgullosos de mi.

Al dia siguiente cuando desperté en mi cuarto pretendia volver al cielo, tendria que seguir con mis obligaciones asi que me decidi a partir, mi familia estaba en la puerta bastante dolorida, mi padre se adelantó y me preguntó:
-Hijo...¿Te vas? Te recuerdo que nuestra familia no puede salir a la superficie, es un milagro que hayas entrado ya que la entrada hacia nuestra cueva solo se abre una vez al mes aleatoriamente...
Les miré a todos y me aseguré de despedirme de ellos cariñosamente.
-Familia, me ha costado mucho llegar a encontraros, pero yo tengo otra vida, otra vida alli fuera, y nada me puede mantener atado aqui, ademas alguien tiene que cambiar nuestra situación y aqui no hacemos nada, volveré a veros, lo prometo, os quiero- les di la espalda con lágrimas en los ojos, desplegué mis alas y subí volando todas aquellas interminables escaleras, sin mirar atras, sin arrepentimientos...

Ya lo se todo sobre mi, ahora es hora de volver al cielo. Sentia como esto me habia hecho mucho mas maduro, ahora tocaba ir a ver a Lucius, otro amigo que hace mucho tiempo al que no veo.

Sobrevolé todo el desierto con mucha energia mientras dejaba a mi paso alguna que otra pluma de angel.