una noche agobiante

Hacia ya horas paseaba por el bosque, estaba agobiada de tanto estar en el castillo, demasiadas responsabilidades en muy poco tiempo. Suspire sentandome al borde del pequeño acantilado, ya ni siquiera la adrenalina venia a visitarme. Tirarse en paracaidas o acer cosas de alto riesgo siendo una vampiresa no tenía sentido-Que aburrido-necesitaba algo para descargarme pero, no encontraba el que.

Sobrevolaba el bosque aquella noche de luna llena. No esperaba encontrarme a nadie pero a poco que avancé me encontré con Ana escondida entre los árboles. Tenía una cara de gran preocupación, entonces me acerqué a ver qué la pasaba.

- Buenas noches Ana, ¿Estás bien? - Pregunté en el tono más tranquilo que pude mientras apoyaba una mano sobre su hombro.

Levanté la mirada para ver a Ciel y justo me tiré al suelo y me di la vuelta-me a-bu-rro mu-chi-si-mo-dije entonando todas las silavas con claridad-quiero emocion y aqui me aburro-dije hinchando los mofletes en una pequeña rabieta.

Miré extraño a Ana, no recordaba haberla visto así nunca. Me quedé mirándola desde arriba durante veinte largos segundos, hasta que encontré una solución a su problema.

- Bueno se me ocurre una cosa... pero no se si te servirá como "emocionante". - Cuando conseguí que captara mi atención respiré profundo. - Bueno... estoy un poco verde en lo de pelear, así que si quieres podríamos hacer un entrenamiento... intensivo. - Estaba un poco nervioso ya que no había peleado desde hace mucho tiempo y también tenía que tener en cuenta que ella era una reina y yo, un simple maestro.