Llevando a Amy a su hogar

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Me acerqué a las puertas, habia un guarda que al ver como me acercaba se puso en guardia, entonces vio que llevaba a Amy en brazos y se acercó, claramente preocupado.

-Tranquilo... se durmió de repente... he venido a llevarla a su habitación-dije, en voz baja.

El guardia, aun algo perplejo, no supo que hacer al principio, pero enseguida asintió, un poco mas tranquilo de que no la pasara nada y me habrió las puertas del cielo. Le sonreí, agradecido y pasé, dirigiendome al edificio.

Notaba el movimiento, y en mis sueños era capaz de oir algo. Parecía que me preguntaban qué dije. Sin problema alguno, repetí lo que dije, pero se me podía entender mejor ahora. Ante todo, con lentitud y suavidad, en tono bajo, muuy bajo.

¿Te gusto...?

A los pocos segundos de decir eso, me encogí y enrosqué, juntando mis piernas y acercándolas a mi barriguita. Podría ser por frío o por..rubor. Era curioso, pero yo no era del todo consciente de lo que decía. Sin embargo, pasado un rato, notaba un movimiento. Olores conocidos me invadían el olfato. Estaba segura de conocer el lugar. Abrí un ojo con lentitud, y miré hacia mi alrededor, viendo hojas verdes en primer lugar. Luego, desvío mi tímida mirada hacia el otro lado. Al parecer...tenía algo entre mis brazos..o a alguien. Estaba abrazada a Andrew...y me llevaba en brazos ¿Qué pasaría para esto? QUedé callada, intentando ver con mi vista adaptada a la luz. Pero...comenzaba a hacer memoria..¿dije algo hace poco o me lo parece?

No habia pasado tanto tiempo desde que la pregunté en sueños, sin embargo, cuando entraba por las puertas, su voz devil resonó de nuevo.

La miré perplejo. ¿era a mi? ¿era lo que dijo antes que no pude llegar a comprender? "No, andrew, seran tonterias tuyas"
Pero y si realmente me lo estaba preguntando a mi? que responder? no me habia planteado tal pregunta en ningun momento, es más, apenas me habia planteado algo con ella.
Era cierto que la consideraba una mujer bella, dulce y cariñosa, pero, era amistad o algo mas? De todas formas, yo tenia a Dana, la amaba y nada iba a cambiar algo asi...
Si realmente era para mi esa pregunta... como actué con ella? en ocasiones no me daba cuenta de mis actos, pues habia sido un mujeriego toda la vida. Los unicos años que no habia yacido en el lecho de otras mujeres fue cuando conocí a mi esposa y el tiempo que habia pasado con ella. Con Dana el unico incidente fue con haruka, aquel dia ebrio en el bar, y nisiquiera hice nada...

Suspiré, si me lo preguntaba despierta, no sabria que la contestaría. Y es mas, por que me comía la cabeza cuando nisiquiera sabia con certeza si era a mi a quien se lo preguntaba?..
Una cosa estaba clara, y era que no queria dañar a este ser.

Sacudí la cabeza y seguí caminando. Noté como poico a poco ella tomaba noción de la realidad, y arbia despacio los ojos. La sonreí mirandola de reojo.

-Valla, ya despertaste, bella durmiente?

Fue tan sólo tener la percepción de la realidad presente, y darme cuenta de lo que me había dicho. Bella durmiente...mmm...¿merezco tal halago? Un poco ruborizada, mi cara se teñía de rojo a los pocos segundos de haber oído su bienvenida al mundo real. Podía ver su sonrisa muy de perfil, pero el rubor me hizo mirarle con un sólo ojo. Me gustaba por supuesto, pero me daba un poquito de vergüenza que me lo dijera. Hablé un poco entrecortada para intentar responderle.

¿Tú...tú crees que soy bella..?

