Un sentimiento vacio

Había saltado mucho en toda la noche, tanto que apenas tenía fuerzas para mantenerme en pie, sin embargo aquella noche había habido una gran masacre en Eliria. Mucha gente muerta, degollada o destripada a mis manos aun que siempre procurando no ser descubierta.

La luna apenas me podía hacer distinguir cualquier rostro de mis víctimas, las nubes oscurecían el paisaje y la lluvia empapaba mis ropas ensangrentadas, aun que agradecía estar en el bosque cercano a Eliria. Era una de las pocas veces en las que apenas pude esconder mis verdaderos sentimientos hacia el. Acaso se burlaba de mi... todavía sentía sus besos en mi boca y sus caricias en mi piel y ahora... ahora no solo me lo negaba sino que también me tomaba por mentirosa.
Apenas había podido dormir los siguientes días de la emoción de poder verle pero ahora... ahora me había derrumbado por completo.

Emití un sonoro chillido, pero no era ni la mitad de lo que mi cuerpo quería gritar, mis dientes chirriaban de furia y una profunda y dolorosa quemazón me atravesaba el pecho. Empecé a llorar como nunca antes lo había echo y aun que no necesitase respirar empece a hacerlo, era una respiración fuerte, profunda y entrecortada, me faltaba el aire en todo momento, era una sensación asfixiante. Caí al suelo encogida sobre mi misma sin poder dejar de llorar, ni siquiera podía dejar de respirar de aquella forma. Y así me quede durante horas, con el cuerpo empapado, en algo que ya no sabía que era, si la lluvia que me acogía en su húmedo y frío lecho o las lagrimas que no había podido dejar de arrojar toda la noche.
El amanecer se acercaba, lo sentía en mi ahora machacado cuerpo, mi llanto se había convertido en poco mas que el repiqueteo de la lluvia sobre el césped, el cielo nublado y oscuro estaba dando paso a uno mas anaranjado, dando lugar a mi fin pues no tardaría en alcanzarme. Mi cuerpo estaba débil y no podía transportarme, mucho menos salir corriendo a buscar refugio, la luz me alcanzaría antes y pondría fin a todo lo que yo representaba.

Cerré los ojos recordando por enésima vez esa noche, esa maravillosa y fatídica noche que pocos días atrás había compartido con el y que ahora negaba con todas sus fuerzas, así al menos le dejaría vivir su vida en paz.-Dean te.. amo-susurré con aquella voz rota propia del cansancio y del llanto.
Ya no quedaba nada, es mas yo misma veía como el sol y sus rayos se acercaban a una velocidad vertiginosa hacia mi. Yo simplemente cerré los ojos a la espera de mi ansiado final tal y como yo siempre había estado, sola, sin nada ni nadie a mi alrededor para presenciarlo "Este será el fin de esa cadena de sentimientos rotos y corazones destrozados" pensé con nostalgia, aquel pensamiento todavía me hizo verter un par de lagrimas. Esto... se acababa aquí.

Seguirla fue algo muy dificil, había echo varios saltos a lo largo del viaje demasiados saltos por un fracción de segundo pense que había perdido su rastro pero por suerte conseguí seguirla a duras penas.
Este parecía que era el último salto, podía notar la esencia humana...debiamos estar en la ciudad de Eliria pero mas concretamente estabamos situadas en un bosque cercano a la ciudad.
Eche un vistazo a mi alrededor y la imagen que vi fue espantosa. No se que había pasado pero estaba bastante claro que hubo una masacre con los aldeanos del lugar. La lluvia se hizo todavía mas fuerte, empapandome completamente y entonces la ví....y de haber tenido corzón creo que se me hubiese encogido.

Allí estaba Lucía echa un ovillo en el suelo, completamente empapada y cubierta de sangre, esa noche se ha tenido que dar un buen festin al ver los grandes rastros de sangre que cubrían sus ropas. Eche un vistazo hacia el cielo el Sol comenzaba a salir lo cual era peligroso para las dos, debía actuar rápido o de lo contrario sería el final para las dos.

