Un día sin preocupaciones

Esta vez me había decidido. No podía aguantar más sin ir a la preciosa Isla de Samasha, lugar donde me reuní por última vez con Luccie. HAcía tiempo que no la había visto, pero ya la visitaría pronto o eso esperaba.

Me encontraba volando sobre el océano, con las alas emplumadas desplegadas sobre mi espalda. Una brisa veraniega acariciaba mi rostro como si fuera una pata de algún gato suave como la seda. Mi cabello estaba un poco alborotado por el mismo, pero no me importaba. Se sentía una sensación única en un vuelo como aquel.

A lo lejos divisaba la isla a la que ansiaba llegar. Fui descendiendo poco a poco, hasta poder tocar tierra, donde posé los pies con suavidad en la roca. Las olas impactaban contra las rocas del fondo, y algunas gotas de agua marina llegaban allí casi vaporizadas. Era una sensación tan viva y refrescante que las ganas de irse de aquel lugar eran ínfimas. El sol estaba alto, pero a pesar de eso, no quemaba la piel. Quizás sería debido a que estábamos en una zona lejana de las zonas de calor intenso. No lo tenía muy claro, pero sabía que se estaba fenomenal. Entonces me senté en la roca, con mis piernas blancas como el mármol meciéndose hacia un lado. Sin lugar a dudas, este iba a ser un día muy tranquilo.

La Isla de Samasha... había escuchado hablar de ella, pero nunca antes había tenido tiempo de visitarla. "Samasha..." Ciertamente era una de las diosas, aparte de Acrisea, a las que más veneraba. Y hoy ambas parecían estar velando esta tierra. ¡Qué mejor compañía podría pedir que la de las dos mejores diosas del bien!

Aterricé clavándome en un instante en el suelo, generando una honda de polvo a mi alrededor, volando mi caballera rubia como el Sol con el impacto. Mis dos pares de alas emplumadas se recogieron al instante, ocultándose a la vista. Había escogido para la ocasión un conjunto del color del marfil de lino. Tenía un pequeño escote con dos cordeles sueltos al cuello, permitiendo ver parte de mi pecho bronceado. Las mangas las llevaba recogidas por debajo de los codos. Y, los pantalones, aunque fueran ligeramente anchos y cómodos, marcaban lo imprescindible de los atributos masculinos.

Observé a mi alrededor. El mar quedaba a mi espalda. Un pintoresco cuadro de ruinas se dibujaba ante mí.

_____
FDI: Amy, ¿esto debería ser, para nosotros, posterior al tema del templo angelical? Quedaría un poco raro que nos viéramos dos veces y que en las dos no nos reconociéramos >.<

OFF Estaría muy acorde y lineal que este encuentro fuera poco después del nuestro en el templo, la verdad, jejeje. Así que, sí, supongo que ya nos conoceríamos.
ON

Mientras estaba sentada en las rocas, había oído un murmullo del viento, una pequeña ráfaga, que desapareció a los pocos segundos. Extrañada por el sonido, me levanté de mi improvisado asiento en las rocas, y miré a mi alrededor. No veía a nadie en ese momento. Pero sabía que debía haber alguien, así que avancé hacia el centro de la isla, donde descansaban las viejas ruinas de la isla, cuya existencia primera está por determinar todavía.

A medida que me fui acercando, pude vislumbrar una clara figura, de cabellos dorados, de espaldas a los acantilados. Desde esa distancia no lo podía reconocer, así que con cautela, me aproximé por un lado, rodeando las ruinas para ir más directamente. Estaba claro, era alguien conocido. De hecho, poco tiempo antes le había visto por primera vez.

Mientras me acercaba a éste, intenté llamar su atención llamándole por su nombre, con una voz dulzona.

Buenos días, Lucius. Encantada de volver a verte Justamente al decir la última palabra, me había parado frente al aludido, y ejecutaba una reverencia de cierta formalidad, tomando con las manos el volante del vestido.

Me pregunto qué habrá venido a buscar un caballero de su porte a un sitio como éste

Había oído mucho hablar de la famosa Isla de Samasha, y ya que no tenía nada que hacer decidí ir allí a dar una vuelta.

Llegue en poco tiempo y el paisaje que se me ofrecia era hermoso. Una gran tierra con un magnifico mar.

Pense que nada podría estropear aquello, hasta que note dos auras de luz muy cerca de donde estaba yo.

Actué rápido y me oculte en el primer árbol que ví, acto seguido reducí mi aura para que nadie la pudiese detectar.

