Controlando a Luccie

OFF ¿Hay mucha gente nocturna aquí? Jejejeje

ON

Veía de reojo a Katerina acercarse, y a Lucía tomando a Dean de la mano. Andrew estaba en estado de comnoción severa.

Trataba de aguantar ahí, pero apenas había curado gente, por raro que pareciera. Él era mi primer paciente en la práctica, ya que antes eran sólo pequeñas introducciones a ello.

Cuando vi que abrió los ojos, esbocé una sonrisa satisfecha. Jadeé, estaba muy pero que muy cansada.

Mis ojos se iban cerrando solos, y a pesar de que trataba de no quedarme sin energía, veía borroso a mi alrededor. Mi vista, que abarcaba a Andrew sobre Dean, abrazándolo, a Katerina con las manos sobre él, y a Lucía también abrazada a él, iba centrándose como si fuera un túnel, en el rostro con los ojos casi abiertos de Dean.

Entonces, sin aguantar ya, caí inconsciente sobre Dean, con las manos a ambos lados de él, sobre las espaldas de Katerina, Lucía y Andrew.

Había cedido todas mis fuerzas sólo para curarle.

La sangre de Lucia... No pude evitarlo, pero las heridas de Luccie sanaron con mayor rapidez de lo que podría haber imaginado.
Aparecieron Itachi y Lucius pero o ni siquiera me inmuté, estaba demasiado preocupado por Luccie como para pensar en nada más. Solo me calmé por competo cuando Lucius puso su mano en mi hombro.

Cuando Luccie se despertó finalmente no pude hacer más que abrazar con cuidado su fragil cuerpo.

-Tu sello se activó, Adrew intentó detenerte y se le debió de ir la mano. Te he dado de beber sangre de Andrew y de Ian, ese es el horrible sabor de boca, tu cuerpo debe de estar agoado, tardarás un poco en recuperarte por completo, pero no deberian quedar más secuelas que la cicatriz del pecho. -Respondí aliviado aún abrazandola. -Todo pasó, estoy contigo.

Hacía mucho tiempo que había aprendido que a los seres que no eran por naturaleza de luz, no podía simplemente curarles con mi aura luminosa. Por eso, durante mucho tiempo, había desarrollado una forma de poder hacerlo con mi control elemental del agua, ya que por suerte, todos los seres poseen algo de agua en su cuerpo, la esencia vital... Y a través de ella podía hacer cosas realmente extraordinarias... Tomar la vida en mis propias manos, acariciarla... Podía hacerla marchitar, incluso, pero no era lo que por costumbre solía hacer, sino todo lo contrario, potenciar su refloración.

Observé la notable mejora de Luccie. Parecía que mis cuidados y los de Walter hubieran surtido efecto. Les dejé un poco de espacio e intimidad. Luego me acerqué a Walter, debía decirle algo importante.

- Walter, debo agradeceros una vez más por la pronta iniciativa en atender a Luccie. Sé que lo hubierais hecho de todos modos, pero vuestro procedimiento ha sido el correcto para mantenerla con vida hasta que yo llegase. ¡Y gracias a los dioses que llegué a tiempo! -Exclamé, con cierto alivio-. No he sido partícipe de lo que le haya sucedido, y desconozco hasta donde llegaría esta vez la poderosa influencia de su tatuaje... Pero por lo que al llegar me he encontrado, puedo imaginármelo... Y lo que os tengo que decir, es muy importante que lo toméis en cuenta, Walter -Le miré a los ojos directamente, con los míos azul-eléctrico aun afelinados-. Es muy posible que Luccie haya cambiado y no sea exactamente la misma que recordarais... Mirad, el amanecer se acerca -Agregué, antes de que pudiera decir nada-. Quiero que la llevéis a casa y que descanse. Yo acudiré a comprobar cómo evoluciona en cuanto termine aquí, pero es mejor que la llevéis a casa y no la perdáis de vista, Walter. No estoy muy seguro de que pueda sanarle la herida del pecho, su oscuridad está muy arraigada, la herida es muy profunda y mi competencia no puede llegar hasta tal punto, no soy tan poderoso. Pero os juro que haré todo lo que esté en mi mano por ayudarla. Luccie saldrá de esta, os lo prometo -Asentí, transmitiéndole mi más sincera convicción, de que, costase lo que me costase, la salvaría.

La escozor decó, me sentía mucho mejor... abrí un poco los ojos... habia gente a mi alrededor... me pareció ver a mi padre... Amy y dos figuras más... Me fijé en Lucie, habia estado todo el rato conmigo al igual que.. (suspiro) Katerina, me sentía agusto en su presencia, teníendola tan cerca.

Estaba muy cansado, me encontraba mucho mejor pero, no podía evitarlo, se me iban cerrando los ojos. Quedé dormido en un profundo sueño, demasiadas emociones en un dia.

Se notaba que estaba bien, que simplemente estaba dormido, aun que en los sueños, de nuevo, volvían a venir aquellas extrañas imágenes a mi.

Amy curó a mi hijo... él parecía estar mucho mejor... sentí un gran alivio. Amy se desplomó, estaba aturdida. La cogí y la miré, acariciandola la cabeza y abrazándola. No sabría si me oiría pero la susurre al oido con toda la senceridad de mi alma:

-Gracias....

la agreté un poco a mi, sumamente agradecido. Entonces alcé la cabeza, buscando ayuda... yo seguía debil y no sabía si podía cargar con Dean y Amy..

