Renacimiento final

Era una noche despejada típica del lugar las estrellas danzaban, y el viento era fresco, la luz de la luna acariciaba las rocas y estas haciendo efecto espejo brillando y dándole una belleza mística al lugar, entonces unas rocas se movieron y una cueva se abrió de su interior un joven apareció, ese joven era yo camine esta el borde del precipicio de las cordillerasy unas palabras que se llevarían el viento salieron de mi boca:

- Plan Blitzkrieg activado

Una sonrisa se esbozo en mi rostro

Curiosamente estaba sentado cerca de la zona de donde surgió Odín, lo oí musitar algo al aire y luego sonreírle cínicamente a la nada.

Al fin perdiste la razón.

Me mofé.

Ohi una voz que me resultaba conocida, esa arrogancia que tanto amigable era, no había duda, gire mi rostro y ahí estaba mi viejo camarada vampiro Itachi, que suerte y que acertadas palabras que dijo a las cuales solo tuve una respuesta:

- Oh si, ya se mea ido del todo compadre, creo que empiezo a entenderte y todo jajajajaja.

Dije mirándolo con una sonrisa cínica

Suspire y mi rostro volvió a lo que siempre había sido, luego me acerque esta Itachi lo mire fijamente a los ojos y le dije

- Dime que haces aqui

- Ooh ahora me vienes con estas en fin me dirás o no que haces aquí

Dije con una sonrisa

Desde que abandoné el infierno siempre sobrevolava estas cordilleras o los desiertos del norte, pero en mitad del vuelo sentí don auras bastante grandes cerca de donde me encontraba, decidí suprimir mi aura todo lo posible y hacercarme a mirar. Al acercarme ví a un vampiro y a un desviado, no conocia a ninguno de los dos asi que no sabia muy bien si interrumpirles asique que me hacerqué a ellos, pero me senté en una roca. Si quisieran hablar me enteraria tarde o temprano y si no, me iria de alli.

Había salido a cazar, y no precisamente ciervos. Mi radar se volvió loco en un determinado momento, así que debía de haber gente fuerte por los alredores. Apagué el chisme y dejé que el olfato de mi enorme lobo gris me guiara, cosa que hizo con gran acierto. Al cabo de unos minutos de trepar por los riscos observé la reunión de un par de hombres que no conocía y el demonio de la pelea de bolas de nieve, aquel chavalín tan majete. En menos de cinco segundos ya había elegido mi presa.
Salté del peñasco, seguida por mi lobo (no muy contento, por cierto), y aterricé a su lado.
-Buenas, Wataru ^^ ¿Conoces a esos dos?- le pregunté, señalando con el mentón a los otros dos.

-¿No crees que ya hemos pasado demasiado tiempo aquí? La resina de este tronco está ya agotada...

-¡A callar! Todavía puedo sacarle más..

Finalmente, el tronco acabó abriéndose y rodé desde dentro de él hasta que me topé contra un piedra. Me levanté y me encontré con Wataru. Sonreí y canturreé:

-Wataru Yoshikawa,
el demonio que vive en el agua.


Me fijé en unas extrañas presencias y fruncí el ceño.

Note como tres aura habían aparecido en el lugar 2 de gran poder seguramente reyes y una de príncipe, mire a Itachi y sonreí esperaba que entendiera lo que quería, lentamente me acerque y mas o menos pude catalogar a los presentes uno era demonio seguro otro era una especie de cazador no sabia de que gama poco me importaba y el tercero…
Una sonrisa se dibujo en mi rostro sabia perfectamente quien era uno de los niños bajo la mano de Lu-tez antes de que este muriera, ya veía que el niño ahora era alguien digno de ser mi rival, cuando me detuve delante de los tres dige:

- Vaya parece que hay carne nueva en el mercado e pasado demasiado tiempo durmiendo en la sombra y parece que una nueva epoca de reyes y principes a llegado al lugar.- Me gire y mire a Itachi y le pregunte.- Aparte del joven Aral conoces alguno de estos individuos.

Ya que mi contrario estaba en el lugar no me fíe demasiado así que hice aparecer a Gungnir en mi mano derecha y a Excalibur en mi mano izquierda, mi aura no desprendía ningunas ganas de pelea pero mejor estar listo.

Habían empezado a juntarse demasiadas auras cerca de mi,y con mucha curiosidad, me acerqué con semblante serio a la zona, cuando me encontré con todos los presentes juntos.

-Buenas noches-dije con tono neutro, mientras miraba en especial a Itachi y el otro hombre.

Identifiqué a Odín. No había tenido mucha relación con Lu-Tze, pero si la suficiente como para conocer al rey de los yasgeniods. No dejé de mirarle mientras desenfundaba sus armas, parecía que no quería pelear pero me sentí un poco halagado por la forma de comportarse de Odín. Sonreí y me transporté detras suya:

-¡Eh, mola más por detrás!

