Clase práctica

Algo más de una docena de diablillos conmigo a la cabeza aparecieron en una nube negra en medio de una de las llanuras que separaban las playas de los enormes bosques. Eran extensas praderas de hierba alta, en algunas zonas casi de un metro de altura. Perfectas para la clase de aquel día. Me di la vuelta y me quedé de frente a los demás diablos, mis aprendices... o casi todos.
-Bien, chicos, poneos en fila delante de mí. Os iré mandando para la izquierda o la derecha, quedaos ahí. Vamos a hacer dos equipos para el ejercicio de hoy- ordené. No dije que no hicieran trampa, ya sabían lo que les pasaba si trataban de engañarme y les pillaba (cosa que era lo más corriente). Les noté ponerse en fila y fui distribuyéndolos en los equipos de la forma más equilibrada posible. Esta vez ninguno hizo trampa y trató de irse al equipo donde estaba su amigo.
-¿Qué hay que hacer hoy, Angela-sensei?- preguntó Izaías, un diablo de voz grave en el equipo de la derecha.
-Aun a riesgo de que os riáis, hoy vais a jugar a la bandera- les dije. Oí algún murmullo por ahí-. Sí, me habéis oído bien, a la bandera. Pero no es una bandera corriente. Se trata de un par de frascos especiales con fragmentos de aura. Vosotros- señalé al equipo de la derecha- tendréis el del aura de vampiro, y vosotros- señalé al de la izquierda- el del aura de brujo. Pero no lo vais a tener desde el principio. Están los dos escondidos por la zona. Tendréis que encontrar el vuestro y después ir a por el del otro equipo, y nunca al revés, porque lo sabré y habrá castigo. Una vez que lo encontréis... Bueno, todos sabéis como es el juego de la bandera, ¿no?- breve pausa por si acaso-. Bien. Solo que no vais a poder utilizar vuestras armas, por eso os dije que no os las trajérais. Estaré vigilando desde arriba. Cuando os enfrentéis a alguien, venceréis si conseguís que su espalda toque el suelo. No quiero ajustes de cuentas aprovechando la oportunidad, ¿de acuerdo? Si alguien ve a otro hacer trampa, que lo diga. Ya sabéis que no os considero chivatos por decirme la verdad. Bien, preparados... listos... ¡a buscar!- exclamé. Mis aprendices se dispersaron. Desplegué las alas y las batí, elevándome unos cinco metros en el aire o tal vez más. Los dos equipos no tardaron en organizarse y empezar a rastrear la zona. Podríamos haber hecho aquello en el Infierno, pero consideré que les vendría bien salir a campo abierto para que fueran conociendo la zona y les diera un poco el aire. Además, si alguien nos molestaba, siempre podíamos irnos y acabar otro día.

*Me habían dicho en el Infierno que Angela se había venido aquí a entrenar, así que me fuí volando para ésta zona, tenía una propuesta que hacerla y dudaba que la rechazaría, al fin y al cabo, los ascensos no los negaba nadie. Llegué sin reducir mi aura mientars sentía a los diablillos comunes por abajo entrenando. Todos notaron mi aura y se quedaron mirando hacia arriba sorprendidos de que apareciese por ahí. Al segundo siguiente, todos se esforaban al máximo como si quisieran demostrar que ellos eran mejores que el de al lado. Sonreí divertida y llegué hasta dónde estaba Angela*

-Te estaba buscando para hacerte una propuesta... pero antes de nada, ¿siempre entrenan con tantas ganas?

*dije con una sonrisa irónica*

Noté enseguida a Arshei cerca y me volví hacia ella. Aunque estábamos en el aire, me incliné en una reverencia.
-En absoluto, Arshei-sama. Por eso a veces más de uno se lleva castigos- respondí con una media sonrisa-. Es un placer que vengas a vernos. ¿Qué ocurre?

*La sonreí*

-Me lo imaginaba.

*La miré unos momentos con fijeza y añadí*

-Debido a varias causas, he decido destituir a la anterior princesa, demasiada inactividad... además, el otro día luchó con un diablillo común y empataron, eso es inaceptable en un rango que tiene tantas posibilidades... de hecho, ya está destituída y no posee ningún rango en especial.

