Visita urgente no rutinaria

Nunca antes había visitado el reino vampírico, pero para todo había una primera vez. Aunque en esta ocasión mi visita no fuera conforme a lo que había acordado con la reina Luccie tiempo atrás, pues mi visita en esta ocasión encarnaba ahora un motivo que en este momento creía que nos concerniese a todos y debíamos dedicarle nuestra máxima prioridad.

Me aparecí en un destello de luz a las puertas del reino, con el aura expandida al máximo. Recordaba que a Luccie le gustaba mostrarla en todo su esplendor y dado que me encontraba ahora en su territorio deseaba hacer acopio de sus preferencias, además de que me serviría para informar de mi llegada, ya que todos los vampiros de rango inferior al de ella podrían percibirme.

Vestía un traje color marfil elegante, militar y ecuestre acorde a la época, con los bordados terminados en dorado y el pelo en esta ocasión lo llevaba recogido en una elegante coleta baja. La espada la llevaba enfundada a la espalda.

Esperé con paciencia a que alguien se presentara ante mí y pudiera informar de mi visita a su anfitriona.

Después de visitar aquel gran desastre aparecí en las puertas del reino, tendría que avisa a todos los grandes reinos con los que tenía una alianza, deveriamos tomar medidas inmediatamente. Cuadno iba caminando con Walter hacia el castillo me topé con una figura justo en la puerta, tras pensar unos instantes le reconocí-Lucius!!-grité llendo hacia el-Que gran sorpresa verte aqui, me has pillado que acabo de llegar-en cuanto estube a un metro de el hice una reverencia y alcé mi mano hacia Walter-Os presento, Lucius este es mi primer principe al mando y mi marido, Walter. Y Walter este es Lucius, heredero al trono angelical, le conocí en los desiertos frios cuando fuí a investigarlos-sonreí

Tras llegar completamente apurado con Luccie y haber gastado una gran cantidad de energia en un transporte tan largo un hombre nos esperaba en la puerta. Atraviesas medio continente en menos de un segundo y siempre hay alguien esperandote. Luccie le presentó como el heredero al trono de los ángeles, sin embargo al llevar mi aura suprimida pude notar que la del angel se equiparaba a la de Luccie.
-Creo que ha perdido el título de heredero. -Dije despues de hacer una reverencia de manera cortes.

Poco después, no fueron los vampiros sino la mismísima reina Luccie quien vino a recibirme. Sin embargo, venía del exterior y no del interior del castillo. Me volví rápidamente hacia ella, dándome cuenta ahora de que venía acompañada por un apuesto caballero.

- Mi querida Luccie... -Con suma elegancia tomé su mano para besarla en una refinada reverencia. Al erguirme de nuevo observé al caballero que la acompañaba con una encantadora sonrisa y me eché a reír ante su comentario, al tiempo que suprimía mi aura para percibirlo todo con mayor claridad-. No os falta razón, caballero -Torné por un instante de nuevo la mirada hacia Luccie-. Majestad, tenéis ante vos al nuevo soberano del Cielo -Tras realizar una nueva inclinación me volví de nuevo hacia el vampiro-. Es un verdadero honor conoceros, Walter.

Le dirigí una mirada cómplice a Luccie, me había permitido el lujo de echarle un vistazo más en profundidad a su marido y no pude evitar transmitirle mi visto bueno.

- Ruego me disculpéis si os he importunado, pero mi visita no es por el motivo de rutina que os prometí, Luccie. Si no que venía a comprobar cómo os encontrabais y hacer acopio de la cláusula de amistad que nos une, si me permitís. Aunque en esta ocasión, me he permitido tomar la iniciativa y mi ejército ya está preparado... -A medida que hablaba, procuraba incluir también en la conversación a Walter con la mirada.

