Regreso

Después de más de dos meses viajando por varios lugares, mi camino me llevó hasta el lugar donde había conocido a N... No había pasado mucho tiempo, pero sí había cambiado... Mi cabello lo había dejado de cortar hacía más de un mes, ésta vez llegaba casi hasta mi cuello. Yo me encontraba sentado sobre las ramas de un árbol, observaba la luna mientras los rayos de ésta impactaban en mi rostro, y me llenaban de energía pura.

- (No hay mucho qué hacer aquí) Pensé para mí mismo mientras saltaba del árbol y comenzaba a caminar.

Todo éste tiempo me hizo maravillas... Aún no podía recordar todo mi paso, pero sin duda alguna, me encontraba feliz con mi presente. Algo así... Aunque una semana antes estuve a punto de asesinar a un hombre... Podría tener justificación, ya que él trató de robar el arma que N me entregó... Y, no era porque la necesitar para venderla o algo parecido, de ser así, yo me habría encargado de conseguirle dinero, de eso no había duda.

- En fin... - Dije mientras suspiraba y continuaba caminando-

Mis pasos no me llevaron muy lejos del lugar en donde estaba. A mi lado, mi nueva compañía de perros lobo me acompañaba olisqueando a su aire, pero sin despistarde demasiado, siempre atentos a mi.
A lo lejos, vi caminando a un hombre. Su olor, a diferencia de todos los que me había ido encontrando, no me resultó desagradable, para mi sorpresa.
Me acerqué con curiosidad y pude ver que era un licantropo, como yo.
Me detuve, no muy lejos de él, mirandole.

-Valla, ya creia que estaba solo en estos lugares-dije bromeando, refiriendome a el echo de no haber visto otro licantropo desde mi llegada.

Continuaba flotando en mi mar de pensamientos, me encontraba tan distraído que por poco paso por alto aquellos tres olores. Dos de ellos, a pesar de estar algo alterados. ya los conocía, se trataban de canes. Y, para mi sorpresa, el otro olor era... Diferente. Era como yo. ¿Otro licántropo aquí? No estaba seguro si eso era bueno, o malo.

- Es lo mismo que creí - Respondí, riendo ligeramente.- Dime, amigo mío. ¿Qué te trae a éste lugar en una noche con una luna tan hermosa como ésta?

Su distancia era prudente. Su distancia era inteligente. Observé a los dos canes que lo acompañaban... Entendí lo que les había sucedido. ¿Él era el responsable de esto?

Observe como desconectaba de repente con sus pensamientos mas profundos, como si su pompa se hubiera roto con mi voz. Gofre, mi otro nuevo canido, se acopló junto a sus hermanos y ami despues de haberse entretenido demasiado, seguramente embobandose en algun lado.

-Digamos... que quería tomar aire fresco y caminar un rato. ¿Y a ti? ¿que te trae por estos lugares? nunca antes te había visto

- Sí... Creo que nadie me ha visto en mi mucho tiempo - Dije, casi sin pensarlo- Estoy aquí porque... - Pausé durante unos segundos- Porque, aquí comenzó todo - Dije al fin-

De hecho, fue hasta ése momento en que lo dije, cuando supe el porqué de estar aquí... Claro, aquí comenzó todo... O algo así. Hace más de dos meses había conocido a un grupo de personas aquí. ¿Dónde estarán ahora? ¿Me recordarán? Mi regreso, quizá también sea mi muerte, si alguno de ellos sabe qué hice...

- Sé que no se nota - Dije después de varios segundos en silencio- Pero soy algo como... - Pausé de nuevo- El Primer mando de los licántropos - Dije, algo dudoso-

Le note muy duditativo y pensativo, como despistado.

-oh... yo se supone que tengo que tener un nivel de maestro...-me quedé pensando en silencio unos segundos- Pero en verdad ese tipo de cosas siempre me trajeron sin cuidado. Bueno-cambien directamente el tono y sonreí- Soy Andrew Wingates y estos son mis canidos: Q, Gofre y Doris. No temas, no son agresivos, amenos que yo quiera que lo sean, pero a ti no te haran nada

- Andrew... Es un gusto conocerte - Dije mientras daba unos pasos hacia él- Yo soy Elle Reed - SOnreí y extendí mi mano

Aquellos canes habían sido alterados... Ahora más que nunca, eran parecidos a nosotros. Los observé una segunda vez, y les sonreí. No sabía qué haría Andrew... O sus compañeros. Sabía que no debía preocuparme, si quisiera atacar lo habría hecho desde antes. Aunque si ésa era su intención... Quizá me sería algo complicado enfrentarme a él, y a sus acompañantes. ¿O era así como se suponía debía ser? Sólo debía esperar a que estuviese equivocado, y él sólo fuese un licántropo de paso.

- (Nunca se sabe) - Pensé- (Quizá ésta sea la oportunidad para usar el arma de N...)

Le estreché la mano fuertemente con una sonrisa y gesto amigable.
Observé como miraba a mis canidos sin descubrir sus pensamientos, pero aun asi me sentí orgulloso de que estos "pequeños" me acompañaran, hacian mi camino mucho menos solitario.

Mi olfato se vio alertado, a mis espaldas, entre las sobras, una presencia observaba la situación. Enseguida capté que era un licantropo.

-Deja de ocultarde y sal de ahi-dije sin mirarle dirigiendome a él.