Una revelacion (Amy y Luccie)

Llegue de la prisión con paso ligero, era una sala no demasiado grande, pero tampoco muy pequeña, tenía tres sillones al rededor de una mesa de madera bastante antigua me senté en uno de los sillones invitando a Amy que se sentara en el que gustara y me apollé contra el respaldo. No sabía muy bien como hablarla despues de todo lo ocurrido, escondí mis afilados colmillos y mis ojos volvieron a ser de aquel verde esmeralda que tanto me caracterizaba. La miré con una sonrisa, que denotaba cierta afinidad con los felinos por tener aquellas 3 marcas en cada moflete. Miré a Slither que estaba en la puerta-Cierrala y no la abras para nadie hasta nuevo aviso, gracias-dije cuando Amy entró y volví a insistir-Sientate por favor.-

Al entrar en aquel despacho, mi mirada mostró cierta maravilla. Me encantaban los lugares así, con madera vieja. Muestra elegancia y gusto por las cosas buenas. Cuando me dijo que me sentara, tomé la silla de la izquierda y me senté con lentitud, no sin decir antes lo siguiente.


Gracias por su..amabilidad

Luego cuando me recosté en el respaldo de la silla, levanté la vista, y me fijé en el rostro de Luccie. Parecía mostrar algo de más calidez que no mostró anteriormente. En el fondo, estaba asustada, pues parece que su trato conmigo antes era frío, pero ahora me sentía más cómoda, ya que me tenía un trato diferente. Sus ojos verdes, como los míos, invitaban a relajarse, al menos un poco. Continué con el tono solemne, ligeramente serio, mientras observaba sus ojos con atención.

¿Hay algo que necesite de mi...?

Sacudí las manos-no... no necesito nada mas, es solo que..-me quedé callada levemente-quiero exponerte los motivos de mi peticion y tu secuestro-bajé la cabeza -Lo siento muchisimo...-susurre de forma casi imperceptible y levanté levemente la cabeza-Ian es mi primo, y Andrew mi cuñado... siendo un ser de oscuridad mucha gente me odia, pero por mi forma de ser, muy parecida a la tuya, conseguí que se olvidaran de ello y tengo amistad entre todas las razas, menos una, los vampiros renegados.-mi mirada se volvió un poco mas fiera-Yo tengo muchas alianzas sin embargo los licantropos no, no uedo permitirme el lujo de que los vampiros renegados les ataquen, por que podrían ganar y yo no me lo perdonaria, por eso... por eso e roto la tregua, para que piensen que son mis enemigos y no les ataquen-me mordí el labio inferior-Por eso te capturamos, sin hacer daño a nadie, delante de Andrew.-La miré a los ojos, mi mirada era suplicante, realmente triste y arrepentida-por eso te pedí eso... bien e dicho que e roto la tregua con los licantropos, y yo no les atacaría, pero ellos a mi si... estoy a punto de casarme, tengo una hija, y un reino al que proteger, necesito esa información, desconfiarian de cualquier persona que no fueras tu...-cuando terminé de contarle aquello, baje la cabeza, realmente arrepentida, si bien era un ser de oscuridad, albergaba demasiada luz en mi interior.

Seguí su relato con atención, mientras observaba atentamente su rostro, que cada vez iba entristeciéndose más. Parecía apenada por lo que decía sobre su familia licántropa. Me entristecía a mi ver a la gente triste, y mi cara mostró ligeramente una expresión triste, mientras seguía observando el rostro, ahora ensombrecido, de Luccie. Me incliné hacia delante y estiré un brazo hacia Luccie, con lentitud, y un poco temerosa, pero debía intentar tranquilizarla. Dejé descansar mi mano cálida sobre su mano, que parecía ligeramente fría, mientras una sonrisa dibujada en mi rostro le mostraba con todo su esplendor. Quería que se sintiera mejor, y yo la ayudaría en lo que hiciera falta. Fijé mi vista, con amabilidad y dulzura, en los ojos de Luccie, verdosos como los míos. Un tono dulce, levemente triste, salía de entre mis labios.