Miré al fondo a un angel, me sonaba, pero no le conocia. Parecía que él se habia ocupado de Luccie... que por lo que ví ya se había despertado y parecía bien. Al final todo había sido un susto. Miré a Dean un momento, dormía placidamente. Volví a mirar al angel.

-Disculpe...-traté de recordar su nombre, entonces me vino a la mente el nombre de Lucius, lo habia escuchado bastante entre el agetreo y me arriesgué-¿Lucius...? ¿puede ayudarme?...-dije, mostrando a Amy un poco-A caido inconsciente... hay muchas habitaciones en el reino, puede quedarse aquí hasta que despierte... ustéd tambien está invitado.

Quería susurrarle algo a Walter, pero mi cuerpo terminó por no poder responder ni a esos estimulos. Giré mi mirada por el lugar, no me sonaba a voz de pronto nada de lo que habia por allí.
Empecé a verlo todo realmente borroso, distinguia solamente la mitad de lo que veía, solo lo que estaba cerca. Habia liberado de nuevo esa maldicion... me habia llevado por delante a todos, intenté dirijir mi mirada a Ian y despues a Walter, sentía algo.
Era una sensacion que yo no habia experimentado, la sensacion de que algo me faltaba, que algo estaba cerca y a la vez muy lejos de mi. Miré hacia la izquierda, donde estaba el otro grupo. La sensacion estaba allí, pero no conseguia saber quien me hacia sentir de esa forma.

Poco a poco, se me empezaron a cerrar los ojos, mi cuerpo necesitaba con urgencia descansar-Wa..lter-susurré antes de dormirme por completo.

FDI: Perdón por la longitud, pero es que tenía que atender a varias personas xD
_____

Escuché mi nombre entre el barullo, alguien me reclamaba, y rápidamente me volví hacia el origen. Ahora que Luccie estaba en buenas manos, no tenía tiempo que perder y atender a todos aquellos que necesitasen de mi atención, por pequeña que fuese. Mucha gente se había volcado con Luccie, pareciera que tuviera muchos amigos, mucha gente la apreciaba. No dejaría a nadie sin revisión. Pues aunque no tuvieran marcas físicas visibles de heridas, podrían haber experimentado agotamiento o incluso el shock podría haberles dejado secuelas psicológicas... No podía ignorar a ninguno.

Se trataba del líder licántropo de esta zona. Me acerqué a él. No tenía buen aspecto, pero no pude evitar fijarme en la persona que traía en sus brazos. Era Amy, y estaba inconsciente. Intenté no alarmarme y guardar la calma.

- Gracias por vuestra hospitalidad. Vendrá bien descansar cuando todo esto termine -Le dije con gentileza, aunque la sonrisa no me saliera por la preocupación. No podía bajar la guardia todavía, había gente a la que todavía tenía que atender.

Le tomé la muñeca para examinarle la herida. La ponzoña de los colmillos de un vampiro no era fácil de sanar para un licántropo, por muy rey que fuese, además de que había perdido mucha sangre. Le miré entonces por un instante a los ojos, antes de posar toda mi mano izquierda sobre la herida y cerrar los ojos... Le curaría a él primero, ya que no podía permitir que se desplomase mientras atendía a Amy. Mi mano comenzó a emitir destellos de luz desde la palma, tenía que matar la oscuridad que poco a poco trataba de comerse la luz que había en él. La oscuridad, sólo se puede curar con luz.

Poco a poco, esa oscuridad fue siendo consumida por la luz... y su herida fue cerrándose sola. Cuando ya no había rastro de aquellas marcas, apagué la luz y aparté la mano, volviendo a abrir los ojos.

Entonces, y sin necesidad de que el licántropo la soltara, posé mi mano izquierda sobre su frente y cerré los ojos. Ésta comenzó a emitir destellos de luz. Le estaba transfiriendo parte de mi energía para que recobrara la consciencia. No fue más que un diez por ciento, lo equivalente en aura a la de un común. No necesitaba más para despertar, y todavía necesitaba mis energías para atender al resto de los presentes.

- Volved a casa, comed algo sólido, proteico, y descansad. Que alguien os acompañe, estáis demasiado débil para ir solo -Le dije, serio, mientras esperaba a que Amy despertara. Todavía no podía bajar la guardia con tantos heridos, la sonrisa no me salió.

No perdí más tiempo, entonces y me volví ahora hacia Ian Doyle. Le recordaba de cuando le conocí aquel día en Eliria y estuvimos charlando y tomándonos un café, amistosamente. Había sufrido el mismo mal que el líder licántropo renegado y debía atenderle con urgencia para que pudiera volver a casa.

Tomé su muñeca y repetí la misma operación que con el primero. Cuando su herida se cerró, le miré a los ojos.

- Ya no tenéis de qué preocuparos, Ian. Luccie está en buenas manos -Le dije serio-. Regresad a casa, comed algo que lleve proteínas y descansad.

