Visita urgente no rutinaria

Había estado cerca de la mesa sobre la que extendió el mapa,y sobre el cual nos dio las indicaciones determinadas. Asimilé la información en silencio,y tras ver salir por la puerta a Angeline, la seguí cerrando la puerta a mi paso.

Mientras nos dirigíamos por los pasillos,observaba el techo,pensativa. intentaba sentir el aura de todos nuestros acompañantes.

De mi cintura colgaba,como siempre,un bolso de extrañas telas,cuyo interior desafiaba las leyes del espacio. Allí tenía todo lo necesario para la batalla.

Aparecí en la reunión en medio de un halo oscuro:
-- Disculpen la tardanza -- me disculpé bajando de la escoba y haciendo una inclinación -- es un honor el estar en presencia de tales miembros de la realeza y la corte -- comenté mientras me incorporaba -- he de avisaros que los motivos de esta reunión me son desconocidos, quiero decir, mis conocimientos sobre la situación actual son bastante limitados para mi desgracia, comprenderéis que los asuntos de mi reino me tienen absorbida y apenas me queda tiempo últimamente... por lo que agradecería un breve resumen... (OFF: el instituto que me tiene loca xD)

Me sobresalté ante la reclamación de Luccie, no había sido partícipe del libertino ofrecimiento de Raziel. Había olvidado la característica de fino oído por un instante de los vampiros. Por primera vez y en público, el tono de piel bronceado de mis mejillas adoptó un tono rojizo por la vergüenza. Aun así, daba gracias de que no todos los presentes lo hubieran escuchado, pues había sido algo íntimo y personal, que ya no se olvidaría no podía mostrar a relucir en público, en presencia de Luccie o más vampiros.

- Ruego encarecidamente que me dispenséis de mi despiste -Me incliné, totalmente avergonzado por el desliz.

Me había hecho sentir como un niño pequeño pillado infraganti por la infracción de una travesura. Sin embargo, remedié rápidamente la rojez congelando parcialmente mis mejillas, mientras Luccie nos recordaba cual era el motivo de la reunión.

Angeline y Walter acataron las órdenes de Luccie, quien demostró ser una gran líder cuando se lo proponía. El plan de Walter me hizo olvidar la embarazosa e incómoda situación anterior. Lo observé con cierta admiración, Luccie había escogido bien a su compañero sentimental, desde luego a su lado podría sentirse segura, pues había sido el primero en ofrecerse para ir a retener a Omega y darnos más tiempo para los preparativos. Algo heróico por su parte, digno de admiración. Desde luego, yo hubiera hecho lo mismo por los míos. Sin embargo, él parecía tenerlo todo ya muy bien planificado con los brujos, algo que me hizo temer por un momento por Ceres y mis ángeles...

¿Habría sido algo descuidado...? "Espero no haberles enviado a una muerte segura..."

Me adelanté hacia Luccie en cuanto Walter y su comitiva desaparecieron.

- Querida Luccie, espero que podáis disculparme, acabo de recordar que me he dejado algo cocinándose al fuego...

Era una metáfora, evidentemente. No tenía tiempo para dar explicaciones. Me volví ahora hacia Raziel.

- Dejo esta empresa en vuestras manos hasta que regrese. Estaré de vuelta tan pronto como me sea posible -Anuncié.

- Temo por los ángeles que envié al frente en las Llanuras. No puedo permitirme perderlos... -Susurré esto último sólo para el fino oído de Luccie y desaparecí en un destello de luz.

No me había despedido del resto, pero esperaba que me comprendiesen.

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Asenti ante las ordenes de Luciu,tenia sus razones,la ubicacion de las tropas no era la adecuada ya que no tenia la proteccion magica debida.Los humanos son muy recelosos con su territorio.

Vi como Lucious se iba y mire a Amy y a los demas.No sabia si era buena idea dejarme a mi. mi forma de ver las cosas no era la suya.Pero las ordenes eran la ordenes,escucharia y pensaria detenidamente que era lo adecuado para el momento.

Tras ver cómo Angeline aceptaba la misión que le había sido encomendada por su Reina, y las operaciones que Walter explicó, apareció, al igual que lo hizo Neliel, una mujer de cabellos rubios a partir de un portal oscuro. Tenía una expresión extraña, o eso me parecía, a juzgar por el aura que tenía. Mas debía ser mi imaginación, pues tenía buena apariencia, y las cosas las pedía de buenos modos.

