Death Note

Japón. Tokio. Las calles de la metrópolis a hora punta un lunes. Coches y peatones se mezclaban en una vorágine de ruido y humo, pero también de energía y vitalidad.
Claro que... no es lo que más ayuda cuando te has pasado toda la santa noche instalando cámaras y quieres dormir un poco.
-Por todos los panteones de todas las vicilizaciones, ¿quién coj*ones me mandaba a mí quedarme hasta las cinco en casa de los Izumi?- se oyó mi voz por los desiertos pasillos mientras me dirigía a la salida del hotel en el que me hospedaba.
-Buenos días, señorita Radaman- me saludó el recepcionista, al que correspondí con una inclinación de cabeza. Salí a la calle con el velo blanco puesto, como siempre, y respiré hondo. Ya que no podía dormir, al menos daría un paseo.

Ciudad del Vaticano. Italia. Salida de la Basilica de San Pedro.
La plaza estaba repleta de gente. Hize unas fotos con una camará de fotografo profesional a una pareja que estaba abrazada frente a la basílica. Me dirijí hacia la frontera y enseñando los papeles necesarios llegué a Roma. Me monté en mi moto negra y me puse el casco con el largo pelo recogido y me dirigí a mi despacho. Llegué y aparqué la moto y fui al despacho de mi jefe. Le entregué el sobre con las fotos de la semana pasada y los carretes de las que acababa de hacer:
-- espero que sea suficiente... -- dije yo de mala gana colocandome el pelo.
-- si claro, pero eso no lo arreglará, Vittoria estas despedida... -- dijo el jefe polocandose el gato atropellado que tenia por pelo -- quieres que lo hablemos?? lo digo por uqe no te vallas con un mal recuerdo...
-- basta di parlare!! -- grité -- no es justo mi despido, soy la unica que habla inglés aqui... -- salí por la puerta enfadada, cogí la moto y me fui a mi casa a toda velocidad...

Sapporo, Hokkaido (Japon). Hay varias unidades de policia patrullando. Observando desde mi piso, estoy con el ordenador jugando online al Counter-Strike con los cascos puestos. En una ventana a parte, llevaba un programa extraño.

El otro -- Esto, R... ¿Le has encontrado ya? Estoy harto de deambular por este sitio. A este paso la vamos a cagar... Los del equipo nos van a decir que no sabemos ni pillar a un maldito terrorista...

Yo -- ¿No puedes esperar un poco? ¡¡Estoy ocupado con otra cosa mas importante!!

El otro -- ¡¡Ni que esto fuera un juego!!

Yo -- Lo tengo. Ahí tienes la localizacion, que yo me voy. -- Apago el ordenador y me voy del piso.

A los dos minutos, un terrorista acusado de guerra informatica es arrestado gracias a un hacker conocido como "R".

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OFF -- Sabeis todos que es el counter strike, supongo. (Juego online de Contra-Terroristas vs. Terroristas)

off: ahora me entero xD
on:

Lo bueno que tiene Japón es que puedes ir por la calle como te dé la gana y nadie te mira mal. Por eso a nadie le llamó la atención mi velo, además de que parecía una auténtica musulmana. Doblé una esquina y mi iPhone empezó a vibrar en el bolsillo del pantalón. Lo saqué y atendí el mensaje, un titular de una página web que rezaba: "La policía de Hokkaido atrapa a un terrorista gracias a la intervención de un misterioso hacker".
-Jum- murmuré, guardando el aparato y siguiendo adelante. Era mi último día en la capital y aun no la había explorado lo suficiente (es decir, aun no me sabía los atajos de cabo a rabo) y pretendía conocer todo lo posible antes de volver al cuartel.

Al llegar a mi casa, una carta en buzon llamó mi atencion, la lei un par de veces:
-- Japón?¿ -- me pregunté en voz alta -- alguien quiere que vaya a Japón -- le di la vuelta al sobre, no tenía remite. -- me senté en la mesa del salós y miré el billete de avion que venía en el sobre, era para esa noche. Me puse unos shorts verdes oscuro y una camiseta de tirantes blancos, cogí lo que necesitaba en una mochila y me fui hasta el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci. Después de todos los trámites, me subí al avión y empece mi viaje a Japón...

*Me encuentro leyendo una revista mientras me tomo algo en un bar*
-- Que tonteria!! Gente con cuerpos artificiales y tanques con forma de escorpion!! Eso no va a pasar...
*Tiro la revista a la basura. Entonces, recibo una llamada*
-- Si? ... Ahora que pasa?? ... Tokio?? Eso esta lleno de gente ... Uh!, vale. "Grr!!"
*Cuelgo con cara feliz y me piro*

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OFF - Si, "R" tiene pareja xD

Me esperaban en la pista de aterrizajes. Un hombre me invitó a pasar a un coche negro de aspecto oficial....

