Cerveza, Tabaco y naipes:

-Esperame aquí.- Acaricié la crin de mi fiel amigo Viento. -Voy a buscarnos alojamiento cómodo para ambos, en esta ciudad hay buenos lugares para pasar la noche.- Miré a mi alrededor por unos instantes. -Probablemente tarde un buen rato.-

Viento, mi caballo de guerra relinchó como muestra de aprobación impaciente por descansar del viaje y acercó su cabeza a la mía para dejarse acariciar una vez más. Até cuidadosamente las riendas en el poste que se encontraba al lado del abrevadero, en las cuadras de la posada de El Rincón de Eliria. Una de las muchas posadas de la ciudad de Eliria y una potencial fuente de información para los cazadores de criaturas del mal. Es muy posible que consiga un trabajo interesante en este lugar y aproveche el viaje.

Me dirigí a la posada y tras cruzar sus puertas eché un largo y tendido vistazo al interior. Algunas miradas se dirigieron a mi durante unos instantes pero nadie osó abandonar sus asuntos para entrometerse en los míos. Tal y como esperaba el salón principal de la posada estaba repleto de clientes de todas las procedencias. Caminé con paso firme pero relajado por entre las mesas y los clientes hasta encontrar una mesa vacía en un rincón apartado, en su superficie había quedado el rastro que indicaba que los antiguos usuarios hacía poco que la habían abandonado: unas jarras vacías, líquido derramado y una baraja gastada de naipes parcialmente recogida.

Literalmente me dejé caer con elegancia sobre uno de los taburetes que se encontraban del lado de la pared y estiré las piernas reduciendo el espacio para pasar existente en la zona. Algunos clientes lanzaron miradas furtivas pero siguieron con sus asuntos. Era algo normal, yo era el extranjero y mi aspecto me delataba como un mercenario o maleante, alguien con el que mejor mantenerse alejado. Saqué la pipa de madera y el tabaco de mis alforjas y me preparé una pipa mientras esperaba que alguna de las camareras o el mismo tabernero me atendiera.

Y allí estaba de nuevo, Eliria, esta vez no venía de compras ni tampoco venía a tratar con asuntos importantes, hoy venía a divertirme.Me dirijí a la mejor posada de Eliria, donde ya me conocían por mis frecuentes visitas, ademas el camarero era gran amigo mio. Entré felizmente a la sala, con mi ropa normal, una falda larga hasta los pies y un corsé negro, el pelo suelto al viento. No me preocupé por esconder mi aura, me daba igual que alguien me viera. Me dirijí al camarero-Hola!-

-hola luccie, cuanto tiempo-sonreí con tranquilidad adoraba al viejo de esta taberna, era realmente amable-Ponme un whisky anda, que hoy vengo de fiesta-no tardó casi nada en ponermelo y yo me senté en la barra despreocupadamente.

Terminaba de prender la pipa y soltar la primeras bocanadas de humo y de repente apareció:
Alta, estilizada, vestida de negro, actitud alegre y con una preciosa melena rojiza suelta al viento. Muchos de los hombres, yo incluido, la observamos en un silencio admirativo como se acercaba a la barra y pedía una bebida.
Céntrate en tus verdaderos propósitos, Russel... pensé sin quitarle un ojo de encima a la joven y disfrutaba del tabaco.

-¿Qué desea beber señor?, ¿desea comer algo?.- Una joven camarera morena y menos atractiva que la joven pelirroja, aunque también bonita me distrajo la atención.

-Cerveza.- Pausé unos segundos para mirarla a los ojos. -Nada para comer por el momento, gracias.- La joven se inclinó para recoger las jarras usadas y limpiar la mesa con un paño. -Enseguida señor.- Me adelanté para recoger la baraja de cartas y evitar que se la llevara junto con lo demás. -La Señorita está invitada y que le sirvan otra ronda.- Pedí a la camarera señalando a la joven pelirroja con un leve movimiento de cabeza, además de pagar todas las bebidas.

Cuando la camarera se alejó volví a centrar la atención en la joven, pues realmente tenía una gran belleza, demasiada quizás.... sentí un pinchazo y saqué mi reloj de bolsillo: ¡¡¡ Premio !!!! Se trataba de una vampiresa y bastante poderosa.

-Esto se va a poner interesante.....- Murmuré con una sonrisa en los labios.

Después de un poco de tiempo, una de las camareras me trajo otra copa-disculpe, yo no e pedido nada mas-la chica se me giró sonriente acercandose-Aquel señor de ahí la a pagado su bebida invitandola a otra-mis ojos verdes cual esmeralda se clavaron en un hombre sentado en una silla, solitario con una baraja de cartas-vale gracias-Me levanté con la copa acercandome a el-buenas tardes caballero-me senté en una silla-disculpe mi intromision, ¿pero le conozco de algo?-si no le conocía no sabía porque me estaba invitando a esa copa.

La joven me miró al recibir la invitación y se acercó a la mesa trayendo consigo su bebida. Tras sentarse en una silla enfrente de mí me formuló unas preguntas bastantes lógicas y educadas.