Dije, mientras observaba sus ojos, o lo poco que podía ver desde la posición en la que estaba. El rubor me hizo ocultar por un momento lo que pensaba al principio. Luego, sin aparentarlo, se me vino a la mente lo que soñé. Pregunté...¿Te gusto...? ¡Ah!¡¡¿Lo he preguntado?!!

Mi rubor se acentuó más cuando me di cuenta del hecho, pero intenté omitirlo un poco, y con trabajo, intenté preguntar alguna otra cosa.

Ehmm...por cierto...¿estamos en el cielo..?

Me preguntó, a lo que la miré con sorpresa, habriendo un poco la boca; en realidad se lo habia dicho como frase echa. Entonces vi como se mepezaba a poner roja, sonreí y reí entre dientes. Entonces derrepente, quien sabe que penso esa delicada flor que se puso mas roja que un tomate, aun que se notaba que trataba de disimularlo.

Reí y la miré a los ojos mientras seguía caminando, ya estabamos casi al lado del edificio.

-Claro, pienso que sois bella. Hay algun problema en ello?-dije, algo alarmado por si la molestaba, entonces sacudí la cabeza-de todos modos, hay muchas mujeres bellas, solo que vos sois una de ellas

Alcé la cabeza para volverla a bajar, mirandola.

-Si, no se por que pero caiste redonda en mis brazos y te dormiste. No queria despertarte asi que te he traido a tu reino, pretendia llevarte a tu habitacion y dejaros descansar

A su risa, no pude más que hacr sino sonrojarme un poco más. A él le parecía divertido, y a mi me daba rubor al parecer. Pero al notar su voz un poco asustada, levanté la cabeza, y negué enérgicamente. Luego, fijé mi vista en su rostro, con mis mofletes aún rojos como un tomate, y respondo alarmada, mirándole a los ojos.

¡No,no, no!¡No hay ningún problema! Pero...me parece algo muy bonito...y me ruboriza....jejeje....y gracias Andrew...qué buena persona eres conmigo...

Luego, empecé a escuchar lo que decía sobre nuestra localización. Al parecer, caí dormida de repente, claro, es normal, tanto tiempo sin descansar, alianzas por un lado, visita "insistente" al Reino Vampírico, y todo aquello, pues me hizo estar profundamente cansada. Con lentitud, ya más tranquila, respondí, dirigiendo mi mirada oliva a sus chocolates que tenía por ojos, aún con mis mejillas sonrojadas.

Muchas, pero que muchas gracias por traerme...es que...estoy cansada...agotada, y parece que el agotamiento me consumió mis fuerzas y caí...


LUego, levanté la cabeza, apoyando ambas manos sobre los hombros de Andrew para sostenerme. Mi cara se sonrojó por completo, e intenté hacer salir palabras de mis labios, pero era costoso.

Por...por...por cierto...ehm....ehm...¿Yo...yo...he dicho algo...mientras soñaba?

Alcé una ceja, sin embargo sonreí al verla curiosamente tan nerviosa.

-No pasa nada, nose, soy asi con todo el mundo que me trata bien, no me gusta ser arisco con la gente que es buena conmigo.-la sonreí. Estaba completamente roja, supuse que era por que ella es asi de timida.

La mostré una sonrisa aun mas amplia y calida, soltando una leve risa entre dientes.

-Tranquila, no fue nada. No iba a dejarte ahi tirada, es mi deber llevar a una señorita a su hogar.

Noté como s eponia cada vez mas roja, mi desconcierto tambien iba en aumento. entonces, tartamudeando, me pregunto aquello.

"tiera tragame..." Que decirla ante ello? la verdad? pero es que si me lo habia dicho a mi? no sabria que contestarla, y si la contesataba mirando en el fondo demis sentimientos, si ella si que sentia algo por i, la heriria... que hacer?...

Mi cara de sufrimiento y duda se reflejó claramente en algunos segundos. No queria herirla. Sin embargo, mentir no era mi estilo.

