Sala del trono

Con que me diga donde donde puedo enconstrar las cuevas de los habotantes del Limbo ya me las apaño yo pues tengo un viejo amigo que vive por alli, su nombre es Nigaeroth y sino recuerdo mal el controla la tierra por lo que me puede a crear una cueva cerca a la suya.
tambien me gustaria que me tubiera en cuenta para si surge alguna mision en vuestro reino que este humilde servido pueda realizar
Acto seguido me volvi a inclina esperando a que se levantara para indicarme por donde estan las casas del Limbo y poder ir a solucionar el tema de mi vivienda y a aparte para saber si me tendra encuenta para alguna mision.

off: creía que ya estabas allí en otro post xD
on:

-No puedo ocuparme personalmente porque tengo cosas que hacer, pero pide ayuda a los guardias de la puerta. Ellos te indicarán el camino, conocen bien el Limbo- le indiqué-. No te preocupes, tendré en cuenta tus palabras. Siempre es un placer contar con gente tan voluntariosa ^^

Off: si eso ya lo hize en otro tema que seria la continuacion de esto xk todo debe de eguir un tiempo no ??
On:
Muchas gracias por su atencion, dige mientrsa me levantaba. Acto seguido me dirigi a la puerta y le pregunte a uno de los guardianes:
¿ Buenas me podrias decir por donde quedan las cuevas de los habitantes del limbo ?
El guardia me mostro un mapa y lo memorice y acto seguido levante el vuelo rumbo a las cuevas.

varias semanas despues.

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Me diriji a palacio queria ver a Aurora tenia algo que podria interesarle y ademas de que tenia pensado solicitarle su ayuda. A mi espalda llebava un objeto alargado de aproximadamente 90 cm de longitud cuidadosamente envuelto con trapos y ropa vieja que pude encontrar.

Tras unos minutos llegue a las puertas de palacio dond e me pararon dos guardias.

Alto que le trae a palacio.- me dijo uno de ellos.

Buena me llamo Nigaeroth Yaventil , y vengo a solicitar una audiencia con la reina Aurora tengo informacion que podria interesarle y un favor que pedirle

El guardia vacilo un segundo antes d e contestarme-Espera un momento aqui voy a informar a la reina.- Acto seguido entro a palacio mientras el otro guardia se quedaba junto a mi.

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El guardia volvió y abrió la puerta.
-Adelante- ordenó.
Levanté la cabeza y miré a Nigaeroth desde el trono.
-Bienvenido, Nigaeroth. ¿Qué te trae a palacio?- pregunté.

Al entrar a palacio pude ver a Aurora en el trono

Saludos mi reina- mientras hacia una corta reverencia-Desde que me entere de la inminente guerra que se nos avecina comence a entrenarme para mejorar y poder ser de utilidad- No sabia por que corriamos peligro exactamente ni tampoco cuan poderoso era pero no me importaba-Mientras entrenaba encontre una manera de abaratar costes en el equipamiento de los ejercitos solo tendrian un inconveniente y seria en caso de luchar contra elementales terrestres- me descolgue el objeto de mi espalda y lo desenvolvi era una espada corta echa de cuarzo y muy decorada dandole un aspecto elegante-Este es una de las cosas que me trae aqui, usando cuarzo que podemos conseguir de la arena, obtendriamos un material de caracteristicas similares al acero pero mas ligero y este trabajo podrian hacerlo todos los elemtales de tierra- le entregue el arma para que pudiese comprobar ella misma su posible utilidad-Ademas me gustaria solicitar su ayuda para entrenarme con objetivo de volverme mas fuerte y ser de mas ayuda en batalla- finalice retirandome del trono y apollando una rodilla en el suelo en señal de respeto mientras esperaba a su respuesta

