El camino equivocado |Libre|

Salí de los territorios de Eliria. Dejaba mi hogar, mis experiencias pasadas, mis recuerdos... Sí, tal vez eso último me gustaría dejar. En parte, también por eso partí en este viaje. Sería largo, muy largo, estaría lejos de un hogar por mucho tiempo. Bueno, no tenía caso divagar, así que proseguí mi camino. Llegué a un punto donde el camino se dividía, por desgracia, no tenía un mapa, además era de noche y estaba nublado, no tenía un mapa y no había modo de orientarme. Seguramente uno me llevaría al Yasgenoid, y otro a las cordilleras de la de desesperación. Quería llegar al reino de los Hechiceros, ese sería mi primer objetivo, y si llegaba a un pueblo podría consultar un mapa.

Así que tomé camino que llevaba a la derecha. Seguí caminando y caminando. Al siguiente día continué, hasta que era aproximadamente el mediodía. El trayecto se estaba tornando algo largo"¿No debería estar entrando ya al reino Yasgenoid?". El camino tenía otra desviación, uno me llevaba hacia adelante bordeando las montañas y otro ascendía a ellas. ¿Ascendía? Sí, ascendía. Entonces me percaté de que estaba caminando en dirección opuesta. Decidí subir a las montañas. "Cordilleras de la desesperación". Su nombre no era muy alentador, pero continué hacia adelante, dando un profundo suspiro.

Adelante había un letrero que apuntaba hacia cuatro direcciones. Una de ellas decía "La senda iluminada". Parecía referirse al reino Yasgenoid, pues mi tío dijo que poseía una "luminosidad extraña". Eso estaba en dirección a donde quería ir, por lo que me dirigí hacia allá. El camino seguía su trayecto serpenteante y ascendente hacia las montañas. El clima se había hecho un poco más frío, y el viento que rozaba mi cara hacía disminuir más la temperatura, pero como era mediodía, estos casi no tenían efecto.

Estaba cansado de caminar tanto, así que me senté en una roca de tamaño considerable mientras decía- ¡Puff! A este paso tardaré un mes en llegar al territorio de mi raza.- Pero de todos modos quería seguir avanzando. Las hermosas vistas que proporcionaba la altura eran maravillosas.

habia salido del valle de los urobas buscando algo nuevo de carne que echarme a la boca, estaba cansada de tanto oso y tanto jabali.¿esque no habia algo mejor por este continente? echaba de menos los pumas y los jaguares de linerris. pero si aquella subnormal de falsa emperatriz habia decidido venir a este lugar no iba yo a macharme y a dejarle el territorio entero para que fuese por hay haciendo el mariquita.
asique alli estaba ahora,en mitad de aquellas dichosas cordilleras heladas buscando algo de sustento, quiza un bigfoot o algun tigre de las nieves. algo distinto para comer hoy.

iba en mi forma humana y sin abrigo. asi ya de paso entrenaba un poco o me iba a quedar oxdado. llevaba la espada en la espalda y en la mano un gran cuchillo de caza, havia horas le estaba siguiendo la pista a una presa, sus huellas en la nieve era como balizas en mitad de la noche, hasta un tonto podria seguirlas. pero aquel animal era rapido y conocia su territorio, no conseguia acortar apenas distancia.
observe como sus huellas seguia una colina para evitar el enorme acantilado de roca y nieve que rompia aquella montaña. sonrei y empeze a trepar por el acantilado dispuesto a llegar arriba antes que el.

el ascenso era algo complicado, la nieva resbalaba y hacia que se me entumecieran los dedos, apenas habia huecos en las rocas para trepar y estos era casi invisibles. mas por orgullo que por otra cosa me negaba a trasformarme en dragon o en sacar mis garras, como que me llamaba herbert iba a subir esa pared vertical con la ayuda de mis manos - joder...- el siguiente paso para la escalda estaba a demasiados metros sobre mi cabeza, ni saltando seria capaz de alcanzarlo y no iba a descender o perderia mi comida. gruñi y cedidi hacer aquello que se me daba tan bien.

apoye los dedos en la roca virgen y empeze a apretar con fuerza, abriendome camino poco a poco en esta, dejando los dedos marcados en ella-perfecto- sacudi la sangre de la mano y empece a trepar usando este nuevo metodo. en pocos minutos llegue a la cima.