De pronto comenzó a aparecer gente en la montaña, al principio vino Alea y respondí a su pregunta.

-Buenas ^^, no, lo cierto esque no conozco a ninguno de estos hombres.

Mas tarde llegó Aral cantando y pronto llego Kede a quienes tambien saludé, ví como reaccionava ese hombre al ver a Aral y no me gusto ni un pelo, pero Aral se lo tomo, digamos a "coña" y se teletransportó detras suya.

-ARAL!! quieres dejar de hacer idioteces ¬¬

Le eche la bronca por asi decirlo.

Al ver que Aral reaccionaba de tal manera suspire y hice desaparecer mis armas, me gire y pose mi mano en la cabeza del joven Aral acariciándolo como un padre que acaricia a su hijo pese a ser un renegado no tenia mal corazón y tampoco parecía mal chico, aparte no me importaba la diferencia entre renegado y oficiales al fin y al cabo éramos de la misma raza luego mire al demonio y le dije:

- Relájate príncipe no me molesta no creo que este chiquitín quiera ni siquiera ofenderme y tampoco me molesta, en fin mi nombre es Odin Rey de los Yasgeniods y tu debes ser un príncipe de los demonios pero vuestro nombre es si se puede saber.- Espere unos instantes a que contestara y luego me gire hacia la cazadora y dije.- Y vos señorita quien sois parecéis cazadora pero no estoy seguro.

A Kaede no le preste mucha atención ya que no la había visto y su aura era muy débil y quedaba escondida con todas las demás.

Si Dhuran hubiera tenido cejas, me juego el cuello a que las estaría frunciendo en aquel momento. No me molesté en ocultar una mueca de desprecio que pasó fugazmente por mi rostro y apoyé una mano en la empuñadura de mi espada.
-¿Rey yasgeniod, eh? Sí que eras interesante. Me llamo Alea Lýkos, líder de los cazadores totales. Encantada de conocerte...- una sonrisa sádica ensombreció mi cara-... mi estimada presa.
Desenvainé lentamente y alcé la guardia. Miré a Dhuran de reojo y le hice un guiño. Acto seguido, el lobo gruñó levemente como si protestara y dio un par de saltos hasta desaparecer de la vista. Me volví hacia Odín.
-Bien, tenemos público y todo. ¿Bailais, rey Odín?- dije burlonamente. Acto seguido pegué un salto, poniéndome a su izquierda, y encadené tres rápidas patadas dirigidas a su pecho. Todavía no quería usar la espada, pero no la envainé por si acaso.

Pude ver los movimientos de Alea y recibí las tres patadas en mi pecho sin tan siquiera defenderme, esto hizo que mi cuerpo se desplazara en el aire esta que choque contra una roca quedándome sentado en el suelo pose una mano encima de mi pecho adolorido por suerte eso no causo ninguna herida, mire a Alea con una mirada tranquila y placida parecía que ella me odiaba o me consideraba la mejor presa del lugar fuera lo que fuera de mi boca solo salieron unas palabras:

- Me encantan las mujeres con carácter, pero siento desilusionarte no te considero una rival y ahora mismo mi espíritu de guerrero esta mas dormido que un oso en pleno invierno.

Me sentí un tanto molesto por que me tratara como un niño Odín, pero me extrañé al comprobar que mi compañera no sintiera lo mismo.

-No te das cuenta... Si te trata como un niño, te subestimará... Je je...

Suspiré y me fijé en la forma de actuar de la cazadora.

-¿Qué crees que hace? ¿Por qué le ataca?

-No sé...Preguntemos a ver... Igual tenemos suerte y nos pega a nosotros...

Volví a suspirar resignado y me coloqué en medio de ambos:

-¿Cómo te llamas? ¿Por qué le atacas?

Ví la desagradable escena que se formaba muy rápido y sin sentido, avance hasta situarme entre Odín y Alea.

-Vamos, vamos Alea, no hay razón para que le ataques, ademas no se le ve con ganas de defenderse y los cazadores no luchais si no es con un enemigo considerado.

Extendí mi mano hacia Odín para ayudarle a que se levantara.

-Mi nombre es Wataru Yoshikawa, pero por favor, no me llames príncipe.

Le dije sonrriendo.

Mi sonrisa se convirtió en un obvio gesto de desprecio por Odín.
-Lo imaginaba. Eres el típico seductor y narcisista que va por la vida esperando que las mujeres se desnuden a sus pies y los hombres se sientan inferiores a él- le espeté. Me volví hacia Wataru y el chavalín-. Ya he dicho mi nombre y mi rango, chaval, deberías tener la respuesta con eso. No estamos en la jurisdicción de ninguno de vosotros; si no os apartais de mi camino y me dejáis hacer mi trabajo, me abriré paso yo misma. Además, Wataru, ¿desde cuándo un demonio es tan altruista?
Sin esperar respuesta, retrocedí y cogí carrerilla, flexioné las rodillas, salté por encima del otro yasgeniod, aparté a Wataru de un codazo y le propiné dos puñetazos a Odín en el pecho.
-Dhuran!!!!- grité. Con un escalofriante aullido, Dhuran saltó desde unas rocas y se interpuso entre el resto de la gente y yo, amenazando con los colmillos a cualquiera que se acercara a interferir en la pelea.