Me iba a dignar a resumirle la situación, mas antes vi lo que nunca creí ver en Lucius. Sus mejillas se habían sonrojado por primera vez en su vida.

¡Imposible!¡Nuestro mundo se desmorona tal y como lo conocemos!Pero...se ve tan...sensible así... Pensaba mientras esbozaba una sonrisa para mi misma.

Poco duró, pues vi que debía marcharse, y tras dejarnos con el tema un poco en el aire, suponiendo algo que tuviera que ver con lo que me contara Raziel, se marchó de la sala. No le reprocharía el que no se despidiera de mi, puesto que debía de ser muy importante lo que fuera para que se marchara de aquel modo. Así que, tras ver los restos de su aura deshacerse en el aire, le dirigí una mirada de complicidad a Raziel, asintiendo de manera que se sintiera seguro de sí mismo. Si Lucius confiaba en él, yo también lo haría.

Finalmente, me giré hacia Elinor, y me incliné hacia el frente en una reverencia, tras lo cual, me dispuse a explicarle la situación.

Sí, por supuesto. Verá, hace unos escasos días, surgió de los océanos una gigantesca torre, y hasta donde sé, se trataba de una torre que estaba ahí, a pesar de que no la viéramos. Y algo se rumoreó de que el quinto sello de Omega se destruyó, y éste salió de su encierro. Ahora se encuentra entre un ejército de desconocidas características, que no descansa nunca, y se acerca y avanza hacia Eliria. Debemos detenerlos a todos antes de que lleguen a la ciudad, destruyan a los humanos, y...luego nos destruyan a nosotros, y entonces, sucumbamos al caos de su poder....
Toda la historia la había contado con un tono ciertamente dramático, mas cuando terminé, exclamé

¿Le sirve este resumen,...? Por cierto, mi nombre es Amy Sunie. No sé si nos conocíamos de antes

Off: Perdón por interrumpir, pero Angeline, Neliel y yo nos vamos aquí, perdón por tardar en crear el post xD
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-- Mil gracias, Amy -- dije asintiendo con la cabeza -- ahora estoy al corriente de los asuntos del estado, podemos continuar con la reunión

Volví a entrar por la puerta tras haberme preparado, habia cambiado mis ropas una armadura negra que cubria las partes indispensables, con el fin de dejarme una buena movilidad. Era de color negro y tenia filigranas plateadas a los bordes, además de un relieve con forma de enredadera. Además llevaba mis dos espadas colgando en sus vainas y sostenia mi capa negra con la mano.
-He de partir ya. Los voluntarios se estan reuniendo ahora mismo y los brujos deben de estar terminando su portal. -Dije a la sala en general. -El ejercito podrá partir al anochecer de mañana. -Terminé de hablar mirando a Luccie conuna mirada que debia estar cargarda de sentido y esperé a que hablase.

La reunion ya estaba empezada, no me podía creer que estuviese llegando tarde. La que me iba a caer sería pequeña.

Llame a la puerta y la abri con delicaleza.

-¿se puede pasar?- dije timidamente.

Esperé a que Walter les contara todo-Ve Walter y recuerda todo lo que hablamos-le susurré. Esperé a que Amy terminara de relatar los detalles acontecidos hasta ese momento-Como puedes obvservar Elinor, estamos en un gran aprieto-me enderecé un poco y cuando iba a empezar a hablar de nuevo Natasha entró-Pasa anda-susurré. Me levanté-Walter junto con muchos de mis vampiros y brujos nos darán 3 dias, asi que devemos movilizarnos rapidamente hacia allí. Las tropas son dificiles de mover ya que si un solo humano nos viese, sería el fin. Propongo movilizarnos por los bosques, ya que no solo es un refugio seguro, si no que les proporcionará a mi ejercito la suficiente sombra por el dia como para no morir achicharrados- Suspiré.-Nuestro enemigo no descansa, hemos detectado auras magicas entre todas las humanas probablemente sean pocos, pero hay brujos entre ellos. No devemos subestimarlos asi que cualquier precaucion es poca. Yo por mi parte reuniré a mi ejercito en como minimo medio dia mas pero aun... aun no tenemos una estrategia fija ¿Alguna sujerencia?

