Un nuevo día, una nueva "vida"

llevaba horas corriendo detrás de ella, parecía que nunca se cansaba. En unos cuantos meses había crecido físicamente, mentalmente y todas sus habilidades se habían incrementado. Observe atenta mi alrededor, había una cosa que le encantaba hacer y era escabullirse de todo para internarse en el bosque. Pero justo hoy habíamos quedado saltar y yo en llevarla ahora que ya no corría peligro, a conocer a sus familiares, como Andrew e Ian. oí sus pasos resonar por el lugar y corri en su encuentro.-te tengo pequeña -sonrei, era tan inquieta como yo pero mucho más sería en cosas como conocer a personas externas. la coji de la cintura sin dejarla bajar. -otro día no me importaría, pero hoy vamos a ir a que conozcas a alguien importante-la solté acariciándola el pelo.

Largo era el tiempo que habia transcurrido, caminaba ahora con mi joven muchacho. Me sentia tan orgulloso de él... Ya era casi todo un hombre, y gracias a dios no tendría que separarle de mi reino, pues en este tiempo de viaje ya habia completado sus primeras transformaciones

Mis labios dibujaban una amplia sonrisa en mi rostro, y caminaba con orgullo junto a aquel joven al que no sacaba más de 15 centímetros.

Habíamos acudido ahi por un motivo especial, aun que él no lo supiese.

Corría a toda velocidad por el bosque, pero me era dificil esconderme, mi madre era silenciosa y yo muy torpe con el entorno, pero era rápida. Un repentino olor me despistó provocando que mi madre me cojiese de la cintura. En ese mismo momento supe que me sería imposible librarme de ella, me giré. Ella siempre me estaba sonriendo y eso me levantaba el animo-Vale, esta bien, pero luego me iré un rato por el bosque, no vas a cambiar ese echo, ademas e oido que hay un lago precioso no muy lejos-eché a andar junto con mi madre al lado. Era casi tan alta como ella y ya nos habian cnfundido mas de una vez como hermanas, pero eso era imposible, pues no habia cosa que mas resaltase de ella, que su pelo color del fuego, con el que me gustaba jugar de pequeña. Cuando salimos de la arboleda y nos encontramos en una especie de claro observé a dos chicos, no muy mayores ninguno. Me quedé parada en el sitio, mirando de vez en cuando a mi madre, sin decir una palabra.

Caminaba junto a mi padre, comenzaba a gustarme aquel bosque, me aprecía acogedor. Tendria pronto que buscar un buen rincon para apropiarme de ello. Entonces, noté dos auras aparte de la mia y la de mi padre. Olfateé sutilmente el aire. Vampiros.
Llegamos a un claro, y allí aparecieron dos figuras distinguibles. Eran dos jovenes mujeres... me fijé sobre todo en una de ellas... me resultaba tan familiar... Pero no conseguía recordarla. Entonces mis ojos de sirigieron a la joven, algo mas baja, que se encontraba a su lado.
Eran ambas muy parecidas, pero con algunas pequeñas diferencias. O una de dos: o eran hermanas o madre e hija.

Me paré al lado de padre y observé la situacion. Las miré, le miré y volví a mirarlas. Suponía que en breve todo se esclarecería.

Una debil brisa hacia ondear mis holgadas ropas. La fina y marron camisa que llevaba se ceñía a tiempos con el ir y venir del viento, mostrando mi, ya algo marcada, musculatura. Mis negros cabellos se meneaban de un lado a otro, pero aun no eran lo suficientemente largos como para cubrir mis ojos marrones.

Llegamos al claro casi a la vez que Andrew y el que parecía ser Dean, aun que claro, estaba mucho mas mayor-Vaya Andrew, te veo igual que siempre, quizas un poco mas viejo?-bromeé sacando levemente la lengua. Cuando miré a lucia vi que estaba un poco desorientada por lo que estaba ocurriendo, seguramente ella ya sabría que eran licantropos.-bueno pequeña acercate que no te van a morder, te presento a tu tio Andrew y a tu primo.. Dean-la dejé ya a su aire y me acerqué a ellos, dando un abrazo a Adrew y acercandome a Dean. Le apretujé el brazo mirando hacia arriba, ya que era mas alto-madre mia, cuanto has crecido y parecia ayer cuando eras un pequeñajo revoltoso-sonreí

Parecía mentira, pero el tiempo lidiaba tensiones.
Sonrei, correspondiendo a su abrazo.
Me acaricié el menton rasposo.

