Un paseo nocturno [Aspicious]

Iba tranquilamente caminando por los acantilados, contemplando la luna que relucia sobre el oceano como un espejo blanco. Hacia mucho tiempo que no encontraba una paz asi, irrumpida unicamente por el suave choque de la marea baja contra las rocas y las arenas de la playa que tras de mi habia, aunque ya muy lejana. Aquella luz lunar me recordaba a la de mi hogar, pero decidia siempre no querer recordarla, por no caer en una nostalgia innecesaria...ellos no se merecian mi suspiro melancolico despues de echarme por una causa justa.
Segui andando, buscando con la mirada que no hubiese ningun angel o demonio. Sabia que me buscaban, seguro, para matarme. Y yo era alguien que queria vivir a pesar del destierro...

Iba volando cerca de los acantilados cuando percibí una aura que denotaba cierta angustia. Al principio no le presté mucha atención, sin embargo al cabo de un rato me resultó curioso. Era un ángel caído. Últimamente me había encontrado con muchos ángeles caídos. No sabía muy bien porqué pero al menos los que conocía eran bastante melancólicos.

Tras acercarme un rato observé a una chica en uno de los acantilados. Parecía algo preocupada. Como no tenía nada mejor que hacer aterricé cerca suya y me puse a mirar la Luna, aquella noche tenía un resplandor precioso.

Mire al chico que aterrizo a mi lado con una mirada temblorosa.
- ¿quien eres tu?- dije, mirandole un tanto desconfiada y seria, por si acaso era un demonio. Debia tener la guardia echada por si las moscas.
Le mire atentamente, con aire medroso y sin confiarme mucho de el.

La miré algo extrañado. Aquella chica era bastante rara. Aunque con los tiempos que corrían, supuse que la desconfianza era algo normal.

-Simplemente soy un solitario que vaga por el mundo en busca de calma y paz. No tengo nada en contra de los ángeles caídos como tú - dije mirándola fijamente -. Deberías aprender a relajarte en sitios como este. La vista es bastante buena - concluí desviando de nuevo la vista al horizonte.

Me relaje, intentando ser mas amable con el. Aunque siempre guardandome las distancias.
- Me llamo Alice Valentine, encantada de conocerte- dije, extendiendole la mano para estrecharsela- ¿y tu quien eres?

Sonreí pícaramente mientras le devolvía el saludo.

-Yo soy Aspicious Oicilpus, príncipe de los demonios.

Hice una pausa y después continué.

-Eres bastante desconfiada. Normalmente es bueno, pero también te impedirá llegar a ciertas metas. - dije sin poder evitar pensar en mi objetivo. Jamás podría cumplirlo si no confiara en algunas pocas personas, aunque tampoco me gustaba confiar demasiado en la gente.

- Bueno, que desconfie de los demas no quiere decir que no tenga confianza en mi misma- dije, con una sonrisa un tanto maliciosa- me alegra conocer a un principe que no se da aires de superioridad ni es intolerante.
Segui mirando la luna, con un tono tranquilo.
- Y pensar que un dia ella fue un fragmento de tierra y ahora brilla mas que esta y es mas admirada...lo que hace el tiempo en los astros, verdad?- dije, con un tono filosofico- la luna tiene mas seguidores y poetas que la tierra y eso que ella es muy inferior. Es interesante ver como la belleza puede sobre la utilidad.

-La Luna es muy bella, es cierto, pero yo voy más allá. Ese astro está demasiado cerca. Seguro que algún día podremos alcanzarlo. Sin embargo las estrellas... Son diferentes. Es más dificil alcanzarlas y a mi parecer son más bellas.

Miré de nuevo al cielo. Me senté en el acantilado y continué observando mientras alzaba mi mano hacia las estrellas y la cerraba en un puño.

-Algún dia...

- Pareces preocupado por algo, cierto? Alguna cuenta pendiente o sueño incompleto?- dije, sentandome en la hierba del acantilado- tu tienes suerte, tu eres demonio y puedes lograr cuanto desees. Yo ni cielo ni tierra, eternamente entre humanos. Aunque sinceramente, ser enfermera no es tan malo, curo a los demas y me gano el pan de cada dia.
Me quite la chaqueta, tumbandome en la hierba. Estaba muy fresca, y era agradable sentirla en el cuerpo como si hiciese cosquillas.
- ¿Tu trabajas en algo?

-Ser enfermera es algo muy bonito. Vivir entre humanos no está tan mal. No deberías quejarte tanto. Mi sueño... es algo que nunca cumpliré, yo ya lo sé.

Aquella ángel caído no me había caído mal. Parecía simpática, así que le hablé un poco más de mí.