El día pintaba muy interesante.

- Amor... -Respondí esbozando una sonrisa traviesa, observando la reacción de Amy ante esto-. ¿No es eso lo que Samasha predica? He venido a ver si podría encontrarlo aquí...

Era evidente que estaba bromeando, pero quería ver hasta donde llegaba la inocencia de Amy, por lo que esperé unos instantes para ver su reacción.

- Lo cierto es que es una de las diosas que más venero, después de Acrisea... y nunca había dispuesto del tiempo para venir a visitar a la bella Samasha. Éste parece ser un buen momento -Sonreí de forma encantadora. Realicé una laboriosa reverencia y le tomé la mano derecha para posar un suave beso en ella. Aquella vez en el templo, estuve un tanto más seco quizás, debido a la sorpresa e incertidumbre del momento, pero no era realmente mi verdadera personalidad-. Siempre es un placer veros, Amy...

Mantuve la mirada mientras le devolvía la mano y me retiraba de nuevo a mi posición anterior. Mi aura estaba elevada al nivel de un príncipe, pero podía percibir el inconfundible aura de Amy. Sin embargo, por su extensión, apenas me di cuenta de la presencia de otra persona más en las cercanías.

Me quedé perpleja en el momento en que pronunció aquel bellísimo sentimiento. Le dedicaba una mirada de sorpresa, pues en ese momento no sabía a qué venía esa respuesta. Sin embargo, la continuación fue incluso más sorprendente, y me provocó un rubor tan profundo que mis mejillas se iban coloreando de un color rosado, que pasó a ser rojo ligeramente apagado a los pocos segundos. Intenté responder, aunque me costaba un poco.

E-eh...¿encontrar..a-a-amor..?

Me mantuve a la escucha, aunque seguía todavía sonrojada. Su tan bien educado y amable diálogo fue adornado con una sonrisa maravillosamente brillante. Me sorprendió más ver aquella reverencia, tan formal que parecía casi barroca. Y fue en cuestión de pocos segundos tras los que noté unos labios suaves y blanditos posarse en mi mano. Mis mejillas se colorearon de rojo más intenso, y éste se fue extendiendo hacia otras zonas de la cara. Mi mirada estaba un poco dispersa, como si más que observar estuviera pensativa, intentando desviar la mirada de sus brillantes ojos azules. Mas no podía, era casi un encantamiento, algo imposible de evitar.

P-p-para mi es también un gran placer... Lucius...

Me estaba comportando de una forma un poco infantil quizás. No sabía cómo podía reducírseme así. Bueno, la verdad es que debía admitir que sus palabras, su portento, su figura, y sus gestos endulzaban y facilitaban la tarea. Además, su vestimenta no ayudaba precisamente a evitar este rubor.

Estaba muy distraída, así que no notaba más presencias. Probablemente en cuanto me tranquilizara un poco mejoraría la situación, por lo que traté de relajarme, abriendo una conversación con un tema diferente.

B-b-bueno...eh..la-la-la verdad es que Samasha es la diosa que más... es ac-corde con mi forma de pensar... Su amab-bilidad, su gracia, sus ansias de ayudar...y de repartir felicidad...me son...encantadoras...

Notaba sus energías fluir hacia mi, un gran aura brillante, propia de un ángel, desde luego. Mientras trataba de esperar la posible respuesta de Lucius, mi aura se iba desvaneciendo lentamente, quizás debido al rubor, y se redujo un poco. Notaba una corriente nueva, pero en aquel momento estaba tan perdida que no le pude prestar atención.

Tuve que hacer grandes esfuerzos por no vomitar en ese mismo momento. Tanta cursilería acabaría por matarme.

malditos ángeles con sus ñoñerías baratas.

No se de dónde había salido aquel Angel, pero parecía sacado de la mansión de la barbie.

Intente controlar mis impulsos y seguí atenta a aquella conversación.

Sonreía ampliamente, tanto que parecía divertirme con la situación. Me gustaba sacarle los colores a las bellas e inocentes doncellas, eso las volvía mucho más encantadoras a mi parecer. Llevé un instante mi mano derecha a la mejilla de Amy, la cual ardía, pero al instante la temperatura de mi mano pareció reducirse considerablemente ocasionándole un agradable frescor. Realicé la misma operación con la otra mano y luego, paralelamente, llevé una mano a su frente y la otra a su esbelto cuello. Separé las manos y la miré directamente a los ojos al terminar de refrescarla, sin retroceder ni vacilar. Había usado el flujo de agua de mi propio cuerpo para controlar la temperatura de mis manos.