-Solo me descuidé un poco, pero sigo igual sorprendentemente.-Me paré a observarla-Y por lo que veo, tu sigues exactamente igual a como te arecordaba.

Observé a la que supuse que sería la pequeña Lucia. Se notaba de quien era madre... y por el negro pelo, de quien era padre, ademas de algunas pequeñas facciones en la cara. Increible pensar que realmente fuera mi sobrina.

Entonces miré a Dean, orgulloso. Ya era casi todo un hombre, y bien preparado. Sonreí ampliamente.

-Ella es tu prima, Dean. Supongo que no te acordarás de ella... es la esposa de tu tio, mi hermano. No se si de él te acordarás. Esta es su hija, Lucia.

Me quedé parada cuando dijo que era mi tío. Aun que bien es cierto que se parecía a padre, no conseguía recordar mucho de él, ademas era un licántropo, aun que eso no parecía importar. Me acerqué con precaución para observarle mejor, definitivamente tenía unos rasgos muy parecidos a los de papa, sonreí de oreja a oreja una vez hube terminado de escrutarle minuciosamente-Encantada de conocerte.. tío Andrew?-pregunté despacio, por si a el no le agradaba la nueva forma con la que iba a llamarle.

Después posé mis ojos carmesí en el que había dicho que era mi primo, el si me sonaba, mas de lo que al principio pensé-Encantada...-fue lo único que pude susurrar me tenía demasiado impresionada-primo-susurré casi imperceptiblemente.

No pude evitar sonreir timidamente al mencionar mi crecimiento e infancia de refilón.

-Un plancer. Tia... luccie, supongo.-dije con algo de extrañanza, no era algo habitual para mi.

Supuse que me concocia desde bien pequeño... y la otra muchacha... ¿Prima? no recordaba a ninguna prima. Si recordaba a un bebe, pero eran recuerdos muy nublodos en mi mente. Una brisa me trajo la inspiración. Llegó a mi un olor característico... apenas perceptible por el desagradable olor vampirico. No obstante, si que era un olor lejano, me traía sin querer nostalgia. ¿De donde procedía? ¿era de aquella mujer? No, era de la persona a la que se suponía que debía llamar "prima". Pese al desagradable olor a vampiro que la recorría, su olor natural tenía algo especial, y no sabía que ni porque pero me gustaba. Quizas debí quedarme con una cara de estúpido, pero al hablar dirigiendose hacia mi salí de mi insoñación. Sacudí la cabeza y traté de mantener la forma.

-I..igualmente.-ije, mostrando una pequeña pero dulce sonrisa. Aun que me preguntaba que la pasaba

Me reí ante su comentario- si e?, llevo sin cambiar unos 300 años Andrew, seguiras viendome igual todos los años.-Le di un pequeño codazo a Dean -Que agradable! Para mi tambien es un gran placer volver a verte, parece que estos niños han crecido demasiado deprisa...-sonreí alegremente. Me separé un poco y colocandome al lado de Andrew reí por lo bajo-Normalmente no suele ser tan timida-le susurré, me hacia gracia ver un reencuentro como el suyo-Bueno y tu que.. ¿que tal todo este tiempo? hace que no te veo demasiado tiempo.. al menos eso creo-dije intentando recordar exactamente la ultima vez que le ví.-por cierto, Walter está a punto de llegar, tenía unas cuantas cosas que hacer antes-

-Tambien es cierto-reí. Miré entonces a los dos joves.-Si... demasiado rapido, yo aun sigo bastante sorprendido... supongo que son cosas que tienen que estar muy relacionadas con nuestra "nueva" forma de vida.

Observé la situacion, pero no con tanto agrado como la recogia Luccie. Algo era extraño y no me acababa de gustar, pero lo ignoré.

-Pues, estuvimos viajando por diferentes lugares del mundo, bastante lejos de estas tierras. Sentí la necesidad de entrenarle y prepararle como es debido. Ahora es un gran combatiente, aun que le falta mucho por aprender, es un alumno brillante, me sorprende en todos los sentidos.-escuché la anunciacion de la llegada de mi hermano, y no pude evitar mostrar una pequeña sonrisa-esperaremos, pues