Entonces, recordé al vampiro que me había traído hasta aquí. Había sido muy gentil de su parte ir a buscarme para que atendiera a Luccie con tanta urgencia y apenas había tenido tiempo de presentarme. Lo ubiqué con la mirada. Vi que estaba sentado en el suelo, cerca de donde se encontraban antes Amy y el líder licántropo renegado, en compañía de una vampiresa bastante atractiva. Me acerqué hasta allí.

- Creo que le debo una disculpa -Dije, parándome justo frente a él-. Entre todo el caos no he tenido tiempo de presentarme. Mi nombre es Lucius Júpiter y soy el soberano del Cielo -Dije tendiendo mi mano hacia él con cordialidad-. Le agradezco en sobremanera que acudiera con tanta presteza a avisarme. No sé qué hubiera sucedido de que no lo hubiera podido hacer a tiempo.

No me hacía falta mucho para notar su agotamiento, también el de la vampiresa que estaba a su lado. Mis ojos felinos se clavaron alarmados en las quemaduras de ésta, no tenían buena pinta. Rápidamente me arrodillé frente a ella para examinarla.

- Disculpadme, señorita...

Eran unas quemaduras muy feas para un vampiro. Era extraño que no hubieran sanado todavía, si no hubiera supuesto que no podían haber sido causadas por el sol, debido a que aun estaban frescas y el sol todavía no había salido, sólo podía concluir que hubiesen sido causadas por culpa de un aura luminosa potente.

Le dirigí una mirada al caballero vampiro, iba a necesitar su ayuda...

- ¿Alguna vez habéis sanado heridas causadas por la luz? -Le pregunté. Si no era así, no tendría de qué preocuparse, ya que yo le guiaría para que pudiese ayudarla-. Me temo que sólo la oscuridad puede curarla. Es conveniente que la ayudéis. Yo supervisaré el proceso, no temáis.

Lo saludé cuando me tendió la mano y lo miré directamente para poder presentarme con normalidad.

- Yo soy Jace, miembro de un clan de vampiros que ya no existe. Antes era conocido como Itachi. - Se lo dije tranquila y serenamente, lo mas posible era que haya oído hablar de mi en algún momento, pero no era importante en ese momento. Yo nunca había oído hablar de el, pero había podido ayudar y tenía las intenciones de seguir haciéndolo, así que me había caído bien.

En ese momento noté que ponía especial atención en las quemaduras de Katerina y luego me miraba mientras me preguntaba algo.

- Estudié medicina durante muchos siglos, y tengo conocimientos avanzados en heridas y enfermedades luminosas, oscuras y mortales... Aunque en ocasiones, dada la naturaleza de mi... "Raza", no disponga de los medios para curarlas. - Dije mientras ponía mi mano derecha a medio centímetro de distancia de su piel mientras irradiaba una cantidad tal de oscuridad que era visible por momentos, y se movía en un movimiento circular, penetrando su carne y luego saliendo por el otro extremo para regresar a la palma de mi mano, lo que provocaba que se reconfortara por un tiempo regular, unos 20 minutos. Suficientes para volver al castillo o llevarla a donde quisiera ir sin mayores complicaciones.

- Es un verdadero placer y honor conoceros, Jace -Le dije con toda la cordialidad y amabilidad, que todavía las circunstancias me permitieron ofrecerle.

Me congratularon sus palabras. Me hubiera decepcionado que siendo rey, no tuviera unos mínimos conocimientos de primeros auxilios. No obstante, no dejaría de supervisar la intervención.

Suprimí, entonces, mi aura, para poder seguir el proceso y comprobar que todo marchase correctamente. Fue entonces cuando pude percibir la antigüedad de su aura... Era casi tan antigua como la mía, quizá lo fuese algo más. Pero, más lo era el de la vampiresa... Percibía en ella que casi fuera una reliquia, si cabía, de los orígenes de Yggdrassil.

Observé lo que hacía el vampiro, recién presentado como Jace, aunque antes le reconocieran por el nombre de Itachi. ¿Me sonaba ese nombre...? ¿Alguna vez había oído mencionarlo...? Si había sido así, habría sido algo sin demasiada importancia a destacar. El caso es que me sonaba de algo...

Sentí su aura, expandirse hacia la vampiresa. Eso quizá la reconfortase, pero no esperaba que el vampiro la fuese a sanar con aquello. Posé mi mano izquierda sobre su hombro, indicándole que parara, pues ya era suficiente. Y observé a la vampiresa, con mi mirada azul-eléctrica.

- Tened, señorita. Os ofrezco un poco de mi sangre... -Dije ofreciéndole mi muñeca derecha, aun con mi aura suprimida, pues había notado que le molestase en sobremanera-. La necesitáis, no importa de qué criatura se trate. Y en cuanto a vos -Dije volviéndome hacia Itachi-. Os encomiendo cuidados: llevadla a casa, que se alimente bien de sangre. ¡No de la vuestra, por supuesto! -Me apresuré a añadir-. Y que descanse varios días, con el aura al máximo. Su cuerpo se encargará de eliminar los daños poco a poco él solo. Y, no niego, que es muy posible que su cercanía le ayude, pues sigue siendo un ser oscuro poderoso.

Pude sonreír, por un instante, con gentileza, presionando ligeramente con mi mano izquierda su hombro, tratando de reconfortarle ligeramente con el gesto, por efímero que resultase. Aunque aun siguiese alerta.