Sonreí con propia satisfacción hacia Elinor De nada, Elinor. Todo un placer

Vi cómo llegaba Walter y anunciaba su preparación. Y esperé a que Luccie terminara de hablar para intentar contar yo una estrategia. Está bien que los vampiros avancen por los bosques.

Yo tengo una propuesta. Mis ejércitos están listos para atravesar las puertas del cielo hacia las Costas del Atardecer cuando regrese al castillo. Entonces, lo ideal sería que, mientras avanza el ejército de Omega por aquí - Me incliné sobre el mapa de la mesa y señalé el paso de montaña de las Cordilleras de la Desesperación que cruzaba desde el Desierto hasta las Llanuras...un cuello de botella, apostemos allí todo lo que podamos. Preferible a los atacantes a distancia, y un grupo de luchadores de primera línea. Así podremos ir menguando poco a poco su ejército. Y además, viendo la relativa cercanía entre el Desierto y las Costas, mi ejército puede avanzar por la zona sur del lago y atacar uno de sus flancos. Tiene que ser un ataque coordinado para ello. Sin embargo.. Repuse mientras me colocaba el pelo, y me erguía nuevamente. En un rápido vistazo, lancé una fugaz mirada a todos los presentes y proseguí. Sin embargo.. si ese ejército es tan rápido..me temo que el único sitio donde podríamos hacerle frente es en las LLanuras. No hay mucha cobertura ni nos proporciona ventaja frente a ellos, además de que estamos peligrosamente cerca de Eliria. Pero es el único sitio donde podríamos seguir dándoles batalla si llegan a pasar el puerto de montaña. EN ese caso, intentaría 2 cosas: La primera, enviar nuestros ejércitos parcialmente tras ellos, por su espalda, mientras que en las Llanuras tendriamos un contingente esperándoles. Los demonios...podrían atacar su flanco en cuanto llegasen allí. Es lo único que se me ocurre que podríamos hacer

Callé finalmente, mientras colocaba las manos sobre mi vientre, con una débil sonrisa hacia Luccie. Esperaba que mi plan le hubiera satisfecho.

Sonrei ante lo que dijo Amy a mi se me ocurria algo mejor.

Señores,me gustaria dar otra solucion.
Si arriesgamos a unos soldados a esto puede salir bien pero tambien saldran heridos por doquier.

Si como dices van hacia un paso de montañas que es muy estrecho me ofrezco para hacer un derrumbamiento cuando pasen por ahi,vosotros no me conoceis,pero puedo derrumbar una montaña si es preciso,y no es exactamente lo que tengo que hacer,eso hara mucho daño a su ejercito y dara tiempo a que hagais una defensa mejor.Aunque no soy tan tonto como para ir solo,necesitare, si la reina vampira me lo permite.unos cuantos de sus guerreros y unos cuantos bailarines, sobre todo para tranportarme a mi y a unos diez angeles de tierra que han sido entrenados por mi y para mensajeria,asi estareis informados de todo.partire ahora si me dais lo que necesito.Si no ....partire ahora pero ire volando solo.No voy a dejar que esos se adelanten.

Soy un elemental de tierra experimentado,he combatido en muchos combates y la reina renegada de los angeles puede atestiguar mi fuerza.

Mire a todos y mire a Amy tambien,ella me habia visto en el duelo con Lucius,y en esos momentos no habia recuperado mi memoria.