Tomó mi mano con suavidad, igual que la primera vez que le conocí. El comentario de Walter me hizo darme cuenta de lo que habia pasado e hice una inclinacion. Me levanté sonriente-cuanto me alegro de que hayas recuperado el trono!-dije alegremente-Esto va a ver que celebrarlo..-

Emprendí camino al castillo-por favor acompañanos, acabamos de cruzarnos medio continente y necesitamos sentarnos un rato.-susurré caminando a su lado, su mirada complice y sus sonrisa me hicieron sonrojarme levemente, era una situacion un tanto extraña. Asentí-Claro ademas hay unos asuntos que ruego me disculpeis pero tengo que tratar con vos y con algunos mas, entramos al castillo y nos dirijimos a mi despacho-No se si habras escuchado los rumores que se ciernen sobre el mundo magico-susurré abriendo la puerta para que pasase.

-Aunque el ejercito este preparado, ni siquiera sabeis a donde se dirige nuestro enemigo, y no habeis visto lo que nosotros, no sois ni por un momento capaz de imaginar lo que es. -Dije a Lucius con fria cortesia, nome gustaban en absoluto los angeles, llenos de vanidad y otros tantos "pecados" que ellos mismos condenaban.
-En cualquier caso, ningún ejercito puede moverse tan rápido, para cuando queramos haber formado a las tropas en las llanuras Salem ya estará arrasando Eliria. Los ejercitos necesitan viveres y descansos, el ejercito de Salem no. Que no os quepa duda que marcharán dia tras dia y noche tras noche sin siquiera detenerse. -Clavé mis ojos carmesí en los suyos. Esa arrogancia, esa autosuficiencia, todo adornado con bonitas palabras, verdaderamente detestaba a los angeles.
Cuando llegamos al despacho de Luccieme detuve en la puerta para que pasase el invitado, si iban a tratar asuntos militares queria estar presente.

Sonreí cálidamente ante la respuesta que me ofreció Luccie. Realmente me agradaba que le agradase a ella también. Me invitó a pasar con ellos al interior del castillo para reunirnos con más personas a tratar los asuntos que nos concernía en este momento, no pude más que aceptar su invitación con una inclinación de cabeza y acompañarla. Más, me disponía a decir algo cuando Walter intervino, me centré ahora en fijar toda mi atención en él mientras caminábamos hacia el interior.

- En eso os doy la razón, príncipe Walter. Pero entonces tendremos que coordinarnos para alternar a las tropas en el sueño y establecer turnos, para que siempre halla alguien al frente.

Me volví ahora hacia Luccie. Por la respuesta que le había dado a Walter y mi reacción, creo que Luccie se podría dar cuenta de que estaba al tanto de la situación.

- No sólo he escuchado los rumores... uno de mis príncipes presencio el resurgimiento de Omega y me remitió lo sucedido. Es por eso que estoy aquí, querida -Alterné ahora la mirada entre ambos. Tampoco quería seguir hablando de ello si habíamos de reunirnos con otras personas para llegar a un acuerdo. Pero no dejaría preguntas sin responder si decidían continuar con este tema por el camino a donde nos guiaba la reina Luccie.

Una vez pasaron dentro me giré-Slither, Herondale, sereis los encargados de avisar a todos nuestros aliados del resurgimiento de omega. Id rapido, os estaremos esperando en la sala.-hice una pequeña reverencia a la cual ellos correspondieron y cerré las puertas llendo hacia el interior y sentandome en una de las sillas indicandoles que se sentaran.-como bien te han reportado omega a resurgido, se dirije a Eliria y pasara por las llanuras celestes. Tienen un gran ejercito, por lo que hemos podido saber por el rastro de sus auras la mayoría son humanos, pero no descartamos que haya algun brujo en sus filas. Nuestro plan era pararles en las llanuras pues como pusieran un solo pie en Eliria... sería demasiado tarde-apreté con fuerza los puños-Walter y algunos de mis hombres mas buenos y fieles se quedaran cortandoles el paso, para que podamos movilizar a todo el reino hacia allí. Si nuestros calculos no fallan estaremos allí en 3 dias, ni uno mas ni uno menos. Ya se que todos mis hombres no pueden utilizar el baile de las sombras para ir allí directamente y no quiero arriesgarme a que los humanos vean un monton de vampiros sobrevolando los cielos.-Suspiré apoyandome en mi mano-aun que necesitaremos tambien tiempo para montar el campamento, y nosotros no necesitamos comida, pero vosotros si. Ademas de que los brujos tendrán que utilizar sus conjuros para que los humanos no se percaten de nuestra presencia-Cerré los ojos, tener humanos merodeando por las zonas era peligroso y eso solo hacia que mi rabia aumentase un poco mas. Cuando los abrí eran de un color tirando a carmesí.

