Visita urgente no rutinaria

Mis ojos felinos leían a una asombrosa velocidad los acontecimientos, estaban tomando notas mentales de lo que iba sucediendo. Mi intervención había hecho exasperar a Luccie, pero no dejé que aquello me sorprendiera, pues en aquél momento me encontraba en fase de estudio a un paciente y mi mente debía permanecer fría. Sino, que lejos de dejar que me afectara, decidí llevarle la contraria y dejar que la luz de mi aura siguiera penetrándola.

Sin embargo, los acontecimientos se desarrollaron favorablemente, aunque no gracias a mis esfuerzos, sino debido a un gesto por parte de Amy que a más de uno hubiera encandecido... y pareció lograr su propósito con Luccie, que gracias a la iniciativa de la bella renegada reina ángel, sumado al factor sorpresa, había logrado mermar el efecto del tatuaje y devolverle la cordura.

Me mantuve alerta, sin dejar de observar el estado de Luccie incluso después de ver la regresión de la mancha oscura.

Rápidamente, y con la velocidad característica de un rey, ayudé a Luccie a sentarse en la silla y desaparecí para regresar rápidamente con uno de los vampiros que habían estado custodiando la sala.

- Por favor, traed una copa de sangre para vuestra reina -Pedí, como quien pide un vaso de agua.

Había sido una orden. Sabía que no tenía derecho a darlas en este territorio, pero como médico era mi responsabilidad velar por su salud y estaba seguro de que el vampiro lo comprendería al ver el estado en el que se encontraba su reina y le traería presto lo que le pedía.

Podría haber tomado prestada la de la bella humana en la que hasta ahora no había reparado y que al suprimir nuevamente mi aura y devolver mis ojos a su estado natural, pude percibir que se trataba de una bruja que ostentaba el poder de una reina. Pero sin su consentimiento, habría resultado una osada falta de respeto, por lo que opté por dirigirme al servicio, ya que imaginaba que Luccie estaría bien abastecida en su propio reino.

Después de que el vampiro abandonase la sala, me volví nuevamente hacia Luccie. Tomarle los signos vitales no tendría mucho sentido, ya que estaba muerta, sin embargo, permanecí expectante ante cualquier reacción. Ahora más que nunca tenía que cuidarla...

- Habéis sufrido un episodio de posesión, querida... -Dije arrodillándome junto a ella-. Me temo que la maldición que recae sobre vuestro tatuaje se apoderó de vuestro ser. Agradecedle a Amy que dio con la clave para revertir el efecto y haceros regresar con nosotros -Sonreí con calidez, intercambiando una mirada cómplice con la recién aludida.

Noté cómo, tras haberla abrazado, poco después de desatar parte de su ira contra su mesa, quedando ésta destrozada, sus músculos se relajaban. Y cuando traté de mirar hacia su rostro, había perdido su color oscuro como la noche, y volvía a tener un color pálido como siempre. Sus ojos volvían a ser de un color verde esmeralda. Suspiré. Tuve la suerte de haber podido tranquilizarla. Pero no quise soltarla hasta que el buen Lucius ayudó a Luccie a sentarse en la silla. Me quedé a su lado, de rodillas, para que pudiera estar mi rostro cerca del suyo. Tenía los ojos llorosos, y estaba a punto de arrancar a llorar. Apoyé mi cabeza, cuyos cabellos estaban ahora alborotados, sobre las piernas de Luccie, mientras un brazo rodeaba su cuerpo. Estaba conteniendo mi llanto, pero alcancé a preguntar.

¡Luccie! Respiré profundamente, mientras hundía mi rostro más sobre sus piernas¿Qué te ha pasado?Estaba...tan asustada...

Había oído lo que decía Lucius al vampiro, a quien trató de pedir una copa de sangre. Pero en ese momento me sentía atemorizada. Había contemplado el estado más furioso de Luccie, y además, me había visto ante prácticamente, mi peor pesadilla: Alguien a quien aprecio convertido en algo peor que un demonio.

De repente, había escuchado a Lucius aludirme, con respecto a quién pudo ayudar a Luccie a recuperar su estado. Pero tan sólo pude girar mi rostro hacia Lucius, y dedicarle una mirada de aprobación, aunque todavía mis lágrimas recorriesen mis mejillas.

