paseando

sali esa noche a tomar un poco el aire fresco en el bosque. Aun no podia hacerme a la idea de que el pacto entre licantropos y vampiros se hubiese roto.

Tenía que reconocerlo, acabé cogiendo cariño a esos chuchos, excepto a Andrew, todo hay que decirlo.

Estaba paseando por el bosque a pesar de que ya noe ra muy seguro cuando olí a un vampiro acercándose, más bien una vampiresa. Me preparé para luchar ya que ella me podía atacar en cualquier momento. Supe que era Nat pero no estaba seguro desde lo de la reunión...

Un pestilente olor me saco de mis pensamientos. No hacía falta ser un genio para saber de que criatura se trataba, era un licantropo.

Puse todos mis sentidos en alerta, la alianza entre nosotros habia finalizado y la posible guerra entre ambas razas podria estallar de un momento a otro.

Ya no me podía fiar de ellos.

-¿quién anda ahí?

Había pasado bastantes momentos con ella y se me hacía duro pensar que eso se había acabado ya.
Nat, soy Ian -dije sin acercarme.

Era extraño, pero el corazon me dio un vuelco. Hacía mucho tiempo que no escuchaba su voz.

Pero no podía dejar que me dominaran mis sentimientos.

*Nat, no olvides que eres una princesa vampiresa*

-¿Qué haces aquí?- dije todo lo friamente que pude.

Estaba paseando simplemente. ¿Y tu? -dije sin moverme aún. Ella podía estar enviada por Luccie para tenderme una trampa, no podía fiarme.

Me quedé quieta. No podía fiarme de él...algo me decía que no venía con buenas intenciones.

Lo peor de todo es que no podía leerle la mente, era de rango superior al mio.

Me limité a contestarle.

-Yo tambien estaba paseando, unicamente...menuda casualidad.

Y si venía en son de paz? Y si viene a pelear? No sabía muy bien que intenciones llevaba.
Nat... no debemos estar hablando, lo sabes.

Lo se perfectamente. Aún no había abandonado mi tono frío.

en realidad tenía razón. ¿porque seguía hablando con él?...no se trataba mas que de un enemigo.

*en el fondo quiero hablar con él, a quien pretendo engañar*

pero una cosa es lo que me gustaria hacer y otra muy distinta es lo que debo hacer.


La reina me dijo que no hablara con ninguno de ellos, y sin embargo hay estabamos los dos. Frente a Frente.

Pero aún así, estamos aquí los dos viendonos las caras. Además, yo he llegado primero.

Yo no quiero todo esto, nunca lo he querido. -dije bajando la cabeza. Aún así estaba alerta, era más rápido que ella.

¿Debía fiarme de sus palabras?
no sabía lo que hacer, él ahora era mi enemigo y no podía mostrarme debíl ante él.

Ya...pero aquí estamos los dos.

Esperaba que hibiese respondido con un: yo tampoco, pero bueno.
¿A ti te gusta esta situación? -necesitaba saber si ella quería o no estar así.

¿De verdad te importa lo que yo opine?

no se porque le dije eso, pero fue eso lo que salio de mi boca.

Bastante. Quiero saber si después de todo me guardas algo de cariño, no como otros. -dije obviamente triste.

Me enderecé de la rama con una sonrisa socarrona-Quien lo diria, el perrito esta dolido-dije con malicia, bajé justo al lado de Nat y miré a Ian todabá con esa sonrisa en mi rostro-Acaso piensas quitarme todos mis hombres para tu venganza?-dije ahora bastante seria

No me lo podía creer, no se como lo hacía pero siempre estaba cuando salía del reino.
J*der Luccie, ni estando bien ni estando mal dejarás de espiarme eh. Cuéntala quien decidió, por que la dio la gana, abolir la tregua, cuéntala. -dije sin moverme del sitio.

-Ya se lo e contado Ian, absolutamente todo, aun que quizas se me olvido mencionarla que tienes encerrada a una de los mios, mi maestra, Angeline-dije seria me aceruqé un par de pasos con los puños apretados-No e tocado a tu raza en ningun momento, ni yo ni nadie de mi reino, asi que te daré una oportunidad, sueltala ahora o tu pueblo sufrira las graves cinsecuencias-dije realmente enfurecida.

Luccie, no seas ingenua, sabes perfectamente que abolistes la tregua y que da igual quién esté o no esté en mis prisiones, ya que nos atacarás de todas formas. ¿O no es cierto? Por cierto, donde está la reina de los ángeles, aquella que no mataría ni a una mosca? -dije con una sonrisa siniestra.

No me podia creer lo que estaba escuchando.
no podia ser cierto...

-Ian- dije triste- dime que no es cierto...¿tu no has sido capaz de secuestrar a uno de los nuestros verdad?

sabia que Luccie estaba a mi lado, pero ya no me importa. Al menos no por ahora.

-Yo todabia no echo nada ni lo pensaba hacer!!-grité furiosa, ahora solo estaba a unos centimetros de el-esta libre, LIBRE-le mire clavando mis ojos rojos en los suyos-Ya sabía yo que nunca confiaste en mi nunca supiste como era, slo te importaba salvar tu culo y el de Kaede. Porque sino sabrías como soy-deje bastante tiempo de espera-Sueltala ya, o te juro, te juro, que tu pueblo, sea quien sea, sufrira las consecuencias-dije completamente enserio.

Sabía como eras antes Luccie, pero tras la reunión estás desconocida. -dije en bajo. Se me pasó por la cabeza que todo fuese por el maldito tatuaje de oscuridad y pensaba decírselo pero mejor me lo callé. Hombre, si está libre, no tengo motivos para retenerla, pero a ver como se lo toma Andrew...

Creo que ya he respondido Nat, poca gente me conoce como tu y sabes que no recibe ningún daño. Solo era para intercambiarla con el ángel el cual fue secuestrado cuando estaba indefensa y casi inconsciente. -dije esto último como información adiccional.

pero que estaba ecuchando. tanto de una parte como de otra.

¿dañar a un pueblo?
¿secuestrar gene?
...

-ah bueno un cambio- dije sarcasticamente- cambias a las personas como si fueran un objeto...¿que pasa con los sentimientos de esas personas?...

no sabia lo que me pasaba. mis ojos se llenaron de lagrimas. odiaba mostrarme tan debil...odiaba


sentirme tan humana

Eso sonaba a diversion, haber encarcelado a uno de los mios... no pude evitarlo y le metí un puñetazo en el estomago a Ian con toda mi fuerza, echa una furia-Tu ya no eres mi primo, ni nunca lo seras, tienes 24h para que angeline vuelva a mi castillo-dije desvaneciendome en las sombras sin dejar rastro.

No sabia si acercarme o no...

solo pude hablr entre sollzos.

ian...ian...

Todo suceció muy rápido y no pude evitar el puñetazo, aunque me dolieron más sus palabras. Me puse de rodillas en el suelo agarrándome la zona donde había recibido el impacto y miré a Nat. Mi pelo había crecido demasiado desde la última vez que me lo corté y ahora me tapaba parcialmente los ojos.
Nat -susurré con los ojos llenos lágrimas. Creo que no merezco ser rey.