*El enfado por esa debilidad se notaba algo en mi voz y continué*

-Así que he decicido buscar alguien que se haga cargo de ese rango... tras haber estado divagando, he decidido que seas tú, Angela, la que lo ocupe. Me has servido muy bien y creo que podrás hacerlo mucho mejor en el futuro con un ascenso. ¿Lo aceptas?

*la pregunté, dar rodeos no era lo mío. Debajo, los diablillos habían parado su entrenamiento para escuchar la conversación... conversación que escucharon con la boca abierta y sorprendidísimos era decir poco*

Me quedé estupefecta al oírlo. ¿Un ascenso? Y a princesa, nada menos... Era lo que había estado esperando impacientemente desde que había entrado al clan. Mi orgullo creció un poco. Arshei, la reina, confiaba en mí. Incliné la cabeza con respeto.
-Acepto- afirmé rotundamente-. Agradezco tu confianza, Arshei-sama. Haré todo lo que esté en mi mano para no defraudarte.

*Sonreí al ver que la había halagado*

-He traído la corona de la anterior princesa para que la tengas, te dará el poder que te falta para tener la fuerza de una princesa.

*le dije entregándosela; todos sabíamos que si una corona era arrebatada tras vencer a una princesa en combate o si era entregada por la reina, automáticamente se obtenía el poder de una princesa... y lo mismo sucedía con un diablillo común para maestro y, en el peor de los casos, si mataban o vencían a la Reina en combate y se la arrebataban*

*Miré a los diablillos del entrenamiento*

-¿Qué hacéis mirando?

*les dije y al momento se pusieron a entrenar de nuevo esforzándose al máximo. Supuse que estaban pensando que habría hecho Angela para ser ascendida, lo que implicaba que tendría mas poder y que sus castigos serían mas duros... aunque quizás aquello significase que les dejaría, alguno mantenía esa esperanza*

-Creo que algunos diablillos desean que dejes de enseñarles, pero eos es decisión tuya: ahora son mas responsabilidades pero también mas fuerza.

Percibía la corona delante de mí, una pequeña estrella de oscuridad aguardando a ser tomada. Extendí la mano y la cogí. El metal tenía un tacto frío y liso, pero cuando mis dedos la tocaron, noté una agradable sensación ascendiendo por mis brazos y extendiéndose por todo mi cuerpo, como una corriente de energía. Me sentía más fuerte, más ágil, más poderosa. Aun así, no me convenía confiarme. Debía comprobar el alcance de mi nuevo poder en terreno conocido cuanto antes, odiaba llevarme sorpresas en medio de una batalla. "¿Qué hago con mis aprendices?" me pregunté de repente. Podía seguir ocupándome de ellos, pero no creía que fuese a tener tiempo de ahora en adelante. Como bien había dicho Arshei, mi nuevo rango conllevaba más responsabilidades. Enseguida se me ocurrió qué hacer con ellos: les dejaría que terminasen el ejercicio de aquel día y después se los asignaría a otro maestro del clan que no estuviera muy ocupado.
-Creo que se librarán de mí una temporada- anuncié-. En cuanto terminemos esta clase, dejaré su aprendizaje en manos de otro maestro. Gracias una vez más, Arshei-sama.

off: vale, ehm... ¿que hago con la corona? porque no la voy a llevar todo el dia puesta, nadie lo hace xD ¿hay alguna forma rara-de-esas-que-solo-conocen-los-peces-gordos para guardarla? xD

OFF: Ahora la corona de alguna manera es una parte de tí, xd, recuerda que es un objeto infernal de alguna manera mágico que te ha dado eso, la puedes guardar dónde quieras o dejarla en tu habitación o lo que sea, total si la fusionas con tus poderes puede estar en cualquier parte y si por lo que sea necesita que se aparezca lo hará.

ON:
*Noté el cambio de aura de Angela nada mas tocarla y escuché lo que dijo*

-Sí, Aspicious podría encargarse de ellos si quiere.

*comenté y añadí*

-Si quieres cuándo termine el entrenamiento podemos luchar en el Infierno para mayor seguridad... y así pones a prueba tu nuevo poder.