Luccie...no te preocupes, no me has hecho daño, y estoy dispuesta a ayudarte. No temas, por mi parte, no pasa nada. Sé que eres buena persona, lo puedo notar en tu semblante, y en lo que veo. Comprendo ahora tus motivos, y eso me anima a hacer con más ahínco la misión. Sólamente dígame cuándo parto hacia allí, y le prometo de palabra que le informaré de todo. Quiero ayudarla, de veras. Y por favor, no esté triste. Sus intenciones son puras...como su corazón.

Bajé un poco la cabeza, pero con la vista levantada, para poder ver sus ojos más directamente. Quería que viese que estoy alegre, y que no se preocupase por mi. Ya me sentía mejor, tan sólo necesitaba la verdad. Mi sonrisa se agrandó, y mostré dulzura en mi semblante.

Sus ojos verdosos llenos de confianza, su sonrisa alentadora, su mano calida y sus palabras dulces, hicieron que me sintiera muchisimo mejor-Muchas gracias Amy..-susurré mostrandola una dulce sonrisa. Me levante y la di un fuerte abrazo, aun que no lo pareciera me agradaba el contacto, luego me separé con una gran sonrisa-Me gustaría que conocieras a alguien, a mi hija y a mi futuro esposo-sonreí y luego grité con voz clara y alta-Slither, llama a Walter y Lucia.-y mientras esperaba que vinieran la miré-no hace falta añadir por cierto... que... Ni tu ni nadie de tu reino sufrira ningun solo ataqué de parte de los vampiros.-

OFF: ahora pueden entrar Walter y Lucía

Slither me avisó asi que no perdí el tiempo, fui a coger a Lucia y la acompañé de la mano hasta el cuarto donde estaba su madre. Sus pasitos torpes hicieron que fuese un tarea ardua pero bien recibida.
Cuando llegamos la cogí en brazos y abrí la puerta.
-¿Nos llamaste? -De nuevo esa pregunta, sabia que me habia llamado. La etiqueta a menudo era algo estúpida. Yo no necesitaba preguntar algo que ya sabia, pero habia que ser educado.

Me levanté del asiento cuando Walter entró en la sala y fuí corriendo a recibirles, dandole a Walter un suave beso en la boca y a lucia uno en la frente. Cojí a la niña-Hola cariño, ¿has dormido bien?-pregunté con felicidad y eché a andar hacia Amy, haciendo un breve gesto a Walter.

abrí los ojos con desgana, frotandome uno de ellos. Me encontre de pronto en los brazos de mi papa, no sabia como habia llegado pero me sentia agusto allí. Vi a mi mama que se acercaba. Asentí con la cabeza, aun frotandome torpemente el ojo; poco a poco iba controlando mejor mi cuerpo pero aun no podia hacerlo del todo.

-Mamaaa.... tengo hambe...-dije, piniendome un dedo en los labios, con carita de pena

Tras mi, esperaba, tranquilizadora respuesta, Luccie mostró una cálida y marcada sonrisa. Estaba más feliz y alegre, y por supuesto, relajada por saber que estaba bien. Su alegría se contagió, y una cálida sonrisa se apareció en mi rostro, mientras cerraba los ojos con ternura. Parecía una sonrisa cercana, aunque quizás un poco aniñada. A su agradecimiento, no hice más que aumentar el tamaño de mi sonrisa, ya de por sí grande. REpentinamente, me dió un abrazo fuertemente. Su piel, aunque no lo parecía, no estaba fría. Su calidez era notoria, en cuanto notaba que su fuerza abrazando era grande. Estaba muy contenta, pues hacer alegres a las personas es mi cometido en el mundo. Me alegraba ver caras felices, o incluso mejor, me apasionaba tal cosa.Cuando dijo que quiso que conociera a su esposo y su hija, abrí los ojos, sorprendida, y le observé con ilusión notoria en mi mirada. Está más confiada conmigo ahora...me hace tan feliz saber eso Tomé ambas manos de ella con las mías, mirándola a los ojos con ilusión. Realmente estaba emocionada. Y otra cosa importante fue su adicción de que ya no habría problemas angel-vampíricos. En voz alegre y dulce, un poco aniñada para mi edad, respondí con maravilla su comentario, mientras tenía sus manos entre las mías.