- ¿Mejor? -Le pregunté con suavidad, aun sin borrar aquella sonrisa encantadora y divertida de mi rostro, volviéndola algo más cálida para devolverle la confianza.

Después me separé de ella retrocediendo un paso de manera lateral, como si pivotara, colocándome a su lado, y eché un vistazo a mi alrededor. Detecté una sombra tras un árbol por el rabillo del ojo, e inmediatamente centré mi mirada en aquél lugar para cerciorarme de si habían sido imaginaciones mías o realmente había alguien más allí. Mi mirada se agudizó, las pupilas se me estiraron ligeramente, adoptando la forma de los ojos felinos, al igual que mi sentido de la percepción. El resto de mis rasgos no cambiaron, sólo los ojos y durante un breve instante.

Se ocultaba bien, pero la había visto retroceder hacia su escondite cuando mi mirada se cruzó con la suya. Reduje mi aura al mínimo, para tratar de percibir la suya. Pero ella parecía haberse prevenido, pues no percibía nada... Sin embargo, mi sexto sentido me decía que había alguien ahí, observándonos...

Me incliné lateralmente hacia Amy, recuperando mis pupilas su forma normal, hacia su oído, sin desviar la mirada del árbol en el que se escondía aquél o aquella que nos espiaba.

- Creo que no estamos solos... -Le comenté a Amy en un susurro, tan solo audible para ella. Y tras intercambiar una mirada cómplice con mi luminosa acompañante, volví a mirar en aquella dirección esperando ver la reacción de la figura que se ocultaba tras el árbol, sin volver a aumentar mi aura por si pudiera detectar algo.

_____
FDI: Mi habilidad física es "Buena visión", es con lo que te he detectado, Kanna.

OFF: puedo? esque me aburro xD :ON

No sabia ya el tiempo que llevaba en altamar, me habia ido en busca de un craken para practicar mis habilidades.. y tambien por que su carne esta muy sabrosa, pero lo habia perdido en un golpe que me dio con uno de sus tentaculos. Ahora lo buscaba y me aproximaba poco a poco a el, estaba asustado, podia sentirlo. El mar no me gustaba mucho, pero si cazar a esas impresionantes criaturas; eso si, nunca a las crias, al fin y al cabo tenia un respeto por la vida.

Pronto lo encontré, emergío furioso bajo mis pies e intenté aferrarme a él cuanto pude. Se agitaba ferozmente, luchaba por sobrevivir, y tambien por matarme, y eso me gustaba; un nuevo reto más.
Seguimos intentando dominarnos, una y otra vez, ya habia perdido completamente la nocion del tiempo o del espacio, solo me importaba ese craken. No obstante, un descuido fue mi condena y uno de sus multiples tentáculos me asestaron duro golpe, con el cual fui propulsado hasta los cielos.

Entre un gran grito (mas que nada por el golpe que me iba a meter al aterrizar sabia dios donde) sentí la dura piedra en mi espalda. Hizce un pequeño crater, rompiendo un poco la roca del suelo y yací tumbado en él un momento, dolorido. Aun que ese dolor no era nada comparado con otros que habia sufrido, mas bien fueron solo magulladuras. Me cogí la cabeza, aun con expresión de dolor, entonces miré de reojo a mi alrededor y pude distinguir 2 figuras, aun que aun estaba un poco aturdido como para darme cuenta de quien eran. Eso si, habia caido justo en mitad de ellos, menos mal que no fue encima de ninguno...

-Aug...-gemí debilmente de dolor

FDI: Por mí no hay problema. Bienvenido! ^^
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De repente, algo aparentemente pesado cayó entre Amy y yo originando un pequeño cráter por el impacto. Se trataba de un hombre que resaltaba por su porte fornido y su cabello oscuro. Por su aura, sabía que se trataba de un licántropo, y nada menos que uno con el poder aural de un rey. Parecía haberse dado un buen golpe al caer así del cielo...

- ¡Por todas las Diosas! ¿Os encontráis de una pieza, caballero? -Pregunté alarmado al recién caído del cielo, tendiéndole una mano amablemente para ayudarle a levantarse-. ¿Y vos, Amy? ¿Os encontráis bien?

OFF Eres bien recibido después de tanto tiempo, jejeje.