Lo que dijo Amy me pareció totalmente lógico normal, eso nos haría ganar tiempo sin duda. Al ir a responder, raziel, príncipe de los ángeles se me adelantó, pidiéndome guerreros y bailarines insinuándome que he mandado a la muerte a uno de los míos. Mis ojos verdosos ahora llenos de furia se volvieron rojos y enfadados pegué un golpe a la mesa provocando un gran estruendo. -Acaso vos insinuáis, que me da igual mandar a los míos a la guerra, sacrificándolos a sabiendas...?!Antes de nada, aclararte que el que acaba de salir por la puerta es mi marido! y el padre de mi hija! Así que mide tus palabras, ¡no soy una persona que quiera que la adoren e idolatren pero exijo respeto a mi persona y mis decisiones!- Intenté calmarme un poco, pues su aura luminosa no hacía más que hacer que mi sello quisiese salir de una vez por todas. Suspiré -Creo que no estas al tanto de lo que pasaría si alguno de mis bailarines no cumple bien su misión, además yo como reina y con todo mi poder, apenas puedo llevar a 3 personas conmigo. No te daré esos guerreros que me pides, porque igualmente, tardarían en prepararse y porque si fuera tan fácil como para llevármelos con mis bailarines, ya lo habría hecho- dije echándole una mirada desafiante -Además, si he convocado a todos los reyes aquí, es porque sin ellos no se puede hacer nada, ¿crees que tu solo con unos cuantos guerreros conseguiréis aplastar a Omega? Además para detenerlos tendríais que poder tirar toda la montaña, por no olvidar que hay brujos en sus filas un solo conjuro y tus alas podrían quedar echas pedazos. También Eliria no está precisamente lejos. ¿Serías tú la carnada para la inquisición?- pregunté -No creas que si haces eso, la gente no lo notaría además yo en ningún momento he dicho que sea un paso estrecho, es más, es el más grande de todas las cordilleras el único que permitiría a un ejército tan grande atravesar las montañas.- Me levanté examinándolo-Que seas un ángel, amigo de Amy y Lucius no te convierte en alguien en quien pueda confiar. Amy es una ángel extraordinaria al igual que Lucius, pero hasta que no te conozca tú no gozaras de esa confianza, he de cuidar a los míos así que lo dejaré bien claro, no te daré ningún guerrero príncipe ángel. Mis bailarines no podrían transportaros a todas tus tropas y a las mías, además no olvides que la luz nos aniquila.- susurré entrecerrando los ojos un poco más calmada -no intentes presionarme para que te los ceda, diciendo que iras tu solo, porque me da igual si un par de ángeles mueren por idiotas. -dicho esto y aun que habían sido unas duras palabras para lo que yo solía hacer me senté de nuevo en mi asiento. Un largo suspiro salió de mis labios-por otra parte el plan de Amy me parece perfecto, podríamos intentar cansarles, aun que siendo algo parecido a unos zombies es dificil. Mis bersekers gozan de una extraordinaria fuerza y resistencia, harían falta más de 20 hombres para matarlo del todo, podría ponerlos en primera fila de ataque justo antes de que lleguen a las llanuras. Mientras que mis arqueros y bailarines podría ponerlos en segunda línea, si os parece correcto-

Me quedé apartada de la mesa mientras oía hablar a Raziel. Ya el comienzo me llamaba la atención. ¿Heridos por doquier? ¿Es algo peligroso con daños aesgurados? Eso no me gustaba. Aun así, bueno, tenía cierta confianza en que diría lo adecuado.

Terminó. Su plan podía parecer fácil. Pero yo tenía claro que no era así. Necesitaría tiempo para derribar las montañas, me temo. Sin embargo, y cuando estaba a punto de añadir algo a lo que dijo Raziel, me fijé en la mirada de Luccie. Sus ojos verdosos como las hojas de los naranjos se habían bañado en sangre. Su ceño se había fruncido, enfurecida. Me alejé instintivamente, sin apenas ser consciente de ello, apenas unos pasos. Y ésta, tras golpear con rabia la mesa, comenzó a proliferar gritos de cólera. Intentaba no asustarme demasiado, pero era la primera vez que veía a Luccie enfadada de esa forma. De hecho...diría que es la primera vez que veía a alguien tan enfadado nunca.

Y al parecer, no confiaba nada en Raziel. Es cierto que acababa de conocerlo, así que probablemente estuviera en su derecho. Aun así... me asustaba verla en su estado.

Aun así, cuando vi que empezaba a relajarse, pude oir lo que ella pensaba acerca de mi. Me tranquilicé al ver que las cosas volvían a su normalidad.

No sabía que le cayera taaan bien..guau

Cuando hubo terminado y se hubo sentado, me acerqué, para responder a su proposición.

Me parece excelente. Yo me encontraré en el grupo de segunda línea, junto a nuestros arqueros, y enviaré a primera línea a los legionarios.