- Esos son los cuidados que os encomiendo, Jace. Y creo que deberíais regresar a casa o poneros a cubierto y descansar también, es evidente que vos también necesitáis de un descanso urgente. Está a punto de amanecer... Y espero que podamos volver a vernos, en otras circunstancias menos desfavorables.

Mi aura seguía suprimida y en busca de más almas heridas tras la despedida de los vampiros, también mi mirada escudriñaba cada rincón. Había jurado no dejar a nadie desatendido y no lo haría.

_____

FDI: Quedo a la espera de que alguien me reclame porque se me haya pasado o de ver alguna reacción que considere que necesita atención médica xD
Editado!

(Este lugar era demasiado luminoso, pero había conseguido desacerme de esa pesada carga, ahora estaba en un cuerpo y no se resistiría a mi. Observé la zona y vi al portador de pié. Su cara de panfilo disgustó, ya podría haber encontrado algo mejor pero... que remedio, el esterior se podría arreglar. Me dispuse a ir hacia él, si le destruia podría adueñarme de este cuerpo y llevar a cabo mis tan esperados planes.

De pronto, agg, una luz apareció, comenzó a quemarme, ardía y me agité, tratando de dominarle ya para poder salir y hacer pagar a tan despreciable criatura, que se osaba a perturbar mi conquista. No dio resultado, la luz era demasiado molesta y busqué otras alternativas, vi un hueco por el que poder colarme y me deslicé a prisa por sus barrotes.

Interesante... este joven estaba lleno de sorpresas... me hallaba entonces al frente de aquella bestia, me complació encontrarla, había descubierto una nueva manera de quedarme, de no tener que irme de ese cuerpo.
Como era evidente no se resistió a mi poder, un simple animal cargado de furia... algo simple de manipular y algo mucho mas facil con lo que poder unirme. Me uní de tal forma que anulé casi por completo su esencia, adueñándome de su espacio, mi nuevo hogar. Desde donde permanecería oculto hasta que.. el poseedor de ese cuerpo se despistara y yo resurgiera de nuevo alzándome sobre mi cumbre y todos y cada uno de ellos hicieran lo que tenían que hacer, postrarse ante mis pies sumisos e hicieran mi voluntad.

Ví como esa luz cesó, el portador estaba débil y, era mi oportunidad, se había desmallado el muy endeble...
Aproveché la situación y, salí...)

Abrí los ojos, había demasiada gente a mi alrededor. Unas mujeres me tocaban, aparté rapido la mano de ellas. Nadie me tocaba sin mi permiso. Entonces sentí algo.. esto no estaba previsto, miré rapido en la dirección... aquella mujer.... la sentía... Esto me acarrearía problemas, asi que la esquivaría... hasta que obtuviera el poder necesario para acabarla.
Parecía que quedó inconsciente, por ahora no corría peligro. Me incorporé un poco, mirándola aun con ojos desafiantes.

Sentí a Dean despertar, aquella ángel que le había estado atendiendo calló inconsciente. Me sorprendió que le sucediera aquello, parecía que no estuviera acostumbrada a curar, ya que su aura demostraba que era una reina –o eso, o algo más grave le sucedía a Dean y ella había tenido que gastar todas sus energías...
Ardí en deseos de correr a abrazarle, pero el señor Wingates seguía a su lado y yo estaba demasiado cansada...
Estaba desfallecida, agotada, muerta... –bueno, eso era literal, pero me refería al cansancio–, mis párpados se iban cerrando lentamente... Se sentía muy a gusto en la cercanía de Jace... No percibí lo que sucedió a continuación, me sentía muy pesada, como si mis fuerzas, mis energías fueran siendo engullidas poco a poco y mi existencia se evaporara por momentos... Tan solo la cercanía de Jace me confortaba en aquél momento, su aura oscura... quería aferrarme a él con todas mis fuerzas, pero éstas no respondían... sentía que mi visión se nublase y cada vez hubiese más luz... “Jace, por favor, no te vayas... no me dejes...” Supliqué en pensamientos, como si delirara... pues sentía que su oscuridad se alejara lentamente y cada vez hubiese más luz a mi alrededor...
Y entonces, un aura tan cegadora como la de la explosión me devolvió a la realidad despertándome como si me abofetease.
Hice una mueca, me molestaba mucho esa luz, pero estaba demasiado cansada para sacarle las uñas. Además, me sorprendió que se dirigiera directamente a Jace. Entonces, recordé que era el ángel al que había ido a buscar. En cierto modo su presencia me molestaba, pero Jace parecía tener buen trato con él...
Se interesó por mí. “¿Qué quiere?” Mi oscura alma retrocedió, mostrándole las uñas como un gato erizado. Entonces, me di cuenta de que sólo quería ayudar y le pidió a Jace que intercediera por él. Tragué saliva y le miré instintivamente... de haberme latido el corazón y la sangre circulase por mi cuerpo, se habría notado un notable rubor en mis mejillas... “¿De verdad va a ayudarme?” No era porque desconfiara de él –ni muchísimo menos–, era porque me avergonzaba que estuviera tratándome de forma tan amable... no estaba segura de merecérmelo.
Hacía tiempo que no sentía esa cercanía por alguien... Sí, tenía que admitirlo, cada vez me recordaba más a mi hermano Lestat... sentía que a su lado estuviera protegida...
El ángel suprimió su aura y lo agradecí en sobremanera, pero eso no consiguió más que sensibilizarme aun más... seguí con la mirada los movimientos de Jace... las quemaduras me habían alcanzado de frente a la luz, de pleno, pero al huir de ella también habían llegado a mi espalda... toda la piel que no estaba cubierta por ropajes, presentaba un aspecto más putrefacto del que originalmente muerto lucía...

