Primera habitación de Arshei

*Era una habitación insonorizada y protegida contra cualquier espía de forma infalible. Era grandísima de 2 kilómetros cuadrados puramente lujosa y de antiguo estilo pero a la vez moderna. Había muchas luces y lámparas aunque sólo estaban encendidas 3 de las 1000 que había. Tenía múltiples estanterías y armarios, varios cuadros, sofás, escritorios y todas las comodidades posibles y en abundancia. Estaba muy ordenada y limpia, y había un trono. En una grandísima virina aparecían todos los enemigos a los que había vencido, era una especie de pequeño museo en el que se encontraban desde la pluma del ala del caído mas débil o el anillo del mago mas débil, hasta la espada de Ulrik Francis y los Cuernos de Satán. Obviamente me sentía muy orgullosa de mis triunfos y me gustaba exponerlos. también había un montón de libros acerca de todos mis enemigos muy completos y en los que parecía que había ido escribiendo durante toda su vida. También había varios armarios en los que estaba escrito ARÊSHA, y que estaban sellados. Obviamente guardaba muchas cosas de ella, aquella zona estaba muy bien cuidada. Se encontraba al lado de la vitrina, también con todos los triunfos de Arêsha, que no habían sido ni pocos ni desdeñables. Toda la zona de vitrinas y Arêsha estaba engalanada con todo tipo de lujos, aún mayores que los que ya había.*

*Entré en mi habitación a la espera de que llegase Aurora de la carta que la había enviado. esperaba que aquél caído llamado Ciel se la hubiese entregado. Mientras esperaba, recogí una carpeta repleta de hojas de uno de los estantes y una de las múltiples plumas que tenía con su botecito de tinta, el cuál sujeté en el aire con fuego. Con la pluma en la mano, iba haciendo anotaciones de los últimos sucesos. Suspiré resignada y sequé lo escrito con mi fuego. Guardé todo en la carpeta y dejando la tinta y la pluma encima de ellas, me puse a mirar un cuadro pensando en todos mis asuntos*

Mis pies notaron suelo firme de nuevo tras haber desaparecido del Limbo. Cuando las llamas inofensivas de color dorado desaparecieron (off: supongo que me habras traido asi, es como entras y sales siempre del Infierno xD) eché una mirada a mi alrededor, colgándome de nuevo la espada a la espalda. Por suerte tenía mis cosas en el regazo en el momento de irme, así que enganché también el bolso de cuero impermeable e ignífugo junto a mis riñones y miré a mi alrededor. No suprimí mi aura porque ya estaba suprimida.
-Interesante lugar- comenté-. Saludos, Arshei. ¿Qué quieres de mí?

*noté una llegada y salí de mis pensamientos, levántandome para ver a Aurora*

-Saludos Aurora... me alegra saber que has decidido venir.

*la saludé con una sonrisa y tras recoger la carpeta y la pluma y la tinta y dejarlo todo en su lugar me giré hacia un minibar que había y lo abrí*

-Antes de nada, ¿quieres tomar algo? tengo bebidas y comida guardadas de las 12 razas en perfecto estado.

*comenté mirándola, era así como trataba a mis invitados y eso había prometido ahcer en la carta*

Puse los brazos en jarras y negué con la cabeza.
-No, gracias, Arshei. Si has preferido traerme al Infierno por las buenas debe de ser que es urgente, y no quisiera hacerte esperar. Dispara- le indiqué. Era cierto, si yo tuviera prisa también preferiría ir al grano directamente. Ya habría tiempo después para tomar algo.

*La sonreí y saqué para mí una bebida infernal. Después lo cerré y me giré para hablar cara a cara.*

-Si, tengo cierta prisa en tratar el asunto, últimamente todo gira muy rápido a mi alrededor, los acontecimientos se suceden a la velocidad de la luz, he tenido demasiada tranquilidad últimamente en mi reino.