*la ofrecí, sabía que no le gustaban las sorpresas y sería una buena forma de que supiera hasta dónde llegaban sus nuevos poderes*

off: oki, ahora toca buscarle un sitio xD hummm... ¿debajo de la almohada? nah es broma xD
on:

-Bien, buena idea. Espero que acaben pronto- volví la cabeza hacia los aprendices. Parecía que el equipo del brujo ya había encontrado su peculiar "bandera" y empezaban a organizarse para protegerla y atacar. No era normal que estuviera satisfecha con mis aprendices, pero esta vez lo estaba. Parecía que las lecciones de rastreo al menos sí se les habían quedado, ahora tocaba ver si eran capaces de trabajar en equipo. Mientras tanto, hice desaparecer la corona en medio de una nube oscura. Ya estaba en un sitio seguro.

*Observé a los diablos*

-Dudo mucho que normalmente sean tan eficaces.

*dije al ver que los del otro bando también habían logrado la bandera y añadí*

-Esperemos que sepan actuar en equipo... supongo que de alguna manera se sentirán presionados.

*dije con algo de placer de tal forma que sólo me escuchase Angela y añadí en un tono normal*

-Interesante el juego... aparentemente absurdo pero útil para el futuro...

*dije quedándome pensativa mientras los observaba*

Izaías, el diablo corpulento con el que había hablado antes de empezar, había asumido el mando de su grupo, el del vampiro. Aquel chaval prometía, siempre y cuando se empleara tan a fondo como ahora en una situación sin dos altos cargos delante de él. En el otro equipo había una diablesa como líder: Verithia, una avispada jovencita que conseguía siempre todo lo que quería, de un modo u otro, a menos que fuera librarse de un castigo. Enseguida consiguió poner orden en su equipo, pero envió demasiados diablos a atacar y descuidó un poco la defensa. Izaías, en cambio, no se decidía a si ir a atacar o quedarse en la defensa, pero ya tenía bien distribuídos a sus diablos.
-Bueno, se me ocurrió hace unos días, oyendo a los más pequeños quejarse de que su equipo estaba mal organizado cuando jugaban a la bandera. Modifiqué un poco las reglas para adecuarlo al entrenamiento y aquí están los más mayores. A veces no nos damos cuenta de lo útil que pueden ser los juegos de los niños- comenté, cruzándome de brazos y esperando a que los grupos se movieran. No se hicieron esperar: Verithia enseguida empezó a avanzar entre la alta hierba hacia el otro equipo, que aun no se movía.

*Observé a los dos líderes actuar*

-Me gusta el estilo de la diablesa... acción, poca reflexión... sin embargo debe de aprender a tapar agujeros... sin embargo, el otro... está indeciso, sabe colocarlos bien, pero como no ataque ya van a ser papilla... no sé, siendo tan reflexivo y de tan poca acción... me pregunto como funcionarían los dos líderes juntos, si fuesen capaces de llegar a un acuerdo serían un dúo magnífico.

*comenté observándoles: Izaías ya se había decidido a defenderse del ataque de Verithia que ya les había alcanzado mientras mandaba a unos pocos a por la bandera del contrario. Verithia se enzarzó en una pelea con Izaías que se defendía de sus ataques con la misma ferocidad*

-Realmente tiene una buena defensa... sin embargo creo que Verithia está en ventaja: ataca y se defiende por algo torpe que sea defendiéndose... No usan los elementos... ¿cuáles tienen esos dos líderes, cómo se llaman, cuál ha sido su progreso?

*comenté interesada en aquellos, realmente tenía la sensación de que prometían*

-Izaías es de tierra y Verithia es de agua, como yo. Los dos son bastante populares en la clase, pero cada uno está especializado en una cosa. Verithia es experta en conseguir lo que quiere: superar metas, conseguir favores de los demás... es extremadamente cabezota y eso tarde o temprano le da resultados. Izaías, en cambio, tiene cierta dificultad para decidirse. Es un chico muy listo, tanto que casi siempre ve muchas alternativas... tantas que no sabe por cuál decidirse- suspiré, se había llevado alguna sesión de entrenamiento con la espada extra conmigo por culpa de su indecisión-. Sí, cuando trabajan juntos son devastadores. De hecho, son pareja. Bueno, en realidad sí que están usando sus elementos- murmuré de repente, me acababa de dar cuenta de algo-. Verithia está intentando sacar agua del subsuelo con un géiser, pero Izaías está presionando la tierra para no dejar pasar el agua. Muy hábil, pero no le va a funcionar mucho rato. Como ya dije, Verithia es muy cabezota y no creo que se rinda.