-¿Esperar? ¿A quien? -Pregunté desde las lindes del claro en el que se encontraban. Llevaba puesta la capa de viaje, pues como mis "negocios" no me habian llevado muy lejos de aquel lugar, habia preferido ir montando a caballo. El caballo relinchó y se inquietó ante la presencia de los licantropos, pero mantuve firmes las riendas y no tardó en calmarse. La suave respiración del caballo levantaba una pequeña nube de vaho, pues aunque los dias ya comenzaban a ser más largos y calurosos las noches seguian siendo frias.
Bajé del caballo y eché la capucha de mi capa de viaje hacia atrás, revelando mi rostro.
-Hacia tiempo, hermano. -Aunque la relación entre nosotros se habia enfriado los ultimos meses que nos habiamos visto se decia que el tiempo lo cura todo, y yo no estaba dispuesto a comenzar una disputa. Me acerqué a el y extendí la mano para estrecharsela. Luego me giré y clavé mis ojos carmesí en Dean.
-Vaya, vaya, vaya, el renacuajo se ha convertido en todo un hombre. -Dije con una sonrisa, si el crecimiento de Lucia habia sido rápido, el de Dean tampoco se quedaba atrás. Me acerqué a Lucia, que se encontraba al lado de Dean, y la revolví el pelo con la mano.
-Buenas noches pequeña. ¿Has cuidado a tu madre mientras no estaba? -Por último me dirigí hacia Luccie y rodeé su cintura con mi brazo.
-Buenas noches, querida. -Dije tras depositar un breve beso en sus labios.

Escuché atentamente a mama y a mi tío hablar sobre nuestro crecimiento -¿tan rápido a sido?-pregunté curiosa, girándome hacia ellos. Cuando una voz familiar apareció por el bosque-Papa!-grité feliz al verle con nosotras. Cuando llegó como de costumbre me revolvió suavemente el pelo, cosa que me hacia demasiado feliz, pues sabia que no era de mucho contacto de todas formas-Si, e cuidado de mama como me mandaste- Puse la mano e mi frente y luego la bajé, volví a fijarme en mi primo, parecía muy callado y tranquilo, todo lo contrario de lo que yo a veces solía ser, pero me parecía bastante guapo a simple vista, realmente empezaba a agradarme así que le dediqué una gran sonrisa.

escuché atentamente sus comentarios. Había que reconocer que yo crecí mucho en este tiempo, entonces miré a Lucía, ella tambien estaba muy crecida.. De echo, ya era casi una mujer.. una mujer guapa, eso llamó mi atención.

De pronto, escuché un relincho. Era un caballero encapuchado, cuando reveló su rostro sonreí. De él si que me acordaba bien, y, no pude evitar pese al olor sentirme contento de verle. Debío de haberme caido bien en la infancia.
Le sonreí y hice une pequeña reverencia.

-Y vos veo que seguis siendo todo un caballero encapuchado, señor.

dirigí una pequeña mirada a Lucia, que me sonreía. Entonces la dediqué una pequeña sonrisa, era lo menosq ue podía hacer si alguien expresaba esa cordialidad hacia mi.

En cuanto oí al caballo relinchar sonreí -Ya a llegado-esperé a que saludara a todo el mundo, pero cuando lo hizo con nuestra pequeña, no pude evitar alzar una ceja-De cuidar nada, casi se nos escabulle por el bosque buscando algun lugar donde sumergirse-reí un poco y esperé a que se acercara a mi. Me abracé a el dandole un suave beso para luego separarme un poco. Habia gente mirando asi que tampoco iba a ponerme excesivamente cariñosa. Me hacia realmente feliz ver aquel panorama, ver como los pequeños habian crecido y se habian desarrollado tan rapido, era casi como un sueño.-Como me alegra de que estemos aqui todos... o casi todos, imagino que Ian no pudo venir-susurré casi para mi misma, pero aun con aquella sonrisa en mis labios.

Sonreí al ver a Walter, en verdad él del que si que me alegraba de verle de corazón.

-Si. Largo tiempo, hermano-dije sonriendo-me alegro de verte.

Entonces con el comentario de Luccie recorde a Ian.

-Hace mucho que no se de él... ¿donde está?