*dije mientras bebía un sorbo disfrutándolo. La miré*

-Antes de nada, supongo que mediante ciertas leyendas e informes además de por tu reino, de las cuevas que drenan la energía. Supongo que sabrás la leyenda que gira en torno a ellas, la de los humanos...

*hice una pausa en la que bebí otro sorbo y me quedé mirando la zona de Arêsha*

-Bien, esa leyenda es cierta, mi Gran Amiga la Difunta Princesa Arêsha vivió aquello infiltrada. Vió todo el proceso de creación, y poco antes de la revuelta contra Satán que acabó con su vida me lo contó, junto con la gran biblioteca universal que existe incluso antes de la creación de los ángeles y diablos. Todo ésto son leyendas y rumores muchas veces inconexos... pero yo confío en las palabras de mi grandísima amiga la difunta princesa Arêsha... y he estado en dicha biblioteca, poniendo a prueba mi resistencia y mi vida para cumplir con la promesa que la hice. Tal y como dice la leyenda, la creación se dió en el Infierno, y creo haber descubierto su lugar. Pero ese no es el caso.

*volví a tomar un trago disfrutándolo de nuevo y me giré para mirar a Aurora*

-Como bien supondrás, en esa biblioteca hay cosas que jamás deben de ser descubiertas, y muchas veces se han eliminado varios archivos. Sabes tan bien como yo lo que cierta información podría suponer en las manos equivocadas, la destrucción de todas las razas, del planeta, incluso de todo lo que existe. Numerosas veces he tratado de eliminar esos archivos, pero ha resultado en vano, son indestructibles. Te preguntarás a qué viene todo ésto que te estoy contando...

*hice una pausa en la que fui al minibar que tenía al lado y saqué una flor muy rara, otra comida infernal. La mordí y tragué, no tardé ni 1 minuto y continué hablando*

-Bien, el asunto es el siguiente: me he enterado de que recientemente uno de mis maestros, Aspicious, está tramando ir con el príncipe vampiro Walter a explorar dichas cuevas. Por los informes recibidos de unos licántropos con los que me encuentro aliada para ésto, buscan La Respuesta a La Pregunta. Esa Pregunta es la Pregunta de las Preguntas, y Aspicious siempre ha sentido curiosidad por conocer los inicios de todo. Por ello me etsoy movilizando en busca de alianzas, me sospecho que irán mas con ellos. Obviamente mientras estemos en ésas cuevas, seremos aliadas y te trataré como tal, tanto a la hora de entrar como a la hora de salir. Una vez fuera y terminado el asunto, Aurora, la situación volvería a ser la de antes. No has de preocuparte si vienes por la energia que puedas perder, tengo en mi poder las piedras especiales que impiden que la energía se acabe... de duración ilimitada. Por lo tanto, antes de contínuar, como comprenderás me gustaría saber si te aliarías conmigo y con todos aquellos a los que logre reunir.

*la miré con fijeza a la espera de una respuesta mientras me sentaba en un sofá de nuevo y pegaba un mordisco a la flor y otro sorbo a la bebida. Obviamente se notaba que tenía algo de hambre y un montón de cosas por hacer.*

La escuché antentamente, manteniendo el gesto serio y algo frío, aunque por dentro sus palabras me preocupaban cada vez más.
-¿Aliarme contigo para detener a ese maestro tuyo?- repetí para mí misma, acariciándome la barbilla. Medité sobre aquello. A simple vista, ninguno de mis subordinados estaría en peligro si aceptaba, la única cuya persona corría cierto riesgo era yo misma. Eso era un punto a favor.
Luego estaba el tema de la información... Había ciertas cosas que era mejor dejar en el olvido, cosas que podían hacer felices a muchos pero también podían desencadenar el mayor de los horrores. Las demás razas me daban un poco igual, pero no podía permitir que los conocimientos que se guardaban en aquella biblioteca perjudicasen a mis súbditos. De repente recordé dos imágenes que no eran ángeles caídos. Un mago de fríos ojos azules y largo cabello turquesa vestido de vampiro barroco y un alto licántropo de revuelto pelo negro claro cuyos ojos anaranjados atraían cualquier mirada. No, tampoco podía evitar preocuparme por ellos.
El trato con Arshei ofrecía más ventajas que inconvenientes, así que levanté la cabeza. Una mirada de determinación brillaba en mis ojos azules como el cielo.
-De acuerdo, te ayudaré por esta vez. Tus condiciones me parecen razonables, no tengo nada que añadir- respiré hondo-. Cuenta comigo para esto. A propósito- añadí sin poder resistirme-, ¿cómo se lo ha tomado Angela Diazza?- pregunté como de casualidad.