Al llegar al interior de la sala, tomé asiento accediendo amablemente a la invitación de la reina Luccie y presté toda mi atención a lo que nos contaba. Al finalizar su discurso, no pude pasar por alto el pequeño detalle de sus ojos, inyectados ahora en sangre. Parecía que lo ocurrido, como no era para menos, le había afectado condescendientemente. Sin embargo, y ante mi preocupación, me temía que no podía hacer nada al respecto, ya que aquella era una reacción natural de los vampiros.

Asentí, meditando la situación.

- Mi querido príncipe Raziel ha sido enviado como emisario a reclamar el apoyo de la reina Amy. Sin embargo, no estaría de más avisarles; mejor tratar entre todos la situación -Informé con calma, era importante conservarla en estos momentos para poder pensar con mayor claridad-. Y mi querido maestro Ceres, a pesar de su inexperiencia, ha sido enviado a las Llanuras Celestes con una avanzadilla para ir montando el campamento "Espero no me decepcione..." Pero tampoco dispongo de muchos ángeles en los que pueda delegar -Me dije sin apenas interrumpir mi discurso-. Por desgracia no dispongo de muchos aliados, por eso me he personificado yo mismo para contratar con vos. Consideraba mucho más importante vuestra empresa como para llevarla a cabo yo mismo -Mi mirada penetraba seria los verdes ojos de la vampiresa-. Desconozco al resto de vuestros aliados, pero en esta situación, cualquier ayuda es poca. Espero que todos puedan acudir a vuestra llamada...

Me volví ahora hacia el príncipe Walter con una mirada llena de aplomo.

- Os deseo, pues, mucha suerte en vuestra empresa. Esperamos que la marcha no se prolongue demasiado. El tiempo es oro en momentos como éste -Realicé una pequeña inclinación a modo de respeto.

Casualmente esa tarde me había dispuesto a salir de mi enclave oscurecido, para ir a conocer las nuevas que rumoreaban los guardias del castillo. Sin embargo, al atravesar el pasillo frente a la puerta del despacho de Luccie, oía una voz desconocida, además de las de Luccie y Walter. Había sigo algo grosero por mi parte el no haber hablado con Luccie de lo que hice con Amy Sunie, y además, no había recibido mi castigo. Quizás no era el momento para ello, pero sentía tal curiosidad por saber quién estaba allí hablando, que no pude contenerme, y abrí la puerta con lentitud, mostrando mi rostro por el hueco que quedó formado. Sonreía con leve picardía, aunque ésta desapareció de mi rostro al ver la expresión de Luccie, sus ojos enrojecidos, a un hombre alto y apuesto de cabellos rubios y piel clara, y el cáliz que parecía tomar la conversación.
Supuse que podría ser un ángel, a juzgar por sus ropajes, aunque eran meras suposiciones.

Perdónenme, mi Reina Luccie y Walter. Venía para hablaros de algo, pero bueno, creo que puedo esperar.

En ese momento, no supe si debía siquiera presentar mis saludos a aquel hombre. El mero hecho de ver a Luccie en estados como ése me amedrentaba de tal forma, que no me atrevía a dejar mostrar mi lado sarcástico.
OFF
Siento mucho si esto interrumpe, pero pensé que quizás debía intervenir para que Angeline supiera acerca de Omega. Si hay algún problema, elimino el mensaje sin reparo, y disculpadme si es así.

