Bajo la atenta mirada del firmamento (Angeline y Dean)

Últimamente me gustaba salir mucho del reino, irme a las costas y pasar largas noches mirando las estrellas. Esta noche en particular me había traído mi preciado saxofón. Estaba en un acantilado rocoso, a no mucha altitud de el mar. Las olas chocaban contra ellas, pero no con violencia, aun que tampoco con calma.
La marea ya había subido, el mar era tan negro hoy como la inmensidad que aguarda tras nosotros.
Que lúgubres eran las noches, vistiéndose de luto por la caída del sol. Y renaciendo los días por las mañanas con un claro manto. No era la primera vez que mis pensamientos me abarcaban tanto tiempo que me sacaba de mi ensoñación el resplandor del astro que nos calma del frío.

Miraba las olas, había detenido la música por un momento, pero entonces volví a entonar una suave melodía. Hacía mucho tiempo que no tocaba el saxofón y estaba algo oxidado. Poco a poco iba volviendo a mi habilidad común y eso me consolaba.
¿Por quién tocaba? Quizás por mi, quizás por las estrellas, quizás por esa oscuridad inmensa la cual no me dejaba ver ni horizonte ni velero cercano. De todas formas no creo que importase.

Estos días en el que el castillo andaba tan solo, pensé ¿Y por qué no ir a visitar algún lugar bonito, como lo podría ser la costa? Podría sentarme en la arena, meter los pies en el agua fresquita, y disfrutar de la agradable caricia del agua retirándose de la costa y volviendo con fuerza.

Y allí estaba, caminando por la arena, siendo mojada ésta por el oleaje que moría en la costa, bañando mis pies blancos como el marfil de agua fría. Aunque fuera tan fría, me sentaba bien el agua del mar. Y la brisa marina llenaba mis fosas nasales, y me "revitalizaba", como si acabara de nacer otra vez. Levanté los brazos al viento mientras caminaba, dejándome llevar por las suaves sensaciones que me ofrecía la madre naturaleza. Mi vestido ondulaba al aire, y tenía un poco de vuelo por el aire que hacía, pero no tanto como para subírseme. Pesaba más que eso, y el hecho de estar un poco mojado lo hacía más pesado.

Vi un saliente rocoso no muy lejos de mí, y en el enorme dibujo que ofrecían als estrellas, que prácticamente era un océano de ellas, se recortaba, poco definida, una figura, sentada en la roca, con un objeto en sus manos que no podía identificar.

Me apoyé en la roca, y suspiré, aunque apenas se pudo oir por el susurro de las olas al acabar en la arena.

Una bonita noche.. ¿verdad? Me moría de ganas por dejarme llevar por lo que me deparara el día, y aquí estoy

Algo perturbó mi concentración y dejé de tocar. Entonces, como si se me desentaponasen los sentidos noté una presencia. Ultimamente estaba en las nubes, eso no podía dejar que pasara tanto, siempre tenía que estar alerta por lo que pudiera pasar.
Giré la cabeza, mirando a mi alrdedor buscando ese aura. Una voz me habló y entonces localicé sin problemas a una mujer.
Su olor llegó a mi enseguida "Vampiresa" no era katerina, esta mujer no me olia tan bien, a decir verdad me desagradaba su olor. Supuse que era por el echo de ser licántropo. Lo que no entendía era porqué katerína no me olía mal, no del todo al menos. Debía de ser por el amor que la procesaba.
La miré con más atención, creía que si que la conocía. En efecto, era aquella vampiresa... se llamaba.... Angela... Angeline, eso.

-Más bien por lo que os deparará la noche-dije mirando al cielo, pues era completamente un ambiente nocturno. Sabía que era una forma de hablar, pero en muchas ocasiones no podía evitar corregir a la gente.

Bajé el saxofón y lo guardé en su funda. Me bajé del pedrusco aterrizando en la arena, de pie. Me acerqué un poco, pero aun a prudente distancia. Seguía siendo una vampiresa, no podía fiarme de los vampiros menos que de cualquier otra raza. Aun así mi educación me obligaba a actuar cortés mente, al menos en un inicio.

-Buenas noches, señorita. ¿Angeline, era vuestro nombre? Disculpad mi memoria si no es así.-hice una muy leve inclinación, tampoco iba a mostrar todo el respeto posible, solo lo justo y necesario.

Poco tardó en llegar a mis fosas nasales el olor a perro que solía infestar a los licántropos. Y entonces me di cuenta de que su aura... También era de licántropo. El muchacho se bajó del a roca, y se acercó lentamente hacia mí, mientras qeu yo me erguía. La luz de la luna le fue iluminando el rostro después de que se fuera de la sombra proyectada por la roca. ¡Pero si era el hijo de Andrew!¡Dean creo que se llamaba!

Al darme cuenta de quién era, me quedé quieta unos segundos, y me di cuenta de que también se acordaba de mí.

No pude reprimir mis instintos, y me fui hacia él, y le abracé, aunque de forma pícara, puesto que especialmente aplastaba msi "dos amigas" contra su pecho en el corto abrazo que le di, tars lo cual, me retiré, y le miré a los ojos color chocolate.

¡Hooola Deaan!¡Ha pasado mucho tiempo!¡Me alegra saber que te acuerdas de míi! Jejeje

Repuse riendo por lo bajo, como si fuera amiga suya de hace mucho tiempo


Entonces le di con el codo en el hombro con algo de camaradería y sonreí pícaramente.