[OFF Editado desde este punto]

Sentí la oscuridad emanar directamente de Jace y cosquillear mi piel quemada como si se tratara del más cálido abrazo... Posé por un instante mi mirada en sus ojos, que ahora estaban centrados en mis quemaduras... me sentía abrumada por tal muestra de afecto por su parte... no llegaba a asimilarlo del todo...
Sentí cómo la oscuridad me abrazaba... cerré los ojos, pues me reconfortaba bastante... pero entonces, el ángel interrumpió el proceso y me ofreció su sangre. Me molestó bastante que lo hiciera, debo admitir, pero tenía que admitir que era buen médico y sabía lo que se hacía... e, independientemente de que fuera un ángel, había respetado mi rechazo a la luz y era rey, su sangre me sentaría bien a recuperarme...
De mala gana, agarré su muñeca y, sacando mis colmillos, no me lo pensé y los clavé en ella... tenía bastante sed, no podía negarlo...
Enseguida empecé a sentir cómo el éxtasis me invadía, los ojos –aunque cerrados– se me inyectaron en sangre– y sus memorias comenzaron a abrumar mi mente... era un ser antiguo, aunque no tanto como yo... sus recuerdos, todos ellos pasaban por delante de mis ojos a gran velocidad mientras bebía su sangre... nunca antes había probado la sangre de un ángel... y tenía que admitir que era de lo más delicioso que me había llevado a la boca... un rey purgativo de todo aquello que no fuese luz, pero sobre todo oscuridad, valiente servidor de Zetros, quien parecía haber causado todo esto –y, precisamente, de quien habíamos estado huyendo del pueblo costero–... una guerra, contra los ángeles caídos y la pérdida de sus seres queridos... amor hacia otra ángel, sentimientos reencontrados... reencuentro con su hermana perdida... ¡un demonio! “¡¿Un demonio?!” y rápida pérdida...
Arranqué mis fauces de su muñeca, reprimiendo mis instintos rápidamente y guardando mis colmillos. Había visto suficiente... había invadido suficiente su intimidad... Pero debía admitir que aquello último me había impactado.
Pasé el puño por mis labios, limpiando la sangre, al tiempo que le devolvía la mirada al ángel. Observé cómo la herida causada por mis colmillos rápidamente sanó, iluminándose como si tuviera luz propia, mientras volvía a dirigirse a Jace. Pero yo no podía dejar de observar al ángel –aun molesta, pero agradecida por su intervención y de que todavía mantuviera su aura suprimida–, había mantenido el tipo admirablemente mientras le succionaba la sangre... ¡era asombroso!
Era un ángel muy competente en su disciplina y se había ganado mi entero respeto –no sólo en lo referente a la medicina, sino también por todo aquello que le había tocado vivir... le comprendía–, aunque eso no quitara que me siguiera desagradando...

[OFF Hasta aquí llega la edición del post]

Y de nuevo volví a posarla en Jace. Hice una mueca –el ángel tenía razón, debíamos marcharnos–, pues sentí el aviso del amanecer, aquél calambre o pinchazo que me recorría todo el cuerpo –que durante mucho tiempo había venido haciendo– anunciándome la salida del sol.
Miré al ángel.
–Gracias... –Susurré con un hilillo de voz. A pesar de que me molestase su luz, le agradecía que se hubiera preocupado por mi salud.

Oí a mi padre hablar y giré instantaneamente la cabeza hacia mi madre, parecía haberse recuperado y eso me relajaba. La vi girar la cabeza algo desorientada, ahora que sabía que estaba bien, tenía mas motivos de quedarme al lado de Dean.
Amy que estaba curandole de pronto se desmayó, me asusté no sabía que habia pasado exactamente pero entonces Lucius nos calmó los nervios a todos, si mi corazon pudiese haber latido ahora mismo estaria desbocado por tanta emocion junta.

Por fin y despues de tanta espera Dean abrió los ojos, pero apartó rapidamente la mano de la mia, le mire preocupada pero seguramente fuese normal. Giré la cara mirando bastante descontenta a Katerina, parecía que estubiese mas pendiente de ese vampiro que de el que suponia que estaba enamorada. Miré a Dean aun preocupada-Tra...tranquilo Dean.. ya esta, estas bien-le sonreí. Parecía desorientado, mirando a mi madre de reojo-a..ambos nos habeis dado un buen susto-dije con los ojos otra vez empapados en lagrimas, si perdía a alguno de los dos me moría.

Notaba unas manos cálidas bajo mi espalda, y me notaba en volandas, liviana, como si flotara. Casi la misma sensación que cuando extendía mis alas y surcaba los cielos disfrutando de la brisa marina.

Oía una voz conocida de fondo. Parecía haberse preocupado por mí...