Al principio me puso un poco más nerviosa que tocara mis mejillas, pero la fresca temperatura que poseían me dejaban relajarme. Ya notaba cómo sentía un frescor por la cara, y el rubor antes aparecido fue rebajándose, hasta ser un mero óvalo dibujado en las mejillas, desvanecido a los pocos segundos.
Tomé aire con profundidad, para poder relajar también mi mente.

Sí...jeje..gracias. A veces me pierdo un poco..jejee

Sin embargo, vi cómo se echaba a un lado, y observaba hacia una dirección. No podía ver a dónde miraba, pero trataba de intuirlo. Poco después noté cómo su aura se rebajaba hasta desvanecerse. ¿Se habría dado cuenta de algo?

Si bien era cierto que estábamos en una isla poco frecuentada, no era del todo imposible que viera "algo" o "alguien". Así me lo aclaró el mismo Lucius justo después. Coloqué entonces la mano delante de mis labios y susurré en voz baja.

Creo que sí...


Repentinamente observé caer "algo" o "alguien" justo entre nosotros dos. Me impresioné bastante, pues el golpe debía de ser duro. Sin embargo, pude observar qeu se trataba de un hombre. Un hombre conocido, además de por su aura, por su apariencia. Parecía tener cierto dolor.

¡Andrew!¡¿Te encuentras bien?!

Pregunté con cierta alarma. Luego al oir la cortés pregunta de Lucius, le dirigí una mirada todavía impresionada, y asentí.

Sí, estoy perfectamente. Pero Andrew...

Me agaché junto al recién "caído" para que, cuando se viera pudiente, se ayudase de nosotros dos para levnatarse

mi visión dejó de estar nublosa, y poco a poco pude ver el rostro de aquel hombre, que tan amablemente me brincaba la mano con motivo de socorro, aun que yo estaba bien, pero se agradecia el gesto. Entonces mi a mi lado, ni mas ni menos que a Amy, sonreí ampliamente al verla.

-Amy!! cuanto tiempo-Me levanté con un poco de dificultad, me habia quedado algo encajado entre esas rocas; pero pronto me puse en pie y me sacudí el polvo. Entonces sonreí de oreja a oreja y abracé a Amy, hacia muchisimo que no la veia, o almenos eso me habia parecido a mi.-Me alegro de verte de nuevo-dije, sin perder la sonrisa, entonces miré al hombre, y le sonrei, no tan efusivamente, pero de igual alegria; aun que esta vez poniendome un poco mas formal-Gracias, muy amable. Un plancer, Andrew Wingates... siento que nuestro primer encuentro haya sido de esta forma señor....?-dije mientras le estrechaba la mano. Un pequeño hilito de sangre caia por mi sien, seguramente del golpe me habria dado tambien en la cabeza.

Sonreí ampliamente al ver que se levantaba y mostraba su buen estado de ánimo, incluso físico. No parecía haberse hecho tanto daño como creía. Suspiré de alivio, y le devolví el abrazo en cuanto me lo dio. Me alegraba de verle bien, mucho.

A mi también, Andrew, jejeje Respondí, riendo por lo bajo, un poco más aliviada que antes. Luego vi cómo saludaba a Lucius, y creía que debía presentárselo, pero quizás el propio Lucius prefiera presentarse por sí mismo. Entonces, ese pensamiento un poco trivial se me esfumó cuando vi un hilo de sangre resbalar por la sien. Mi rostro de apariencia alegre, perdió parte de su alegría al verlo.

Andrew, estás sangrando...

Sin darle tiempo a que respondiera a eso, saqué un pañuelo blanco de un bolsillo, y lo coloqué en su sien, limpiando la poca sangre que se deslizaba, y taponando el origen de la misma. Tras eso, giré mi rostro hacia Lucius, dedicándole una mirada de aprobación, como si deseara que se diera a conocer a Andrew.

off: no es por nada pero...¿os importaria esperame? vamos a tener que poner turnos e_e

Estaba mas atenta que de costumbre, ese estupido angel estaba notando mi aura y eso no era bueno para mí, tecnicamente les estaba espiando.

Intente coger otra posicion para que definitivamente no me vieran allí, cuando de repente un estruendo me asustó e hizo que me cayera del arbol.

Fue una caída rápida y dolorosa pues caí de bruces.

Eché un rápido vistazo y pude observar que un lícantropo se unió a la fietsa.

Genial, ya solo falta un chupasangres y tendre el día completo.