No tenía tiempo que perder, cogí a Lucía en volandas y la cargue en mi brazos y eché a correr todo lo que pude del Sol hasta que a duras penas llegamos hasta lo mas profundo de aquel bosque donde no había ni rastro alguno del Sol. De camino allí me alcanzó un pequeño rayo ocasionandome una pequeña quemadura en el hombro pero no tenía importancia, ya me lo curarían los médicos del castillo.

con delicadeza desposite a Lucía en el suelo y la mire fijamente, pude leer algo de lo que pasaba...una traición, un chico que jugo con sus sentimientos...un amor no correspondido...
demasiados pensamientos y todos ellos a la vez. Espere tranquilamente a que reparase en mi presencia.

Lucía...pero que te ha pasado....

Cerré los ojos con fuerza, no tenía ganas de verme a mi misma siendo chamuscada por el sol pues aun que imaginaba que dolía no quería verlo ni un solo instante.
La realidad pasó a otro plano unos segundos, todo a mi alrededor se distorsionaba, era como si de repente el suelo hubiese desaparecido a mis pies, una brisa fría me azotaba y me hacía temblar, pero mi mente no estaba para pensar esas cosas.
Todo mi ser deseaba fervientemente a esa persona que en apenas unos segundos había destrozado mi vida.

Volví a sentir el suelo en mi espalda y entonces abrí los ojos. Estaba en una zona del bosque completamente tupida, donde el sol no me alcanzaría, al principio no supe orientarme pero al ver a Natasha todo empezó a cuadrar perfectamente.

Me separé bruscamente de ella abrazando mi cuerpo a su paso-¡Se puede saber que haces?! ¿Porque me has salvado idiota!?-grité. Yo que deseaba en esos momentos dejarme llevar por Saphine de una vez por todas.

Estaba dolida, mucho, por eso pase por alto ese comentario que me hizo. Cerre los ojos intentando pensar en las mejores palabras de consuelo que podria decirle ahora.
Pero no habia ninguna palabra posible para poder aliviar su dolor, yo sabia perfectamente lo que era que jugasen contigo y al dia siguiente te tratasen indiferente.

Me acerque a ella hasta que mi ojos esmeralda se toparon con los suyos.

-¿te das cuenta de lo que has estado a punto de hacer? Un segundo mas tarde y ninguna de las dos lo hubiera contado. ¿Que te ha pasado? Y antes de que saltes al cuello...puedes confiar en mi Lucia...te juro que no se lo dire a nadie si eso es lo que te preocupa...puedes confiar en mi

Se acercó a mi, pero no por ello me dejé intimidar, estaba demasiado nerviosa y cabreada, la cabeza me daba vueltas y yo lo único que quería era desaparecer del mapa-Claro que me e dado cuenta, era exactamente lo que yo quería hacer!-
Entonces sacó el tema, ¿porque tenia que hacerlo? a nadie ya le importaba nada de lo que ocurriese-Mientes!! sois todos unos mentirosos!!-no iba a confiar en nadie, no iba a hacerlo nunca mas.
Me levanté deprisa, provocando que mis piernas temblaran-No puedo confiar en nadie, estoy harta de hacerlo!!-empecé a llorar de nuevo "todos los hombres eran iguales" pensé-Se acabo!- no se que me llevó a hacerlo, tampoco lo pensé demasiado. Solté las dos coletas y agarrándome fuerte del pelo lo corté de una tajada-Esto es mi confianza...-susurré. Mis ojos se empezaron a nublar, demasiado esfuerzo y ni una gota de sangre en varios días, intenté sostenerme por mi misma pero no dio resultado, simplemente caí al suelo inconsciente.

Esta desesperada no sabía si sería capaz de controlar a Lucía. No confiaba en nadie ya y no podía culparla, me gustaría poder reconfortarla pero sabía perfectamente que no podía hacerlo.
Cuando cogió su pelo intente detenerla pero fue demasiado tarde.

-¡No Lucía, no lo hagas!
pero como ya dije fue demasiado tarde. Ahora podía captar mejor esos pensamientos o mas bien podía ya ponerle un nombre al causante de todo ese dolor...el nombre de Dean llego a mi mente.
No me podía creer que alguien como él hubiese echo esto a Lucía....con la buena persona que me pareció ese día. Apreté mis puños con fuerza...y entonces fue cuando me percaté de que Lucía se había desmayado.

Mierda, tengo que llevarla al castillo inmediatamente, Luccie y Walter deben saber esto cuanto antes.

La volví a cargar entre mis brazos y salté de allí.