-Yo soy un príncipe, me ocupo de llevar las cosas de los demonios... y más ahora que nuestra reina está desaparecida. Pero si tuviera un trabajo, diría que soy erudito. Dudo que haya alguien vivo que sepa más sobre la historia de Yggdrasil y sus misterios que yo, jajaja.

- Eres un sabio? Es todo un honor conocer a alguien de tal calibre intelectual- dije, sonriendo algo mas amable- yo solo soy una interesada en la historia de la tierra y el universo. Me gusta conocer como ha nacido todo esto que veo en el cielo y a mi alrededor...sobre todo los enigmas que rodean a los humanos. De animales a seres con una mentalidad compleja...es bastante interesante buscar el motivo a ello.
Aquel demonio comenzo a caerme bien. Parecia muy buena persona.
- Siento no preguntarte sobre ese sueño imposible, pero no soy cotilla. Siempre dejo los secretos de los demas hasta que deciden contarmelos.

-Me recuerdas realmente mucho a una persona que conozco - dije con media sonrisa -. ¿Acaso los ángeles caídos tendéis a ser de esa manera? Jajaja.

A la mente se me vino Kaede, en verdad se parecían bastante.

-En cuanto a lo de mi sueño. Me temo que te acabo de conocer Alice Valentine - la contesté sonriendo pícaramente.

- bueno, yo soy poco cotilla, o casi nada. Cada uno tiene sus secretos y problemas, y dudo que haya que largarselos a la primera persona que ve- dije, con un tono amable- y si, nos acabamos de conocer, y mejor asi, ando un poco sola por el mundo...en el sentido de que los humanos no saben que soy, eres la primera persona a la que puedo contar que soy un angel caido.

Aquello si que me pilló por sorpresa.

-¿Nunca has estado rodeada de los tuyos? ¿Ni siquiera de otras criaturas sobrenaturales?

- Desde que me expulsaron del cielo por matar a un hombre, no he vuelto a tener contacto con ningun ser sobrenatural. Me recogieron unos humanos en un hospital, y llevo viviendo de pueblo en pueblo mucho tiempo. Me he establecido en una casa, no muy lejos de aqui, y me paso por los pueblos cercanos para trabajar de enfermera o lo que pille en el momento. Pero eres el primer ser sobrenatural que veo desde mi expulsion

-Me resulta bastante extraño. Al fin y al cabo somos muchos los que poblamos estos lugares sin que los humanos se den cuenta.

Achaché la cabeza y me quedé pensativo. Después solté una pequeña risa.

-Perdona si te resulta ofensivo, pero jamás pensé que encontraría a alguien más solitario que yo.

- Bueno, no me ofende, es cierto. Soy una mujer solitaria y muy dificil- dije, esbozando una pequeña sonrisa- pero asi me ha convertido las circunstancias...
Segui mirando las estrellas, con aire pensativo.

- Si, puede que vaya para alla...algun dia- dije, con un tono serio en la voz. No sabia si ir o quedarme entre humanos...aunque si un dia me descubriesen, seria peor aun...

-Puedes pasar completamente desapercibida entre los ángeles caídos. Eres de rango común, no destacarás demasiado.

Aún me estaba preguntando porqué estaba dando consejos a una desconocida. De pronto sentí que algo en mí estaba cambiando. Poco a poco sin darme cuenta había empezado a ayudar a los demás y a ser amable con casi todos. ¿A qué podía deberse? Estaba ayudando a una completa desconocida, eso no era propio de mí, pero ya lo había hecho más de una vez.

- Muchas gracias por tu ayuda- dije, con una sonrisa.
Un momento, ¿estaba sonriendo? ¡Hola, ¿estaba sonriendo en serio?! No era propio en mi sonreir delante de nadie, y menos de un hombre...¿se puede saber que me estaba pasando?

-No me las des, supongo que se llama empatía... Me has caído bien, y en cierto modo te pareces a mí. Aunque simplemente te he dado un consejo. Tómalo si te gusta y si no tíralo al cubo de la basura.

Miré al fondo del barranco. Las olas chocaban violentamente con la piedra.

- No, creo que tirarlo seria muy desconsiderado por mi parte despues de que te tomas la molestia de darmelo- dije, con tranquilidad, colocando los brazos cruzados bajo mi cabeza.

-Por algo soy un erudito aunque no lo aparente... jajaja. Si alguna vez encuentras algún manuscrito o alguna información interesante hazmelo saber - la dije con un tono de voz amable.

- Curiosamente, yo tambien busco manuscritos y cosas antiguas del saber de la humanidad...me interesa aprender un poco mas sobre los humanos- dije, sin moverme de donde estaba, sin perder el tono de voz.
Agite un poco la cabeza.
- Creo que me estoy acostumbrando demasiado a usar el tono amable y humanizado...tienes suerte, a algunos hombres les he hablado de tales modos que no se quieren cruzar conmigo ni de casualidad.