- yiiihaaaa!!!- grite al verme porfin alli arriba. mire alrededor buscando mi presa pero no estaba, aun no habia subido la cuesta que tenia por delante. lo que si habia era una persona alli sentada como un pasmarote- eh! tu! - le grite para que me pudiera ver a aquella distancia

Aquel día,a diferencia de los anteriores,un clima mas frío se había alzado sobre las montañas,a pesar de que estábamos en las estaciones cálidas. Sin duda el tiempo siempre era y sería imprevisible,aun que eso lo hacía tan especial.
Había salido de madrugada del Limbo para dar un paseo a solas,como tanto me gustaba hacer,pero cuando quise darme cuenta las horas ya se habían escapado y me encontraba en el atardecer. A pesar de aquellos colores cálidos,el frío aumentaba a medida que el sol desaparecía.Por suerte,llevaba una túnica azul marino enganchada al cuello,y con la capucha puesta mientras caminaba entre los frondosos árboles de aquel territorio salvaje; aquel día no parecía haber muchas criaturas merodeando por el lugar,pero por precaución,disminuí al máximo mi aura para disimular,como si fuera una humana más.


Algunos minutos después,llegué a un pequeño campo de flores que estaba totalmente cuidado,y no pude evitar esbozar una sonrisa. Era sorprendente como algo tan frágil podía crecer en sitios tan difíciles como aquel.Me adentré entre las flores con cuidado de no pesar ninguna,y me senté para admirar su belleza. Pensando estar sola,me quité la capucha,dejando caer mi largo pelo negro como la noche sobre mis muslos.Acaricié algunos pétalos con suavidad,mientras el viento hacía que mis pómulos enrojecieran mas de lo normal,y destacaran con mi pálida piel. Mi figura debía semejarse ahora a la de una muchacha protagonista de una fábula que había escuchado narrar a algunos humanos. "Blancanieves",si no me equivocaba.

Cuando volví a mirar el cielo,ya había oscurecido,para mi sorpresa,y el pálido reflejo de la luna incidía en mis ojos violáceos,y en mi piel.

Tenía los ojos cerrados, y escuché un ruido. Era mi estómago que pedía alimento, después de todo, no había comido desde que partí, y eso me puso de muy mal humor, entonces, abrí mis ojos, y lo primero que ví fue el sol que comenzaba a tocar el horizonte, y aparte mi mirada de éste ¿Atardecía? Al parecer, me había quedado dormido varias horas. Ahora hacía más frío, mucho más, el viento se intensificaba y en su paso por las montañas hacía un ligero silbido. Posiblemente eso me despertó, seguí sentado, y estiré mis brazos y piernas. "Vaya, creo que debería regular un poco cuando dormir." Y es que era mejor viajar de día, el camino se veía mejor y había menos probabilidad de desviarme como había ocurrido ahora, eso me molestó un poco. Pero en ese momento, sentí la "prescencia" de alguien, seguramente era el aura de alguien más... o una paranoia. Me quedé sentado, escuchando. Y desde cierta distancia, logré sentir algo. Giré mi mirada hacia allá y confirmando mis sospechas. Encontré a un hombre adulto, que parecía haber escalado las montañas.

Éste gritó algo parecido a una celebración, y luego dijo "¡Eh, tú!". - Te puedo escuchar, no es necesario que grites tanto. - Le dije con un tono que denotaba que estaba algo molesto. Mi estómago rugió de nuevo. - Y mi nombre es Zihark, Zihark Kapall, así que no me llames "tú", a no ser que... - Acto seguido, saqué mi espada, y la apunté hacia él. Estaba a punto de atacarlo, ya que parecía un buen rival, pero, por desgracia, no había hecho nada para excusar una pelea. Permanecí así unos segundos, en silencio, hasta que bajé el arma mientras dije: - Bien, si no tienes algo importante que contarme, adiós. - Me di media vuelta y proseguí caminando. En realidad, si decía algo o no, poco o nulo caso le hubiera hecho.

