Claymore

Relio se coló en las sombras del templo que usaba Violeta como habitación y el leve sonido de sus pasos sobre la fría piedra despertó a la guerrera, que tenía el sueño muy ligero.
-¿Qué ocurre?- preguntó enseguida.
-Se trata de tu protegida, Tannia la Palpitante- murmuró él-. La van a enviar a una cacería de kakuseishas, pero no le han dado la información completa.
"Qué novedad" pensó Violeta, pero no le interrumpió.
-Rubel le va a decir que es un kakuseisha masculino, pero en realidad eso no es todo. En realidad, la cacería no es más que una tapadera para el experimento que se está realizando. Rimuto está creando nuevas guerreras totalmente distintas a las actuales, Violeta. No emiten yoki y no son capaces de rastrearlo, son ciegas y se guían únicamente por el olfato. Y una vez que les das a probar el olor de algo, cualquier cosa, no paran hasta que lo encuentran y lo devoran. Son como perros de caza pero infinitamente más peligrosas. Las llaman "demonios", ya verás por qué. Están en el área 35.
Violeta asintió y se puso la armadura y la espada. Sacó una vieja capa raída de un rincón y se la puso por encima ocultando su cuerpo y sus rasgos.
-Gracias, Relio-sensei. Partiré de inmediato.
-No utilices el yoki si no es estrictamente necesario, estamos haciendo ésto de espaldas a Ermita- susurró Relio. Violeta asintió y echó a andar a buen paso. Con un poco de suerte, en una semana estaría allí. "Espero que Tannia no use su yoki para llegar, su área está ligeramente más lejos de la 35 que la mía" rogó interiormente.

No me apetecía llegar, así que fui andando, sin ayuda de mi Yoki. Al cabo de una semana, llegué a la zona de la 35. Me puse alerta por si venía el kakuseisha y trate de rastrear su yoki...

Violeta llegó en unos cinco días al área señalada y no tardó en localizar al kakuseisha a tres millas de allí. Tardó otro día en llegar, y una vez en la zona que quería, alargó sus cuerdas vocales para que su voz sonase más grave y pidió alojamiento en una posada, donde durmió varias horas y recuperó fuerzas con un buen par de entrecotes poco hechos. Tras ello, salió del pueblo y se acercó a la guarida del kakuseisha con su yoki totalmente suprimido. Era una cueva poco profunda en una colina rodeada de un espeso bosque, ideal para tender emboscadas. La guerrera se escondió en la copa de un alto árbol y aguardó, aun oculta bajo su capa.

Me acerqué a la cueva despacio, miré a mi alrederor y me aventuré dentro suprimiendo mi yoki casi al minimo, ya que eso no se me daba loq ue es muy bien...

Violeta observó cómo Tannia entraba en la cueva y se puso alerta. Las nuevas "armas" de la organización no se hicieron esperar. De repente la guerrera notó el aliento de algo en la nuca, a pesar de que llevaba la capucha puesta. No se movió ni liberó yoki, pero tensó el brazo derecho. Sin embargo, lo que quiera que tuviese a la espalda se limitó a resoplar y saltar por encima de ella hasta llegar al suelo. Violeta las observó, atónita. Era la primera vez en mucho tiempo que algo lograba sorprenderla.
Los demonios eran mujeres de cabello largo y revuelto de color gris o rubio paja, como las guerreras, pero iban totalmente desnudas y lo único que cubría sus cuerpos eran unas pequeñísimas protecciones de metal que ni siquiera merecían llamarse armaduras. Sus ojos y sus bocas estaban cosidos, de modo que no podían guiarse por nada que no fuera su olfato, y caminaban encorvadas y con andares simiescos. No desprendían absolutamente nada de yoki, razón por la cual no las había detectado, y eran seres extremadamente feos desde la punta de sus pies hasta lo alto de sus coronillas. Pero lo peor era que todas se dirigían a la cueva, olfateando el aire como sabuesos. Violeta las siguió. Solo tenía una duda: ¿estaban siguiendo el olor de Tannia o del kakuseisha?
Dentro de la cueva, diez espinas de yoki salieron disparadas hacia Tannia.