*Escuché interesada la información y sonreí cuándo escuché lo del géiser*

-Sí, ahora lo noto... empieza a haber mas humedad. Es una pareja muy prometedora, aunque siempre he pensado que un buen ataque es una muy buena defensa y de momento pocas veces me ha fallado.

*comenté, era obvio que aunque valoraba mucho a los dos me gustaba mas Verithia por su similitud a mi estilo de lucha*

-Seguiré los progresos de la pareja... debería de sacar mas tiempo para observar de vez en cuándo algún entrenamiento.

*comenté viéndo como un pequeño géiser surgía y aumentaba cada vez mas de tamaño, obviamente había mas diablos en el equipo de ataque que manejaban el agua y se lo potenciaban... y algunos de aire, a juzgar por la curiosa forma que empezaba a adquirir el agua del géiser, una especie de ola que a su vez servía de defensa. Izaías desplegó sus alas y las copas de los árboles cercanos se movieron penetrando en el agua y haciendo un hueco en aquella defensa. Por aquél agujero entraron varios del equipo de Verithia que comenzaron a hacer estragos en el equipo de Izaías. Sin embargo, a lo lejos una lengua de fuego causaba algunos menos estragos por los diablos de ataque enviados por Izaías y que estaba deshaciendo la defensa.*

-Está todo muy igualado... ese fallo de defensa de Verithia la va a causar mas de un disgusto en combate, aunque si es capaz de llevar muy bien el ataque no la hará mucha falta... y ese fallo de ataque de Izaías le puede costar lo mismo, aunque a la hora de resistir en al espera de refuerzos es muy valorado.

*comenté esperando ver como se solucionaría aquello*

-Espero que Aspicious logre corregir esos dos fallos- comenté. Tras unos minutos de lucha, un pequeño diablillo que reconocí como Fairth, muy bajito pero extremadamente grácil y rápido, consiguió colarse tras la defensa de Izaías y robar la "bandera". Antes de que nadie pudiera detenerle, desapareció en dirección al Infierno y reapareció junto a la bandera de su equipo. Cuando depositó la bandera robada junto a la propia, saqué un silbato y pité para señalar el final del juego. Descendí a tierra y esperé a que los dos equipos se reagruparan formando una fila delante de mí.
-El equipo de Verithia ha ganado- anuncié.
-¡Pero Fairth ha hecho trampa!- protestó alguien a mi derecha.
-Nunca dije que no se pudiera usar el truco de ir al Infierno y volver. Si no se os ha ocurrido utilizarlo antes, no es culpa mía ni de Fairth, que por cierto ha sido muy hábil- apostaría a que Fairth lucía una sonrisa de oreja a oreja-. Verithia, como siempre, descuidas la defensa, y eso te puede costar caro en un futuro no muy lejano. Izaías, creo que huelga decirte que deberías decidirte antes por lo que vas a hacer...
-Lo siento, Angela-sama.
Me quedé alucinada, ¿y ese nuevo tratamiento?
-No lo sientas tanto y remédialo. Por cierto, veo que tenéis muy buen oído y habéis escuchado la conversación que he tenido hace un momento con la reina. Pero aun así, ¿quién te ha dicho que me trates de -sama? Desde el primer momento dejé claro que quería el tratamiento de -sensei y nada más. Aunque tenga un rango más alto y no vaya a ser vuestra maestra, no quiero el tratamiento de -sama hasta dentro de unos cuantos años, cuando supereis la prueba final y os graudeis. Entonces ya podeis hacer lo que os dé la gana. ¿Entendido?
-Sí, Angela-sensei- murmuraron unos cuantos. Noté más alegría contenida de la que pensaban en algunos, seguramente por perderme de vista una temporada.

*Bajé a tierra junto con Angela y escuché todo sin decir nada. Cuándo terminó, dije*

-Verithia, tienes que aprender a distribuir mejor los diablos o tu grupo no durará mucho en un combate real fuera de los entrenamientos por mucho que ataques una y otra vez... Izaías, no sirve sólo defenderse, si no atacas te digo lo mismo que a Verithia, durarás más pero acabaréis siendo derrotados en un combate real. Tratad de sorprender al enemigo con algo que no se espere y tendréis unos segundos de ventaja que pueden ser extremadamente valiosos. Buena idea, Fairth, pero en un combate real en ocasiones el acceso al Infierno estará prohibido, debes de aprender a salir de esas situaciones por tu cuenta y riesgo.