Recordaba que había estado curando a Dean...pero ¿y qué más pasço? Mi vista se había nublado ahí.

Abrí los ojos repentinamente, encontrándome primeramente con el rostro de Andrew, que me llevaba en brazos, a juzgar por la distancia a la que lo tenía. Sonreí relajada, a pesar de que sentía pesadez en mis brazos, y traté de hablar, algo desorientada.

Andrew..¿Dean está bien?¿Y qué me ha pasado?

Pregunté algo dudosa. ¿Me había desmayado o incluso dormido? Supongo que era el hecho de no haber curado nunca a nadie,y menos algo tan fuerte como era esto.

Giré mi cabeza y vi a Lucius hablando con Itachi...Parecía que hablaban de curar a la otra vampiresa...

Esperé que viera mi mirada, a la que añadí una sonrisa. Por la voz que tenía antes, parecía preocupado.

Por lo demás, vi que Itachi fue hacia la vampiresa y se dispuso a tratar de curarla.

Me dirigí a Andrew con una voz suave, tranquila y relajada.

Gracias, Andrew...creo qeu ya puedo caminar

Vi como dean volvía a desfallecer, me preocupe, como era evidente, pero entonces noté que se habia dormido y suspiré.
Miré al angel, parecia como si me estuviera curando, me sentí algo mejor, algo más renovado.

-Gracias.. caballero...-me paré, antes de que pudiera continuar noté que Amy despertaba, la sonreí calidamente y la dejé levantarse, parecía que ya se estaba percatando de la situacion asique no vi necesario contestarla. la iba a preguntar que como se encontraba pero, entonces... mi hijo volvió a despertar. Abrí mucho los ojos, aliviado.

-¡Dean! ¿estas bien?-pregunté, aglo más relajado.

El resto de sucesos de mi alrededor no pude prestar mucha importancia, se incorporó y parecía mirar más allá de mi. Miré hacia a tras, era Luccie a quien miraba, supuse que estaría preocupado. Entonces Lucia se me adelanto al hablar, por lo que no crei necesario hacerlo, solo le observaba, me alegraba que estuviera bien...

-Que susto nos has dado, muchacho-le dije, ahora mucho más tranquilo y me levanté. Parecía como si se hubiera recompuesto del todo, al parecer estos angeles eran buenos medicos por naturaleza-Vamos.. pesea que te encuentres ahora mejor tienes que descansar. Lucia, ¿puedes acompañarle?-hice una pausa, entonces miré el cielo, el olor de la mañana comenzaba a llegar a mis fosas nasales. Volví a mirarla-no, mejor no... si entras no podras salir hasta mañana, deberias mejor ir a tu castillo, con tus padres y cuidar bien de tu madre... tambien nos ha echo llevarnos un buen susto.

Me acerqué un momento a Walter y Luccie, al parecer esta ya estaba mucho mejor, solo estaba dormida supuse que del cansancio.

-Deberíais iros, Walter. Podeis quedaros aqui si quereis, el caso es que pronto saldra el sol y dudo que lleveis encima esa cosa que os poneis para que no os dañe. En lo que pueda ayudarte, aqui estoy yo y mi reino.-hice una pausa y miré a ian-tu puedes tambien quedarte, ian, mi casa es tu casa.-ahora miré en general frotándome los ojos, habia mucha gente y pronto amaneceria, todos estabamos cansado y los vampiros comenzaban a correr peligro. No me gustaba preocuparme por ellos, pero era lo que tenía que hacer, mi reino no podía estar patas arriba de esa manera-El resto, tambien pueden quedarse en el castillo, habilitaremos las habitaciones para que puedan descansar.-ofrecí, aun que algo reacio con los vampiros, habia demasiados y notaba a mi gente tras las murallas sentirse intranquilos y nerviosos por ese olor a carne muerta.

A todo esto hice un gesto, y dos licántropos aparecieron, esperándo órdenes.

-Habilitad unas cuantas habitaciones para los invitados y decirles a los cocineros que vallan preparando buena comida, necesitaremos recargar fuerzas. Más tarde nos ocuparemos de limpiar el terreno, cuando se haya despejado todo-les ordené, estos con un gesto obedecieron y se pusieron manos a la obra. Me acerqué a Lucius y a Amy-insisto en que os quedeis a dormir y a desayunar, es lo menos que puedo hacer por vuestra gran ayuda-les dije. Los vampiros no sabia si se quedarian, pero intentaría que al menos los angeles e Ian si lo hicieran

FDI: Ups, no sé dónde tengo la cabeza... Tantos posts de gente diferente y tener que prestarle atención a todos, pueden confundir a cualquiera... e.e
Jace/Itachi, o como sea xD No pretendía que la curaras directamente con tu Aura xD Los vampiros no pueden controlar así su aura, ¿o no? Además, los primeros auxilios son universales. El método lento sirve igual, si no se puede acelerar porque no se disponga de la habilidad/poder necesario, pues no se puede.
Corregiré eso en mi post, y en éste pondré únicamente lo que se corrige para que se pueda ver más claramente.
______

Observé lo que hacía el vampiro, recién presentado como Jace, aunque antes le reconocieran por el nombre de Itachi. ¿Me sonaba ese nombre...? ¿Alguna vez había oído mencionarlo...? Si había sido así, habría sido algo sin demasiada importancia a destacar. El caso es que me sonaba de algo...

