La ironía de la vida

En una noche invernal de invierno, en la que la luna se encontraba en fase Luna Nueva, no había más que oscuridad en el más absoluto silencio. No había sombras, pues no había nada que iluminase la zona. Sólo podía observar con mi rapaz vista las siluetas de las ramas de los árboles que parecían querer introducirse en mis ojos. Esquivaba las ramas, interponiendo entre mis ojos y las ramas mis brazos envueltos en la sedosa seda de mi vestido. Unos sonidos agudos irrumpieron repentinamente en el silencio del bosque. Tras eso, unos aleteos de un grupo grande de murciélagos pasaron sobre mi cabeza, probablemente en busca de alguna víctima de su sed de sangre. Yo ya empezaba a pensar que me haría falta a mi también, llevaba ya unos días sin probarla. Levanté la vista, y la tenue luz de las estrellas se mostraron en todo su esplendor ante mis ojos. La luz de una estrella brillante se abría paso a través de la oscuridad. Qué ironía, mi ser cruzaba la oscuridad del bosque, aun siendo yo oscura. Decidí avanzar en la penumbra, dejando atrás la oscuridad de la que podría divertirme, mas cuando yo no quería hacerlo. La tristeza de mi pasado fue quedando atrás, poco a poco. Por cada paso que daba, dejaba en mi mente escapar algunos recuerdos de mi mente. En mi camino se cruzó un riachuelo de poca afluencia. Me arrodillé junto al agua, y acerqué mi cara al cristalino líquido transparente del que gozaba tal lugar. Apenas podía vislumbrar mi cara. Sólo se podía acertar a ver el brillante reflejo de mis ojos y colmillos, de los que yo me enorgullezco. Exhalé un largo suspiro, y comencé a hablar con mi imagen.
-Aah...esta soy yo. Asesina...mato mujeres y hombres, máxime con estos últimos. Mi sed de sangre parece infinitamente insaciable...Nunca podré vivir en tranquilidad

Elevé la cabeza lentamente, cerrando los ojos, y abrí los ojos todo lo que podía y grité al aire

¡¡¿POr qué?!!¡¿Qué se supone que hice yo para eso?!
Mi grito espantó a un grupo de murciélagos, que levantaron el vuelo en dirección contraria a mi, perdiéndose de vista en la lejanía.

Bajé la cabeza, y observé una flor de color oscura

Aah..en fin, no puedo hacer más que resignarme

Mis murcielagos fueron espantados de su lugar normal y vinieron todos a mi que estaba a un par de Kilometros, quería ver que les había asustado asi que me adentré en el bosque lo mas rapido que pude. Cuando llegué al lugar vi a Angeline, uno de mis murcielagos se había quedado en mi hombro y me acerqué cuidadosamente-Hola..?-susurre para no asustarla

Al escuchar una dulce voz, giré mi cabeza hacia mi espalda. Una figura alta de pelo largo negro se presentó ante mis ojos. En voz baja, quise averiguar de quién se trataba

-¿Quién es?

Me acerqué un poco mas-soy yo luccie...-dije tranquilamente-perdona si te e interrumpido.. es que como mis murcielagos que estaban descansando por aqui se han marchado tan bruscamente, solo venia a saber que había pasado- me acerque un poco mas, no tenía demasiada buena cara-¿es-estas bien? no tienes buen asecto-

Giré mi rostro hacia ella, y le mostré mi cara un poco triste.

No te preocupes, no me molestas. Y la verdad es que no muy bien. He empezado a pensar que yo no debiera existir. Sólo hago daño al resto. Y es simplemente porque bebo sangre para vivir

Bajé la cabeza, observando la húmeda tierra sobre la que me senté. El rumor del agua corría junto a nosotras, susurrando palabras de tranquilidad. Sin embargo, no podía atender a ellas. Sentía algo de dolor, a pesar de que en buena parte me gustaba hacer lo que hago

Me acerque a ella con una leve sonrisa-Hace mucho tiempo yo tambien me plantee esas cosas- toque el agua con mi mano levemente-Todo el mundo tiene derecho a existir y seguir siendo quien es, no es necesario matar del todo a una persona para poder beber de ella-la miré-cuando eres vampiro pierdes un poco la conciencia de la maldad, pero mienras recuerdes los principios todo estará bien-

Elevé mi mirada a sus ojos, observándolos profundamente.