*Mientras iba señalando los fallos y el consejo, todos escucharon absolutamente en silencio y prestando toda la atención del mundo.*

-La calificación final que hago a la prueba de hoy es que es muy mejorable y que en un combate real difícilmente hubiera ganado cada grupo individualmente pero que no está mal para ser un entrenamiento, esperemos que el próximo maestro lo arregle.

*comenté observando todo y añadí haciendo desaparecer una pequeña señal ígnea que desapareció*

-Espero que Aspicious se presente pronto aquí para poder empezar con nuestro entrenamiento, Angela.

*comenté mientras los diablos que había guardaban silencio, como si no se atreviesen a hablar delante mío.*

Cuando salí de la tienda de armas con mi nuevo equipo noté en las cercanías el aura de mi reina y de... un momento... ¿era Ángela? La notaba mucho más poderosa que de costumbre, de hecho superaba con creces la mía, pero sin duda era ella. En cualquier caso sentí que se requería mi presencia así que me dirijí hacia allí.

Cuando llegué vi a Arshei y a Ángela junto con varios pequeños diablos. Nada más llegar me di cuenta del porqué del cambio del aura de la antigua maestra.

-Saludos majestad - dije haciendo una reverencia. Después me dirijí hacia la otra diablesa y le dirijí otra reverencia y sonriendo -. Vaya, veo que te han ascendido, Ángela. Mis mas sincera enhorabuena. Por lo que puedo observar, creo que sé cual és la razón por la que me reclamáis aquí. ¿No es cierto?

*Le sonreí*

-Me gusta la rapidez en mis llamadas... si, la razón por la cual te he llamado es que debido al ascenso de Angela, ella ya no se podrá ocupar de sus alumnos, así que como maestro deberás de encargarte de ellos.

*comenté y añadí en infrasonidos que sólo Angela y Aspicious podrían escuchar*

- Quiero informes trimestrales de la evolución de la diabla llamada Verithia y del diablo llamado Izaías, tengo interés por esa pareja. Trataré de pasarme más a menudo por los entrenamientos, creo que los he descuidado un poco y hoy lo he podido comprobar.

*saliendo de los infrasonidos dije*

-A partir de hoy, vuestro maestro será Aspicious.

*Dije y esperé a ver si Angela quería despedirse de sus antiguos alumnos o darle algún consejo a Aspicious o lo que fuera. Además, quizás Aspicious querría preguntar algo*

-Bueno, creo que está bastante claro, - dirijiéndome a los alumnos - vuestra maestra Ángela va a tener que atender otros asuntos más importantes los cuales la mantendrán ocupada.

Después me dirijo a Ángela susurrándola.
-Más o menos, explícame qué planteamientos has seguido hasta ahora. Intentaré continuarlos al menos los primeros días, en cuanto a esa pareja que ha mencionado la reina, supongo que a esos les meteré más caña. En fin, no te preocupes, les daré mano dura.

off: ne, Charly, que mi nombre se escribe sin tilde xD es en italiano o algo asi xD
off:

Reconocí el aura y la voz de Aspicious, el otro maestro del clan con el que me hablaba de vez en cuando.
-Gracias, Aspicious-kun. Bien, me he centrado más en aspectos como la estrategia militar, el rastreo, la lectura de flujos de poder y la resistencia, tanto física como mental. Los "deberes" que suelo ponerles es que combatan en el gimnasio entre sí mismos y contra otras razas para que se vayan familiarizando con el entorno. Hemos dado también alguna clase de lucha, pero han sido pocas. Teniendo en cuenta lo pendencieros que son algunos, no vi necesario más que evaluarles cada dos o tres meses y corregir sus fallos- expliqué-. Pero vamos, que en general aprenden deprisa.
-Con Angela-sensei es: o aprendes rápido o palmas- murmuró alguno por lo bajini, pero no lo suficiente como para que mis finos oídos lo captasen.
-Un poco exagerado, pero sí, ésa es la idea- afirmé-. Y espero que con Aspicious-kun os lo toméis de la misma manera- volví la cabeza hacia donde notaba a Aspicious-. No te cortes, dales toda la caña que puedas o se empezarán a dormir en los laureles.