Off: no coments...xDDDd

On: En cuanto noté las presencias saqué mi espada y equivé las espinas, me figuré que eran del Kakuseisha, pero había algo raro en todo aquello. Salí corriendo de la cueva, allí dentro estaba oscuro y me movía mejor en espacios un poco más abirtos...

off: aaaaachus!!!!!! joer con el polvo xD
on:

Otras diez espinas de yoki salieron de la profundidad de la cueva buscando el cuerpo de Tannia. Violeta observó el comportamiento de las demonios. Seguían avanzando con sus andares simiescos hacia la cueva, como zombies sin voluntad ni cerebro. En cuanto Tannia pasó a su lado quedó claro que no era su olor el que estaban siguiendo, porque no le hicieron ni caso. Desde lo alto de su rama y oculta en la raída capa, Violeta desenvainó la espada y vendó el emblema con un jirón de tela marrón, tapándolo por completo. De repente se oyó una voz profunda procedente del interior de la cueva:
-Vaya, ¿qué son esas cosas tan grotescas que se ven en la entrada?- preguntó una mujer.
-No tengo ni idea, pero con ellas va una guerrera. Ve tu a despacharla, cariño, que no tengo ganas de levantarme- respondió un hombre.
-Vaaale...
Una luz rojiza salió de la cueva y con ella una kakuseisha de tamaño humano. Solo se advertía que era una kakuseisha por su piel de color ceniza y sus ojos de yoma. Estaba totalmente desnuda.

off: por si quieres manejarla, esta bicharraca puede convertir cualquier parte de su cuerpo en el arma que quiera xD

Off: pechos fueraa!! como la de Mazzinger Z xDDD

On: Salté y corté las espinas, me fijé en el yoki de esas chicas que se estaban acercando. Me fijé en como salía la chica, ¿que narices estaba pasando?

off: las demonios no emiten yoki xD
on:

Violeta observó a la kakuseisha estirarse como una gata y apoyar una mano en su cadera.
-Vaya, qué tenemos aquí. Parece que esos incompetentes de la organización por fin han creado armas nuevas... Qué extraño, no siento ningún yoki procedente de estos bichos. ¿Qué son exactamente, eh?- le preguntó a Tannia. Mientras tanto, un pequeño cambio estaba sucediendo entre las demonios. Una tras otra, se esforzaban por abrir sus bocas selladas con hilo metálico hasta que lo conseguían, revelando unos dientes puntiagudos e irregulares. Las heridas que se producían al romper el hilo no llegaban ni a sangrar de lo rápido que se cerraban. "Está claro. Esos dientes no sirven para comer, están destinandos únicamente a desgarrar" pensó Violeta. Alargó un poco sus cuerdas vocales para fingir una voz más grave y estar lista por si tenía que entrar en acción.

Off: y yo que sabia?¿? xDD

On: -- si lo supiera crees que te lo diria -- dije sarcastica. Miré a las... cosas esas -- vale, esto empieza aponerse muuuy feo... y empiezo a temer por que estoy aqui... -- empecé a vigilar a mis oponentes con muchisima mas atencion de lo normal...

off: deberias saberlo, lo he dicho hace unos posts xD ah, aviso, lo que voy a escribir a continuacion puede ser bastante repugnante, esta kakuseisha es tan rarita como Ophelia xD
on:

-Creo que puedo confirmar tus temores- comentó la kakuseisha con una sonrisa llena de dientes blancos e inmaculados. En un rápido movimiento, corrió hasta ponerse detrás de Tannia-. ¿Qué te apuestas a que te han mandado aquí para hacer un experimento con esos extraños bichos, cariño?- ronroneó en su oído. Soltó una risa aguda que crispó los nervios de Violeta y abrió la boca. Su lengua, de un asqueroso tono negruzco, se alargó hasta acariciar la mejilla de Tannia. Descendió hasta su cuello y de repente se convirtió en una afilada hoja que apuntaba directamente a su carótida. En ese mismo momento, la primera demonio se lanzó sobre la kakuseisha con los dientes en ristre, amenazando con caer también sobre la guerrera.
-Oh, por favor- masculló Violeta un par de octavas por debajo de su tono normal-. ¿Tú también tienes perfil de sádica sexual descontrolada después de despertar? Pensaba que había encontrado a alguien normal- le espetó fríamente a la kakuseisha desde lo alto de la rama. Saltó y partió en dos de un mandoble a la demonio, cuyas piernas cayeron a un lado y su torso a otro. Sin embargo, aquel bicho no dejó de moverse, sino que la mitad del torso empezó a regenerarse a velocidad de vértigo. Violeta alzó la espada con el emblema vendado y se puso en guardia mientras varias demonios más se lanzaban a por la kakuseisha.

-- genial!! más gente!! -- dije yo como si no pasara nada pero poniendome en posición de ataque -- cuantos más mejor, aun que por lo que veo tu no vienes a matarme tambien...-- me fijé en como se regeneraba la Cosa -- si sabes algo de eso más te vale explicarmelo cuanto antes... -- dije asqueada...

Violeta no perdió el tiempo y cortó de cuajo la lengua de la kakuseisha, que soltó un grito y escupió sangre morada. Liberó una espiral de yoki rojo con un aullido y de su cuerpo empezaron a salir todo tipo de armas arrojadizas y de cuerpo a cuerpo. Se agachó sin una palabra esquivando cinco virotes y le arreó una patada bestial a la demonio, que ya se había terminado de regenerar. Aunque no liberase yoki, gracias a sus entrenamientos tenía bastante fuerza.
-Rubel te ha mentido. No era una kakuseisha, como has podido oir hace un rato eran dos. Aparte, como puedes comprobar, la cacería no es más que una tapadera, una excusa para ver en acción a estas cosas. Retírate por el momento, si son tan útiles como me han asegurado mis fuentes esa kakuseisha no durará mucho- dijo la guerrera fríamente manteniendo su voz grave. Aun así, partió en canal a tres demonios que se acercaron demasiado, comprobando que no se regeneraban. Parecía que solo morían del todo si les acertabas en la cabeza, porque dos lanzas de la kakuseisha atravesaron el cráneo de dos demonios que tampoco se levantaron.

-- No suele gustarme retirarme pero... --mire a esas cosas -- con eso no pienso arriesgarme... -- salí corríendo al bosque y me subí a un arbol...

Las demonios ignoraron a las dos guerreras cuando retrocedieron. Violeta se subió a la misma rama que Tannia y se apoyó en la espada claymore, mirando el espectáculo.
La kakuseisha tenía problemas con las demonios. No era difícil eliminarlas una vez que le pillabas el truco, pero aun no había captado su punto débil. En menos de tres minutos, una demonio consiguió alcanzar su pierna, pegándole un mordisco tal que se la arrancó de cuajo.
-Ésto promete no ser muy agradable que digamos- comentó Violeta.

-- que asco... -- dije yo girandome en la rama para darles la espalda -- por cierto, a quien tengo el placer de dirigirme?¿ -- pregunté, ignorando por completo loque estaban haciendo las cosas...

En lugar de contestar, Violeta siguió mirando la pelea. Había unos cuantos cadáveres de demonios desperdigados por el suelo, pero la kakuseisha tampoco estaba en muy buenas condiciones. Ya había perdido una pierna y medio brazo, y empezaba a dar señales de agotamiento.
-¿¡Qué demonios sois!?- exclamó, deshaciéndose de otra demonia con un virote de yoki. Una demonia se tiró a su cuello por la espalda y la decapitó de un limpio mordisco, haciendo que todas las que quedaban se lanzasen a por los restos del cuerpo.
-Ha durado poco. Supongo que el de dentro durará más, así que no le des la espalda a la cueva- aconsejó Violeta a Tannia sin apartar la vista de las demonios.