Unas huellas que parecían de un animal estaban impregnadas sobre la nieve. Eso podría servirme de comida, y como no parecía haber un poblado cerca, comencé a seguir las huellas, siempre que no se desviaran mucho de la ruta. Sólo tras avanzar unos pasos la nieve terminó, para dar lugar a un espacio donde había césped y algunas flores. Era curioso que éste tipo de vegetación creciera en las inhóspitas montañas. A pesar de todo, la nieve continuaba unos pasos adelante, y las huellas seguían impregnadas en ésta, por lo que seguí caminando, tal vez pisando una que otra flor, pero no me parecía que tuviera importancia.

Miré hacia mis lados, y vi a una joven de cabello largo y negro sentada de espaldas mías. No me esperaba encontrar gente en éste lugar, pero encontrar personas y vegetación aquí me hacía pensar que tal vez había un pequeño asentamiento o aldea por aquí. Me dirigí hacia ella para preguntarle. - Oye ¿Sabes que tan lejos está el siguiente asentamiento? -. En ese momento mi estómago volvió a sonar.

La mujer apareció tras la espalda de Zihark y le susurró al oído.

-Corre, y no te des la vuelta.

Y desapareció. El entorno entonces empezó a perder los colores para los ojos de la blanca caída, el desgarvado uroba y el inocente hechicero. Poco a poco, de un tono sepia a un tono blanco y negro mientras una especie de humor sombrío distorsionaba el ambiente cerca de un acantilado.

niñato ingrato, jodido niñato ingrato, ¿amenazarme a mi? iba a matarlo, iba a retorcele ese percuzo yo mismo y luego iba a acerme un festin con su carne.- eh! TU!- remarque bien mas palabra tu- yo soy herbert karajan, el hombre que te va a matar- le grite mientras me crujia los nudillos y el se alejaba tan tranquilamente en direccion a una chica que estaba entre un ¿campo de flores? el tiempo estaba loco- date la vuelta si no quieres morir como un cobard.....- me calle de pronto, el mundo habia empezado a perder sus colores y las flores se empezaban a volver grises

me gire alarmado y sacando la espada.¿ que estaba pasando aqui? un horrible humo empezo a salir por el acantilado que antes habia escalado haciendo que la realidad empezase a distorsionarse, como si lo viera desde un crital ahumado. retrocedi mientras ponia la espada en guardia.

Unos escasos minutos después empecé a oír un par de gritos,y el resto de acontecimientos pasaron tan deprisa que me costó un poco poder enlazarlos todos. Cuando me di la vuelta,al escuchar una voz tranquila que me llamaba observé a un chico que,por su aura,parecía ser un hechicero. Iba a contestar a su pregunta,cuando una mujer apareció de la nada detrás de el,le susurró algo,y volvió a desaparecer. En ese momento fruncí el ceño extrañada y me quedé en silencio. Segundos después,lo que creía que era un uroba apareció bastante cabreado y al parecer,buscando pelea contra el muchacho hechicero.¿Habría sido eso los gritos de antes?
Seguía sentada de rodillas a espaldas de los dos,con la cabeza girada mirándoles,cuando repentinamente,los colores empezaron a desvanecerse,poco a poco,como si el viento gélido que soplaba los estuviera arrastrando con él.Y así paso,hasta que solo podía ver en blanco y negro,y por la reacción del uroba,que se puso en guardia,no parecía ser la única que veía así.

¿Qué estaba pasando?Y tan solo en unos minutos..

Me levanté en el acto,aún con la túnica atada al cuello,y avancé hasta el uroba, observando lo que el había visto..una extraña niebla de aspecto sobrenatural que se avecinaba sobre nosotros..
Miré la espada del hombre,¿qué podía hacer contra el humo?Entonces empecé a reunir aire al rededor de nosotros,por suerte aquel día me resultaba mucho mas fácil,ya que el ambiente no dejaba de verse agitado por el,y lo dirigí de manera violenta contra aquel humo,esperando poder disiparlo o ganar tiempo con aquello.