Me mantuve callada tras eso. No sabía bien si debía decir algo al respecto de Raziel, o qué haría este. También esperaba a lo que añadiría Elinor a nuestra táctica.

No me inmute ante el arranque de ira.cuando terminaron de hablar mire a los ojos a luccie e hice una reverencia y empecé a hablar con tranquilidad. Señora de los vampiros,comprendo tú dolor y tú enfado sin embargo no voy a retractarme de nada.Hablo y digo lo que pienso,me da igual lo que piense la gente de mi.Aunque es cierto que mi forma de hablar ha sido desconsiderada.No le estoy haciendo chantaje,ni mucho menos.Aunque tal vez sí he sobrevalorado los poderes de los vampiros.Y en cuanto a lo de aplastar a omega,no creo que pueda aplastarlo.Pero sí retrasar considerablemente a su ejército e incluso diezmarlo.Cuando lleguen a vosotros irán algunos menos o más separados.Además,te preocupas de que los humanos nos hagan algo cuando serán masacrados sí no conseguimos pararlos.Me da igual sí me ayudais o no, pero esperar a que un ejército así sea parado en las llanuras sin intentar reducirlos antes, es una locura hablaba con serenidad y firmeza,mis ojos parecían dos duros y fríos cristales,mientras daba el último saludo me giré.Tendría que pedir ayuda a un amigo,desapareci en un haz de luz mientras pensaba en sí seguiría enfadado por romper su artilugio.

FDI: Vengo de aquí: https://creatureswars.forosactivos.net/t1868-entrega-del-acta-de-la-mision-de-ceres#36115
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Un destello luminoso precedió a mi nueva aparición. Serio y con el mismo porte con el que había presenciado anteriormente, observé a los presentes y le hice una especial inclinación de cabeza a la reina Luccie, anunciando mi regreso.

- Saludos, querida Luccie. Espero no haberme perdido mucho... ¿Habéis llegado a algún consenso?

Después hice lo mismo para saludar al resto de los presentes con una inclinación general, colocándome de nuevo junto a la bella Amy, percatándome entonces de que Raziel no se encontraba en la sala. Fruncí el ceño en consecuencia y le pregunté en un susurro.

- ¿Y Raziel...?

Suspiré-Me parece correcto Amy, yo me mantendré en la primera fila, la de ataque cuerpo a cuerpo, eso definitivamente será lo mio.- Despues de decir aquello miré al frente y cuando estaba a punto de relajarme raziel me respondió mis dientes rechinaron mostrando sus colmillos y justo antes de poder decir nada desaparecio, bajé la cabeza-Yo lo mato..-No solo me habia infravalorado como lider y reina, sino tambien mis poderes. Habia dicho lo que había querido y cuando habia querido. Mi aura aumentó considerablemente el sello había comenzado a abrirse propagandose lentamente por mi cuerpo con foma de largas ramas con espinas, me tube que levantar para mirar por la ventana para no salir a buscar a ese Angel. De repente apareció Lucius -Que.. donde esta?...-susurré y me dí la vuelta-No lo se ni me importa! ojala y omega le aplaste con todo su poder!- Varias manchas negras cual carbon se propagaron por mi cuerpo a la vez que mi aura se volvía mas y mas oscura-Viene a mi reino, me falta al respeto, me infravalora y encima se va sin dejarme decir nada!!-A cada palabra que decía mi voz se empezaba a adquirir un tono mas inumano, sin sentimiento alguno. Mis ojos ahora inyectados en el oscuro negro que ahora cubría casi toda mi piel, excepto el iris, que seguia tan rojo como antes, se clavaron en Lucius. Mis puños estaban apretados intentando controlar el impulso de golpear algo con todas mis fuerzas.

Observé a Luccie, por un momento pensé que mi regreso no le hubiera agradado (o mi partida, quizá, quien sabe). Pero había regresado para apoyarles y eso era lo que ahora importaba. Pero las injurias que tronaban de su boca iban proferidas hacia el ausente Raziel. "Vaya, parece que ha habido una discusión... ¿Qué habrá hecho? Por todos los dioses, ¡no doy abasto con mis ángeles!" Pero en seguida mi atención regresó a Luccie, una extraña mancha de oscuridad se había comenzado a propagar por su cuerpo... su rabia se desbordaba aunque ella tratara de disimular.