Sentí su aura, expandirse hacia la vampiresa. Eso quizá la reconfortase, pero no esperaba que el vampiro la fuese a sanar con aquello. Posé mi mano izquierda sobre su hombro, indicándole que parara, pues ya era suficiente. Y observé a la vampiresa, con mi mirada azul-eléctrica.

- Tened, señorita. Os ofrezco un poco de mi sangre... -Dije ofreciéndole mi muñeca derecha, aun con mi aura suprimida, pues había notado que le molestase en sobremanera-. La necesitáis, no importa de qué criatura se trate. Y en cuanto a vos -Dije volviéndome hacia Itachi-. Os encomiendo cuidados: llevadla a casa, que se alimente bien de sangre. ¡No de la vuestra, por supuesto! -Me apresuré a añadir-. Y que descanse varios días, con el aura al máximo. Su cuerpo se encargará de eliminar los daños poco a poco él solo. Y, no niego, que es muy posible que su cercanía le ayude, pues sigue siendo un ser oscuro poderoso.

Pude sonreír, por un instante, con gentileza, presionando ligeramente con mi mano izquierda su hombro, tratando de reconfortarle ligeramente con el gesto, por efímero que resultase. Aunque aun siguiese alerta.

- Esos son los cuidados que os encomiendo, Jace. Y creo que deberíais regresar a casa o poneros a cubierto y descansar también, es evidente que vos también necesitáis de un descanso urgente. Está a punto de amanecer...

[OFF Yo también he editado el post ]

-Muchas gracias, Lucius, pero no te preocupes, seguirá siendo ella misma. Eso que la gente ha visto no era Khalia, era Luccie. Supongo que es un error común. -Entonces me giré hacia Andre, que nos habia ofrecido un lugar donde pasar la noche.
-No te preocupes hermano, volvemos a nuestro castillo, seguramente sea lo mejor para todos. Cuida del chico. -Terminé diciendo refiriendome a Dean. Dicho esto dirigí una cortés reverencia de despedida a todos los presentes.
-Lucia, volvamos a casa, mamá tiene que descansar. -Esperé a que mi hija viniese conmigo para desvanecernos los tres juntos, rumbo al castillo

Me levante de al lado de Dean, pero realmente aun le veía demasiado descolocado, como si no se estuviese enterando de nada. Me acerqué a mi padre mirandole suplicante-De..dejame quedarme con el... por favor-susurré-Estoy muy preocupada, pues no esta enterandose de nada ahora mismo o al menos esa es la sensación que me da y Andrew tampoco esta demasiado bien despues de darle tanta sangre, mama te tiene al menos a ti... volveré pronto-acaricié el pelo a mi madre. Giré la cabeza para mirar a Dean, realmente no quería dejarle.

Muchas personas a mi alrededor, demasiada carne insignificante bloqueádome la vista y boceando. ¿Dean?... entonces, como un gran golpe, los recuerdos de aquel cuerpo me azotaron. Miré a mi alrededor... interesante... Mostré una media sonrisa y me fijé en aquel al que llamaba... "padre". Con que este cuerpo era un principito... reí para mis adentros, si a andrew algo le pasaba... yo sería dueño de este reino... Esto iba a ser mucho más interesante de lo que esperaba. Miré a mi lado, esa tal Lucia... era la hija de aquella mujer... Luccie... uno de mis objetivos tendria que ser acabar con esa masa apestosa que llaman reina de los vampiros...

Uhm... interesante... con que este cachorrito que lloriqueaba a mi lado se moria por los huesos de este palurdo a quien e tomado en cuerpo... Si Luccie moria y.. tenía a este saco de carne comiendo de mi mano... ya tendría dos reinos para mí... Mmmm Sería un duro trabajo, también tendria que incapacitar a ese tal walter...
Dejé mis planes a un lado, entonces ví a aquella vampiresa... katerina. Sonreí con picardia, este chico tenia un interesante recuerdo de ella... escitante, sin duda... Con que se las traia la vampiresita...

Walter y Luccie desaparecieron, me relajé. Miré a mi alrededor, nadie podia enterarse de nada...
Miré tanto al musculitos medio lerdo como a la llorica (andrew y Lucia). Sonreí levemente.

-Tranquilos... creo que ya me encuentro mejor...

"Muchisimo mejor...." pensé ampliamente soriente en aquel momento. Me levanté sin esfuerzos. Miré al suelo. Apreté las manos, moví algo las miernas. Me miré los biceps de aquel muchacho... "mmm interesante, pues no parece estar tan mal". Entonces, sutilmente despegué un poco el pantalón de la piel, mirando.
"¡ohh... venga!" exclamé para mis adentros "no es nada del otro mundo...." suspiré y dejé suelto el pantalon, el cual volvió a su sitio.

Ese perro sarnoso ¿estaba invitando a todo el mundo al castillo o qué? Miré a Lucia, parecía preocupada por mi "y yo no puedo dejar que eso pase" me dije a mi mismo, pícaro. La situación me parecía muy divertida... aun que habia demasiada gente... era lo que no me agradaba. También me agradaba mucho que, ni en el olor, ni en el aura parecía notarseme rasto alguno de mi intromisión en este cuerpo, eso sí que me parecía algo estupendo. La miré, sonriendo dulcemente.