Sentí que alguien estaba detrás de mí. Una voz que parecía ser femenina habló a mi oido, estaba cerca, podía sentir el calor de su cuerpo. Me dijo que huyera. - ¿Yo? - Fue lo único que dije. Me dí la vuelta, pero no vi a nadie. Miré a mi alrededor, para ver si encontraba a esa mujer, pero las únicas personas que vi fueron aquella chica de cabellos negros y a aquel tipo. Me dijo algo, pero dejó de hablar de repente - ¿Qué dices?- Solté mientras coloqué mi mano en el mango de la espada. No me di cuenta de lo que pasaba hasta que miré mis pies, ahí noté que las plantas se empezaban a tornar grises. - ¿Uh? ¡¿Pero qué...?! - No eran sólo las plantas, sino también todo a nuestro alrededor empezaba a perder color. - "¿Qué demonios...?" - Pensé mientras frotaba mis ojos.

Entonces, una nube de humo salió del precipicio desde el que aquél hombre había salido. ¿Tendría él algo que ver con esto? Le miré fijamente, pero en realidad él también parecía un tanto alarmado, además sacó su espada frente al humo. Sentía como si una amenaza salía de aquel abismo. Cubrí mi nariz y mi boca con la bufanda y corrí hacia donde parecía que el humo venía. Sentí una fuerte corriente de viento detrás de mí y volteé. Era la joven la que hacía eso, a sabiendas de que el otro estaba viendo.

Volví a ver las auras de esos dos. Ninguna parecía humana. - "¿Qué son ellos?" - Mi mente estaba llena de preguntas, estaba bastante confundido y el ver en blanco y negro no ayudaba. Me detuve por un momento, pero luego continué corriendo hacia la nube.

El humo apenas pareció disiparse, pero poco a poco se difuminó. De repente, del acantilado surgieron unos tentáculos negros que atraparon a Zihark y, con un gran salto, una gran criatura negra humanoide, de unos tres metros, apareció frente a ellos. Acercando a Zihark a una luz en su abdomen, comenzó a caminar hacia los otros dos sin temor alguno.

Spoiler:

-¡Tnemhsinup ruoy eviecer llahs uoy!

Las luces de sus ojos rojos empezaron a brillar en el ambiente sin color.

Spoiler:

iba a detener a aquel maldito crio cuando se iba a meter en aquella extraña niebla¿ era idiota o esque acaso deseaba morir? pero antes de poder moverme hacia el un tentaculo lo agarro y un ser, por llamarlo de alguna manera, surgio del acantilado acercando a aquel idiota a la que fuera posiblemente su muerte.

lo mire pasmado, en mi vida habia visto algo asi, jamas. incluso notaba un poder aplastante salir de el, si podia sentir su aura con aquella intensidad cuan de fuerte debia ser aquella cosa.
me acerque con cautela a la mujer de antes, no era un humano normal pues ya habria salido corriendo en menos de un minuto, sin contar con el viento que antes habia levantando. mientras observaba a aquel bicho enfunde la espada y me trasforme en dragon- ¿tienes algun plan?- le pregunte telepaticamente a aquella chica para no llamar la atencion.

al ver sus ojos empezar a brillar con fuerza llene mis pulmones de aire y deje salir un cantidad de fuego por mis fauces mas que considerable. era un flujo continuo de fuego que iba directo a la base de los tentaculos, intentando no quemar a aquella mierdecilla de persona me cago en... encima tengo que salvarle

Maldita sea...la situación se había puesto demasiado peligrosa en unos pocos segundos.No pude evitar mirar mis manos un segundo.Habían perdido todo su color,al igual que todo lo que nos rodeaba...
Aquel hechicero debía estar loco,¿¿qué hacía lanzándose contra aquella niebla??Y para cuando logré disipar aquél extraño humo,mis hombros cayeron por si solos y mi respiración quedó cortada de lleno.El ambiente se me había hecho tan gélido que incluso salía vaho de mi boca,pues ahora mi respiración estaba agitada,al ver a aquel terrorífico ser..

Por suerte la voz del uroba me sirvió para volverme a la realidad. "Mantente firme,Kaede"-pensé para mi misma,y segundos después le contesté.
Si,por ahora solo tenemos una solución: lo primero es salvar al hechicero,y después...lo mejor que podemos hacer es correr,correr tanto como podamos hasta que pensemos en algo nuevo,o al menos evaluemos mejor a nuestro oponente..-dije al uroba,y observé de refilón su transformación.Esperaba tener tiempo mas tarde para observarla con detenimiento.
El lanzó lo que parecía ser un viento abrasador,tanto como mismísimas llamas,y yo aproveché dicho gesto para abalanzarme con mi velocidad sobre los tentáculos que sostenían al hechicero y,desenvainando en un parpadeo la espada,dirigí un corte brusco sobre dicho tentáculos.