*Sonreí*

-Esperaba que aceptaras. ¿Angela? Bueno, no le ha sentado muy bien saber que te había enviado una carta, pero cumplirá su parte.

*La miré y añadí*

-Supongo que querrás conocer aunque sea a nuestros aliados. Aparte de mi raza, de los que irán angela, Matias y yo, también irán Ian, el rey renegado licántropo, una primer mando de ésta y un maestro licántropo llamado Andrew, que es un maestro. Junto a ellos, están Odin, Rey de los Desviados, y muy posiblemente Ereith, Superiora de los Desviados. Estoy tratando de contactar con Fereither, líder de los mestizos, para lo mismo.

*La miré desde el sofá y continué*

-Por lo que me ha contado Andrew, hay un brujo metido en el asunto extremadamente poderoso, es posible que sea el renegado de Elinor, pero quizás sea uno de sus príncipes. Además, fue Elinor quién recargó al parecer las gemas que llevarán a dichas cuevas para no debilitarse por el camino, he de hablar con ella del asunto...

*hice una pausa y añadí*

-Si no es mucho pedirte, Aurora, me gustaría que intentases meter a alguno de tus súbditos, pero tampoco es estrictamente necesario, dejo ese asunto lo dejo en tus manos... lo que si que me gustaría sería hacer una breve visita a la sala dónde se crearon a los humanos. Sé que nos desviamos algo del camino, pero si traes 3 piedras especiales neutras como las que mencionan las leyendas que trajísteis del Limbo para la creación humana, saldríamos todos ganando. He mandado a esos licántropos en busca de unas de Luz, ya que no he podido contactar con ningún ángel, al parecer han vuelto a esconderse. Las de Oscuridad las buscaremos Angela y yo, pero me gustaría poder hacer una cosa en dicha sala.

*la dije mirándola con una sonrisa y añadí*

-Por cierto, ¿quieres tomar o comer algo? La oferta sigue en pie.

*la ofrecí de nuevo, no sabía si el asunto la habría metido hambre o sed, pero por ofrecerla algo no perdía nada*

Se me escapó una media sonrisa que borré enseguida. Imaginaba que a la diablesa ciega no le gustaría nada tenerme al lado y no poder atacarme.
Me crucé de brazos y asentí.
-Bien, buscaré esas piedras, pero no voy a implicar a ninguno de mis caídos. Esto es un trato entre tú y yo, y prefiero que mi gente se mantenga alejada. Conocer o confirmar la existencia y localización de esa biblioteca podría ponerles en peligro- en la palabra "peligro" también se incluía que intentasen usar esa información contra mí y yo les matase por ello, pero no dije nada al respecto-. No obstante, veré qué puedo hacer con las piedras. Creo que tengo una vaga idea de dónde empezar a buscar.

*la miré y asentí con la cabeza*

-De acuerdo, pero recuerda que la biblioteca segun la leyenda tiene acceso desde todos los reinos. Actualemnte tengo 3 piedras que impiden que nos drenen energía pues Odin se ha quedado con una, pero puedo extraer como mínimo 16 más, así que eso no ha de resultarte un problema. Una vez que te la dé, eso sí, no puedes soltarla o comenzarás a debilitarte... pero eso sucede exactamente igual que con las gemas que se recargan.