- ¡Luccie! -Exclamé alarmado-. ¿Qué os sucede? -Activé mis ojos felinos y algo me dijo que se trataba del maldito tatuaje de la reina vampiresa. Tomé aire rápidamente y expandí mi aura luminosa como ninguna al máximo, adelantándome hacia ella-. Respirad profundamente, Luccie, hacedme el favor.

Era la primera vez que presenciaba una manifestación de lo que le causaba el tatuaje, ya que todo lo que sabía de él era porque me lo hubiese proferido la misma Luccie. A pesar de las circunstancias que acontecían, si ella no regresaba a sí misma, perderíamos la ayuda de los vampiros y no era menester. Con calma estudié sus reacciones para hallar la mejor forma de tratarla...

Me alegró que le gustara la propuesta a Luccie, aunque las cosas no iban como esperaba. Vi cómo Raziel respondía a lo que hablábamos, y acto seguido, se marchó de la sala, sin dejar lugar a respuesta posible. Cerré los ojos en el momento en que su destello me cegó, y al volver a abrirlos, desapareció. Poco después vi cómo apareció Lucius a mi lado, y me mantuve callada, al ver que un aura oscura se empezaba a aparecer al alrededor de Luccie. Murmuré hacia Lucius un segundo, un poco asustada.

Se marchó...hacia el paso de montaña

No me dio tiempo a decir más, pues el cuerpo de Luccie se iba ennegreciendo por segundos, y su voz adquiría un tono de ira y rabia. A su vez, Lucius expandió su aura bondadosa. Yo hice lo mismo, y tras rodear la mesa, me abracé a ella, por detrás, apoyando mi cabeza en su hombro. Con mis ojos, ligeramente brillants por las lágrimas que a punto estaban de salir, dirigí mi mirada hacia los ojos de Luccie. Y mi boca, con tono apagado y melancólico, exhalaba unas palabras.

¡Luccie!¿Qué te pasa?¡Tranquilízate, te lo suplico!

Nunca había visto a Luccie hasta este extremo. Y no sabía nada acerca de ello. O al menos que yo recordase. A lo mejor sí me lo dijo, hará mucho tiempo.

Pero daba igual. Sólo sentía que tenía que abrazarla, como si de una madre que trata de calmar a su hija se tratara.

Como en respuesta a la oscuridad que emanaba de mi ser, Lucius aumentó su aura. Hice lo mismo, pues en esos momentos nada me amedrentaba. Por sus palabras fruncí el ceño y le miré, mis ojos ahora negros completamente le escrutaban-Callate!-grité con fuerza y mostré con rabia mis colmillos-Un ser de luz no tiene derecho a decirme lo que tengo que hacer!!!- aun que gritaba ningun sentimiento se podía descifrar en mi voz, ahora solo tenía un leve tono robotico, metalico. Mostré mis colmillos furiosa y sin poder contenerlo mas lancé mi puño contra la mesa, partiendola inmediatamente. No me dió tiempo a reaccionar antes de que Amy me abrazara con fuerza. Como si solo hubiese sido una rafaga de viento, toda aquella oscuridad desapareció por completo, Mi sello retocedió inmediatamente volviendo a su forma original y mis ojos ahora verdes cual esmeralda se mostraban cansados. Perdí las fuerzas de un momento a otro y me tube que apollar en la silla con esfuerzo. Me puse la mano e la cabeza desorientada.

Mis ojos felinos leían a una asombrosa velocidad los acontecimientos, estaban tomando notas mentales de lo que iba sucediendo. Mi intervención había hecho exasperar a Luccie, pero no dejé que aquello me sorprendiera, pues en aquél momento me encontraba en fase de estudio a un paciente y mi mente debía permanecer fría. Sino, que lejos de dejar que me afectara, decidí llevarle la contraria y dejar que la luz de mi aura siguiera penetrándola.

Sin embargo, los acontecimientos se desarrollaron favorablemente, aunque no gracias a mis esfuerzos, sino debido a un gesto por parte de Amy que a más de uno hubiera encandecido... y pareció lograr su propósito con Luccie, que gracias a la iniciativa de la bella renegada reina ángel, sumado al factor sorpresa, había logrado mermar el efecto del tatuaje y devolverle la cordura.