-Bueno... tu.. preguntaste que si te gustaba... aun que no se si me lo decias a mi... al fin y al cabo estabas soñando...-dije, mirando hacia otro lado, algo avergonzado

Me encantó su primera respuesta, pues al parecer es muy amable con todo el que le trata bien. Pero yo creo que especialmente con las mujeres. Qué caballeroso...aaah...

Su sonrisa me encandiló, y me hizo alegrarme más aún, y estuve todavía callada, esperando lo que fuera a decir.

Pero, cuando terminé de preguntarle mi pregunta especial, una clara expresión preocupada se dibujó en su rostro. Con trabajo, me respondió, y al oir lo que dijo, abrí los ojos como dos platos, y me quedé con la boca abierta, completamente sorprendida. ¡Aarg!¡Lo he preguntado! Mis manos vibraban por el nerviosismo. Realmente no me esperaba que lo preguntara de verdad. Levanté la cabeza levemente, para verle más cercanamente, fijando mi vista en sus preciosos ojos marroncitos como caramelos, y, pausada y con el corazón latiendo muy deprisa, al igual que mi respiración está agitada, respondí a lo que acababa de decir. Tragué saliva antes, para poder decirlo bien.

Pu...pu..pues...en realidad...te lo....te..te lo....te lo...pregun...preguntaba a ti...

Tras decir la frase mágica, llevé mis manos a la cara, tapándomela para que no viera mi completo sonrojo. Estaba avergonzada, no sabía ni cómo me atreví a poder decir eso. Sí, estaba completamente ruborizada. Y quizás enamorada. Pocas personas tratan bien a otras, y creo que él me ha marcado. Pero por otro lado...Dana es su novia...esperaba que no hubiera problemas con ella.

su rubor se hacia mas notable aun, si es que se podia. Parecía como si aquello no quisiera habermelo preguntado, y en parte era normal, era una pregunta algo comprometida.
Entonces me confirmó que era a mi, la verdad es que no supe que responderla. Quedé pensativo planteandome seriamente la pregunta. Sin embargo, lo unico que encontre en mi corazon era el amor que sentía por dana, si eso aun rastros del que quedaba por haruka o mi mujer. Puse una cara algo triste, sospechaba que esa pregunta no era por que si...

-Y... por que me preguntarias eso?

Noté su ligera tristeza en su rostro, mientras seguía observando ruborizada. Su pregunta me era también complicada de responder, por lo que tomé aire profundamente, y despacio, con tono vergonzoso, respondí a ello, mirando hacia el abdomen de Andrew.

P-pues..porque te vi...mirándome....observándome....y...bueno....no todos los chicos hacen eso....además...me mirabas....mis senos.....

Acto seguido, aplasté mi cara contra su abdomen, como si quisiera ocultarme. Me dió mucha vergüenza, pues nunca había tenido este tipo de situaciones. Pero era algo curioso, no me disgustaba, tan sólo me ruborizaba. Pero me preocupa lo que pudiera responder. Dana sigue siendo su persona más querida, y yo le he puesto en compromiso. Pero necesitaba saberlo, ya que empecé en sueños a decir esto, debía terminar. Espero no hacerle daño...

Respiraba agitada, mientras mi corazón palpitaba deprisa. EStaba muy nerviosa por lo que fuera a responder.

Cuando la escuché la parte de los senos hice una mueca incomoda echandome un poco hacia atras "mierda... se dio cuenta.. pero si solo fueron unos segundos!... ademas... fue sin querer..."
Comencé a emitir una nerviosa risotada rascandome la nuca, bastante avergonzado.

Sentí como ella se pegaba a mi pecho, seguramente escondiendose de mi mirada por la verguenza.

La abracé consolandola, aun mi cara reflejaba sonrojo ante la situacion.