FDI: Claro, Kanna, ¡cómo no! Yo estaba haciendo un poco de tiempo para que os diera tiempo a postear a todos ^^
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Amy también se ofreció a ayudarle, al parecer ya se conocían y por el abrazo que se dieron imaginé que estarían muy unidos. No pude evitar sonreír para mis adentros de forma pícara y algo traviesa. Les dejé algo de espacio para que se saludaran y guardé silencio tratando de distraerme, aunque era bastante difícil no prestarles atención, pero hice un esfuerzo y volví a mirar hacia el escondrijo de la figura que antes me había parecido ver.

El licántropo me dio las gracias y se presentó, fue entonces cuando volví en mí y me volví para mirarle con una sonrisa amable.

- Lucius Jupiter, un placer señor Wingates -Realicé una formal reverencia a modo de respeto y le estiré la mano justo después para estrechársela. Reí ante su comentario-. No os preocupéis. Habéis tenido mucha suerte... ¿Me permitís echarle un vistazo a vuestras heridas, Andr...?

Pero me interrumpí rápidamente al escuchar un estruendo a mis espaldas, instintivamente me di la vuelta para ver el origen de aquello y parecía que el espía (o en este caso parecía una joven) había caído en la trampa... o más bien parecía haberse asustado y se había caído de su escondrijo...

"¿Alguien ha pedido un médico? Jeje..." Reí un poco nervioso...

- Ejem... disculpadme... en seguida os atiendo, Andrew... voy a ver qué le ha pasado a aquella joven...

Eché una carrera presto para atender a la chica, se había dado un buen golpe y ella no parecía tener la resistencia física de la que gozaba el licántropo...

- ¿Os encontráis bien? -Le pregunté a la chica al tiempo que le ofrecía una mano para que se ayudara a levantarse, mientras la examinaba de un simple vistazo para evaluar la gravedad de sus heridas.

OFF: vale, tecnicamente ahroa deberia ir amy, kanne, lucius y yo. Así sucesivamente, pero vamos, que mientras aya reseto y tal no ahce falta ser tan estrictos, solo que intentar que no haya mas de 2 post de cada uno de nosotros sin que otro haya posteado :ON

Miré a Amy, parecia preocupara y mi miraba la sien, ladeé la cabeza intrigado. Miré de reojo hacia el lugar que sus ojos estaban clavados, mientras me decia que sangraba

-Oh, eso, no te...-mis palabras se interrumpieron, ella fue mas rapida que yo y ya estaba limpiando y taponandome la herida, la miré agradecido-tranquila, es solo un rasguño-reí-no pasa nada

Entonces lucius se presentó, pero algo le cortó. Miré y era una muchacha, por su olor juraria que era una bruja, pero aun estaba un poco mareado, por eso no me habia percatado de su presencia antes.
Hubiese ido a ayudarla, pero ya iba el angel. Me quedé observando la escena

Ese angel casanova había acuidido en mi ayuda, me hubiera gustado apatarle de un golpe pero no podía hacer eso. Tendría que poner buena cara por esta vez, además venía con buenas intenciones.

Me levante, me sacudí y inspeccioné mis heridas. Nada mas tocarme la cabeza pude observar como tenía una brecha, me la habría echo al caerme así del árbol.

Fantastico Kanna, seras idiota -_-

Ese ángel n dejaba de mirarme.

FDI: Amy, te encargas tú por ahora de Andrew y me voy encargando yo de Kanna, oks (Vamos a tener que montar una enfermería xD )
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A la chica parecía no agradarle demasiado mi presencia, pero yo estaba a lo mío. Vi la brecha que se había hecho en la cabeza y rápidamente reaccioné, colocando mis manos sobre la herida, sin llegar a rozarla.

- Tranquila, no os dolerá... -Dije para tranquilizarla un poco, aunque estaba un poco arisca, pero yo seguía a lo mío-. ¿Cómo os llamáis?

Me concentré rápidamente en manipular el agua que fluía en sus venas craneales para influir en la generación de plaquetas y la herida sanara por sí sola más rápidamente.

OFF Siento por mi parte no haberte esperado, Kanna, pero es que me sentí un poco lanzada, jejejeje. Por otro lado, siento no haber respondido ayer, debido a algunos problemas de sueño, jejeje. Pero bueno, ya estoy otra vez, jejeje.
Y vale, Lucius, desde luego sí, jejeje. ¿Seré yo la enfermera y tú el doctor? Jejeje

ON

Escuchaba sus palabras esbozando una sonrisa azucarada.

