Entrada Principal

Tras varios días de largo viaje e intentando sobrevivir a base de ciervos y frutos secos, ya casi no tengo fuerzas para continuar. Cada vez me arrepiento más de haber huido, quizás debería haber cogido algo de comida.

Ya notaba como los altos y oscuros pinos de este bosque iban arrebatándome las pocas fuerzas que me quedaban; notaba como las hojas secas del suelo crujían de manera escalofriante.

Pero entonces mis ojos se abrieron fijando mi mirada en lo que parecían unas antiguas ruinas griegas en medio del bosque. Corrí agontando la poca energía que me quedaba hasta la entrada de aquel enorme templo. La puerta era tan grande que podrían entrar dos elefantes muy fácilmente. Me quedé mirando aquella puerta de bronce con angeles detallados y también algún diablo. Pero no eran normales, estaban deformes, con cuernos rotos, alas desplumadas y llenos de heridas. Tras varios minutos de observación tiré de dos enormes anillos hasta conseguir abrir la gran puerta (que debería pesar varias toneladas). Entonces me adentré en el templo...

Caminaba por los pasillos de vuelta a mi habitación tras recibir a un par de mis subordinados en mi sala del trono. Iba un poco más elegante que de costumbre: en vez de llevar la ropa de entrenamiento que solía ponerme, un ajustado vestido gris de tirantas y abierto por un lado y dos muñequeras de plata sin brillo cubrían mi cuerpo y mis antebrazos, respectivamente. Aun así, llevaba mi aura totalmente suprimida. Nadie que no me conociera podría decir que era la que mandaba en aquel sitio, aunque ya me conocían casi todos.
Al doblar una esquina, algo distrajo mi atención. Había un aura extremadamente débil en la entrada del templo. Desaparecí de donde estaba y aparecí allí, manteniendo mi aura bajo mínimos. Era un chico en un estado bastante lamentable, seguramente agotado después de un viaje porque no presentaba signos de pelea.
-Buenas tardes, viajero. ¿Nos conocemos?- saludé, esbozando una sonrisa leve pero cálida.

En un instante vi cómo aparecía de la nada una chica con un precioso vestido ajustado y gris. Tras su aparición me saludó de una manera alegre, parecía bastante simpática. Yo lo único que deseaba en esos momentos era descansar y comer algo, incluso agradecería desmayarme, pero respondí a aquella joven entre gemidos.

- A-agua po-por favor - dije a la vez que me arrodillaba de cansancio.

Aquel chaval estaba hecho una pena. Miré a mi espalda, preocupada.
-Ellitha!!!!!- llamé. Una caída alta de cabello corto y azul claro y enormes alas de murciélago grises apareció detrás de mí-. Trae una jarra de agua fresca y algo de comida, por favor.
-Enseguida, señora- asintió ella, desapareciendo. Volvió enseguida con una bandeja en la que llevaba una jarra de cristal de agua fría, un par de manzanas y un buen trozo de chorizo. Me pasó la bandeja y me agaché junto al chico.
-Tranquilo, ya estás en casa. Bebe y come un poco, después me cuentas de dónde vienes- le dije a media voz, ofreciéndole la bandeja.

La chica llamó a una amiga suya que rápidamente apareció con una bandeja de comida y una jarra de agua.

- Gracias - Me acercó la bandeja y empecé a comer rápidamente. Hacia tiempo que no comía algo sano ni bebía agua limpia.

Tras unos minutos sin parar de comer me limpié con la manga de la chaqueta, suspiré y me dispuse a hablar con aquella chica.

- Muchas gracias de verdad. Me llamo Ciel Hyuga. Mis padres, de los que desconozco cualquier dato, fueron angeles desterrados y decidieron abandonarme nada más nacer. Crecí en una familia normal con un hermano y una hermana pero, a los once años, mi hermano murió y mi hermana desapareció - Hice una pausa, pensando en ello - Desde entonces he ido vagando por el mundo enfrentándome a lo que se me ponía por medio hasta llegar aquí. Eso es todo lo que te puedo contar. ¿Y tú? ¿Quién eres? -

Me quedé mirándola de manera curiosa esperando su respuesta.

Escuché su relato. Ellitha se había quedado unos metros más allá, con las manos juntas y la cabeza respetuosamente baja.
-Vaya, entonces hasta ahora no habías pisado el Limbo. Por suerte encontraste la entrada- comenté-. Me llamo Aurora, Aurora Noraiel Elyseum- me presenté. No mencioné mi rango, no me gustaba hacerlo y si podía evitarlo, mejor-. ¿Puedes levantarte? Éste no es sitio para darte una comida decente- sonreí y me incorporé, tendiéndole una mano.

Me propuso ir a otro lugar, a lo que acepté agarrándola el brazo e incorporándome.

- Está bien - La contesté sonriendo.

Empezamos a caminar pasando junto a la joven que había traído la comida, que en ese momento tenía la cabeza agachada, asi que Aurora debería ser alguien importante.

Le susurré a Ellitha que le dijera a los cocineros que le prepararan algo a nuestro invitado y ella asintió y desapareció. Conduje a Ciel por el intrincado laberinto de pasillos, aparentemente caóticos pero que en realidad seguían un orden determinado, hasta llegar a un pequeño y recogido comedor cuya puerta nos abrieron dos guardias con armadura que me saludaron con una inclinación de cabeza. El comedor era circular. Encendí un enorme candelabro junto a la entrada y la danzarina luz de las velas iluminó las paredes cubiertas de tapices con representaciones de hechos históricos. Una repisa se apoyaba en toda la pared, y en el centro de la habitación había una mesa redonda con una silla.
-Siéntate, por favor. Enseguida te traerán algo más decente para comer ^^ Mientras tanto... Bueno, teniendo en cuenta de dónde vienes, supongo que no perteneces a ningún clan- comenté.