-Bueno... veras... yo... no queria... bueno si... bueno, a ver, me pareces una chica muy bella pero... no quise mirar nada, bueno, almenos no esas zonas... es que las alzaste y bueno... no pude evitar que la mirada se fuera del rumbo que yo quería... pero bueno... yo...-era un atajo de nervios, suspiré al terminar la frase-losiento...-entonces, la miré-siento si te he confundido... se bien que eres dulce, una chica cariñosa y risueña, tambien soy consciente de tu belleza... pero... no... no se... yo... yo solo quiero a Dana, mi amor por ella es mucho mas grande del que pueso sentir hacia otro ser, almenos de esa manera-dije, finalmente, apenado por si ella habia pensado algo mas de todo esto-lamento de corazón si provoqué algun malentendido.. pero con las mujeres... me sale solo ser cariñoso... lo lamento...

MIentras observaba su rostro oscuro, pude ver que cuando terminé de decir lo que decía, puso una mueca un poco...embarazosa. Su risa nerviosa mostraba que sí que era una situación embarazosa, pero al menos me abrazaba cálidamente. Oía sus palabras con relajación, ensombreciendo mi mirada paulatinamente a medida que avanzaba. La verdad es que me hice demasiadas ilusiones con él. Él está enamorado de Dana, y viceversa, y no creo que la fuera a dejar así como así. De todas maneras, eso es, una ilusión, una mera ilusión caprichosa que me jugó mi mente.

Levanté levemente mi mirada, un poco decepcionada, pero quería simular alegría con una sonrisa ligeramente forzada. En tono bajo, un poco sereno, respondí a sus disculpas, intentando quitarles importancia.A medida que avanzaba, bajaba el tono, hasta ser casi imperceptible el final.

Jeje...comprendo, bueno, no tienes por qué disculparte...supongo que siendo amigos, entra dentro de lo normal...fui yo la que se hizo ilusiones...es lo que tiene no entender el amor del todo....lo siento...lo siento....siento haberte hecho pasar una situación así....

Pero ante todo, como sólo era una falsa esperanza, no estaba del todo mal. Podría haber sido peor si hubiera creído más ciegamente eso, y que encima amara a Andrew, aunque no sé si ambas cosas pueden cambiar con el paso del tiempo.

No pude decir nada más, y bajé la mirada, intentando evitar la suya chocolateada. Ahora la que estaba pasando por situación embarazosa soy yo.

Escuché sus palabras, ciertamente apenado. Podia sentir su decepcion, al igual que tambien sentía algo por mi. "eres un rufian, andrew...". Realmente me sentía mal por ella, no queria verla asi. La abracé fuerte, pero con cuidado, pegandola contra mi pecho rodeandola por completo con mis brazos y agachando la cabeza hasta apollarla en la copa de su cabeza, con los ojos cerrados.
Habia notado su verguenza, y que esto era una situacion muy embarazosa para ambos.

-El delito aqui es el mio, en no poder ceder al amor que estoy seguro que tan bien me brindarias. Y por ello lo lamento mucho, no te eches las culpas, los actos no procedieron de ti.

Notaba su fuerte abrazo cálido que me comunicaba. Aunque sabía que era un abrazo cariñoso pero con amistad, o al menos eso ya podía decir con seguridad. Su calor era agradable, y me hizo sentir mejor, pero casi tenía ganas de llorar. Soy un poco sensible para estas cosas, y, aunque hayan sido meras conjeturas sin mucho fundamento, sentía que era real, tenía certeza. Rodeé su cuerpo con mis delicados brazos, y le abracé con fuerza, hundiendo mi cara en sus abdominales. Era como si quisiera llorar, pero no lo hacía. Podría sentirse aún peor, y no queria tal cosa. Sin embargo, no despegaba para nada mi cara de él, hasta que pasó un rato y pude ya separarme, segura de lo que pensaba. Estaba triste, pero algo me enseñó aquello, y era que no debía detener mi búsqueda del amor. Sabría que tarde o temprano encontraría a mi príncipe azul, y que me casaría con él y para siempre. Elevé mi mirada hacia él, para responder a lo que había oído mientras sollozaba en mis pensamientos, con voz apagada, pero sincera.