Me levanté y examiné la espada de cuarzo. Era bastante bella, desde luego, pero las batallas no se ganan deslumbrando al enemigo con armas hermosas. Desenvainé mi propia espada y acaricié la hoja plana de cuarzo con la punta de mi acero. Apenas se rayaba. Volví a envainar y di unos cuantos golpes al suelo con la hoja de cuarzo. Después probé un par de movimientos de esgrima con ella y finalmente la sopesé en una mano.
-Dura, tenaz, manejable y ligera. Y además, es hermosa- juzgué, devolviéndosela a Nigaeroth-. Me parece una excelente idea. No puede sustituir a las espadas que van con algún poder incorporado, como la mía, pero a las normales sí. Avisa a los elementales de tierra para que se pongan a trabajar en ello. Dado que has sido tú quien ha tenido la idea, lo mejor será que seas tú quien les dirija- ordené, sentándome de nuevo en el trono-. Y respecto a lo de tu entrenamiento, no hay problema. Pensaré en ello y te llamaré como mucho en dos días para empezar- hice una breve pausa y sonreí levemente-. Me alegra en gran manera tener súbditos con tanta iniciativa, Nigaeroth. Buen trabajo.

Recogi la espada y volvi a colocarla en mi espalda de la misma manera que antes, envuelta entre los trapos.

Muchisimas gracias mi señora, esperare a su llamada para poder entrenar y me pondre a trabajar con los elementales inmediatamente para que aprendan ha hacer las armas.- Me incorpore de nuevo y me fui de la sala para empezar a buscar elementales de tierra

(OFF: Varios años después)


El trono de mármol descansaba en silencio en medio de la inmensa sala teñida de colores celestes por la luz de la noche,que se filtraba con suavidad por los grandes ventanales que caracterizaban también aquel lugar.
Estaba sentada a los pies de estos,sobre un pequeño sillón pegado a la pared,desde el que podía ver los bosques del Limbo y el cielo nocturno siempre que quisiera.Casi se podía decir que siempre dormía allí cuando las pesadillas acechaban mi mente. Llevaba la blusa negra y la falda blanca del uniforme,pero la chaqueta descansaba sobre un mueble no muy alejado de mi,junto a las botas.

Mi cara reflejaba ligeramente melancolía por todo lo pasado,aun que mas bien parecía indiferente mientras observaba la calma que reinaba en el exterior. Miré unos segundos de nuevo al trono.Alguien debía sentarse en él de nuevo de una vez por todas. Suspiré un poco,y volví la vista a las ventanas,apoyando con cuidado mi cabeza sobre el frío cristal.
La luz lunar aclaraba mas todavía mi piel,y mi pelo negro y largo reflejaba algo de luz, iluminándome únicamente a mi en medio de la oscuridad.

Me adentro en el salón del trono con la intención de conocer a la princesa que nos representaba y si podía conseguir llevarme bien con ella.
La luz de la luna le daba a mi cabello un color negro suave y resaltaba mucho mas mis mechas rojas, por el contrario mis ojos blancos absorbían ese maravilloso resplandor.
No sabia muy bien donde ir así que me deje llevar por mis instintos dirigiéndome donde se encontraba el aura mas poderosa del palacio
Cuando llegue donde estaba ella me acerque con compostura, (como era un acto oficial iba con el traje negro completo) y haciendo una reverencia como me habían enseñado en clases de compostura y me dispuse a hablar

-Buenas majestad, deduzco que sois Kaede la princesa, es un placer- Hago una pequeña pausa y prosigo-Soy Sahiver Mallory y de hoy en adelante seré un sirviente fiel-Cuando levanto la cabeza veo que hay una chaqueta de traje con el blasón de mi familia

-Disculpe, ¿no sabrá si ha pasado alguien por aquí?- Le pregunte educadamente dado que ya hacia un tiempo que andaba buscando a una hermana que mi madre me dijo antes de morir que la tuvieron poco después de que empezara mi viaje, cierto es que los clanes se llevaban a matar pero tenia la esperanza de encontrarme con ella y saber un poco mejor lo que paso

Unas horas después,cuando ya casi me había quedado dormida,una nueva aura inundó cada rincón de la sala.Abrí los ojos y vi a un muchacho del mismo color ébano que el mío,pero con unas añadidas mechas rojas.Me levanté de inmediato,aun que con lentitud,observándole desde la altura de las escaleras.

