(Misión) Escudo humano

Llegas a la pequeña mansión de tu contratante, Sir Robien. Es una casa espaciosa y con amplio jardin, su fachada representa perfectamente su riqueza. La noche acaba de caer asi que llamas a la puerta, no despertarás a nadie.
No tarda mucho en aparecer un fortachón de metro noventa y con pintas bastante descuidadas.
-Que Quieres -En su tono de voz no puedes distinguir apenas las interrogaciones, su tono es tan fuerte y duro que es capás de recalcar las mayusculas.

-Soy la escolta de Sir Robien estoy aqui para defenderle- dije educademente observando a la persona que habia abierto la puerta.

-Pasa. -El hombretón se dió la vuelta y comenzo a andar despues de indicarte ocn un gesto que le siguieses. Te guia por los pasillos de la mansión hasta que llegais a un pequeño despacho. En el se encuentra el que aprece ser tu anfitrión. Un hombre esbelto y bien vestido, nada que ver con tu rudo acompañante.
Al verte entrar el hombre trajeado se da la vuelta y te saluda.
-Buenas noches, joven amigo. Supongo que tu serés mi guardaespaldas esta noche. Yo le dije a Ralph que no era necesario pero él insisió.

-Buenas noches - dije haciendo un reverencia -Sea necesario o no he me aqui y le defendere si sucede algo.- respondi educadamente.

-Muy bien, muy bien. En ese caso deberás vigilar a los invitados de mi fiesta de esta noche, no quiero que ninguno trate de matarme. -Dijo el hombre casi en tono sarcastico. Despues de eso dirigio su bamboleante cuerpo hacia la salida. Y te guió por los pasillos en dirección a un enorme salón de ceremonias, ahora mismo lleno de gente. Todo el mundo se giró para saludar al anfitrión.

Observe a los presentes uno por uno manteniendome cerca de mi cliente para poder reaccionar rapidamente si pasaba algo.

Al observar a los invitados puedes ver un individuo bastante sospechoso. De ojos azul claros que no separa de Sir Robien. Va armado, pero como todos los nobles de esa fiesta, llevan sus alfanjes, adornando sus trajes.

Al ver a ese hombre puse la mano en la empuñadura disimuladamente de modo que no se armar alboroto. Dispuesto a cualquier inprevisto.

Ese hombre te vió, parecia que sabia quien eras, como eras, lo que eras. Parecia poder leer tu aura. Un sonrisa poco tranquilizadora se dibujó en su rostro. Se comenzó a mover, cada vez más cerca de Sir Robien. Sus movimientos eran rapidos y precisos, apenas perceptibles para el ojo humano.

-Sir Robien me gustaria hablar con usted en privado sobre ciertos temas si me los permite.

OFF: agradeceria cualquier ayuda para saber porque no se ve la imagen de mi firma

La cara de Sir Robien fue bastante extraña. Pero antes de que pudiese siquiera articular palabra ese extraño hombre se habia colocado detrás de él y estaba dispuesto a acabar ocn su vida.

Tire rapidamente del brazo de sir Robien apartandole de la trayectoria de la espada y lance una precisa estocada al cuello de aquel sujeto.

Conseguiste apartar a Sir Robien justo a tiempo, la espada del sujeto trazó un arco descendente que no causó más que la conmoción de los presentes. Dirigiste una estocada hacia su cuello, este la desvió hacia un lado evitando asi el impacto. Se echó hacia atrás unos metros, con una siniestra sonrisa. Su pelo castaño se apartó de sus ojos y pudiste ver su color carmesí, por lo menos durante unos instantes, pues despues volvieron a ser del color anterior. En su siniestra sonrisa creiste percibir dos afilados colmillos. El sujeto comenzó a correr entre la multitud con esa velocidad sobrehumana, desapareciendo. Al mirar a tu alrededor puedes ver como una mujer, de pelo negro y largo, con los ojos igualmente oscuros da unos pasos hacia atrás y desaparece.
Para cuando llegaron los guardias ya habian desaparecido por completo, era evidente a tus ojos que lo intentarian mañana, de nuevo.
Los guardias preguntaron por lo ocurrido, pero debido a la velocidad de los acontecimientos solo tu pudiste dar una descripción adecuada de los sucesos. Despues de darte las gracias Sir Robien te ordena que vayas con él a sus aposentos.