-Tranquila... estoy bien, ¿no me ves?-dije, expandiendo los brazos, mostrándome.

Miré con una ceja levantada al licántropo que antes había conocido como Dean. (Una capacidad de recuperación asombrosa, sin ninguna duda...) Pensé mientras iba alternando mi vista en los presentes, esperando que algo interesante pasara. No estaba agotado, puesto que podía seguir volando y moviendome, pero si estaba fatigado, tenía mis músculos contraídos en fea forma y me sentía pesado. (Me convendría entrar en calor y realizar estiramientos, pero me vería demasiado extraño... Además, no es del todo necesario).

- Bueno, Katerina... ¿Que vas a hacer? - Le pregunté en el mismo tono bajo que antes, de forma tal que solo ella escuchara. Iba a llevarla donde quisiese a menos que se quedase aquí, lo que me daba mala espina. Sin duda lo adjudiqué al hecho de que es territorio hostil, y no podemos confiarnos, por muy renegados que ambos seamos.

Me encontraba apoyado en la pared con las piernas flexionadas observando la escana como si no formara parte de ella. Levanté la ceja al ver a Dean levantarse tan rápido, pero la bajé enseguida al ver que Itachi la había levantado también. No me gustaba la idea de estar cerca del vampiro así que estaba deseando que se fuese.

-Muy bien, puedes quedarte con ellos si es lo que quieres, pero cuidalos mucho ¿vale? -Dije sonriendo y revolviendola el pelo, como hacia siempre que podia. Tenia el caracter de su madre, eso era innegable, una chica dulce y encantadora.
-Yo cuidaré de mamá, no te preocupes por ella. Cuando despierte vendré a buscarte para que puedas verla, ¿De acuerdo? -Cogí a Lucia de las manos y las besé con delicadeza, como a una pequeña princesa. Cogí a mano de Luccie y esperé la respuesta de lucia antes de desaparecernos, rumbo al castillo vampirico.

En seguida mi atención se centró inevitablemente en Dean al ver que se levantaba. Inconscientemente me desconecté de la conversación con Lucius y Jace, Dean lo era todo para mí y ahora deseaba estar a su lado. Mis ojos me decían que estaba bien, que aquella ángel había hecho un buen trabajo y había conseguido curarle, lo cual me alivió por dentro... Pero deseaba estar a su lado... lo deseaba con todas mis fuerzas. Sin embargo, la pregunta de Jace me devolvió a la realidad, como si de un jarro de agua fría se tratase... ¿Hasta cuándo duraría esto...? ¿Hasta cuando no podríamos mostrarnos tal y cómo éramos y lo que sentíamos delante de los demás...? Me resultaba muy duro tener que aparentar que no había nada entre nosotros... porque le amaba de verdad.
Entonces, escuché a Lucía pedirle permiso a su padre para quedarse junto a Dean y a éste concedérselo. Me enternecí al pensar en ella... Le quería tanto... y yo a ambos, que... quería estar junto a ella también. Todavía no había tenido ocasión de hablar con ella desde el encontronazo que tuvimos los tres en mi casa, quizá podría ser una buena ocasión para hablar...
Me volví entonces hacia Jace, le debía una respuesta.
–Lo siento, Jace... creo que me quedaré para hacerle compañía a Lucía... –Le dije finalmente, con suavidad–. No me hace gracia que se quede sola entre tanto licántropo y tanta luz, por más que los dueños de estas tierras sean su familia.
Eso era cierto. Dean y el señor Wingates podrían ser su familia, pero el resto de licántropos renegados no lo eran. No quería dejarla sola... aunque eso también me diera la excusa perfecta para poder velar a Dean y estar junto a él mientras terminaba de recuperarse.
Yo ya estaba mucho mejor, la sangre del ángel, me había devuelto las fuerzas que necesitaba con creces. Lo único que ahora debía hacer cuanto antes, era ponerme a cubierto antes de que el sol saliera. Pero me quedaría aquí.
–Regresaré al castillo mañana por la noche sin falta –Le dije con una sonrisa algo más cálida de lo normal. También sentía que tenía una conversación pendiente con él después de todo lo que había pasado esta noche.

Antes incluso de que papa me diese una respuesta Dean habló, parecía recuperado. Aun así mantenia aquella mirada de preocupacion y desasosiego. Mi padre me dió permiso, sabía cuanto apreciaba el a Dean, aun que fuesen de razas distintas, ademas de que aun que no dijese nada estaba realmente preocupado, tanto por el como por Andrew.
-Gracias padre... cuidala-susurré justo antes de ver como se marchaban en una espesa neblina negra.
Me giré de nuevo hacia Dean sin poder escuchar a Katerina, giré la cabeza" que se queda por mi..? eso.. no me lo trago ni yo" pensé. Era obvio que nadie sabia de su relacion y yo era una buena escusa para que se quedase sin que nadie sospechara. aun así no dije nada, si ella quería quedarse yo no se lo iba a impedir. -D.. Dean deverías descansar, no se lo que a pasado pero no parecías estar muy bien hasta hace poco-me acerqué a Andrew-tio... ¿estas bien? ¿pu.. puedo hacer algo?