Apenas tuve tiempo de reaccionar, los oscuros tentáculos rodearon mi cuerpo. Intenté zafarme, pero sin éxito. Vi que los tentáculos provenían una silueta humanoide, pero cuando se acercó lo suficiente, lo que vi era una criatura monstruosa, completamente negra y más grande que una persona - ¡¿Qué... Qué es eso?! - Grité. Sentía mucho terror, pero con el objetivo en mente. Tenía que lograr salir, tal vez cortando su extremidad. Intenté sacar mi espada, pero estaba demasiado apretado, recurriría a un hechizo.

Pero entonces, vi que un dragón arrojó fuego de su boca directo a donde los tentáculos surgían. Analizando su aura, vi que era el mismo tipo que el de hace un rato. ¿Por qué me ayudaba? Bueno, por ahora eso no importaba, así que decidí sumarme al ataque. Un conjuro de luz que conocía podría tal vez ayudar, pero el hechizo que quería lanzar debía ser dirigido en dos direcciones opuestas, una apuntándome a mí y otra al objetivo, usando un punto como foco desde el cual partiría la energía, es decir, para dañarlo había que también dirigir el ataque a mí. Cerré mis ojos y mis manos. La energía comenzó a fluir desde mis pies y mi cabeza hacia éstas, que comenzaban a emitir un pequeño resplandor.

Coloqué mis manos a mis costados, tocando los tentáculos y apretándolos. La energía fluyó por éstos hasta llegar al mismo punto que se estaba quemando y se agrupó alrededor de éste. Abrí mis ojos, la chica se dirigía a dar un espadazo al mismo lugar que donde estaba golpeando el fuego. "Perfecto." Al mismo tiempo que dio el corte, liberé la energía de manera horizontal. Apreté mis ojos y mis puños. Supongo que eso me había pasado por ser tan idiota. No sólo me había metido en problemas innecesarios, sino que también había involucrado a otros.

La luz estalló. Emitía luz y calor, y no podía ver si el conjuro había sido efectivo, lo que sí vi era la energía que era conducida por el tentáculo hasta llegar a mi cuerpo. Por suerte, no me había lastimado mucho. En realidad, sólo tenía quemado parte del hombro y el abdomen. No era mucho la verdad, sólo esperaba que hubiera funcionado.

Los tentáculos que le rodeaban se disiparon en el aire como si no pertenecieran a este mundo.

- ¡Em gnipacs fo snoiton yna niatretne neve ton od!

Alzó la cabeza hacia el cielo con rabia y se dirigió a correr hacia ellos con los tentáculos por delante. Algunos atravesaron la tierra y empezaron a surgir bajo ella cerca de Kaede, mientras que la tierra temblaba ante sus impactos.

al desaparecer los tentaculos aquel idiota cayo al suelo con un sonoro golpe. mejor, por su culpa estabamos en ese embrollo. me di la vuelta y envolvi su pescuazo con la parte mas fina de mi cola lanzandolo por encima nuestra sin ningun tipo de miramiento.

-y ahora peleamos o hiumos?- mi voz esta vez resono en la mente de ambos justo unos segundos antes de que aquel ser empezara a correr hacia nosotros gritando en algun tipo de idoma inventado.
unos tentaculos surgieron del suelo bajo aquella chica. lanzae de nuevo mi aliento hacia ellos-huimos- sentencie mientras levantaba el vuelo agarrando al niñato con una zarpa y volando hacia la chica para sacarlos a ambos de alli.

El aliento abrasador del uroba acabó con los tentáculos que ahora me querían rodear,y alcé el vuelo enseguida poniéndome junto a él.

Esta claro que podemos huir, pero no podemos dejar algo como "eso" aquí en medio,podría atacar todo lo que encuentre,destruir el terreno..si nadie le detiene a saber hasta donde podría llegar. ¿Cómo podríamos acabar con él?-pregunté envainando mi espada y observando a la horrorosa criatura desde el cielo.

Algún punto débil tiene que tener.