Su habitación era lujosa, poseia todo lo que puede poseer. Puedes ver como el cansado ricachón te dice que esperes fuera. Cuando entras el ya esta en la cama con un libro. Te ordena que hagas guardia esa noche, ya no puede fiarse de los demás guardias.
Cuando Sir Robien cayó dormido el hombretón que te saludó la primera vez vino a tu encuentro.
-No sabemos como pudieron colarse esos Bastardos. Reforzaremos la vigilancia en la puerta, tu vigila el interior de la fiesta. -Te dice con su voz grave.

Segui sus indicaciones y vigile la fiesta pero estuve mas pendiente de si alguien intentaba colarse en los aposentos de sir Robien.

La noche continuó sin incidentes, y al dia siguiente todo pareció ir bien.
A la hora de la fiesta la seguridad el la puerta era inmensa, nadie podria entrar sin ser invitado. Tu, tal y como te habian ordenado te encontrabas al lado de Sir Robien. Era el momento primordial, tenia que dar una pequeña charla, mostrando sus futuras intencios de compra y venta de empresas, cosas que no te interesaban.

Justo cuando la charla fue a empezar oiste disturbios procedentes de la entrada. Todo comenzó con el estallido de un arma de polvora en el patio de la entrada. Srguidamente el sonido de espadas desenvainada y los gritos del combate. Alguien trataba de entrar por la fuerza en la fiesta.

Corri a toda prisa a ver que pasaba y entrar en combate si fuera necesario. Agarre mi espada sin desenvainarla completamente.

El combate estaba teniendo lugar en el exterior. Una persona, cuyo aura apenas podias distiguir, completamente cubierta por una tunica negra con capucha y que blandia una guadaña estaba atacando a los guardias. Ya tenia tres cuerpos de guardias a sus pies, la guadaña de color negro, con relieves de rosas negras, brillaba siniestramente a la luz de la luna llena. Parecia la mismisima Saphine, pues sus formas eran claramente femeninas.
Los guardias trataban de detenerla con sus espadas, pero los movimientos de la figura encapuchada eran demasiado rapidos y precisos, sobre todo letales.
Te miro, sabia que estabas ahi, lo sabia incluso antes de que salieses. Pudiste discernir una sonrisa de complicidad.

Desenvaine raudo mi espada adquiri una actitud de combate, mire si quedaba alguien que pudiera verme para saber si podria usar todo mi poder y espere a que hiciera el primer movimiento.

Su guadaña se movia certera, sesgando las vidas de los guardias. Cuando ya solo quedaban cinco se apartaron de la siniestra figura, temerosos de ser los siguientes. A vuestro alrededor se estaba aglutinando la geten, todos espectantes de la pelea.
La persona encapuchada comenzo a correr hacia ti, con su guadaña preparada para cumplir su funcion. Era rapida y sus movimientos certeros, muestra de un intenso entrenamiento.

Movi rapido mi espada para bloquear la guadaña, pivote sobre mi pie derecho una vez pase el filo de esta, y lance un corte a su cuello.

Sus movimientos fueron rápidos. Se agachó y tu corte pasó por encima de su cabeza. Aprovechó la oportunidad y lanzó un golpe ascendente con el palo de la guadaña.

Pivote sobre mi pie izquierdo di una patada al palo de la guadaña para desequilibar sus movimientos y lance otro corte.

Se movia rapido, demasiado rapido. Como si pudiese leer tus pensamientos. Idea que dejó de parecerte descabellada.
Esquivó tu ataque y quedó enfrente de ti.
-¿Por que tratas de proteger a ese hombre, demonio? -Apenas escuchaste nada entre el bullicio de la gente, lo que te aseguró que solo tu la habias oido. Volvió al ataque, esta vez corrio rapido hacia ti y saltó pasando por encima tuya y lanzando un tajo desde arriba.

Di una voltereta esquivando su ataque.

Eso no es asunto tuyo- dije recuperando mi posicion.

Aterrizó justo detrás de donde te encontrabas hace unos momentos.
-Tsk, seguro que solo persigues tus propios beneficios. Me irrita la gente que es asi. -Bajo la oscura capucha puedes discernir dos orbes de un color carmesí, sus ojos. Llegados a este punto no quedaba duda de lo que era, una vampiresa.
Continuó su ataque, esta vez encadenando muchos movimientos rapidos y precisos.