Off -- si no hay mas detalles y no me extiendo, preguntadle a R... ¬¬ ya lo explico todo en otro post... ¬¬ R ¬¬ ahora si que voy a ser buena kirra no?¿? xDDDDD

*Es de noche. Salgo de un taxi que olia peor que mis calcetines. Todo esta lleno de luces y demas. Pago al taxista y este se va.*
-- Tokio, la gran ciudad. Me la esperaba mas grade...
*Un policia se me aparece por detras.*
Policía -- Esto, señor...
Yo -- Eh, si, que pasa??
Policía -- Acabo de ver q lleva un arma. Estan prohibidas. Deberá entregarmela y acompañarme a comisaría.
Yo -- Esto... - dije sorprendido.
*Salí corriendo, con el policía detras de mi. No era tan rapido como yo, pero se fueron incorporando otros mas a la persecución. La gente se sorprendía al verlo.*

La noche cayó rápidamente. Seguro que la cúpula de contaminación ayudó a que no me enterase. Tokio es uno de esos sitios en los que no sabes si va a llover, básicamente porque la polución no te deja ver el cielo.
El caso es que salía justo de un laberíntico callejón que acababa de memorizar cuando vi un grupo de policias a lo lejos que perseguían a un hombre que me resultó familiar. Fruncí el entrecejo y puse un mohín bajo el velo al reconocer a R. "Uno, ¿qué hace aquí? Y dos, ¿que hace aquí huyendo de la pasma? :S"
Le salí al paso y le agarré del brazo, metiéndole en las sombras de la bocacalle por la que acababa de salir.
-Buenas noches, socio. ¿Qué has hecho para que te persiga la policía?- le pregunté en voz baja.

-- señorita Vetra, conocemos de su talento como fotografa y queriamos contratarla... -- me dijo el hombre que había dentro dandome una carpeta.
-- cual seria el trabajo?¿ -- preguntó yo intrigada.
-- hemos localizado a uno de los mas importantes jefes de la mafia japonesa y queremos que le sigas y le hagas algunas fotografias para poder arrestarlo... le interesa?¿ -- me preguntó mirandome fijamente.
-- Claro -- estaba un poco perdida pero no se por que acepte el trabajo sin pensarlo. El coche se puso en marcha y me dejó frente a un hotel. Me dieron una llave y el chofer me acompañó a mi habitación. Entre y me senté en la cama, el chofer chapurreó en italiano que pronto me traerian algo de ropa y cosas que pudiese necesitar...

-- Se me olvido esconder el revolver... jeje... -- dije intentando evitar una bronca.
*Me asomo a ver si no hay ninguno más. Así era*
-- Oye, que ya que te encuentro, te invito a tomar algo y me cuentas novedades. Estoy un poco... desinformado.

Mis ojos oscuros escrutaron la calle. Efectivamente, la pasma había pasado de largo.
-Ains... Qué difícil me pones a veces el ser tu guardaespaldas ¬¬U Aunque... Bueno, yo tampoco debería hablar- comenté, recordando el arsenal que llevaba encima: una fina cadena que hacía las veces de látigo e hilo de estrangulamientos camuflada como collar, una nueve milímetros en la sobaquera y el plato estrella, una sica judía en el cinturón-. En fin, por ahí hay una cafetería, ahora te cuento.

A la mañana siguiente, dos maletas estaban en la puerta. Las cogí y las abrí, una tenía mi ropa, pero otra tenía una chaqueta increible de cuero negro, un par de vaqueros largos oscuros y algunas camisetas fantasticas. Tambien habia una nota que me agradecia mis servicios. ME vestí y salí en busca de las fotos, al lado de una maceta en las afueras del hotel había algo, una especie de cuaderno negro...

Ya en la cafetería, me di cuenta de que aún había cosas que hablar.
- Esto... cuando me dijeron que aquí tendría cosas importantes que hacer, pensé que sería algo chungo. Pero si estas tu aquí, ya tiene que ser gordo para que contigo no se las apañen. Por cierto, ¿no iras a repetir lo de la última vez? No quiero volver a rehabilitación otra semana...