*hice una pausa y añadí*

-Es posible que también entre en una cueva a la que al parecer sólo yo tengo acceso y en la que puede haber algo muy útil, es una de las cosas que se mencionaban en el testamento de mi gran amiga la difunta princesa Arêsha que me dejaba en herencia pero que nunca pude hallar, investigando para ésto creo haber encontrado uno de los lugares. Sin embargo, dependiendo del tiempo que tengamos, se verá si podemos o no pasarnos.

*al parecer no quería nada porque no me había respondido. Me terminé la flor y la bebida, y las lancé con excelente puntería a una papelera que incineró los restos*

Pensé distraídamente en las piedras que conservaban la energía. "Llevarlas en la mano será un co*ñazo tarde o temprano... Despierta, Aurora, estás negociando con Arshei" me reprendí a mí misma volviendo a la realidad.
-Bien, si me lo permites, saldré ahora mismo a buscar mi parte. Cuanto antes empecemos antes acabamos, ¿no?- le dije, apoyando una mano en la cadera.

*La sonreí*

-De acuerdo. Yo llevaré una bolsita o algo para llevar mi piedra, recomiendo que hagáis lo mismo, al igual que con las piedras especiales.

*dije y arañé el aire, abriendo un espacio que conducía al aire libre, a 100 metros de la puerta de acceso del Infierno y la sonreí*

-Por ahí saldrás de aquí. Intenta lograrlas lo mas rápido posible, Angela hirió a Aspicious para una semana, pero es de suponer que cuándo termine su curación irán.

Iba a irme pero me detuve y alcé las cejas. ¿Una semana? Era tiempo de sobra.
-Bien, hasta dentro de... No sé, pero menos de una semana, desde luego. Suerte con la búsqueda y dale... no, mejor no le des recuerdos de mi parte a Angela- no pude evitar soltar el comentario. Me despedí con una mano y batí las alas, lanzándome hacia la salida y desapareciendo en dirección al Limbo en cuanto estuve fuera.

off: a currar se ha dicho xD

*Sonreí*

-Ya nos veremos.

*cuándo se marchó me senté de nuevo en el sofá, esperaba que se presentase Fereither*

*Estaba en mi reino, y sentí como algo me atraía. Seguí el aura hasta adentrarme en el infierno, y aparecí en aquella habitación envuelto en llamas mientras daba dos aleteos y recogiendo mis alas miré alrededor y no ví a nadie, afilé mis cuernos por si acaso hasta ver a Arshei*

- ¡Arshei! ¿Me estabas esperando?

*le sonreí, nada mas irse Aurora y haber cerrado la salida y haberme sentado apareció Fereither y me levanté*

-Mi estimado Fereither, me alegra saber que has decidido venir... antes de nada, ¿quiere tomar o comer algo? poseo bebidas y comida de las 12 razas en perfecto estado.

*Comenté acercándome de nuevo al minibar*

*Miré su propuesta, pero desconfié y dije*

- No gracias. Ve directa y sencillamente al tema.

*Esperando una respuesta*

*le miré sorprendida*

-Vaya, desconfiando de mi Fereither... se me hace raro, ni siquiera Aurora se ha mostrado tan desconfiada.

*dije sacando otra nueva bebida y le ofrecí asiento*

-¿o también prefieres quedarte de pies?

*dije bromeando*

*Miré su propuesta y dije sentandome*

- Si, me sentaré ¿Porqué no?

*Me senté y espere a que me dijera lo que queria decirme*

*La habitación seguía tan protegida como cuándo había estado Aurora. le miré y me senté tras haber cogido una bebida infernal para mí del minibar idéntica a la que me habia tomado con Aurora*

-Bien mi querido Fereither, te resumiré el asunto pues como comprenderás después tengo muchos asuntos que preparar y muy poco tiempo para los mismos.

*dije y bebí un sorbo de la bebida. Giré la cabeza y le miré fijamente a los ojos de manera seductora durante un par de segundos. Después miré a mi bebida y comencé*

-Habrás oído hablar de la leyenda de la biblioteca secreta universal y de las cuevas que drenan energía. mabas cosas son ciertas, yo he estado allí. Como bien dicen las leyendas, en esa biblioteca está escrito todo, incluso lo que sucedió antes de los ángeles y los diablos. Se actualiza ella sola, por lo que todo se registra.