Entré tras Luccie y Lucius al despacho y me situé al lado de Luccie. Escuché lo que ambos tenian que decir sin cambiar un apice mi expresión y medité mi proximo movimiento. Me giré hacia Herondale y la hice una seña para que se caercase antes de marcharse. Escribí algo en un papel que habia por el escritorio.
-Llevale esto a Salem, dile que es urgente. -Dije entregandole lo que habia escrito. Luego me giré hacia Lucius.
-Vuestros ángeles estan muertos. Probablemente Eliria ya haya tomado represalias, ninguna ciudad-estado humana se quedaria de brazos cruzados mientras se prepara un campamento en sus cercanias. -Sabia perfectamente de lo que hablaba, no llevaba tanto tiempo siendo un vampiro y las costumbres humanas no habrian cambiado mucho.
-Por lo demás deberia irme y preparar a las tropas, con un poco de suerte podreis partir al anochecer de mañana. -Esta vez me habia dirigido a Luccie. Me dirigí hacia la puerta, pero cuando apenas habia dado unos pasos Angeline la abrió y asomó la cabeza. Sonreí con malicia y esperé a que Luccie decidiese que hacer con ella, sabia lo que habia ocurrido y todavia no habia recibido su castigo.

OFF: Claro que no me importa n_n

Suspiré-Mis aliados... algunos seguramente no serán de su agrado, pero otros estoy segura le agradaran. Ya e enviado a alguien a buscarles no tardaran mucho en estar aqui, entonces podremos hablar mejor de todo lo que podemos hacer-Observé como Walter se levantaba-Avisame cuando vayas a partir, da igual que este en medio de la reunion. Mejor todabía, quiero que estes presente antes de marcharte, como segundo al mando, lider de nuestra inquisicion y lider de los bailarines.-susurré. Mis ojos cambiaron momentaneamente a su color natural cuando ví a Angeline asomarse, la sonreí e hice un gesto para que pasara mientras me levantaba de mi asiento-dejarme que os presente Angeline este es Lucius, rey de los angeles; Lucius esta es la mejor de mis maestros Angeline- La hice un gesto para que se sentara-¿que tenías que decirme?-pregunté despues miré a Lucius-Si quieres me lo cuentas luego-susurré recostandome en mi asiento-Prosigamos pues, e de decirle, que aun que simpatizo mucho con seres de luz, como vos y Amy, la mayoria de mis aliados son seres de oscuridad, entre ellos el rey de los demonios Aspicious con el que tengo una gran amistad, espero que no te importe, que les haya convocado dada la situacion..-susurré algo preocupada, esperaba que no se lo tomara a mal. giré mi mirada a Angeline-Omega a despertado y se dirije hacia Eliria, lo esta destruyendo todo a su paso. Walter y algunos bersekers y paladines les cortaran el paso hasta que podamos llegar los demas, o ese es mas o menos el plan inicial.-hice un breve resumen para ella.

-Y no solo los demonios,si no también los brujos somos aliados de oscuridad,me temo-comenté apareciendo junto a la mujer,y respondiendo al comentario que pude escuchar de la que debía ser Luccie. Hice una reverencia,con la sonrisa tranquila que siempre me acompañaba.

-Mi nombre es Neliel, me envía Salem en respuesta a vuestra llamada.-Hice una leve pausa- Reina Luccie,debeis saber que apoyaremos a Walter como se acordó, contáis con 500 brujos junto conmigo, llegarán al castillo en cuanto creen el portal correspondiente.

Salem y los restantes se dirigirán en cuanto el sello este terminado a las llanuras de Eliria-comenté finalmente,esperando respuesta.

Observe que todos eran desconocidos a excepción de Walter.

Avancé un par de pasos al frente, dejando sitio para que pasara Walter, mientras me colocaba junto a la pared, dejando caer mis brazos. Observé que Luccie volvía a tener sus ojos de color verde, así que, en mi interior, estaba más tranquila. Al ver su gesto, avancé hacia delante, donde se encontraba el posible Ángel y ella, caminando lentamente. En el fondo, todavía estaba amedrentada.

Me detuve frente al recién nombrado Lucius, e hice una inclinación profunda, sosteniendo los bajos de la falda, como era acostumbrado. No sonreía, ni de forma amistosa ni pícara. Me había impresionado mucho ver el estado de Luccie, a pesar de que ahora hubiera desaparecido esa imagen suya.