Lo sé, cariño. Aunque a veces estar con gente dulce me hace pensar en lo que hago. Pero, en realidad me gusta también lo que hago. Te agradezco mucho esto, Luccie. De veras

Abrí los brazos y le di un cálido abrazo con el que apretaba su espalda. Apoyé mi cabeza en su hombro, y apreté un poco más los dedos. Esa tristeza empezaba a borrarse de mi rostro, dejando una estela fugaz, que pasó a ser una leve sonrisa, ya que tiene razón en lo que dice.

OFF EDIT Ya que, que yo sepa, no se permite el dobleposteo, edito este, pero no se va a ver.

ON Agarrando a Luccie, me levanté, tirando de ella para levantarse. Cuando estuvo delante de mi de pie, le di unas suaves palmaditas en la espalda, y me separé, mirando junto a ella el cielo nocturno. Por mi mente pasaron lso recuerdos de mis absorciones de sangre, que tanto placer me proporcionan. Me imaginé tanto el placer, que me pasó un escalofrío por la espalda, provocando que riera.

¡Jajajaja!¡Beberemos sangre cuando haga falta! Jajajaja

Ya mi humor cambió notablemente. Parecia que se me hubiera olvidado lo que estaba pensando antes de que apareciera Luccie

Cuando tiró de mi me levanté y me quedé mirando el cuelo expectante, absorviendome en el como tantas veces hacía, cuando la oí hablar de sangre mi sonrisa se volvio mas ancha y me reí con ella. Mis rasgos vampiricos salieron a flote, al igual que mis alas, bibrantes, negras como el carbón pero tenuemente resplandeciente.

-Si, vayamos- y cerré los ojos brevemente para luego echar a correr buscando alguna presa facil.

Nada más verla alejarse de mi, sin detener mi notablemente sonora carcajada, desplegué mis alas, sacándolas de mi vestido a través de las ranuras de la espalda. Las alas obstruían el paso de la luz de la luna, haciendo sombra delante de mi. Mis labios se abrieron, haciendo una amplia sonrisa, que con la visión de los colmillos bajo los labios, le daba un aspecto maliciosa. Salté, y volé tras Luccie, dejando mis brazos sueltos en el aire. El viento en contra agitaba el vestido, y acariciaba mi cabello azabache, que ondeaba al viento. El placer de estas deleitantes sensaciones provocó que continuase riendo en vuelo, y del gozo mi piel se enrojecía levemente, tiñéndose de un color rojo ligeramente rosado.

¡Jajajajaja!¡Vamos a COMER!¡Jajajajajaja!

Despues de un ratillo volando encontré un pequeño grupo de jovenes, eran 4 chicos y una chica, asi que sin hacer mucho ruido me paré en una rama diciendo a Angeline que se acercase con un gesto, olí el aroma de su sangre y se me hizo la boca agua-¿Que te parece eso?-dije lamiendome levemente los colmillos

Mientras seguía avanzando, observé detenerse a Luccie sobre una rama de un árbol, haciéndome un gesto con su mano. Me acerqué, sonriente, y me posé silenciosamente junto a ella, sentada, dejando los pies colgando de la rama del árbol. Giré mi cabeza hacia Luccie, y sonriente, froté mis manos enguantadas con alevosía. Mis ojos brillaron al ver a las próximas víctimas de nuestra sed. El apetitoso olor a humano invadía mi olfato. Mis nervios reaccionaron al apetecible olor del grupo, y mis piernas tuvieron una leve vibración. En voz baja, aún con la sonrisa ciertamente maligna, hablé hacia Luccie.
Aajajaja, apetitoso olor. Me parece excelente, jajajaja. Ya casi siento su sabor en mi boca
Mi lengua se paseó por mis carnosos labios rojos, rozando así los caninos que sobresalen de mi boca.