No, de veras...da lo mismo...además, te agradezco algo...y es que me enseñaras qué es ser o no correspondida, aprender qué es el amor, y además, darme una nueva razón para vivir: la búsqueda de mi amor verdadero..

Giré mi cabeza hacia el otro lado. Estábamos ya dentro del Castillo, frente a la puerta que daba a la sala del trono. No sé si me soltaría ahí o si seguiría llevándome él. Pero ambas cosas me gustarían, por supuesto

Observé sus actos, escuché sus palabras, sabia que la habia echo daño, cosa que no me perdonaría. "eres un estupido... andrew..."

La miré a los ojos, con un matiz triste en mi mirada. No sabia como tomarme sus palabras, pero no me habian colsolado mucho.

-esque... tu...?-comencé, pero me corté por el camino, no debia seguir, no sabia si debia darle mas vueltas a ese asunto-...nada... losiento-dije, agachando la cabeza. Ya habiamos entrado en el castillo, estabamos frente a lo que creia que era la puerta del trono. La bajé allí, dudé al principio, y dudé despues de haberla depositado en tierra. No sabia si acompañarla mas, no sabia si debía hacerlo. Ademas, siempre que habia acompañado mas a las mujeres, habian pasado muchas cosas... y bajo ningun concepto yo debia hacer algo asi, 1º por dana, 2º por ella... 3º por que sería egoista por mi parte... no quería aprobecharme de la situacion pero, al fin y al cabo era un hombre, y no podia evitar que esos pensamientos sobrevolaran mi cabeza en alguna ocasion. La miré a los ojos, sin saber que decir

Noté el duro suelo bajo las plantas de mis pies suavemente. Me giré, y vi la puerta de la sala real, y no muy lejos de allí estaría mi dormitorio. Volví mi cara nuevamente a Andrew. Parecía divagar en algo, que yo creía saber qué era.Tomé las manos de Andrew, con delicadeza, y le dediqué una mirada un poco triste a sus ojos chocolate, al igual que mi tono estaba ligeramente nostálgico.

Andrew..no te preocupes. Está bien, de veras...y gracias por traerme. Yo te invitaría a pasar...pero...no creo que te termine de apetecer. Si no, no te preocupes, te marchas a tu hogar, no ocurre nada, sin rencores...

La miré, me empecé a poner nervioso, no por miedo ni nada parecido, la verdad es que no sabia por que era, quizas por que tenía un dilema existencial dentro de mi cabeza en esos momentos. Controlé enseguida mi estado, pero mi corazón latia a gran velocidad. "pero que demonios pasa...?". No quería que mis instintos afloraran, pero en parte si.
Tragué saliva, y mire un segundo la puerta que se mostraba frente a mi.

-No será por falta de ganas-al decirlo me maldige a mi mismo. "cada vez agrabas mas esto..." hice caso omiso a mis pensamientos y desvié la mirada.

Pude ver cómo observaba, debatiéndose en algo, mi rostro, y la puerta que tenía tras de mí. Su respuesta la escuché, pero me extrañó. ¿Sería afirmación o negación? Me quedé frente a él, todavía con sus manos entre las mías, observando su rostro, ahora mirando a otro lado.