Encantada, Lucius, de conoceros...

Me erguí, y me senté en la silla junto a la que estaba frente a Lucius, con cierto nerviosismo.

En ese momento, quería contestarle, pero mejor no interrumpirla. Esperaría a que terminara de hablar, aunque no era necesario que se marchara Lucius para contarle aquello, puesto que, quizás, debía saber de aquello.

Nombró a Amy en la conversación con Lucius, y los aliados que tiene Luccie.

Me huele a conflicto...

Centré mi vista en el rostro de Luccie en cuanto vi que me miraba directamente a mi, prestando atención a lo que decía. Así que Omega, un ser mítico, realmente existe. Y por si fuera poco, acababa de despertar, y de irrumpir en algún lugar, para destruir la ciudad de Eliria, y probablemente, después, a nosotros y todo lo que encontrase.

Ya veo...parece un tema de gravedad... Y con respecto a lo que venía... bueno, recordará mi señora que cometí un error, y no he recibido la sanción correspondiente aún...

Callé en cuanto vi que apareció una mujer de curiosos ropajes de sabia. Incliné la cabeza levemente, a modo de saludo. Ya casi nada me sorprendía. Pero traté de callar, para dejar que Luccie respondiera adecuadamente a ello.

OFF Vengo de aquí https://creatureswars.forosactivos.net/t1867p15-audiencia-con-la-reina-renegada

Repentinamente, aparecimos frente a la puerta del cubículo donde parecía encontrarse actualmente Luccie. El bailarín me pidiío que me adentrara, y así hice.

Abrí la puerta y me interné en la sala, hasta llegar al majestuoso escritorio de madera de Luccie. Me incliné en una profunda reverencia.

He venido como me pediste, Luccie. Y es un placer veros a todos Agregué con una media sonrisa en mis labios.

Llevaba puesto el corpiño gris claro y la falda media que iba a vestir debajo de la armadura, puesto que iba a prepararme para ello.

Al ver que Angeline se encontraba allí, a pesar de que sentía un ligero miedo recorriéndome el cuerpo, traté de sonreir con la mayor de mis sonrisas amables.

Al ver a la mujer de interesantes ropajes, me incliné profundamente.

Es un placer conocerle. Me llamo Amy Sunie. Siento que tengamos que conocernos en estas circunstancias

A pesar de que parecía irradiar unas buenas vibraciones, notaba un aura de oscuridad a su alrededor y no sabía exactamente por qué.

OFF:Perdon por la tardamza pero no puedo conectarme mucho por eso os pido que sigais y que yo estare como un personaje pasivo,asi que no esperis mi respuesta.Intentare postear cuando pueda

Me hubiera percatado antes de la aparición de la nueva vampiresa de no ser porque me había quedado helado con las palabras de Walter. Noté un cierto desprecio en ellas, pero en aquel momento no podía pensar en nada que decirle para rebatírselo, la incredulidad me nublaba la perspectiva. Probablemente, si conocía tan bien a los humanos como parecía, no le faltara razón.

Me disponía a replicar, ya repuesto, cuando Luccie intervino para responderme, robándole la atención a su príncipe después. Aparté la mirada para no incomodarles y me di cuenta entonces de la presencia de la nueva vampiresa en la sala. La observé detenidamente con una sonrisa. Luccie tuvo la amabilidad de presentarnos, Angeline parecía llamarse, por lo que no pude más que asentir agradado al escucharla saludarme, y con una amplia y cálida sonrisa me acerqué a ella.

- El gusto es mío, señorita -Dije en un tono encantador tomando su mano, como de costumbre, para besársela. Después me volví hacia Luccie nuevamente para responderla-. No tengo nada en contra de los demonios, mi querida Luccie...

Fui repentinamente interrumpido por la aparición de una nueva mujer que se presentó como Neliel, representante de los brujos, que le entregó un mensaje de su superior a Walter.