Mis fuerzas me fallaban un poco pero no por eso me permití desfallecer, agradecí con una humilde sonrisa el gesto de Lucius al ayudarme a sentarme en una silla y suspiré echando la cabeza hacia detras. Ví como uno de mis vampiros me traía una copa de sangre realmente apurado al haber hablado con Lucius momentos antes.-Gracias Damiel, puedes marcharte-susurré. Acostumbraba a llamar a todos mis vampiros por su nombre. Bebí un trago pasando mi lengua por los labios, borrando cualquier mancha roja que hubiese quedado en mis labios. Miré a Lucius-Lo se.. siempre pasa lo mismo, pero esta vez a ido mas rapido, recuerdo que la primera vez fué un enfado algo serio, pero no pasó de eso.-sonreí con amargura y entonces ví la preocupacion de Amy que me miraba con los ojos aguados. Me agaché para abrazarla-No te preocupes, ya estoy bien. Gracias..-susurré. -Amy, siento que hayas tenido que ver eso, pero no es agradable contarlo, sin embargo en cuanto solucionemos todo lo que ocurre te lo contaré.- Me separé de ella un poco.- Lo unico que os puedo decir es que retrocede instintivamente ante la luz, pero solo cuando equipara la oscuridad y por alguna razon tambien ante Walter, doy las gracias de que me hayas abrazado Amy...-Dije levantandome, poco a poco iba recuperando las fuerzas-Ahora.. devemos encargarnos de lo de Omega, ya tendremos tiempo de terminar con lo demas.-dije cambiando de tema-Entonces, nos vemos en el frente en 3 dias. ¿no?-.

El susurro suave de Luccie en mis oídos era casi como una nana, que me iba relajando, gracias a su tono dulce y encantador.Me volví a levantar del suelo, y asentí con lentitud. Me limpié con el dorso de la mano las incipientes lágrimas de mis ojos, mientras escuchaba a Luccie responder.

Bueno...de acuerdo. Pero es una promesa... Y de nada.. Añadí, mientras esbozaba una leve sonrisa en mis labios, un poco aliviada. Aun así seguía todavía atemorizada, tardaría un rato en relajarme de nuevo.

Me alejé de ésta para dejar que se pudiera levantar bien de la silla, y asentí, ya con los ojos sin lágrimas.

Sí, Luccie.... Tomé aire con profundidad, y ya un poco más tranquila, proseguí - Nosotros lo daremos todo en el frente. Enviaré un tercio por un flanco, al resto de mis fuerzas de choque a primera línea de las Llanuras y todos mis arqueros irán a las Llanuras, como segunda línea.

Me alejé de los presentes y me incliné ante todos ellos, con formalidad.

Buena suerte a todos

Tras eso, me volví a erguir, y apareció una fluctuación en el aire de un blanco brillante y cegador, que me envolvía, tras lo cual, desaparecí de la sala.

OFF Me marcho de nuevo al Templo y luego a aquel tema que hice en...ya no recuerdo dónde, pero está hecho, jejeje

https://creatureswars.forosactivos.net/t1867p15-audiencia-con-la-reina-renegada

FDI: Disculpad la demora... >.<'
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No dejé de estudiar cómo reaccionaba Luccie, quien al beber la sangre que le había traído el vampiro de su servicio al que se la pedí, comenzó a dar muestras de notable mejoría. Anoté mentalmente lo que nos contaba acerca de las consecuencias de la expansión de la mancha oscura, lo anotaría posteriormente en su historial, para que quedara constancia y pudiera comenzar a redactar los primeros diagnósticos. Para la próxima vez sabría cómo proceder.

Luccie volvió a apelar al tema que nos acontecía ahora: Omega. Asentí dándole la razón de que ahora eso debía de ser nuestra prioridad. Pero un pensamiento me asaltó al escuchar a Amy... Me había ausentado durante un largo rato, ellas ya parecían tener muy claro lo que iban a hacer, pero yo desconocía por completo sus planes y no había tenido la oportunidad de exponer los míos ni opinar sobre los suyos. "¡Qué situación más incómoda...!" Suspiré.

Pero justo cuando me disponía a preguntar por ellos, Amy se despidió y se marchó desapareciendo del lugar. Me quedé por un instante en un ligero shock, con la palabra en la boca.

Pero para cuando volví a respirar, me volví hacia Luccie. Ahora debía ceñirme a sus planes y adaptarme a ellos lo mejor que pudiese.

- Disculpadme, Luccie... Pero se ve que soy el único que no conoce la estrategia a seguir... -Dije con cierta pesadumbre, pues no me gustaba ser el último mono (aunque en esta ocasión yo me lo había buscado)-. Sólo puedo decir que podría estar en primera línea con mi ejército u ofrecer mis servicios liderando el grupo de apoyo médico. Puedo disponer de buenos médicos, pero me temo que no serían suficientes. Esta sección sería la que más alianzas requiriese, pues habría de disponer de todos los médicos, enfermeros y sanadores disponibles para todos aquellos heridos que lleguen...