Entonces,ignorando unos instantes sus aparentemente sinceras palabras,observé con sorpresa su uniforme. Era exactamente el mismo que el mío,pero de color opuesto,y si no me equivocaba,ese era otorgado a aquellos que procedían de los demonios.Bajé las escaleras aún descalza,y me agaché a su lado,poniendo una mano sobre su hombro y sonriendo con calidez.

Si,yo soy la misma.Encantada,Sahiver,puedes ponerte en pie-dije levantándome junto a el.
Tus palabras parecen sinceras y amables,sin duda.Pero no crees que deberías servir a alguien en quien primero confías,o al menos sientes un mínimo aprecio?-dije dando un paso atrás,sonriendo un poco.

Observé la chaqueta que descansaba cerca de nosotros,y luego miré de nuevo la suya.

No,yo soy la única que ha pisado esta sala-dije mirando directamente a sus ojos mientras llevaba un mechón de mi pelo tras una oreja.

Cuando me toca el hombro un escalofrió me recorre todo el cuerpo como avisándome de algo pero no supe descifrarlo

-Mis disculpas si mis palabras os molestado pero en las clases a las que me obligo asistir mi padre no me enseñaron a desconfiar de la gente superior a mi... Es mas me enseñaron que podía contar con ellos siempre que pusiera- Hago una leve pausa-Aunque siempre he pensado que la confianza se gana como... En un combate, si me permite decirlo

Luego escucho lo que dice y mi corazón se acelera... Eso quiere decir que ella es mi hermana, como puede ser que no la hubiera conocido antes

-Entonces ¿puedo suponer que esa prenda de allí es de vos, su majestad?- Le pregunto para intentar confirmar esa importante cuestión, luego me fijo que me mira a los ojos directamente

-Perdone pero... Le molesta el color blanco de mis ojos-Luego caigo en las clases de buenos modales-Ademas se supone que no le puedo mirar a los ojos, su majestad- le digo bajando la mirada

Tu padre era un hombre sabio entonces.Yo siempre he creído que si existe alguien mas fuerte que los demás su función principal es proteger al resto,y no herirles bajo ningún concepto-dije sonriendo tímidamente mientras apoyaba mi mano sobre el pecho.

Ganarse la confianza en un combate?,pues eso si que es nuevo para mi.-dije sorprendida y llevándome los dedos a la barbilla,algo pensativa.

Si,esa chaqueta me pertenece..lo que me lleva a preguntarte que..-pero entonces me fijé en que apartó la mirada y soltó aquella soberana tontería.

Entonces fruncí el ceño mirándole mal y le sujeté por los hombros obligandole a mirarme directamente a los ojos.Los míos completamente violáceos se clavaron en los suyos,tan pálidos como la propia luna.

Tus ojos me gustan mucho,llaman bastante la atención ,sabes?Y si no me miras a los ojos seré yo la que no pueda confiar en ti.Que clase de estúpido idiota no deja a sus camaradas mirarles a los ojos-dije aún algo molesta,pero luego acabé sonriendole de nuevo tímidamente.

Olvidé por unos instantes el llamativo tema de la chaqueta.