Me mantuve alerta, sin dejar de observar el estado de Luccie incluso después de ver la regresión de la mancha oscura.

Rápidamente, y con la velocidad característica de un rey, ayudé a Luccie a sentarse en la silla y desaparecí para regresar rápidamente con uno de los vampiros que habían estado custodiando la sala.

- Por favor, traed una copa de sangre para vuestra reina -Pedí, como quien pide un vaso de agua.

Había sido una orden. Sabía que no tenía derecho a darlas en este territorio, pero como médico era mi responsabilidad velar por su salud y estaba seguro de que el vampiro lo comprendería al ver el estado en el que se encontraba su reina y le traería presto lo que le pedía.

Podría haber tomado prestada la de la bella humana en la que hasta ahora no había reparado y que al suprimir nuevamente mi aura y devolver mis ojos a su estado natural, pude percibir que se trataba de una bruja que ostentaba el poder de una reina. Pero sin su consentimiento, habría resultado una osada falta de respeto, por lo que opté por dirigirme al servicio, ya que imaginaba que Luccie estaría bien abastecida en su propio reino.

Después de que el vampiro abandonase la sala, me volví nuevamente hacia Luccie. Tomarle los signos vitales no tendría mucho sentido, ya que estaba muerta, sin embargo, permanecí expectante ante cualquier reacción. Ahora más que nunca tenía que cuidarla...

- Habéis sufrido un episodio de posesión, querida... -Dije arrodillándome junto a ella-. Me temo que la maldición que recae sobre vuestro tatuaje se apoderó de vuestro ser. Agradecedle a Amy que dio con la clave para revertir el efecto y haceros regresar con nosotros -Sonreí con calidez, intercambiando una mirada cómplice con la recién aludida.

Noté cómo, tras haberla abrazado, poco después de desatar parte de su ira contra su mesa, quedando ésta destrozada, sus músculos se relajaban. Y cuando traté de mirar hacia su rostro, había perdido su color oscuro como la noche, y volvía a tener un color pálido como siempre. Sus ojos volvían a ser de un color verde esmeralda. Suspiré. Tuve la suerte de haber podido tranquilizarla. Pero no quise soltarla hasta que el buen Lucius ayudó a Luccie a sentarse en la silla. Me quedé a su lado, de rodillas, para que pudiera estar mi rostro cerca del suyo. Tenía los ojos llorosos, y estaba a punto de arrancar a llorar. Apoyé mi cabeza, cuyos cabellos estaban ahora alborotados, sobre las piernas de Luccie, mientras un brazo rodeaba su cuerpo. Estaba conteniendo mi llanto, pero alcancé a preguntar.

¡Luccie! Respiré profundamente, mientras hundía mi rostro más sobre sus piernas¿Qué te ha pasado?Estaba...tan asustada...

Había oído lo que decía Lucius al vampiro, a quien trató de pedir una copa de sangre. Pero en ese momento me sentía atemorizada. Había contemplado el estado más furioso de Luccie, y además, me había visto ante prácticamente, mi peor pesadilla: Alguien a quien aprecio convertido en algo peor que un demonio.

De repente, había escuchado a Lucius aludirme, con respecto a quién pudo ayudar a Luccie a recuperar su estado. Pero tan sólo pude girar mi rostro hacia Lucius, y dedicarle una mirada de aprobación, aunque todavía mis lágrimas recorriesen mis mejillas.