-- no me ha respondido... -- dije yo empezando a ponerme pesada...

-Ni pienso hacerlo, así que no te esfuerces.
Violeta siguió vigilando la cueva. El segundo kakuseisha no se hizo esperar.
-¿Loretto? ¿Qué ha pasado con tu yok...?- un hombre de unos treinta totalmente desnudo salió de la cueva y se encontró de cara con el espectáuclo: seis demonios zampándose el cadáver de su chica a velocidad de vértigo. "Éso ha tenido que ser peor que un jarro de agua helada por las mañanas" pensó Violeta.

Me giré y miré la escena:
-- uuuyyy!!! pobrecito... eso a debido sentarle mal -- dije yo como si viese una telenovela -- y a ella eso le dejara marca... si es que queda algo de ella aun...

-Puedes estar segura de que no quedarán ni los huesos- afirmó Violeta. En efecto, cuando las demonios se retiraron, no quedaba absolutamente nada, ni siquiera un charco de sangre morada en el suelo. El kakuseisha observaba la escena sufriendo temblores, como si le dieran espasmos, hasta que sus ojos se volvieron dorados y una espiral de yoki rojo envolvió su cuerpo, convirtiéndolo en una especie de fauno negro de tres metros de altura y garras como sables. Violeta alzó la guardia mientras las demonios se lanzaban a por él con sus deformes bocas abiertas de par en par.

-- sabe algo de esas cosas?¿ -- dije yo mirandola muy seria derepente -- que son?¿ porque estan aqui?¿

-No sé cómo se crean exactamente, mi maestro no ha tenido tiempo de contármelo, pero se las llama "demonios". Son una nueva clase de guerreras que no emiten yoki pero que sí lo poseen, solo que no pueden liberarlo exteriormente. Como has podido ver, son rápidas, sus dientes cortan como tu espada o la mía y no hay manera de destruirlar si no les aciertas en la cabeza- explicó Violeta-. Y ahora, basta de hablar. Tenemos compañía.
El kakuseisha destrozaba en pedazos justo en aquel momento a la última demonio. Había acabado con todas, pero le faltaba media pierna y un brazo entero que por más que lo intentaba no lograba regenerar. Se volvió hacia las dos guerreras y extendió la mano que le quedaba hacia ellas, una mano con seis garras (off: si, tiene seis dedos, no me he equivocado de numero xD), y las prolongó hacia Tannia y Violeta, buscando atravesar sus cuerpos. Un aullido de dolor y furia procedente de su garganta sacudió el bosque entero.
Violeta saltó de la rama esquivando por cinco milímetros una zarpa que enseguida cortó en pedazos, aun sin liberar su yoki.

-- manos a la obra -- de un salto esquivó otra de las garras y la cortó en dos con un corte limpió...

Violeta siguió esquivando y partiendo garras sin liberar su yoki hasta que una de ellas pasó rozando la hoja plana de su espada y le quitó la venda que escondía el emblema del copo de nieve, que brilló a la luz del atardecer.
-¡El símbolo de la número 1!- gritó el kakuseisha, reconociéndolo. Violeta se llevó una mano al hombro y se arrancó la vieja capa, tirándola a un lado y descubriendo su identidad.
-Tsk, esperaba poder mantener mi mascarada un rato más- comentó. Su voz se fue volviendo más aguda hasta ser la de siempre. Liberó una espiral de yoki azul que cambió de color sus ojos y se lanzó espada en ristre a por el kakuseisha.
-¡No vale! ¡La número 1 y la número dos contra el antiguo número 30, no es justo!- gimoteó, intentando desesperadamente atravesarlas con sus garras.