Aurora me condujo por una serie de pasillos hasta llegar a una gran sala que parecía un comedor. Dos guardias hicieron una reverencia al vernos pasar y pude ver en las paredes todo tipo de tapices impresionantes con dibujos bastante curiosos. Me senté la única silla que había alrededor de aquella mesa y Aurora me dijo que me traería más comida.

- Gracias. No pertenezco a ningún clan ni grupo, vengo solo. Respondí a Aurora

Alcé ligeramente las cejas. Tal vez podría admitirle en mi clan, estaba un poco falta de maestros (vamos, que solo me quedaba uno).
-Tal vez deberías pensar en unirte a un clan. No sé, no es tiempo de andar por ahí sin protección. En un clan, tus compañeros te ayudarían si te ves involucrado en alguna movida. Yo lidero uno, el clan Elyseum- le dije-. Por tu aura deduzco que eres de nivel maestro. Podrías entrar en mi clan, hay un puesto vacante para tu rango- le propuse. En ese momento entraron un par de caídos con agua, un pollo asado y una ensalada, además del servicio completo, y lo dejaron todo en la mesa.

La propuesta que me hizo me pareció bastante buena. ¿Debería fiarme de ella? Al fin y al cabo la acabo de conocer pero también me ha ofrecido lujos cuando los necesitaba. Estaba en deuda con ella. En ese momento llegaron dos caídos con comida y antes de empezar dije:

- Está bien, acepto. ¿Dónde hay que firmar? - Miré al plato de comida y añadí - ¿Quieres un poco? -

Sonreí, divertida.
-No, gracias, ya he comido. No hay que firmar en ningún sitio, realmente- respondí-. Estos dos chicos-señalé a los que habían traído la comida- te llevaran a la zona ocupada por mi clan. Allí solo tendrás que revisar las leyes, y si finalmente estás dispuesto a ello, jurarme lealtad. Lo cierto es que si puedo evitar el papeleo, lo evito. Ordenarlo luego es un poco pesado- confesé encogiéndome de hombros-. En fin, te espero allí. Eleazar, Remeiele, ya sabéis donde hay que ir.
Me dirigí a la puerta y me dispuse a salir, rumbo a la morada de mi clan.

off: es por aqui: https://creatureswars.forosactivos.net/clan-elyseum-f119/esperando-a-nuevos-miembros-t365.htm

Después de vagar durante mucho tiempo decidimos entrar en el limbo, yo iba con mis típicos pantalones largos grises y sin camiseta y Robert (OFF: el amigo imaginario aunque el lo ve como real xD) llevaba una sudadera gris con capucha y unos pantalones negros. Esperábamos que apareciese alguien para guiarnos por el edificio.

Percibí otra presencia en la entrada y me acerqué a ver. Como de costumbre, mi aura estaba totalmente suprimida. Esta vez había pasado olímpicamente de ir elegante y llevaba mi ropa de entrenamiento habitual.
En cuanto doblé la esquina del corredor vi a otro caído, de rango común, al que no conocía.
-Buenas tardes. Creo que no nos conocemos, me llamo Aurora- me presenté.

Vi como la reina aparecía e hice una reverencia. Yo soy Samuel y este es Robert -dije con una sonrisa. Vamos cabezón saluda -susurré y dijo Hola.

off: ¿como sabes que soy la reina si llevo ropa normal y mi aura esta completamente suprimida? xD
on:

-Encantada ^^- mantuve una leve sonrisa cortés, aunque mi ceño se frunció unas milésimas. ¿Robert? No veía a nadie más y no notaba más aura que la suya-. No recuerdo haberte visto antes por aquí. ¿De dónde vienes?

(OFF: intuicion? jajaj)

No tenemos un sitio fijo, hemos vagado por ahí mucho tiempo y hemos decidido venir aquí -dije y miré a Robert. Nos gustaría quedarnos y cojer una habitación. No te preocupes podemos dormir juntos. -dije sonriendo y la susurré para que Robert no me oyese: No soy homosexual pero yo creo que él sí. y volví a mi sitio, al lado de mi amigo.

off: xDDD
on:

Mi mente seguía intentando encontrar una explicación lógica a por qué aquel chico hablaba en plural cuando estábamos los dos solos en medio del vestíbulo. "A ver si va a ser que ve cosas..." pensé de repente. Por un momento consideré la posibilidad de llamar a alguno de mis subordinados para que le buscase alguna habitación, pero descarté la idea. Al fin y al cabo, no tenía nada mejor que hacer, y así aprovechaba para conocer mejor a mi nuevo súbdito.
-No hay problema, pu... podéis quedaros- me corregí justo a tiempo-. Acompáñame, vamos a buscar una habitación libre ^^
Eché a andar hacia el interior del vestíbulo, aun dándole vueltas en la cabeza al "amigo" de aquel chaval.

Vamos Rob que nos dejan quedarnos -dije desprendiendo mucha felicidad. Él me contestó: Eso esta bien, y además creo que nos podemos fiar de ella. a lo que yo no contesté y la seguimos al interior del vestíbulo

Me deleité unos instantes con las sensaciones que transmitía su aura. Me encantaba notar aquel tipo de emociones de parte de otros ángeles caídos. Enseguida volví a la realidad, sin parar de caminar en ningún momento, hasta que llegamos a un enorme balcón que se abría de repente en la pared. Desplegué las alas y las batí con fuerza, elevándome en el aire.
-Por aquí- le indiqué, volando en dirección sur.

off: seguimos aqui: https://creatureswars.forosactivos.net/ngeles-caidos-f88/en-busca-de-una-casa-para-samuel-t669.htm