Miré al techo, disimulando, y dejé escapar un silbido. Luego volví a ponerme seria bajo el velo blanco que siempre ocultaba mi rostro.
-Precisamente esperaba que me dijeras tú qué hacías aquí- comenté-. Yo ya he terminado mi trabajo por aquí, pensaba volver mañana al cuartel. Por suerte aun no he sacado el billete, así que puedo quedarme el tiempo que haga falta.
Un camarero se acercó en ese momento. Le dije cortésmente que yo no quería nada, no me gustaba quitarme el velo en sitios públicos. Paranoia, puede ser, pero más vale viva paranoica que fiambre confiada, ¿no?

cogí el cuaderno, en la portada ponía Cuaderno di morte:
-- Cuaderno de muerte?¿ -- pensé mientras lo abría y leia las instrucciones, escribí el nombre de mi antiguo jefe por diversion y lo guarde con una sonrisa traviesa. Un par de minutos despues, recibí el mensaje de una de mis ex-compañeras de trabajo diciendome que el jefe se había desplomado y estaba muerto. volví a subir a la habitación del hotel y relei lo que decía el cuaderno...

OFF - Siento no haber posteado, he estado castigado muuuuchoooo tiempo, no volverá a pasar.
A todo esto, Cuaderno di morte?

ON -
-- ¿Recuerdas a la chica esta q decía q tenía visiones? Pues resulta que dice que aqui pasa algo. Y ya que te he visto, pensé que tendrías algo te contar. -- Al camarero -- A mi me pone un cortado con hielo, por favor? -- De vuelta a la conversación -- ¿Seguro que no quiere tomar nada?, señ- (me corto recordando la vez que me inabilitó una semana). Digo, invito yo.

*Inconscientemente, me siento encima de la mesa*

Off: *quitando las telaranas y tosiendo por el polbo* sijnifica Cuaderno de muerte en italiano xDDD

On: -- inceible -- me dije a mi misma -- lo que yo podria hacer con esto... -- apunté el nombre del presunto terrorista que mató a mi mejor amiga. Después, algunos nombres más de terroristas y ladromes que aparecieron rescientemente en la televisión -- guardé el cuaderno en mi bolso y cogí mi capara para ir a hacer el trabajo que me habian encomendado...

off: a... a... ACHÚSSS!!!!!!!!!!!! ñe... perdon, es el polvo xD
on:

Me crucé de brazos y fruncí ligeramente el ceño, escéptica.
-No me fío de los videntes y gente de esa calaña. Espero que esa chica no resulte ser otra farsante más de tantos que hay repartidos por el mundo- advertí. Ya tenía unas cuantas malas experiencias con videntes estafadores o incluso criminales en mi lista de cuando trabajaba para el servicio secreto árabe, entre ellas la clásica ancianita menuda con un bazoka bajo el chal o una bomba oculta bajo una bola de cristal-. Bueno, la verdad es que nada importante. Me quedé ayer instalando las cámaras espía en casa de los Izumi hasta tarde, pero no hubo ningún contratiempo. Ah, y... Bueno, nada- me corté justo a tiempo. Iba a decirle a mi jefe que mientras me aburría hackeé el ordenador del jefe de la policía de Tokio, pero me lo pensé mejor y cerré la boca. No había ninguna necesidad de dibulgarlo, y además, tampoco había sido un logro, la seguridad de aquel chisme antediluviano era un desastre.

Llegué con mi moto( que me habían traido tambien de Italia) al lugar que ponía en la información que me habian dado. Saqué la camará y le coloqué los objetivos que solía utilizar en estos trabajos e hice bastantes fotos en que le sacaba con no muy buenas compañías:
-- con esto bastara -- me dije a mi misma, anduve un poco y hasta llegar a una caferia, entre y me senté en la barra. Saqué el cuaderno y leí de nuevo las instrucciones...

Japón.Sentado al lado de la chica del cuaderno. [xD]

*Luego de vaciarme el vaso de un trago, noto algo un poco peculiar en la clienta que hace instantes se había sentado a mi lado, entonces, inclino mi cabeza por detrás de su hombro para ver que era, reconociéndolo casi de inmediato. Era un Death Note, entonces, veo que escribió algunos nombres ya, a juzgar por el grado de nitidez de la tinta, escritas en el día, entonces, con la voz ronca porque hace horas que no hablaba dije al oido de la chica, que se llamaba Vittoria, dije*

Che Vittoria, no tenés idea de qué es eso que lees ¿no?

Zerhogie: Oh mira, si es otra humana con un Death Note *Voltea* Que decepción...

Luego de mis palabras abro la boca otra vez y digo

Todavía no tenés a tu Shinigami ¿No?

Di un respingo al oirle hablar, pero no me giré, traté de no parecer alterada:
-- no, por cierto, a quien tengo el placer de dirigirme?¿ y como sabes mi nombre? -- dije con mi fuerte acento Italiano...

-- aco quiere mantenerme vigilada?¿ -- dije sin reparo alguno, por mi experiencia como fotografa de "gente indeseable", sabía que ese esa de los modus operandi más usados. Entonces me gire para mirarle, directamente a los ojos -- encantada, Emiliano...