Cuando dice que lo del combate le resultaba nuevo no pude evitar esbozar una sonriso

-Es algo sencillo-Hago una pequeña pausa y prosigo-En un combate puedes ver la verdadera esencia de alguien, ademas hay un dicho humano que dice"Los mejores amigos se hacen a tortas"-Le sonrió

Después empezó a hablar de la chaqueta pero por haber bajado la vista se enfadó conmigo, acto seguido la miro fijamente, de todos formas tampoco me habría quedado otra opción

-Me alegro que le gusten, y siento que le haya molestado, no volveré a cometer tal estupidez-Digo arrepentido

Luego recuerdo que me iba a hacer una pregunta y dado que me acababa de confirmar que la chaqueta era suya quería oír esa pregunta

-Disculpe mi atrevimiento pero antes iba usted a decir algo cuando la corte por mi acto de bajar la mirada-hago una pequeña pausa- ¿ Podría proseguir con el tema de antes? Si no es mucha molestia

Le miré bastante sorprendida cuando comentó aquello de las "tortas",aquel muchacho me parecía divertido en su forma de expresarse,sin duda. Aun que seguía extrañada,puede que tuviera razón en cuanto a la esencia.

Hice una prolongada pausa cuando me pidió que repitiera lo que iba a decir,y miré un instante de nuevo su chaqueta,similar y a la vez opuesta a la mía,y me quedé pensativa.

Bueno,antes has preguntado de quien era esa chaqueta,y ahora que sabes que es mía,es mi turno de preguntarte..¿Cómo has conseguido la tuya?-dije algo desconfiada,puesto que juraría que solo pertenecía a mi familia. Puede que una se hubiera extraviado con los años,que hubiera sido robada o..a saber que habría deparado el destino. Pero sin duda,llamaba demasiado mi atención ver aquella prenda después de tantos años.

Me crucé de brazos con un gesto calmado y le observé,esperando por su respuesta.

La mire fijamente a los ojos cuando me pregunto por mi chaqueta y como no le conteste a la pregunta sin ningún reparo

-Esta chaqueta es mi herencia, me la dieron porque es el símbolo de mi familia, una familia noble con un estricto entrenamiento y duras pruebas para ser digno de pertenecer a mi clan

Termine sonriendo mirando al suelo para que no se diera cuenta de que mis ojos se empezaban a llenar de lagrimas

-En realidad no merezco llevar esta chaqueta ni lo que simboliza dado que me fui cuando era muy pequeño abandonándolo todo simplemente por querer ser un chico normal y cuando volví era demasiado tarde, aunque termine mi adiestramiento no creo que sea digno- Me sereno y mi rostro vuelve a la normalidad

-Aunque después de lo que me ha dicho usted debe de ser mi hermana- Sonrio y prosigo-Mi madre me dijo que tenia una hermana, que la buscara y cuidara de ella... Pero por lo que veo no hace falta que nadie la cuide

Espera un momento,¿él también había pertenecido a mi mismo clan..?No había encontrado a nadie más así en años,o mejor dicho,desde que me marché de allí..¿Cómo era posible?Se me hacía tan extraño que apareciera alguien de ahí de repente.

Fruncí el ceño al recordar mi pasado,y un amargo dolor invadió mi pecho.Demasiado tiempo hacía ya de aquellos terribles acontecimientos,pero el recuerdo no era tan fácil de borrar.

Para mi aquella "familia" no ha simbolizado ni simbolizará jamás nada que merezca un mínimo de honor.Fui entrenada de joven de forma inhumana hasta desfallecer,solo querían guerreros poderosos para usarlos como marionetas en sus propios propósitos..era mas bien una simple esclavitud..-comenté quedando poco a poco apagada al recordar lo que pasó. Él murió porque ellos le asesinaron..y jamás podría perdonárselo.

Sin embargo..-dije alcanzando un tono mas tranquilo-en mi pasado yo fui un ángel,y por el color de tu uniforme..juraría que tu eras demonio,no es así?

Fue entonces cuando escuché sus últimas palabras.

¿Qué acabas de decir?..-pregunté anonadada y mirando al joven sin saber bien como reaccionar. No..eso no es posible,debes confundirme con otra mujer,si yo tuviera algún hermano lo normal es que lo supiera..-dije sonriendo un poco y negando con las manos.