Será mejor que marches...quizás sea lo mejor para ti

Volví a mirarla, con ojos algo tristes, girando la cabeza con lentituz hacia ella. La oportunidad la tenía, pero sabia que no debia cecer ante la tentación. Maldito mi ser mujeriego, que tan febril laté bajo mi piel, dando e mi mente pensamientos indebidos. Por una parte no quería marcharme, queria seguir las riendas de esta fantasia y acompañarla más allá, donde fueramos complices del pecado. Sin embargo, no hacia falta mencionar todo lo demás que estaba en contraposicion, junto al echo de que, yo no la amaba... pero quizas ella a mi si... y eso solo empeoraría las cosas en gran medida.
Sin embargo, mi voluntad se debilitó al observaresas dos esmeraldas que tenía por ojos. La sala era solitaria y nadie estaba viendo que pasaba dentro. Comencé a acercarme más y más a ella, mirandola a los ojos, ya no con tristeza, si no con una mirada profunda y tierna, pese a ello, mantenía un semblante serio. Seguí acercandome, haciendola retroceder con lentituz y cuidado, hasta que su espalda topó con las puertas. Desprendí mis manos de las suyas, una la alcé, apollandola en la puerta por encima de su hombro y no cesé de acercarme hasta estar a apenas unos milimetros de ella. Sentía su arespiracion en mi cara, podia notar su aliento agitado. Mi otra mano, rozó con delicadeza su cintura, sin dejar de tenerla en contacto con mi piel. La miré, no sabia lo que hacia, simplemente lo hacia. Nuestros labios casi se rozaron, pero justo antes, cerrando los ojos, agaché la cabeza, suspirando. Nada de aquello podría suceder y era consciente, ya no por mi, si no por dana... y sobretodo, por ella misma.

La levanté y besé su frente con cariño, y deslizando mi cabeza hasta su oido, la susurré.

-Lo siento... pero porfavor... no esteis mal por este necio que teneis frente vos...

Acto seguido, con lentituz y antes de que ella pudiera decirme nada, me aparté y me dí la vuelta, comenzando a irme. No sin antes echarla una mirada cargada de pena.

Pude ver sus ojos brillantes por la tristeza observando, con escrutadora mirada, mis sentimientos interiores, mi ser más profundo, y también a su vez mi rostro. Algo, que me inquietó en cierto modo, me hizo acelerar las pulsaciones repentinamente. Él se acercaba a mi, con seguridad en su semblante, con tranquilidad. Retrocedía lentamente a su acercamiento, hasta toparme con la puerta por la espalda. Entonces, ya casi tan cerca que podía ver su interior a través de sus ojos, separó sus manos de las mías y me puso una mano junto a mi cabeza, en la puerta. ¿Esto era un impulso amoroso? Todo era posible. Respiraba agitadamente, mientras el hombre de la mirada de chocolate se acercaba más y más. Podía notar su aliento en mi rostro, cálido y suave, y relajado también. Tomó mis caderas con la otra mano, algo que me hizo intentar abrazarle a él también, cerrando mis brazos poco a poco sobre él. Me hizo acelerar más las pulsaciones el hecho. No sabía si mi corazón explotaría, pero ocurría quizás lo que estaba esperando. Notaba su cuerpo, su calor, quizás su sudor nervioso incluso.Mas, repentinamente, cuando casi podía notar sus labios sobre los míos, bajó la cabeza, intentando evitar lo que iba a hacer. Al parecer, no debía ocurrir. Sin embargo, besó mi frente delicadamente. Levanté la cabeza, y sin moverme, seguía mirando a Andrew mientras terminaba de hablar. Al ver que se iba, le dije, en voz alta, pero en seña de despedida, un poco nostálgica.

Noooo...no no te preocupes. No has hecho nada malo...yo debería pagar esto....ve en paz...y descansa....vuelve con ya sabes quién...

Bajé la cabeza y giré el picaporte con lentitud, mientras veía sus pasos alejarse de mí. Me interné en la sala, no sin antes dirigir una furtiva mirada hacia el pasillo que recorría Andrew, y tras ello, cerré la puerta, con extrema lentitud. Ya me dirigía a las escaleras que llevaban a la alta torre donde se encontraba mi dormitorio, el dormitorio real. Estaban precisamente no muy lejos de la sala del trono, para poder permitir huidas, descansos y trabajar a gusto.

Escuché sus palabras, me paré y giré la cabeza con lentituz, mirandola una ultima vez por hoy. Suspiré y seguí caminando sin mirar atras. Tras de mi, escuché como la puerta se cerraba, ella ya no estaba allí. Salí del castillo, unos guadias me saludaron amablemente cuando me iba, a lo que con una ronrisa algo finjida les respondí con cordialidad. Seguí caminado hasta salir de las puertas, volvía a mi hogar.