Fuí hacia uno de mis vampiros-Diles a todos que se preparen como lo han estado haciendo hasta ahora, partiremos esta noche, teneis todo el dia.-Cuando este se hubo ido me giré para mirar a Lucius y me reí un poco poniendo mi mano sobre mi frente-Es cierto, disculpeme Lucius, Walter, neliel y Angeline se han ido siguiendo mis ordenes. Retendran a los brujos a la orden de Salem durante 3 dias, nada mas ni nada menos. En ese tiempo nosotros tendremos que habernos preparado y estar allí. Yo me situaré al frente junto con mis bersherkers y con Amy. Se consta que de momento son humanos con algunos brujos en sus filas.-Suspiré-Ibamos a sorprenderles en el paso entre las montañas, el unico camino posbile, pero tu angel.. me callaré los calificativos, a ido el solito a plantarles cara justo al principio del pasillo, ahora seguramente ya esten avisados- dije chascando los dientes. -Y antes de que te fueses querría hablar contigo un tema ya mas tirando a lo personal, no soy una reina que imponga mucho, siempre todos tienden a tomarme a la ligera. Como reina lo unico que pido es el respeto, es mas mis vampiros pueden hacer lo que quieran dentro de unos limites, solo pido que me lo hagan saber.-Me giré a mirarle muy seria-Lo unico que quiero es que la falta de hoy no se vuelva a cometer, no volvere a contenerme si alguien falta al respeto a mi persona o a mi castillo y mi gente, me gustaría que no volviese a ocurrir-

Había asistido a toda la velada, silenciosa, impasible. Había observado minuciosamente cada escena desde un segundo plano, meditando cada palabra que dijeron mis compañeros. El ataque que le dio a Luccie solo me dio más tiempo para pensar, ya que de tan meditabunda que me encontraba apenas pude reaccionar a tiempo de hacer nada, cuando me quise dar cuenta, ya se le había pasado:
-- Sorprendente ataque, Luccie, tal vez algun día podamos hablar para poner en común achaques en común -- no me refería solo ella, sino también a mi propia enfermedad, que me mataba lentamente y era uno de los principales motivos de mi desaparición de la vida pública -- sin embargo, espero que conteis con mi ejercito para esta batalla... no somos demasiados, pero estamos bien entrenados. Los soldados de a pie tienen fama de implacable y mis ilusionistas pueden crear una defensa casi perfecta, pueden hacer que parezca que vuestro ejercido cuenta con cien veces más soldados de los que realmente disponemos. además, mis tropas pueden partir de inmediato, ya que estamos siempre listos (Off: soy una scout, y "siempre listos" es el lema de la Tropa, una de nuestras secciones xDDD).

- Gracias por ponerme al corriente -Agradecí-. Y, descuidad, querida. Si el destino no se encarga de darle su merecido, yo mismo me encargaré de hacerlo. Os doy mi palabra.

La voz de la reina bruja saliendo de las sombras me llamó la atención, por lo que aguardé un instante más para escucharla, girándome para observarla respetuosamente.

- ¡Eso está bien! -Comenté con una sonrisa-. Uno siempre debe estar preparado para lo peor... Y estoy de acuerdo. Las ilusiones también son una buena estrategia para engañar al enemigo.

Me volví de nuevo hacia Luccie, sin dejar de sonreír.

- Cuando gustéis, querida. Podemos tratar vuestras preocupaciones sin falta.

Sonreí con algo de picardía-Eso es algo que siempre me a gustado de tu actitud, nosotros solo necesitamos un poco mas-Me levanté del asiento guardando todos los papeles en el escritorio despues de cerrarlo con mi tan inusual silvato-E de decir que aun que mis habilidades estan hechas mas bien para defensiva, estaré en primera fila.-mostre mis colmillos. Hice una gran reverencia-Esto es todo, nos veremos en 3 dias como maximo en el sitio acordado-levanté la cabeza sonriente-Ahora e de irme a terminar de preparar las cosas, si me disculpais.-Eché a andar hacia la puerta, no me importaba dejarles libres por mi reino, sabía que los dos eran grandes aliados y no pasaría nada. Dos guardias se acercaron a ellos, para escoltarles si hacia falta y no sufrieran ningun daño.

- ¡Bien! Pues, si ya está todo aclarado... yo marcho a prepararme también -Me dirigí primero hacia la reina bruja-. Ha sido un placer conocerla. Espero no le suponga un problema trabajar con nosotros los ángeles también -La reverencié, a modo de despido y me volví de nuevo hacia Luccie-. Mi querida Luccie, nos veremos en el campo de batalla. ¡Ha sido un placer parlamentar con vos!

Tras reverenciarla a ella también, le hice un gesto con la cabeza al vampiro asignado para acompañarme a la salida y marché presto a prepararme, pues aun tenía unos asuntos que atender. Y me desaparecí en un destello de luz del reino vampírico.