-Buenas tardes señorita.- Incliné levemente la cabeza y toqué el borde del sombrero en gesto de saludo. -Es cierto, no nos conocemos. Pero no pude resistirme a la tentación de invitaros antes se que cualquiera de esos.... Giré la vista unos segundos señalando a los clientes de la taberna que nos miraban, muchos con envidia. -....se me adelantara.-

-¿Qué hace una joven como vos, en un sitio como este?.- Una pregunta tópica pero necesaria dadas las circunstancias.

Me giré a mirarles, y cuando lo hice todos volvieron a sus actos habituales-me temo que es el primero en hacerlo despues de estos años pasandome por esta taberna, aun asi gracias-le sonreí-supongo que el desconectar de vez en cuando esta bien, es un sitio agradable y se bebe bien-le dí un trago a mi bebida, cuand me di cuenta de que no me habia presentado-que tonta, soy luccie Hyuga, mucho gusto-hice una suave reverencia aun sentada.

Reí divertido cuando todos los mirones volvieron a sus asuntos. Desde luego a pesar de su juventud y su apariencia poco amenazante, era capaz de imponer su presencia a todos. Cuidado Russel, es un enemigo, no te dejes llevar por su apariencia y encanto.

-Creo que entiendo el porqué de que nadie os haya invitado aún.- Cogí la jarra de cerveza y bebí un trago. Tras posarla volví a mirar a la joven y empecé a barajar los naipes con mi mano izquierda. -Russel Faraday, señorita.- Correspondí a su reverencia con otra. -Sois muy bella, con un toque de misterio, se diría que ocultáis algo.- Le dije mientras la miraba con extrañeza a los ojos.

-Pero sí, es un lugar agradable. Y la compañía también.- Tomé el naipe y lo miré: el Valet de picas.


Off: el Valet es el equivalente a la sota de la baraja española. Esta que tengo entre manos sería la versión de la baraja francesa. xDDD

Me enrojecí con su comentario, estaba sorprendida, no solían hacerme esa clase de alagos-Vaya, sin duda eres el primero en invitarme y en alagarme de esa forma- mostré una sonrisa picara-¿que voy a esconder yo? slo soy una ciudadana de Eliria, tomandose una copa en una de las mejores tabernas.-Me reí para despues apoyarme contra la silla. Obvservé las cartas-¿tiene ganas de jugar caballero?-

-jajajaja- Reí con ganas por sus palabras. -En el fondo todos tenemos cosas que ocultar Luccie Hyuga, pero tenéis derecho a callaros vuestras cosas.- Incliné la cabeza como signo de aprobación por su actitud alegre.

-Sí, juguemos un poco.- Tomé la baraja con ambas manos y empecé a barajar los naipes. -Pero para que este juego resulte más emocionante tenemos que apostar algo.- Tomé unos segundos y añadí: -¿Qué queréis apostar?, os permitiré elegir, pero cuidado...- Mis ojos centellearon por un instante al mirarla fijamente antes de repartir las cartas: -...cuidado, pues podemos perder mucho más de lo que podemos ganar.-

Me puse la mano en el pecho-¿cosas que ocultar? me ofendeis caballero-dije en broma, mis ojos se tornaron alegres, nunca me habia encontrado con alguien que se tomara de tan buena forma todos mis comentarios. Observé como barajaba y sonreí-Sería una forma interesante de jugar..-susurré-que le parece... ¿algo de informacion? creo que los dos queremos saber ahora mismo muchas cosas-sonreí con picardía.

Continué barajando las cartas mientras escuchaba las palabras de la joven pelirroja Luccie Hyuga, sonriendo ante sus comentarios finales:

-Bien, información.....- La miré divertido a los ojos: -¿Pero qué clase de información?, ¿Personal acaso?.- Posé el mazo boca abajo sobre la mesa con mi mano sobre él. -Una señorita como vos no debería ir contando sus intimidades a desconocidos, por mucho que estos deseen saber sobre vos?.

Sonreí antes de volver a tomar el mazo y repartir una y otra vez naipes a cada uno, hasta que ambos teníamos tres naipes en nuestro poder.

-Así la partida sería mucho más interesante, en eso estoy de acuerdo.-

Miré como repartía las cartas y me sorprendí un poco-¿intimidades? no era esa mi intencion caballero-sonreí-aun que no creo que lo que mas le interese de mi sean mis intimidades. ¿o me equivoco?-una suave sonrisa picara apareció en mi boca, tomé las cartas con suavidad esperando una respuesta-entonces.. ¿acepta o no?-

-Acepto pues.- Respondí con una sonrisa tomando mi mano de naipes pero sin mirarlos.

Tomé un naipe del mazo y lo coloqué sobre la mesa, justo en medio boca arriba: 3 de corazones.
Miré a los ojos a Luccie y tomé otro naipe: 8 de picas.
La cosa se ponía interesante para ambos.

-Tan solo se permiten dos envites dadas las circunstancias.- Me tomé unos segundos de pausa. La Pregunta para ambos es: ¿Cual es nuestro verdadero ser?.- Dije mirándola a los ojos atentamente a su reacción por la pregunta. -Espero que las respuestas de uno u otro no nos lleven a pelear, o otras cosas...-

Levanté levemente mis naipes por las esquinas y los miré. Luego volví a alzar la vista para mirarla.

-Vos diréis....-


Off: Si tienes alguna pregunta al respecto ya sabes, mp.