- En general tampoco contra los seres oscuros -Proseguí tras la interrupción-, como habréis podido observar... -Añadí, posando mi encantadora mirada directamente en los verdes ojos de la reina Luccie-. Un placer conocerla, señorita Neliel -Solía dedicarle el mismo trato a todas las mujeres, pero ésta me había parecido descifrar por su actitud que seguramente no le agradara mi acercamiento, así que simplemente me limité a realizar una pequeña inclinación a modo de respeto. Y me volví de nuevo hacia el resto-. Sin embargo, es con algunos seres de naturaleza neutral con los que tengo ciertas reticencias. Por lo que creo no tendré ningún problema en conocer a vuestro amigo Aspicious.

Mi mirada recorrió ahora la sala pasando por cada una de las mujeres que llenaban la sala con su presencia. "¿Por qué todas las mujeres que conocía eran hermosas?" Pensaba. Sin duda, la bella Samasha parecía querer deleitarme dándome a conocer a las más bellas flores de Yggdrasil.

Pero, había de callarme, porque en cosa de un instante, se apareció en la sala la ángel más bella sobre la faz de Yggdrasil. Venía acompañada de mi príncipe Raziel, a quien le dediqué una pequeña inclinación de aprobación por acompañarla, a pesar de haber recibido órdenes diferentes por mi parte. Le estaba agradecido de que no la hubiese dejado sola.

- Bienvenida, mi querida Amy -Apenas le di tiempo a reaccionar, tomé su mano y se la besé con suavidad sin apartar mis ojos azul-eléctrico de los suyos. Había notado su ligero temor, por lo que mi mirada trataba de animarla.

OFF ¡Vaya mi cabeza! Se me pasó interactuar con Lucius, jejejeje. En fin, intentaré enmendar el error
ON

Antes siquiera de darme cuenta, vi cómo se acercó Lucius desde un lateral de la sala. Ciega de mi, no me había fijado en su presencia. Quizás sería provocado por el nerviosismo. Al verle tomar mi mano, mis mejillas se sonrojaron, y más aún cuando noté sus suaves y mullidos labios sobre mi anverso de la mano. Me fijé en su mirada penetrante que tanto se había fijado en mi vista, y tanto me encantaba ver. Parecía transmitirme un sentimiento alegre, eufórico, de tal forma que el temor que había guardado desde que vi la notificación de Luccie se redujo considerablemente. Susurrando, le respondí a su saludo, todavía sonrojada.

Es un placer volver a verte...Lucius. Pero por favor...no es necesario que te postres ante mi de tal forma, si ya me conoces... Añadí, un tanto ruborizada, lo que me dio un aspecto de joven chiquilla que no quería mostrar algún secreto simple, pero que ya habían descubierto. Eso había conseguido eliminar el pensamiento que tenía en la cabeza de temor, y lo había incluso olvidado. Vaya...me siento un poco anonadada... Añadí, esbozando una sonrisa media al darme cuenta de que me estaba ruborizando más por momentos.

Sonreí con un ligero toque de picardía, a la vez que de satisfacción al atisbar su rubor. Me encantaba hacerla sonrojar de aquella manera, se volvía tan adorable... que me enternecía.

- Querida... -Respondí en el mismo volumen que ella, acercándome a su oído con suavidad-. No puedo daros el trato que me pedís estando en compañía, tengo una imagen que mantener. En la intimidad responderé a vuestro deseo...

Dejé la frase en el aire para que la interpretara como quisiera y me separé de su oído casi rozando su mejilla para colocarme a su lado (al otro lado para no robarle el espacio a Raziel).

- Podéis apoyaros en mí si gustáis -Le dije a Amy con suavidad, al tiempo que le ofrecía gentilmente mi brazo, y con la mano libre le aplicaba un poco de frío local en la frente, para que se restableciera.