Cogí la mano de Wataru el cual con educación me dijo su nombre, antes siquiera de que le pudiera decir algo Alea lo aparto de un codazo para llegar esta mi y propinarme dos puñetazos en el pecho, pese que no tenia ganas de luchar tampoco tenia ganas de ser el saco de boxa de nadie, así que rápidamente antes que me golpeara lance un hechizo por debajo mi piel que hacia que una fina capa de metal se creara en mi interior en forma de armadura suficientemente dura como para que si alguien me golpeara pudiera llegársele a quebrar una mano, así recibí el golpe de Alea y dije:

-A que se debe tanta adversidad hacia mi persona si se puede saber acaso os e echo algo o os eh ofendido.



EDITADO: Lo siento Alea es una armadura debajo la piel normal y corriente que des del exterior no se ve

off: Odín, ¿exoesqueleto o debajo de la piel, en qué quedamos?
on:

Al darle los puñetazos lo noté más duro de lo que debería. Mi muñeca crujió y noté un dolor agudo procedente de ella, debía de haberle golpeado mal y en vez de partirme la mano me había dislocado la muñeca. Apreté los dientes y de un fuerte tirón la coloqué en su sitio. Flexioné los dedos un par de veces, haciéndolos crujir, y volví a cerrar el puño. "¿Metal, eh? A eso yo también sé jugar".
-En un primer momento había pensado cazarte porque eras el que más entretenimiento prometía darme. Ahora se une el hecho de que me caes mal, así que ve haciendo testamento o nombrando a tu albacea- respondí. Apoyé una mano en el suelo y le di dos patadas seguidas en la cabeza, pasándole los espolones de acero de mis talones por la cara. Las gruesas botas de cuero que llevaba hacían que me doliera menos cuando golpeaba algo-. Vamos, defiéndete. Aprovecha ahora que aún puedes presentar pelea para que el espectáculo que des sea menos lamentable.

OFF: Alea arreglado

Escuche lo que Alea me dijo y en parte me halago por alguna razón esa mujer me consideraba el oponente con mayor potencial del lugar o eso había entendido yo, una llama se encendió en mi interior y justo cuando Alea iba a golpearme me tele transporte detrás de ella y con suerte sus espuelas de acero quedarían clavadas a la roca que tenia justo detrás antes a causa de las patadas que lanzo ella, tras eso empecé a andar y cuando me encontré a un par de metros le dije a la mujer sin ni siquiera girarme:

- Me halagas Alea pensando que de aquí yo seré el que mas diversión te daría pero siento decirte que con el nivel que mestas mostrando actualmente no conseguirás despertar mi autentico poder.

Tras eso me gire, y deje ver mi rostro algo mas serio y con algo mas de instinto asesinote golpe un viento huracanado salio de mi espalda y golpeo con furia a Alea, si esta no lograba defenderse saldría disparada hacia el cielo.

Corregí las patadas a tiempo para no dejarme los espolones en la roca y clavé la espada en el suelo para resistir el viento.
-Esto ya es otra cosa- mi sonrisa se hizo más amplia-. Dhuran, olvídate de ellos- le indiqué a mi lobo, que dejó de gruñir y caminó hasta ponerse a mi derecha. Saqué la espada de la tierra y apoyé una mano en mi cadera. Cerré los ojos unos segundos y activé mi mimetismo, volviéndome prácticamente invisible. Abrí los ojos, que brillaron un instante antes de volverse también invisibles, y alcé la guardia.
Salvé en unos segundos la distancia que me separaba de mi presa y empecé a lanzarle mandobles con la espada. Iba a tenerlo difícil para esquivarla, más que nada porque no se veía.

Vi Como lentamente Alea iba desapareciendo volviéndose invisible en su totalidad, odiaba esa habilidad y eso hacia que mi sangre empezara a hervir, lance un hechizo que hacia que mi piel absorbiera los minerales de la tierra del alrededor para conseguir endurecerla esta alcanzar la misma densidad y dureza que la aleación de titanio, gracias a esa aleación y ala armadura interna de metal que portaba los mandoblazos de Alea eran como simples empujones que no llegaban a herirme, tras crear mi defensa cerré los ojos y al notar un golpe de su espada en mi calcule del angulo que venia y intente percibir su aura para así hacerme una idea de donde se encontraba i asestarle dos golpes bastante certeros al pecho o lo que creía que podía ser el pecho.