-Umm... solo una cosa, ¿si muere alguien es responsabilidad mía? - digo lo suficientemente alto para que todos me escuchen.

Al decir esto noté como un frío silencio se apoderó de los alumnos. Al mirar sus caras pude ver en algunos cierto temor. Esas caras producieron en mí una divertida risa.

Me lo pensé un momento.
-Bueno, depende. Si estás cumpliendo alguna misión fuera del Infierno sí que eres responsable de tus aprendices, o al menos así lo hacía yo. Dentro del Infierno... Hombre, intentaba no ponerles las cosas fáciles, pero aun así, si mueren en un entrenamiento es por su propia debilidad. Es la selección natural: no podemos dejar en manos de debiluchos el futuro de nuestra raza- dije, quitándole importancia con un gesto-. Pero vamos, ese tema depende mucho del maestro.

-Compendo.

Le susurro a Angela para que solo me oiga ella.


-En realidad solo he preguntado eso para ver como reaccionaban. Creo que lo primero que tengo que hacer es quitarles el miedo. Bueno, creo que es momento de empezar.

Me coloco en frente de todos los diablillos y comienzo a hablar.

-Mi nombre es Aspicious Oicilpus. A partir de ahora, seré vuestro nuevo maestro. Mi sistema os advierto, difiere mucho de lo común. En todo momento, quién no quiera aprender, es libre de marcharse, aunque claro, lo que os espera allí afuera es más feo que lo que podéis encontrar aquí... Ante todo quiero disciplina, si alguien se pasa de la raya, sufrirá las consecuencias - al decir esto pongo una expresión sádica - ¿Alguien quiere preguntar algo?

En ese momento vi como una pequeña diablilla que pasaba inadvertida levantaba la mano.

-Dime, ¿cómo te llamas?

-Mi nombre es Hyak, sensei. Yo quería preguntarle... esto... verá... yo... - la chica se empezó a encoger un poco - ¿En algún momento podrá volver Angela-sensei?

-Respóndele tú Angela, creo que sería conveniente que te despidieras en condiciones de tus alumnos.

Esbocé interiormente una media sonrisa. "¿Ya me echan de menos?" pensé sarcásticamente.
-Tal vez vuelva a echaros una ojeada algún día, para ver si habéis aprendido algo. En cualquier caso, no pienso avisaros, así que portaos bien con vuestro nuevo maestro todos los días. No hagáis que me lleve una sorpresa desagradable el día que vaya a veros, ¿de acuerdo?- un murmullo afirmativo recorrió la fila.

Una vez se despidieron de su antigua maestra los niños me miraron fijamente, esperando a que les dijera algo.


-Comencemos.

En ese momento empecé a reírme desquiciadamente. Creé una gran corriente de aire que mandó a todos los diablillos por los aires. A continuación creé un tornado el cual hizo que todos giraran rápidamente y quedaran prácticamente incapacitados, solo dando vueltas.

-Primeramente, quiero ver cómo salís de aquí.

Algunos de los diablos empezaron a gritar pidiendo que les liberara. Sin embargo, la diablesa más notable, Verithia, consiguió escapar del tornado, no sin cierta dificiltad. Al ver esto la impulsé de nuevo al tornado con otra corriente de aire.


-¡Muy bien! Así me gusta, sigue luchando.

Al cabo de un rato, Izaías volvió a repetir la proeza, aunque le volví a meter en el tornado. Pasaron unos pocos minutos y nadie conseguía salir de nuevo, así que eliminé el tornado e hice que cayeran en picado. Los más habilidosos consiguieron aterrizar, sin embargo otros no lo consiguieron, y se precipitaron al vacío. Antes de que se estamparan contra el suelo modifiqué el aire y lo hice mucho más denso para que cayeran en blando.

-Vaya, vaya. Algunos lo habéis intentado, sin embargo, os a faltado trabajar en equipo, espero que lo tengáis encuenta la próxima vez. Ahora vámonos a la biblioteca del templo diabólico. Necesitais estudio.

Dicho esto eché a volar esperando a que mis alumnos me siguieran. Cuando vi que todos, con caras muy serias y preocupadas me seguian, me dirijí a mi destino.