OFF Después de esta acción esperaré a que Luccie, principalmente, continúe, que la estamos dejando atrás, jejejeje.
ON

Su presencia me solía relajar, pero el que se acercara a mi oído y me susurrara así, me ruborizaba más todavía. Sin embargo, me llamó la atención lo que dijo. ¿I..intimidad? U- uy.... Me llevé entonces una mano a mi mejilla, mientras sonreía de una forma un tanto avergonzada. Intentaba no mirar a sus ojos directamente, pero se me hacía difícil apartar la mirada, pues en cuanto lo hice, me volví a sentir atraida por sus ojos azules.

Me sacó de mi enmimismamiento su voz nuevamente, y asintiendo lentamente, me sostuve de su brazo, de manera que mi codo descansara sobre el suyo, como si ambos fueran eslabones de una cadena. Y gracias a un frescor que tenía en mi frente, mi sonrojo fue desapareciendo paulatinamente. Entonces me volví nuevamente hacia Luccie, e incliné levemente la cabeza.

Discúlpeme, ahora estoy a su completa disposición, Luccie.

Aparecimos en el castillo de los vampiros.
Segui a Amy hasta la sala donde se estaban reuniendo personajes de varias razas.
Me resultaba interesante la mezcla que representabamos.
Al aparecer Lucius me saludo con un saludo corto y mudo,yo respondi igual,para no interrumpir.Tras escu char a todos me quede pensando en que necesitariamos la ayuda de todas las razas,incluida la humana,para parar lo que nos venia encima.
Sin embargo me calle y aguarde a un momento mejor.Le informe de forma discreta de todo lo sucedido,menos el contenido de la charla de esta mañana. y le explique porque no pude reunirme de inmediato.

Es un placer estar aqui para ayudar en lo que pueda y mas.Mis habilidades y mi fuerza esta a vuestra entera diposicion.

OFF: Madre mia que de post! xDDD Gracias Amy y los demas, por cierto, a partir de ahora será mejor que mantengamos un orden, ya que vamos a ser muchos en un mismo post.

Miré a Angeline cuando dijo aquello, era cierto suspiré-Bien, irás con Walter y ayudaras a frenar a Omega y sus secuaces hasta que nosotros lleguemos, es una mision peligrosa y constante, te sevirá de castigo mas que suficiente- Susurré y luego añadí-Sin embargo.. si en algun momento os veis en peligro grave, huir.. no sacrificaré a nadie.-Observé como iba llegando la gente, la primera tenía el aura de un brujo asi que sonreí e hice una reverencia-Claro que no, y no por ello menos importantes sois, es una pena que Salem no haya podido venir, llevo mucho tiempo sin verle-sonreí-Soy Luccie Hyuga, encantada de conocerte- Miré las demas sillas al rededor de la mesa y les ofrecí asiento mientras esperabamos a que llegasen los demas. Pero en cuanto iba a tomar asiento de nuevo Apareció Amy y un Angel mas que no conocía, sin embargo si iba con Amy no sería mala persona. Esbocé una gran sonrisa cuando la ví aparecer, pero antes de que fuese a saludarla empezó una conversacion entre Lucius y ella, al poco rato no pude mas que sonrojarme ante todas aquellas palabras que decían¿ acaso se olvidaban de todo lo que estaba pasando en esos momentos?- Lucius!! -dije alzando la voz igual de sonrojada-Veo que habeis olvidad que los Vampiros tenemos gran agudeza auditiva y personalmente no quería escuchar esas cosas!! ahora tratemos temas que nos incumben en estos momentos por favor-susurré. Me giré al angel haciendo una reverencia-Luccie Hyuga, reina vampiresa, un placer conoceros- Me dejé caer en el asiento-sentaos por favor, vayamos empezando, creo que sabeis perfectamente el motivo por el que e decidido llamar a todos mis aliados, aun que todabía no estan todos presentes... Omega a despertado y se dirije hacia Eliria. Cada minuto esta mas cerca y si llega la destrozará entera, yo junto con mis soldados no podemos pararle solos, necesitamos vuestra ayuda para actuar y pararles como de lugar-susurré esperando que tenían que aportar en esos momentos.

OFF Sï, jeje. Pero creo que yo voy saliendo del tema con Walter dentro de nada.
ON

Asentií confidente, inclinándome levemente, mientras mantenía una expresión seria ante Luccie.

