Cumpliendo con lo prometido

Después de correr, decidí ir andando. Había sido un viaje muy largo en el que andando quizás hubiera tardado varias semanas en recorrer. Tras unas horas andando empezó a caer una lluvia muy intensa. Aproveché para sentarme y hacer un mapa olfativo que con la lluvia todos los olores son más fuertes. A unos 5 kilómetros se encontraba mi destino. Un pequeño pueblo de licántropos donde se encontraban unas minas de adamantio. Obviamente, Ana y Walter se equivocaban y las de la aldea Hyuga no eran las últimas. Iba a acercarme al pueblo pero decidí trasnochar debajo de un gran olmo ya que estaba oscureciendo y prefería entrar como un ciudadano más.

Iba volando por un bosque de altos pinos cuando de pronto empezó a llover muy intensamente. Me detuve debajo de un árbol a esperar a que acabase de llover, o por lo menos que lloviese menos. De pronto me puse en guardia al ver a un licántropo sentado, oliendolo todo. Desenvainé mi espada y empecé a acercarme a él sigilosamente y por detrás de los árboles. Me aseguré de que no me viese, pero quizás ya me habría olido. Pegué un salto para situarme enfrente suya y apreté con fuerza mi espada.

- ¿Quién eres tú? - Le grité sin pestañear ni un momento.

De pronto me llegó un olor familiar. Era el caído que estaba hablando con la diabla aquel día.

Hola caído. Soy Ian y tu eres? -tenía la impresión de que le conocía de antes pero parte de mis recuerdos eran borrosos.

Iba corriendo por el bosque con mis sentidos al maximo y oli dos fuentes de sangre, una olia raro, era un licantropo y la otra se veia bastante sabrosa. Me acerque con cuidado y desde las sombras los mire, un angel caido y un licantropo *un segundo... es Ian* me acerque poco a poco a ellos.-Vaya vaya... Ian y Ciel.. ¿verdad?-sonrei largamente.-¿Otra vez te as metido en problemas Ian?-

Y ahora aparece Ana ¿Qué pasa aquí? Me estáis siguiendo? -no había ira en mi tono si no sorpresa. Hago a supervelocidad un viaje muy largo y me encuentro a estos dos. ¿Has dicho Ciel? ¿Primo?

Su voz me resulto muy familiar, pero aun así no bajé la guardia.

- Me lamo... - Apareció Ana de repente, y no me dejó tiempo a responder - Bueno si, Ciel, gracias Ana. -

Parecía que ya se conocían y en cuanto habló Ian mis ojos se abrieron hasta el punto de casi explotar. *¡Ian es mi primo! ¡Pero si apenas le recuerdo!*. Se me pasaron por la cabeza miles de imágenes de mi infancia con él. Tiré la espada al suelo y corrí a abrazarle, sin pensarlo, fue acto reflejo.

Vi como se abrazaban y sonrei-Asi que es cierto ¿no.. Ciel Hyuga?-dije con una sonrisa muy calida, hacia que no veia a Ciel muchos años y verle ahora, me traia tan buenos recuerdos.

Casi me caigo del impacto. Ana, le conocías y no te acordabas de él?

Me separé de Ian, no sabía cómo reaccionar.

- ¿Cierto? ¿Ya me conocías Ana? - Estaba completamente desorientado, pensé en varias explicaciones, pero no tenían sentido. - ¿Qué está pasando? -

Les mire con un puchero-O vamos.. no soy adivina y solo me dijo su nombre asi que no podia saberlo del todo.. de todas formas parece que no me reconoce-dije suspirando y volviendo a hacer un pucherito.

*Esa cara... ¡Ahora caigo!*

- ¿Ana?, ¿Mi hermana Ana? ¿Eres tú? - Esto era increíble, abandoné mi pueblo pensando que no tenía familia, y ahora estaba en plena reunión falmiliar. - No puede ser, tu desapareciste, nuestro otro hermano (del que aún no recuerdo su nombre) murió. ¿Cómo es que eres vampira? - Estaba totalmente paralizado, sin saber qué hacer.

-No creo que se pueda considerar que la vida sea buena o mala. -Aparecí detrás de Ana.
-Buenas noches a todos. -Dije con mi tipica inclinación de cabeza. -Ian, creo que tu presencia aqui podria incluso llegar a causarme alguna inconveniencia. -Lo dije sin malas intenciones, simplemente era un hecho.

LE mire con una gran sonrisa-¡¡Sabia que no te habias olvidado de mi!!-grite con alegria tirandome a abrazarle.-O vamos creciste en una aldea vampira, me combirtieron en vampira, Das no esta muerto, vive conmigo en mi castillo.-Dije rapidamente, pero deje de hablar un rato para que procesara la informacion, sentia tener que decirlo tan deprisa pero estaba arta de contar la misma historia.-Y a mi me gusta ser vampira Ian- rei. Mire al recien llegado-¿incombeniencias Walter?-

-Si, hay unas minas de adamantio en una aldea aqui cerca. Es una aldea de licantropos y asumo que Ian se molestaria si la destruyese. -Dije mirandole.

-Cuando destruimos la anterior investigué en busca de más. Mis espias me informaron unos dias despues de la existencia de esta mina. Ese mineral es una atrocidad, vine aqui a destruir la mina. -Estaba serio, desde luego no era un asunto sobre el que bromear.

Alce una ceja -ya no me contais nada de nada, si no llego a estar por aqui de caza ni me entero.-volvi a hacer un puchero, esta vez en señal de enfado, no me gustaba que me escondieran las cosas.

Me quede de piedra-joo.. no es mi culpa que duela tanto, pero vale vale lo paso, lo paso...-dije suspirando, bien era sabido que no me gustaban las cosas ocultas pero tenia que admitir que tenia razon. Me tumbe en la hierva y cerre los ojos.

-La diferencia entre tú y yo es que tú tienes que pasar por todos los puntos intermedios entre otros dos. -Dije haciendo referencia a que podria usar el baile de las sombras si fuese necesario.

Oi toda la combersacion para la destruccion de las minas con atencion y al rato suspire largamente *seguramente no me dejen participar..* pense mientras me relajaba todo lo que podia, tenia sed de sangre pero esperaria a que ellos hubieran terminado.