Precisamente, no me importa ayudarte, jejejeje. Siempre será un placer ayudar a un amigo, jejeje Respondí con alevosía.

Tras limpiarle la sangre que escapó de su sien, rocé con las yemas de los dedos la zona colindante. Mis dedos se iluminaban en una tenue pero visible halo de un ligero color celeste. La herida entonces se fue taponando a mayor velocidad, hasta que un coágulo se formó en la misma, imposibilitando así que se le escapara más. Pronto se le curaría y desaparecería, así que aparté mi mano de su sien.

Entonces di un paso lateral a su alrededor, para poder tenerle de frente, mientras me guardaba el pañuelo nuevamente en el bolsillo, y le dediqué una mirada de atención, mientras seguía sonriente. Parecía casi una niña expectante por el resultado de su "obra".

Por cierto, Andrew. ¿De dónde has venido y cómo has llegado así?¿Te has subido en alguna catapulta? Jejejeje Pregunté, riendo por lo bajo al final. Reía porque sabía que no se había hecho excesivo daño, pero de no haber sido así no estaría riendo.

OFF: lol, creo que he visto demasiadas cosas "malas" con doctores y enfermeras como para no tomarme esa frase pervertida :ON

Vi como, pese a decirla que no hacia falta, ella comenzaba a limpiar mi herida. Me agaché un poco, pues no llegaria bien por mi altura, pese a serlo ella tambien. Noté como, con un minimo de dolor, la herida se iba cerrando, cuando terminó me toqué la zona, era como si nada hubiese ocurrido. La miré con sorpresa, pero mi rostro se torno a agradecimiento y un pequeño tono de admiración.

-Valla.. no sabia que podias hacer algo asi... eres increible-sonreí ampliamente-gracias-hice una pausa, escuchando sus risitas sobre mi curiosa caida del cielo-Bueno.... esque... estaba luchando contra un craken... me descuidé yu uno de sus etntáculos me golpeó, haciendome volar-dije, con algo de verguenza rascandome la nuca y con cara de escusado

Aquel ángel se acercó hasta mí y empezó a curarme. No pude evitar mirarle con un poco de resquemor pero no lo hice notar.

-Mi nombre es Kanna, haz algun estropicio te matare.

Creo que con esa amenaza había quedado clara mi postura.[b]

"Tiene buena respuesta, al parecer no ha sufrido daños cerebrales..." Me dije, al escuchar su nombre y sus comentarios. Aun así, tras terminar de sanar la brecha de la cabeza le hice unas cuantas pruebas más.

- Siento como... demasiada de energía negativa fluir a vuestro alrededor... -Dije con calma-. ¡Relajaos, mujer! Que vengo en son de paz, ¿no lo veis? -Esto último lo dije con un toque de humor. Le mostré tres dedos en la mano-. A ver... Decidme cuántos dedos veis...

Medio sonreí mientras ladeaba mi cabeza de un lado a otro.

¿que cuantos dedos veo?

Cogí mi mano y cerre el puño. A continuación le de di un derechazo en toda su cara de nenuco.

-5, 5 dedos ves imbecil.

Su puño derecho impactó contra mi mejilla izquierda, pero ésta estaba helada y sólida aunque no lo pareciera, seguramente se habría hecho bastante daño en los nudillos. Me quedé observándola seriamente, no me había gustado un pelo aquella reacción en ella.

- Creo que no os he faltado al respeto en ningún momento, señorita Kanna -Dije con calma-. Es más, os he ofrecido mi ayuda, pues el golpe que os habéis dado en la cabeza podría haber sido más grave... Me temo que no son 5 dedos los que os he mostrado... Os pido que por favor os calméis, hagáis un esfuerzo y me respondáis sinceramente, Kanna. Soy médico y mi nombre es Lucius. Lo único que pretendía, por más raro que os parezca, era ayudaros.

No perdí la compostura en ningún momento, irradiaba calma aunque estuviera serio y mis ojos azul-eléctrico parecían penetrar los suyos para ayudarme a trascender en mis palabras.

Me giré a mirar a los otros dos, no pude evitar fruncir el ceño al ver aquello. Realmente me parecia un insulto hacer algo asi a alguien que te ayuda con buena fe; para la poca gente que ahi así.
Y a su vez, me parecio extraña la forma de contestar ante eso que tuvo aquel hombre.
Evidentemente n podia quedarme callado.

-He, brujita, ten mas consideración con quien te brinda la mano o acabaras tan sola que ni tu escoba te querrá. Es de mala educacion lo que has echo