Sí, mi Reina. Lo haré encantada, pues merezco todo lo que me mandeis sea del calibre que sea.

Mas callé durante unos segundos tras pensar en lo que decía. No nos sacrificaría...Luccie de verdad cuidaba a sus ciudadanos. Sentía que la traición que hube sentido en el pasado se veía revertida por la confianza que me transmitía Luccie. Titubeé unos segundos antes de responder, mientras pensaba en si debía aceptar esas condiciones.

Sí, mi Reina. Si me veo en graves problemas, huiré de allí, lo prometo

Cuando hube terminado de hablar con mi Reina, me alejé unos pasos, y ante todos los demás, hice una inclinación media.

Un placer veros. Marcho a la primera línea con Walter Añadí, segura de mí misma. Sabía que esto me lo merecía. Tenía que pagar por lo que había hecho.

Así que, finalmente, me di la vuelta y me dirigí hacia Walter, quedándome frente a éste.

BUeno...por mi parte, podemos marchar, Walter

Más angeles entraron en la sala, demasiada luz a mi alrededor, sin embargo mantuve la compostura e hice las reverencias corteses que se esperaban de mi rango. Poco más tarde apareció Neliel junto con Herondale, el mensaje ya habia llegado, los brujos ya habrian empezado sus preparativos. Sonreí para mi mismo.
Después habló Luccie, pocas veces hablaba como una reina, pero cuando lo hacia se notaba su determinación y una gran fuerza, dudaba mucho que los vampiros pudiesen haber encontrado una reina mejor. Cuando ofreció asiento yo me dirigí a una de las estanterias y saqué un mapa que desplegué sobre la enorme mesa de roble. En el se mostraban las llanuras celestes, Eliria y las cordilleras. Señalé un desfiladero
-Neliel, Angeline y yo iremos con varios contingentes armados a este desfiladero. Como se puede comprobar es el único paso accesible a un ejercito del tamaño del de Omega. Normalmente dispondriamos de tiempo suficiente para movilizar a todos los ejercitos y preparar el campamento en las llanuras, pero nuestro enemigo no necesita descansar, marcharán dia tras dia y noche tras noche, por lo que no hay tiempo. Nuestra intención es fortificarnos aqui. -Señalé una posició en el centro del desfiladero. -Justo aqui hay un pequeño fuerte abandonado que domina el paso. Si quieren pasar tendrán que hacerlo sobre nosotros, nustra intención no es detenerlos ahí, pues en una batalla a largo plazo no tendriamos oportunidad alguna, necesitamos aprobechar nuestra ventaja númerica en las llanuras. Sin embargo, necesitamos tiempo, asi que ese es nuestro objetivo. Calculo que con quinientos vampiros y otros tantos brujos podemos daros 3 dias con sus noches. Eso es apenas tiempo para que marcheis con vuestros ejercitos y establezcais el campamento. Nuestros brujos aliados ya estan de camino a las llanuras, llenarán de conjuros una gran extensión de terreno con el objetivo de que los humanos no puedan percibirnos. -Mientras hablaba iba señalando los lugaren en el mapa y haciendo algunos apuntes haciendo uso de una pluma y un tintero.
-El resto de preparativos de la batalla os los dejo a vosotros. Neliel, Angeline, vamonos, los brujos deben de haber llegado ya. -Dicho esto y puestas sobre la mesa casi todas nuestras cartas salí de la sala sin comprobar si Angeline y Neliel me seguian, no les quedaba otra.

Me mantuve junto a Walter, escuchando las tácticas que seguiríamos a partir de ahora. Parecía un plan sencillo de ejecutar, más no de fáciles resultados. Prometía ser una batalla sin tregua en el momento en que el ejército de Omega ataque.

Así que, finalmente, tras ver cómo se despedía Walter de los presentes, y salía de la sala, asentí en silencio, y seguí sus pasos a través de la puerta. Empezaríamos pronto nuestra incursión. Parecía que iba a ser la batalla más importante de mi vida.