Un alto en el camino para un trago

No me equivocaba en cuanto a la familia de la que procedía el Brujo, o al menos no estaba mal encaminada. Sonreí ante este hecho y tomé mi jarra, dándole un largo trago, pues llevaba un buen rato sin beber.

Me fijé entonces en el exterior, sí que era cierto que, si bien por el cargado ambiente de la taberna que parecía tener su propio clima, o bien porque pareciese que no hubiesen limpiado los cristales de las ventanas en mucho tiempo, fue al abrir la puerta alguien que salía cuando me pude fijar en cómo estaba el ambiente en la calle, y desde mi posición no se veía que estuviera lloviendo ya.

- Parece que la tormenta ha amainado... -Comenté, todavía con la mirada fija en el hueco que quedaba abierto en la puerta, hasta que ésta se cerró y volví a centrar mi mirada en mis acompañantes-. Ya podemos retomar los asuntos que tenemos pendientes, Noctis. Además, seguro que Heller está deseando llegar al Castillo de Brujería.

Sonreí con calidez, mirando primero a Noctis para luego mirar a Heller y volver después a Noctis nuevamente.

No pude evitar una palpable expresión de sorpresa y una sonrisa al escuchar la información de Heller sobre las creencias de su familia "Desde luego es mala suerte... Además en un comida familiar" bebí de nuevo de mi jarra, terminándome lo poco que me quedaba y dejándola en el fondo de la mesa.

- Perdona por mi reacción pero... Zetros? Es tener mala suerte, mis mas sinceras condolencias, tanto por lo ocurrido con tu familia como por tener que pasar años adorando a este dios... Se de lo que hablo.

Dejé la última parte de lo dicho en el aire, aunque no era difícil interpretar que había pasado por algo parecido, aunque en realidad mucho mas extremo, al haber estado una cantidad de años inhumana, si bien no del todo de su lado, "trabajando" para los cielos. Mientras pensaba en esto miré a Caeli, asintiendo a sus palabras completamente de acuerdo.

- Si, deberíamos irnos ya. Ha sido un placer Heller... Espero que volvamos a encontrarnos.

Dicho esto incliné levemente mi cabeza, levantándome de la mesa, aunque esperando antes a que lo hiciera Caeli, tras lo cual arrimé la silla, listo para salir de la Taberna en cuanto terminaran las despedidas.

-Si, será lo mejor para los tres no demorarnos mas en nuestros asuntos… Gracias Sir Noctis por tus amables palabras-

Dije con una amigable sonrisa mientras me termine la jarra de un trago y me levantaba de la mesa junto a ellos preparandome para pedir una habitacion y poner en practica la idea del teletrasporte

-Os deseo suerte en vuestro viajes y objetivos, seguramente nuestros caminos vuelvan a cruzarse así que… Asta entonces-

Me despedí con una ligera inclinación de cabeza a ambos, de forma cordial y con el devido respeto que se merecían ambos.
Después me encamine rumbo al tavernero para solicitar una habitacion en la que, secretamente poder preparar el conjuro de teletrasporte y terminar ya mi viaje, por suerte para mi tenian una asi que tras ver que ambos diablos avían partido ya, me encamine escaleras arribas preparandome para desaparecer de allí a mi manera

Noctis le hizo un comentario sobre un tal "Zetros". Realmente no estaba muy familiarizada con la teología de este mundo, aunque recordaba un cuento que mi padre me contó cuyo protagonista tenía el mismo nombre. Seguramente fue su forma de transmitirme acerca de ellos. Aunque los protagonistas de sus cuentos a menudo fuesen más sobre Kahlia y sus allegados, Nilven, Saphine e Ihra, éste último siempre estaba presente entre los peores desencuentros... Tendría que ponerme a leer sobre ellos para refrescar, o bien preguntarle a Noctis en otra ocasión, ya que sobre las demás divinidades tenía mucho menos conocimiento y sería bueno conocerlas más a fondo.

Heller estuvo de acuerdo con mi propuesta de despedida, al igual que Noctis.

- Así pues... Ha sido un verdadero honor, Sir Heller -Dije poniéndome en pie, imitando en lo último los modales del Brujo, estaba segura de que le agradaría recibir el mismo trato-. Esperaré el momento de nuestro reencuentro.

Realicé una pequeña inclinación antes de volverme hacia Noctis, una vez nuestro nuevo amigo se hubo marchado. Con lo que, me acerqué a Noctis para engancharme nuevamente a su brazo.

- ¿Nos vamos, Noctis?

Incliné ligeramente la cabeza, ladeándola para observarle.

Tras las despedidas correspondientes nos levantamos de la mesa, dirigiéndonos tras esto a la puerta, momento en el que Caeli volvió a agarrarse de mi brazo antes de salir al exterior.

- Por supuesto, vámonos...

Dicho esto nos marchamos de la taberna, saliendo al exterior, el cual estaba con claras evidencias de haber recibido una buena lluvia, tanto por la humedad que flotaba en el aire como por que toda la calla estaba completamente mojada, así que mire al aire, observando gratificado como la mayoría de las nubes se habían alejado de esta zona, así que no tendríamos problemas para elevarnos, y luego con ir por encima de las nuebes deberíamos estar a salvo de la lluvia, así que continuamos andando hasta llegar al mismo callejón del cual habíamos salido unas horas atrás, a pesar de las miradas ociosas que nos siguieron al entrar en este.

- Vallámonos antes de que alguien quiera curiosear que hacemos aquí dentro y se encuentre con algo que no espera.

Diciendo esto hice reaparecer mis alas, expandiéndolas e invitando a Caeli a hacer lo mismo, para una vez hecho salir volando a su vez hacia el infierno.

Acompañé a Noctis aun colgada de su brazo al exterior. Por suerte el suelo estaba empedrado y con ello mis botas no se llenaron de barro. Entramos rápidamente en el callejón por el que habíamos aterrizado, seguidos de miradas curiosas.

- Sí, es lo propio y más prudente que podríamos hacer.

Le dije en respuesta de acuerdo con él, al tiempo que me separaba de él para mostrar mis alas y rápidamente las agitaba para marcharnos volando de allí.