Cambiando su camino

Me encontraba por esas zonas de montañas y cascadas desde hace varios días, estaba continuando mi viaje por Lineris, el cual estaba siendo bastante movido, aunque llevaba varios días sin encontrar nada interesante, y algo me decía que ese día lo encontraría, tenia ganas de cazar algo, y claramente Colmillo Gris también quería, había acampado cerca de donde me encontraba, había pasado allí la noche, cerca de una hoguera que hice, por la mañana había recogido mis cosas y me había puesto en marcha.

Caminaba por una zona de vegetación extensa, mi aura la mantenía reducida lo máximo que podía, ya que nunca se sabe lo que podría a ver cerca, estaba atento a todo lo que había a mi alrededor, todos mis sentidos al máximo. El gran tigre blanco me seguía silencioso y acechador, en un momento lleguemos a una zona mas rocosa, y con menos vegetación, esa zona era mas apta para desplazarse rápido ya que entre las grandes acumulaciones rocosas había como si fuesen una especie de senderos. El sol pegaba fuerte y justiciero en todo lo alto, yo me mantenía con la capucha echada sobre la cabeza, le que me libraba de molestias en la visión y la cabeza, a causar de un exceso de sol.

De un momento a otro comencemos a oír algo que se acercaba, por el sonido, se podía apreciar que se trataba de un caballo o algún animal similar, seguramente la montura de alguien, sin demora alguna, me oculte detrás de unas grandes rocas quedando completamente ocultado al ojo de quien se acercase, Colmillo Gris se ocultó al otro extremo del semi-sendero. Yo necesitaba comprobar si que se trataba realmente, pronto se fue acercando, se trataba de un caballo con un hombre encapuchado montándolo.

Cuando estaba a varios metros de nuestra posición, el gran tigre blanco salio de su escondite, colocándose amenazadoramente en mitad del sendero, mostrando una clara intención de querer atacarles, yo por mi parte me quede con el aura reducida escondido tras las grandes rocas, acechando a una posible presa.

El caballo se detuvo ante el tigre como era de esperar, lo que mas me llamo la atención fue la leve reacción de el jinete, solamente hizo por fijarse en el tigre y mirar un poco a su alrededor, con gran sigilo yo estaba viendo entre las rocas sin que el pudiese percatarse de mi, su intimidadora presencia hacia que el tigre no les atacase aun, si no que estaba esperando un poco mas, me sentía bastante orgulloso de el, estaba haciendo lo que yo aria.

El tigre astutamente dio un fuerte rugido para intimidar y alarmar aun mas al caballo, el jinete tenia algo en si que me hacia pensar que no se trataba de un simple humano, y aunque no lo fuera necesitaba comprobarlo, para estar mas seguro de mis actos.

Colmillo Gris dio otro rugido aun mas fuerte y seguidamente se abalanzo un un fuerte salto sobre ellos, iba directamente dirigido a la cabeza del caballo.

¿Había dañado al tigre?...si...es es lo que había hecho, ya no necesitaba mas motivos para destrozarlo, me daba absolutamente igual si era una criatura o un simple humano, -NADIE TOCA AL TIGRE-, en ese momento note como mis ojos se volvían rojos, y una expresión seria y llena de ira al mismo tiempo se apoderaba de mi. El tigre cayo al suelo unos metros de tras de el caballo, su herida era mi herida, su dolor era mi dolor. Me dolía el hombro, no era una herida demasiado profunda para causar la muerte, pero no iba a quedar así.

El tigre volvió a ponerse en pie, ambos sabíamos lo que teníamos que hacer ahora, la herida del tigre sangraba y algunas gotas habían caído ya al suelo, el tigre se movía de derecha a izquierda bloqueando el sendero, con una mirada amenazante y un continuo gruñido que podía poner los pelos de punta al mas valiente guerrero, la expresión corporal del tigre era la que solían poner los felinos cuando están a punto de abalanzarse sobre la presa.

Mientras tanto, yo, sigiloso como la nada, me movía entre las rocas hasta el punto de colocarme en una diagonal perfecta entre mi objetivo y yo, de ese modo, el podría ver mis ataques, pues si miraba hacia el tigre, su ángulo e visión no era suficiente para vigilar sus espaldas, y menos cuando su agresor es invisible para los oídos.

En ese instante cargue mi arco con una flecha oscura, hábilmente apunte al jinete, mis ojos rojos visualizaban al objetivo como si de una simple diana se tratase, el viento iba a mi favor, cuando fije la dirección de la flecha una leve sonrisa de satisfacción se deslizo en mi rostro, apunte a su espalda, justo en uno de los sitios mas difíciles de esquivar una flecha.

Sin mas demora, disparé aquella flecha directa a la parte inferior de la espalda, la flecha iba a una velocidad casi inpercibible, además de que iba apoyada por el viento, y el minúsculo sonido que emitía iba camuflado en el del viento.

-¿Se puede esquivar lo que no se ve?...-

La perfecta intuición de un cazador, no es algo con lo que se pueda jugar, el jinete por fin desplegó su aura, un ángel, un maldito ángel al parecer especializado en el elemento de la tierra, Colmillo Gris, cayo hacia abajo en el profundo foso, el impacto de la caída me reboto a mi por todo el cuerpo, por un momento casi me caigo de rodillas al suelo pero me puse en pie de nuevo, prepare mi arco y tense una flecha, la intuición no fallaba, y esta vez me decía que debía estar preparado para algo que iba a hacer.

Derrepente vi como usando sus poderes sobre la tierra levantó las rocas que se situaban delante mía, en ese instante, como un relámpago en furia, dispare la flecha que tenia cargada, pude observar que el aun se situaba en mi frente, por lo que la flecha iba directa a su abdomen. Todo fue muy instantáneo pues justo cuando la roca se levantó la flecha se disparó.

No tenia tiempo de pararme a mirar el resultado de el disparo, necesitaba salir de allí rápido, antes de que las estalagmitas crecieran mas, salte y salí de allí, anticipándome a su trampa, había rocas de sobra, y junto con mi sigilo seria difícil que aquel ángel me pillara.

De un momento a otro ya me había vuelto a ocultar en unas rocas que había en otra dirección, esa larga cadena de rocas que recorría toda la zona, serian muy útiles, mi mano derecha la mantenía puesta en el hombro izquierdo mientras caminaba a causa del dolor de la herida del tigre. Empecé a moverme entre todas las rocas, para no darle el placer a el de pillarme como antes.

Pude saber que me seguía por su aura, por lo que me prepare y guarde el arco, cogí una flecha y me la guarde en la manga, cuando me quise dar cuenta le tenia de tras de mi, sin demora alguna el ángel me lanzo una estocada al hombro que no estaba herido, no, no podía permitirme otra herida, hábilmente y haciendo gala de una buena intuición, le peguen en el mago de la espada con el puño, de abajo hacia arriba, aprovechando la fuerza del golpe para que el brazo y la espada se le fuesen hacia arriba y no me diera.

Justo después de efectuar ese movimiento, con el mismo brazo agarre la muñeca del ángel fuertemente, para que no pudiera bajar el brazo y atacarme con la espada y a la vez mantenerlo cerca, y que no pudiera esquivar mi ataque.

Seguidamente, con el otro brazo (el que tenia la flecha en la manga) y la dirigí a su estomago directa y fuertemente, de ese modo la flecha se le clavaría.

-Exacto...acabaras muy mal, y por eso no te dejare ir-

OFF: Bonito final, Altair. Lástima que el cazador haya durado tan poco. Suerte con tu nuevo pj, Guendel.