Me alegra saber eso, Luccie. Le aseguro que por nuestra parte tampoco haremos nada en contra vuestra.

Probablemente esto era el inicio de algo grande entre nuestras naciones.

Al poco tiempo, la puerta rechinó levemente, dando a entender que alguien entraba en la estancia. Me giré con lentitud, mientras mantenía mi agradable sonrisa en el rostro, a observar al recién llegado. El mismo hombre, Walter, que estuvo antes abajo en las celdas, venía acompañado de una niña adorable que descansaba entre sus brazos. Al verlo, moví mi mano lentamente de lado a lado, haciendo un saludo lo más formal y alegre posible, esperando que me viera.

Luccie, sin esperas, fue corriendo a recibir a ambos encantadores invitados. Sin dilación, trajo a la niña entre sus brazos cerca de mi. Yo, encantada por tener a un acompañante joven, dibujé en mi semblante una gran sonrisa ilusionada, mientras mis ojos brillaban por ver a la criatura. Hablé en tono dulce y amable, encantada por la niña.

Aahww, qué niña tan guapa. Se parece mucho a su madre, si me permites decirlo, jejeje. Una risa inocente se escapó de entre mis labios. Parecía estar tranquila, pero la visión de un niño me alegraba mucho el corazón.

Con ansias de saber, pregunté emocionada
¿Puedo cogerla? Siempre me han gustado los niños.

Me quedé observando a la criatura, mientras esperaba su respuesta

Miré a la niña con algo de sorpresa, pero en realidad era una mirada juguetona, siempre tenía hambre, pero no se la podía culpar, crecía mucho mas deprisa que cualquier otro bebe y eso desgastaba energía, me senté junto a Amy-Ahora hay que esperar Lucía, luego te dare de comer vale?, ahora quiero que conozcas a una amiga de mama, se llama Amy-y entonces miré al angel señalandola un poco, me giré-Ten cuidado de que no te muerda, la estan creciendo los colmillos y esta un poco despistada sobre que es comida y que no-dije pasandosela, levemente, ahora que Lucía había crecido no hacía berrinches cuando otra persona la cojía-Esta persona no se muerde , ¿vale?-dije con una sonrisa calida, acariciando su cortita y negra melena.-No tanto, parte de su caracter a salido a su padre, al igual que sus ojitos-dije refiriendome a sus ojos de color carmesí

Luccie me presentó a su hija, sentada junto a mi en la otra silla. Señaló a su hija un poco, y me advirtió de que tuviera cuidado. Yo, quitándole un poco de importancia, respondí con tono dulce a su advertencia.

Seguro que no me muerde. Es taaan adorable

Me acercó a la niña, y la tomé entre mis brazos con suavidad. Cuando la tuve bien sujeta, la senté en mis piernas con su cara hacia mi, apoyando mis manos en su espalda para que no se cayera. Sus ojos aniñados e inocentes de color rojizo resaltaban a la luz. Hacían una bonita contraposición con los de su madre, verdes cuales esmeraldas, como los míos. Una dulce risilla se escapó de entre mis labios cuando dijo lo del carácter del padre.

Jejeje, ¿te refieres a directa? Jejejeje, es pequeña, y es normal, jejejeje

Luego, dirigí mi dulce mirada a la niña, observándola a los ojos directamente. Una sonrisa cálida y amable se dibujó en mi rostro, mientras que hablaba dulcemente hacia ella.