Empezaron a hablar de algo que no conocía, aun que mi madre me hubiese hablado de el. Opté por callar y esperar, siempre se aprendia mas escuchando a otras personas y recabando toda la informacion posible. Dean me habia devuelto la sonrisa asi que giré la cabeza de nuevo dirijiendome al lado de mis padres. poniendome al lado de mi madre. era extraña la escenad de que una familia licantropa fuese a conocer a una familia vampirica y que encima estubiesen emparentados

Al parecer la reunión no iba a ser tan violenta como aparentaba en un principio. Eso me alivió en parte.
-Caballero, ¿eh? Honor, justicia, grandes ideales que perseguir. -Respondí al chico con una sonrisa. -Eso me recuerda que os he traido algo. -Proseguí señalando a los chicos. Me acerqué a las alforjas de los caballos y descargue dos fajos de los que colgaban, uno alargado y claramente más pesado, envuelto en tela negra lisa, y uno más pequeño, con forma redondeada envuelto en un delicado papel papel.
Le di el paquete alargado a Lucia, era una espada de plata que habia mandado hacer especialmente para ella. Con grabados de murcielagos y enredaderas. El otro paquete fue para Dean, un libro muy dificil de encontrar y que trataba temas que podrian interesarle.
-Esta será tu primera espada, Lucia, pero tendrás que prometerme que solo la utilizarás para proteger lo que más quieres. Una espada es una gran responsabilidad. -Me giré hacia Dean. -Como supuse que tu padre ya te habria conseguido una espada, y para que vamos a engañarnos, no compartes muchos de sus gustos, he comprado este libro para ti. Son unos antiguos tratados de varios antiguos sabios, te ayudarán a ver el mundo de otra manera.

Sonreí ante sus comentarios.

Entonces vi como del caballo sacaba dos cosas. La espada de Lucia era realmente bonita, era un buen regalo, tenia que admitirlo. Ami era logico no darme una espada, mi padre me habia enseñado a usarlas pero... los licantropos no necesitabamos de eso, ya teniamos nuestras garras y colmillos, y nuestra forma física hacia de coraza por lo que normalmente tampoco necesitabamos armadura.
Entonces sacó algo más de aquel bolso, era un libro. De tapa de cuero y parecía antiguo. Lo cogí, mirandole intrigado ¿un libro?
Me explicó de que era sonreí ampliamente.

-Valla... suena muy interesante. Muchas gracias tio Walter.-Sonreí ampliamente, escitado. Lo abrí y comencé a leer una pequeña introducción.

"Presocraticos... sócrates... platón" leí mentalmente. Interesante...

¿Comprando el amor de los niños Walter? -dije sonriendo mientras me acercaba andando tranquilamente, aunque mi corazón estaba acelarado por la carrera que me acababa de pegar y, fundamentalmente, por encontrarnos todos de nuevo. Mis ojos estaban "algo" humedecidos, no porque fuese a llorar, obviamente, pero si que era una alegría esa situación.

Observé sonriente los presentes que les estaba regalando, la espada fue forjada hacia mucho mucho tiempo, solo para ella. En cuanto el libro, realmente fue de los mas dificiles de encontrar-Tenemos una gran biblioteca debajo del castillo, tendré que acompañarte dentro pues esta bien cerrada.- Me aparté el pelo-Ahí se guarda toda la informacion confidencial de todas las razas, sus historias y curiosidades, si quieres pasarte algun dia serás bienvenido-invité.

De repente oí una voz a mis espaldas, me giré bastante emocionada y sin esperar segundo me tiré a sus brazos abrazándole con fuerza-Has podido venir!!-grité emocionada.

Observé los regalos de Walter. ¿Como no? él siempre tenía que ser un pelota. Reí para mis adentros.
La verdad es que para Dean era un muy buen regalo... ese niño no salia de las paginas de los libros. Iba a hablar pero alguien se adelantó, y como si me hubiera leido la mente, dijo exactamente lo que yo iba a pronunciar. Miré, recnocia esa voz. Me alegré muchisimo al verle... era Ian.

Tras el saludo de Lucia me acerqué y le estreché la mano, mirandole con una amplia sonrisa.

-Ha pasado ya demasiado tiempo, amigo-dije desde el corazon, era inmensa mi felizidad en aquellos momentos, Ian tambin era como un hermano para mi.

Mi padre de repente me dio una espada, era preciosa y los adornos mas bonitos todavía. Tenía entendido que solo me la daría cuando creyese que estoy realmente preparada, pero esto si que no me lo esperaba. Con las mejillas sonrojadas de felicidad asentí-Gracias padre-estaba realmente emocionada por ello. De repente el grito de mi madre me sacó de mi ensoñacion y me hizo mirarla realmente asustada por ello, me daba miedo y me asustaba muchas de las veces que hacia eso, cuando vi a la persona dueña ahora de toda la esfusividad de mi madre lo comprendí.

Era pequeña pero aun podía recordar vagamente el recuerdo de aquella persona-¿tio... Ian?-pregunté casi temerosa de no estarle reconociendo bien. Me acerqué curiosa examinandole un poco.