*hice una pausa y dí otro trago a la bebida*

-Pues bien, por mis informaciones, un brujo, un vampiro y uno de mis diablos van a descender a ésas cuevas, las de mi reino, en busca de esa información. Sin embargo, llevo muchos siglos esforzándome de que no salga a la luz, pues hay cosas que son indestructibles y que nadie debería de saber, sin contar con que están escritos los secretos mas profundos de cada ser, de cualquier raza... tu secreto mas profundo se encuentra ahí escrito. Estoy en la búsqueda de aliados que me ayuden a frenarles y que estén dispuestos a luchar para proteger el mayor de los secretos. Muy posiblemente algunos se hayan sumado para proteger sus propios secretos, otros quizás vean el peligro de que sepan como destruir a todas las razas. Obviamente a aquellos que se me han sumado les trataré como trato a cualquiera de mis aliados. Tu eres uno de mis contactos, varios ya se han sumado a ayudarme. Por lo tanto, antes de seguir soltando información acerca de planes y de mis aliados, querría saber una cosa: ¿Estás dispuesto a venir a las cuevas?

*le miré con fijeza y seriedad. Aunque se me notaba seria, el punto sensual que acompañaba siempre a mis pasos y movimientos se seguía notando, aún a pesar de que no andaba bromeando*

*Le miré fijamente los ojos mientras hablaba y no supe nada de lo que decia, en realidad. Pero creo que había "captado" el problema que se planteaba y con un movimiento de la cabeza afirmé*

- Claro que lo estoy, Arshei

*Miré sus ojos y su alrededor esperando unas primeras indicaciones*

*le miré con una sonrisa*

-Perfecto mi querido Fereither... contaba con que no me fallarías.

*le sonreí con sensualidad y añadí*

-Bien, mis aliados son los siguientes: El líder de los licántropos renegado llamado Ian, una primer mando de éste, creo que me dijeron que se llamaba Haruka, y un maestro del rey oficial llamado Andrew. También está metida la Reina de los Ángeles Caídos, Aurora, y El rey desviado Odin y su superiora Ereith. Junto a éstos has de sumarme a mí y a mis dos príncipes, Matias y Angela. Y por supuesto ahora en ésta lista estás incluído tú... como ves, no son pocos.

*dije sonriendo y añadí*

-Para empezar, has de intentar recaudar toda la información que puedas de ellos. Hasta mis actuales informaciones, se tratan del príncipe vampiro Walter, un brujo y uno de mis maestros llamado Aspicious, pero me sospecho que habrá mas... últimamente mis espías son desayunados, merendados, cenados y hasta tomados como aperitivo por el Rey Renegado de los Vampiros Itachi. Infórmate de qué traman pero bajo ningún concepto des a entender que estás conmigo. Por cierto, lo de las cuevas que drenan energía, yo tengo la solución a ese asuntillo arreglado, así que no te preocupes de éso... y quizás, si los encargos que he hecho a mis demás aliados salen bien, haya otra sorpresita muy agradable para nosotros.

*bebí un trago de la bebida y la lancé con excelente puntería a la basura, en la que ardió. Le miré con sensualidad y coquetería y añadí mirándole fijamente a los ojos*

-¿tienes alguna pregunta, duda etc acerca del asunto?

*mi voz iba acompañada con un tinte sensual*

*sonreí y arañé el aire. Mientras iba arañándolo, fue surgiendo un rasgón que dejaba ver el exterior a 2 kilómetros de la entrada del Infierno*

-Pues entonces sal por aquí.

*Miré el agujero y salí volando*

- Gracias por todo!!

*Observé como se iba volando y sonreí mientras cerraba la salida. Después, me fui de la habitación andando, aunque como siempre sellé mi habitación para que nadie mas pudiese entrar si no era con una invitación mia*