Me han dicho que tienes novia ¿eeeh? Jejejeje. Mira el chavalito, qué pillín y avispado.


Yo ya sabía de quién se trataba. Amy me había contado que Dean buscaba a Katerina... Si bien era una vampiresa... Por lo menos extraña para mí, no parecía mala chica


Aunque me han contado que ahora anda perdida. Tal vez yo pudiera saber algo.... Pero ¿por qué eliges a esa vampiresa? Yo soy mucho mejor uqe ella. Soy más alta, soy más atractiva, tengo más curvas que ella, y soy más guapa. ¿Qué te ha hecho fijarte en ella de forma tan férrea?

Todo esto lo mencioné mirándole algo seria, aunque en el fondo estaba divirtiéndome. Quería ver cuán de fuerte era su amor por ella, y bueno, de paso si podía pillar cacho, mejor, pero dudaba mucho que ocurriera.

Lo último que me esperaba era un abrazo, por lo que me pilló muy de sorpresa. No se lo correspondí pero tampoco se lo pude rechazar, fue muy rápido y repentino, a la par que efímero. Sentí dos voluptuosidades en mi pecho y alcé una ceja al notar que las apretaba más de la cuenta, ejerciendo más presión con el pecho que con los brazos.

Me saludaba como si me conociera de toda la vida, y en realidad nuestros caminos se habían cruzado solo una vez, hacia ya mucho tiempo. Quizás me trataba así por mi padre, pero no lo creía porque pro lo que tenía entendido no se llevaban muy bien.

Volví a alzar una ceja cuando hizo aquel comentario, pero esta vez mucho más álgida. ¿Como sabía ella aquello? Traté de buscar en mis recuerdos si algún día ella nos pillo o en algún momento yo la comenté algo. No, eso último era impensable, no solía hablar de mi vida privada mucho menos con desconocidos.
Caí entonces en la cuenta de que hacía ya bastante tiempo, cuando aun buscaba a Katerina, hablé con Amy y ella me dijo que hablaría con Lucius y con Angeline.

Su olor comenzó a tornar entonces a lascivo, pícaro y... si, también olía a diversión. Pero ahora solo podía pensar en Katerina... llevaba demasiado tiempo tras ella... demasiados días tratando de averiguar si algo la había ocurrido, o si simplemente se había ido sin más de forma indefinida.
Ladeé la cabeza mirándola interrogante cuando se puso a divagar preguntándome qué veía en katerina ella y que ella misma era mejor. Pero sobre esa pregunta y todo el resto de lo que había dicho se me avivó el corazón de pensar que ella pudiera saber algo. Me alteré mucho, aun que traté de disimularlo.

-¿Sabes algo de Katerina? ¿Donde fue o si está bien? Ya no me importa saber ni donde fue, solo si está bien.-Esta última frase la pronuncié sumamente bajo, pero ella me pudo oir. La dije lento, con algo de tristeza y cabizbajo.

Ya me parecía raro a mí que no estuviera afectado, pues que yo supiera, era un muchacho bastante sentimental. Por otro lado tal vez me sentía un poco celosilla, ya que mi amada había desaparecido, y echaba en falta mucho su compañía. Y por eso le dije todo eos...

Me mordí el labio inferior, y puse un pie delante del otro, mirándole a los ojos.

Bueno... Sabría decirte que, que yo sepa, bien está... Aunque bueno...

Repuse un tanto evasiva a la pregunta. La verdad es que aquella incursión al Castillo... Jace estaba allí... Y Katerina... Pensaba que estaba de mi parte, hasta ese incidente.

OFF Bueno, haré que sea después del hilo, para darle jugo, aunque tendré que evitar responder ciertas preguntas, jejeje, por evitar paradojas temporales y eso

OFF: aaamigo, pues espera que cambio algunas cosas y te contesto como tal xD porque dean aqui esta super tranquilo

OFF 2: vale ya está corregido puedes corregir tu también xD cuando eso avisa y seguimos tras este mal entendido xD

OFF He editado el post, aunque no sé si estará bien tal y como lo he puesto. Saluditos

No entendía porqué dudaba, ¿qué tenía que dudar? Estaba bien o estaba mal, era sencillo. Me estaba empezando a poner nervioso. El pensar que algo podría pasarla removía mi interior y lo tornaba feroz a la par que pesado y con un sentimiento que la tristeza no podía siquiera imaginar.

-¿Bueno? ¿Bueno que? Hablad, mujer, y no dejéis a este desconsolado someterse más tiempo a este malvivir. Si sabes algo, dímelo. Te lo pido.

El corazón me iba a mil y no podía distinguir nada entre sus olores que me diera pistas. Ya se empezaban a mezclar con los de mis propios sentimientos y todo se volvía más caótico. Trataba de tranquilizarme, de conservar las formas pero me era difícil.

Me tomé la barbilla con dos dedos, y bajé la mirada, pensativa, tapándome el flequillo la mitad de la cara, mientras parecía tomar mi respuesta algo de misterio, por la postura que tomaba.


Hmm... Verás... Lo que sé... Es que hace poco hizo una incursión en el castillo cuya dueña anterior era Luccie. Y la verdad... Venía con Jace.

Repuse, mordiéndome un labio, algo pensativa por lo qeu acababa de decirle. ¿Debía habérselo dicho?