Aah, qué guapa eres. ¿Cuántos años tienes?¿Y qué te gustaría comer, linda? Seguro que yo te puedo ayudar un poco, jejeje

Vi a aquella señora, parecia muy agradable y simpatica pero aun asi me sorprendi de verla allí. seguía mirandola mientras me cogía, nunca habia visto a alguien como ella. Me fijé en su blanca piel, volví a poner un dedo en los labios, esta vez sacando un poco los colmillos.
Entonces mama me prohibio morderla, a lo que asentí y traté de contenerme las ganas, pero esperaba que luego me llevaran a comer.

Miré los cabellos que aquella señora, me gustaban, queria tocarlos, parecian suabes. Alcé la mano hacia ellos, entonces me habló.

-Tres-dije, levantando 3 deditos mirandolos antes por si me habia equivocado, y al ver que no sonreí. Miré a mi mama dudosa de respenderle que comia exactamente

-Bu..bueno, su comida es la misma que la de cualquier vampiro, aun que ella es la mas especial-dije rascandome la cabeza, a mi tambien me sorprendió un poco, cuando lo noté la primera vez, pero luego me acostumbre a ello rapidamente.

Su dedo en sus labios, junto con la tímida aparición de uno de sus colmillitos la hacían cada vez más adorable.

Aaahhhhwwww, qué adorable es. Parece una muñequita

Luego, al poco tiempo, pareció querer tocarme, porque la vi alzando sus manos hacia mis cabellos castaños. Sin embargo, al poco tiempo, vi que me respondía a mi preguntita de la edad, levantando tres delgaditos dedos. Su sonrisa era radiante. Una niña muy bien educada, y muy guapa. Y sobre todo, adorable. Mi voz adquirió más dulzura de la habitual, mientras mi mirada mostraba amabilidad hacia ella. Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro, al tiempo que hablaba.

Aaaahww, qué adorable eres. ¡No puedo aguantarlo más!

Dije, con ilusión. Tomé a la niña entre mis brazos, y la acerqué hacia mi, apoyándola en mi cuerpo cálido, rodeando su cuerpo con mis brazos. Descansaba en mis senos, por lo que deduje que estaría cómoda. Era tan adorable que no pude aguantar el abrazarla de ese modo. Luego, mientras seguía abrazándola, Luccie continuó. Le sorprendía un poco lo de la comida. ¿Qué comerá esta criaturita a parte de sangre?

Mientras seguía feliz con la niña en mis brazos, hablé en tono más dulce y amable, casi ya empalagoso.

¿Ella es especial?¿Qué come que se especial?

La curiosidad me atacaba, aunque teniendo a la niña entre mis brazos, podía olvidarlo un rato más tarde.

OFF ¿Está acabado este rol, o se olvidó un poquitín? jejeje

OFF: Perdona se me olvidó ><

Me rasqué la cabeza- no me refiero a que es especial en sentido de que hace cosas increibles, come.. sangre obviamente y me referia a lo de que es especial a que sus ojos son de color carmesí, pero cuando se enfada o entristece, se vuelven verdes esmeralda-acaricié la carita de lucía

OFF Bueno, no pasa nada, jejeje. Son cosas que pasan. De todas maneras, si quieres, terminamos este, si quieres, claro.

ON A su respuesta, miré con curiosidad a la niña, tras despegarla muy ligeramente de mi, aún teniéndola contra mi pecho abrazada. Pude ver su linda carita blanca con mis ojos verdes. Sus ojos estaban rojos, como decía ella que casi siempre estaban. Con tono interesado, respondí a ello.

Vaya..qué curioso, pero ¿y cómo es eso? Bueno...supongo que es algo "normal" entre vampiros, jejeje

OFF: Me parece bien xD

Negué con la cabeza-no es normal, lo normal es que se vuelvan rojos, o si ya los tienes rojos, que no cambien, por el ansia de sangre, pero ella, no.-Sonreí-Supongo que cada cual es diferente a su manera-. Alguien llamó a la puerta y me giré, uno de mis guardias me dijo que tenía algo muy importante que hablar conmigo y yo respondí con una leve inclinacion de cabeza-Parece que algo requiere de mi aparicion..-suspiré-Puedes quedarte cuanto tiempo gustes, y donde quieras-me levanté y la hice una gran reverencia-De nuevo me alegro muchisimo de que hayamos llegado a un acuerdo.-

Me quedé perpleja ante la respuesta de la madre. Oséase, que no era normal...interesante. Repentinamente alguien apareció por la puerta. Parecía que la necesitaban con urgencia. Se encaminó hacia la puerta mi compañera de charla, y agradeció nuestro acuerdo, a lo que yo respondí con gusto y amabilidad.

