Misión: Dongorodongo

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Llegáis a la base de una montaña volcánica, donde veis una columna de humo proveniente de cerca de una de las múltiples cimas. Hace calor y se respira algo raro en el ambiente. Veis que la ruta más sencilla a seguir es un alto cañón que horada la falda del volcán. Todo la superficie, a pesar de ser un lugar fértil debido a su condición de tierra volcánica, está muerta y desolada, ni un solo ser vivo aflora en ella.

Tienes razón, parece la mejor opción, deberíamos tener cuidado con este clima, la pólvora y el calor no son una buena combinación....

¿no hueles nada raro? ¿azufre tal vez?

Me tapé la boca y la nariz con un pañuelo de tela y comencé a descender hacia el cañon, tratando de calcular a que distancia y en que dirección estaría la columna de humo desde dicho cañon.

A la entrada del cañón, se escucha el sonido de un cuerno y la tierra tiembla al paso de una gran roca giratoria que desciende con mucha inercia por el cañón, acercándose a los dos yasgeniods a gran velocidad.

dug haut -susurré.
Un destello azul salió del tatuaje, entre la roca y Balmung se alzó un pequeño saliente a forma de rampa que desviaba la enorme roca hacia uno de los dos lados, Balmung caminó hacia el contrario, sacó un cigarro de la gabardina y lo encendió.

No se por que motivo alguien se dedica a arrojar piedras por aquí y por allá, podrían dar a alguien... dí una larga calada y continué con marcha rápida el camino. Espero que no se mellara tu espada, tengo la impresión de que luego la necesitaremos...

Parece bastante ágil...

La roca derrapó y dio media vuelta golpeando a Balmung por detrás cuando menos se lo esperaba, derribándole. Entonces, se abrió revelando que en realidad era una criatura marrón. Llevaba puesta una especie de armadura de metal. Se lanzó a dar un fuerte golpe con el puño a Neptune, mientras que una avalancha de rocas similares descendían a gran velocidad rodando por el cañón.

Pero que! - la roca me golpeó por detrás y me derribó, el cigarrillo cayó al suelo prácticamente a la vez que yo, confuso miré hacia atrás.

¡Aquella roca rodante en realidad era una criatura!, gozaba de una armadura de metal, traté de fijarme más en los detalles, sobretodo si estaba compuesta por tierra.

A lo lejos, como acompañados de un ruido de tambores más criaturas como la anterior se dirigían a nuestra posición.

Expandí mi aura y comencé a concentrarme para la batalla que nos esperaba...

La criatura, la cual Balmung percibe que no está compuesta por tierra pero sí tiene una capa de roca cubriendo su piel a modo de armadura, ni siquiera se inmuta ante el ataque de Neptune y golpea con toda su fuerza el pecho de Neptune, estampándola contra la pared del cañón. El resto de criaturas que descendían por el cañón rodearon a Balmung y adoptaron su posición bípeda, aguardando con la mirada el movimiento de éste. Eran unos cinco.

levitation! -El tatuaje emitió un leve destello.

Me alcé unos metros en vertical, lo suficiente para que no me alcanzaran ni saltando, además de conseguir con esto una mejor posición táctica para mi siguiente movimiento.

vogadik elm! -grité

Esta vez el tatuaje brilló con un azul intenso, desde él y casi a la velocidad de la luz, unas finas gotas azuladas se lanzaron hacia el suelo. Al impactar provocaron una onda como si lloviera sobre un estanque, y repentinamente el suelo se licuó, creando una ciénaga a los pies de las enormes criaturas de roca; dicha ciénaga se extendía en un radio circular, un poco mayor, a la posición de las criaturas, evitando así que pudieran agarrarse de alguna forma al suelo sólido; estos se hundieron del peso hasta las rodillas y seguirían hundiéndose lenta y pastosamente si no encontraban rápido la forma de salir.

Volé rápido hacia Neptune y le tendí mi mano aún desde el aire.
-¡Vamos, arriba!

Las criaturas intentaron escapar, pero entre su propio peso y los impactos de oscuridad acabaron por resignarse. Mientras tanto , el sexto adoptó su forma de roca y rodó cañón arriba con dificultades tratando de escapar.

Bajé lentamente a la superficie depositando a Neptune con cuidado.
-¿Que crees que deberíamos hacer con ellos? -miré hacia las cinco criaturas que habían desistido en sus esfuerzos por salir.
Giré mi mirada hacia la que huía.
-Esto es muy extraño.... -dije con tono preocupado -Puede que esté buscando refuerzos, o bien que sea una trampa, pero aún así creo que deberíamos seguir al que escapa, puede que nos lleve a lo que buscamos. ¿Tu que opinas? -Dije mirando a Neptune.

-¿Tienes alguna herida?

Me coloqué la ropa, saqué la pitillera y encendí un cigarro, después de una larga calada, me dispuse a subir el camino.