Mis fuerzas me fallaban un poco pero no por eso me permití desfallecer, agradecí con una humilde sonrisa el gesto de Lucius al ayudarme a sentarme en una silla y suspiré echando la cabeza hacia detras. Ví como uno de mis vampiros me traía una copa de sangre realmente apurado al haber hablado con Lucius momentos antes.-Gracias Damiel, puedes marcharte-susurré. Acostumbraba a llamar a todos mis vampiros por su nombre. Bebí un trago pasando mi lengua por los labios, borrando cualquier mancha roja que hubiese quedado en mis labios. Miré a Lucius-Lo se.. siempre pasa lo mismo, pero esta vez a ido mas rapido, recuerdo que la primera vez fué un enfado algo serio, pero no pasó de eso.-sonreí con amargura y entonces ví la preocupacion de Amy que me miraba con los ojos aguados. Me agaché para abrazarla-No te preocupes, ya estoy bien. Gracias..-susurré. -Amy, siento que hayas tenido que ver eso, pero no es agradable contarlo, sin embargo en cuanto solucionemos todo lo que ocurre te lo contaré.- Me separé de ella un poco.- Lo unico que os puedo decir es que retrocede instintivamente ante la luz, pero solo cuando equipara la oscuridad y por alguna razon tambien ante Walter, doy las gracias de que me hayas abrazado Amy...-Dije levantandome, poco a poco iba recuperando las fuerzas-Ahora.. devemos encargarnos de lo de Omega, ya tendremos tiempo de terminar con lo demas.-dije cambiando de tema-Entonces, nos vemos en el frente en 3 dias. ¿no?-.

El susurro suave de Luccie en mis oídos era casi como una nana, que me iba relajando, gracias a su tono dulce y encantador.Me volví a levantar del suelo, y asentí con lentitud. Me limpié con el dorso de la mano las incipientes lágrimas de mis ojos, mientras escuchaba a Luccie responder.

Bueno...de acuerdo. Pero es una promesa... Y de nada.. Añadí, mientras esbozaba una leve sonrisa en mis labios, un poco aliviada. Aun así seguía todavía atemorizada, tardaría un rato en relajarme de nuevo.

Me alejé de ésta para dejar que se pudiera levantar bien de la silla, y asentí, ya con los ojos sin lágrimas.

Sí, Luccie.... Tomé aire con profundidad, y ya un poco más tranquila, proseguí - Nosotros lo daremos todo en el frente. Enviaré un tercio por un flanco, al resto de mis fuerzas de choque a primera línea de las Llanuras y todos mis arqueros irán a las Llanuras, como segunda línea.

Me alejé de los presentes y me incliné ante todos ellos, con formalidad.

Buena suerte a todos

Tras eso, me volví a erguir, y apareció una fluctuación en el aire de un blanco brillante y cegador, que me envolvía, tras lo cual, desaparecí de la sala.

OFF Me marcho de nuevo al Templo y luego a aquel tema que hice en...ya no recuerdo dónde, pero está hecho, jejeje

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FDI: Disculpad la demora... >.<'
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No dejé de estudiar cómo reaccionaba Luccie, quien al beber la sangre que le había traído el vampiro de su servicio al que se la pedí, comenzó a dar muestras de notable mejoría. Anoté mentalmente lo que nos contaba acerca de las consecuencias de la expansión de la mancha oscura, lo anotaría posteriormente en su historial, para que quedara constancia y pudiera comenzar a redactar los primeros diagnósticos. Para la próxima vez sabría cómo proceder.

Luccie volvió a apelar al tema que nos acontecía ahora: Omega. Asentí dándole la razón de que ahora eso debía de ser nuestra prioridad. Pero un pensamiento me asaltó al escuchar a Amy... Me había ausentado durante un largo rato, ellas ya parecían tener muy claro lo que iban a hacer, pero yo desconocía por completo sus planes y no había tenido la oportunidad de exponer los míos ni opinar sobre los suyos. "¡Qué situación más incómoda...!" Suspiré.

Pero justo cuando me disponía a preguntar por ellos, Amy se despidió y se marchó desapareciendo del lugar. Me quedé por un instante en un ligero shock, con la palabra en la boca.

Pero para cuando volví a respirar, me volví hacia Luccie. Ahora debía ceñirme a sus planes y adaptarme a ellos lo mejor que pudiese.

- Disculpadme, Luccie... Pero se ve que soy el único que no conoce la estrategia a seguir... -Dije con cierta pesadumbre, pues no me gustaba ser el último mono (aunque en esta ocasión yo me lo había buscado)-. Sólo puedo decir que podría estar en primera línea con mi ejército u ofrecer mis servicios liderando el grupo de apoyo médico. Puedo disponer de buenos médicos, pero me temo que no serían suficientes. Esta sección sería la que más alianzas requiriese, pues habría de disponer de todos los médicos, enfermeros y sanadores disponibles para todos aquellos heridos que lleguen...