Gracias a ti, hermana Luccie

Luego, al ver que se iba, tomaba a Lucia entre mis brazos, y me levanté de la silla, teniendo un brazo bajo su traserito y otra rodeando su pecho sosteniéndola por sus pequeños bracitos. Tras eso, incliné mi cabeza, en seña de respeto, y me despedí de ella con disposición.

Yo me alegro mucho también, y ya te veré cuando pueda ser

Luego me acerqué al príncipe vampiro, con Lucia en brazos, mientras la seguía achuchando contra mis blanditos senos. Suponía que la niña estaría cómoda, pues, a pesar de que quizás yo estuviera un poco fresquita, ella también, por lo que no le molestaría. Por lo demás, suponía que estaría cómoda y blandita en esa posición. Al mismo, le dije con voz suave y dulce.

Qué bien que hayas encontrado a una persona tan buena ¿eh? Realmente te adora, lo he podido ver. Y por cierto, tu hija es muy rica, jejeje.

Luego me acerqué a él, y me detuve esperando a ver qué se disponía a decir. Pronto me iría, pues tenía que volver al Reino o pensarían que me habría pasado algo, pues ya han pasado 2 o 3 días sin que yo pase por el Castillo.

Atendí a toda la charla entre Luccie y Amy. El angel se acercó a mi y habló. Sonreí con sinceridad y cogí a la niña en brazos.
-Si que ha sido suerte. En cuanto a sus ojos... Me temo que son herencia paterna. -A diferencia del resto de los vampiros, cuyos ojos se vuelven rojos por la transformación los mios siempre habian sido asi. Yo los habia heredado de mi padre, humano, y ahora Lucia los habia heredado de mi. Era muy poco común, pero no me inquietaba. Las cosas eran asi por alguna razón.
-Espero que las cosas vayan bien de ahora en adelante. Ha sido un placer. -Dije inclinandome levemente en señal de despedida.

OFF POr cierto, lo de que los ángeles hagan preguntas estúpidas (Por lo del otro tema) es que el humor de Amy es un poco...azucarado, jejeje.
ON A su respuesta y su sonrisa, respondí con otra sonrisa, tan grande como mis labios podían abarcar. Observaba al padre con mis ojos verdosos atentamente a los suyos, y luego desvié la mirada a los ojos de la niña. Desde luego que son los del padre, son iguales. Respondí con dulzura a su comentario particular. ¿Teme? Curiosa respuesta.

¿Teme?Supongo que será vocabulario típido de usted, jejeje. Y estoy completamente segura que entre nosotros las cosas irán bien ahora. Para mi ha sido un gran placer haberos conocido a todos.

Acto seguido, incliné mi cuerpo hacia delante, haciendo una reverencia formal. No quería irme, pero debía, para no preocupar a mis hermanos allí en el cielo.

Y ahora me marcho. Por cierto, me encantaría que comunicases a Luccie, si gustas de ello claro, que me gustaría hacer un nuevo tratado de alianza. Pero sólo si quieres decírselo. En fin, no quiero ser una carga. Nos veremos nuevamente, cabellero

Acto seguido, con semblante solemne, abrí la puerta del despacho, y caminé ya en dirección a la salida, con tranquilidad. Los guardas, al verme, no hacían más que mirarme, cosa que me extrañaba, pero no hice mucho caso a ello. Continué mi camino hasta las puertas del Reino, y las atravesé cuando el guarda me abrió, dejando atrás el Reino Vampiro y volviendo a mi casa.