Visitando a Dana (dean y dana)

Tras un tiempo llegué de nuevo al castillo de los caidos, hacía abstante que no veía a dana.. supuse que estaría muy ocupada reconstruyendo su reino. Iba sonriente, era una de las personas que mejor me caian de las que conocía, sin contar con el echo de que era como una madre para mi.

Bueno... no exactamente... era todo lo madre a lo que yo podría aspirar, ya que yo, realmente, nunca supe quien era mi madre, apenas me acordaba de ella, todo lo que tenía en mi memoria solo era unas vagas imagenes borrosas y muy deterioradas.

De todos modos, dana era algo más para mi, era una compañera, una amiga... alguien agradable con quien pasar el rato con tranquilidad y sin demasiada agitación. No como con mi padre, que me ponía muy nervioso al moverse tanto, no llegaba a entender como no se agotaba enseguida...

Llegué al castillo contento, la gente allí ya me conocía asique me dejaban pasar sin preocupaciones y fui directo al edificio donde dana vivía para buscarla y dar una vuelta juntos.

Llevaba en mis manos un puñado de tortitas que había hecho esa misma mañana y esperaba poder comermelas con ella

estaba en mi cuarto tratando de areglar mis cosas y ordenarlas en cajas para trasladarme a el reino oficial con kaede, aunque el tema de la mudanza no estaba aun acordado del todo no queria permanecer en este reino desierto mucho mas tiempo.
pensaba volver sin duda a areglar aquel lugar aunque no hubiese quien viviese alli, pero cada vez que miraba las ruinas me daban ganas de echarme a llorar.
con un suspiro me asome a la ventana, justo a tiempo para ver a dean andando alegremente por el campo

-dean!- grite asomando todo lo posible el cuerpo por la ventana y sacudiendo la mano

Un bramido me sacó de mi busqueda, encontré a dana con la mirada y sonreí calidamente.

-Dana!-dije también alzando la voz para que me escuchara bien-¿bajas o subo?

la pregunté con el pequeño tarro de tortitas en la mano. Aun estaban calientes y desde donde yo estaba se olía a la perfección, el olor me embriagaba y en gran medida hacía que se me callera la baba

movi la nariz incesantemente pues un rico olor me llegaba desde abajo, poca gente lo sabia pero en lo que respectaba a comida tenia un olfato mas fino aun que un licantropo, un don muy poco util, pero hay estaba mi nariz; captando aquel efluvio a huevos, harina y leche..

-Tortitas!- exclame alegre- bajo yo tranquilo- volvi a gritarle para que me oyera.

entre de nuevo en la habitacion agarre algunos cubiertos, platos y vasos que aun estaban sin envolver y de un salto me lance por la ventana directa hacia mi desayuno. despues varios metros de caida libre desplegue las alas y planee asta aterrizar detras de el.

Me sorprendió enormemente que a esa gran altura pudiera oler. Más aun cuando en cuestión de segundos la vi saltar por la ventana y caer a mi lado con platos y basos ya preparados.

Tras unos segundos, sonreí gratamente, la había echado muchísimo de menos.
La abracé con cariño, aun me sorprendía bastante ver que era mucho más alto que ella, e incluso algo más corpulento, pese a que yo estaba bastante delgado.

-Algún día me tienes que confesar cómo es que tienes ese olfato con la comida-dije, sonriendo calidamente. La dí las tortitas-Las he hecho yo, podemos ir a algún lugar a tomarlas y despues de comerlas hacer lo que quieras.

corespondi a su abrazo con cuidado de no dejar caer al suelo los platos o los cubiertos, no me apetecia comer con las manos, las tenia llenas de polvo de la mudanza. cuando se separo de vi pude apreciar lo muchisimo que habia crecido, aun no me acostumbraba a ese cambio, aun tenia la imagen de un pequeño dean correando por el limbo y ponunciado las S de tal menera que parecian Z.

-si te lo contara, tendria que matarte- conteste entre risas y empece a andar hacia una pequeña colina, detras de esta habia un templo al aire libre que aun seguia en pie, ideal para comer y hablar - ven siguieme- le cogi una mano y le guie entre los escombros.

Reí con ella, aun que en el fondo aquella frase me llego incluso a atemorizar. Volví a reir por mis pensamientos. La seguí, me condujo hasta lo que parecía un templo abandonado. Tristemente parecía ser lo único que estaba bien en aquel lugar ahora ruinoso.

Allí me sente junto a ella y abrí la tapa, dejando salir aquel suculento aroma.
Suspiré, aspirando su fragancia, aun estaban calientes y estaban ya bañadas en el sirope.
Cogí uno de los platos y le puse unas cuantas, después hice lo mismo el otro para mi.

-¡Qué aproveche!

coji el plato que me tendia con una sonrisa y lo deje a mis pies mientras rellenaba los vasos con agua fresca de humedad, le tendi uno y le di un pequeño sorbo al mio antes de volver a cojer las tortitas, y por fin, empezar a comermelas.

al primer bocado pequeño sonido de satisfaccion- estas deliciosas!- exclame metiendome otro pedazo a la boca- enserio, buaf...hacia tiempo que no comia algo asi...- intente hablar mientras masticaba lentamente, saboreadolas a fondo- para ser exactos me atreveria a decir que hacia 14 años que no las provaba- consegui acabar mi frase tras bajar las dos primeras tortitas con agua.

Era una gran alegría para mi saber que la gustaban tanto mis tortitas. Me había estado interesando hacía tiempo por la cocina y parecía que no se me estaba dando tan mal.

Yo también las probé. A dercir verdad estaban muy buenas, y me sentía orgulloso de que me hubieran salido tan esponjosas.

-¡Me alegra que te gusten!-dije bastante feliz, pero entonces me quedé algo sorprendido al escuchar aquello-¿14 años? ¿pero que estabas, en rito de abstinencia?

me rei por su ultimo comentario- no tonto! las tortitas de aquel dia no estaban tan buenas como estas. pero me las tome en muy buena compañia, no se si me entendientes- le guiñe un ojo y sonrei de manera calida y algo nostálgica. el dia del que hablaba fue el dia que conoci a andrew, por eso lo recordaba con cariño.

volvi a atacar a las tortitas pero sin ansia, solo disfrutando del saber y esperando que me duraran.

Me metí en la boca un trozo de tortita y tomé un poco de agua mientras hablaba. Me paré a mirarla y sontrí después de tragar, zarandeando un poco el tenedor en su dirección.

-Un momento, ¿esto es algo del rollo parejitas con mi padre? No me imagino a mi padre en esa situación. Siempre creo que lo vuestro... bueno, en realidad nunca entendí por qué alguien como tu estaba con alguien... como mi padre.

las palabras que decía no eran ni mucho menos de desprecio, solo que ambos sabiamos bien cómo era mi padre: era un burro, muy bruto, poco tolerante con muchas cosas, obstinado, con una severa falta de sentido común en muchas situaciones, casi hasta decir que era un suicida solo por su orgullo... Y Dana.. bueno, Dana siempre fue más como yo. Aun que claro, ambos queríamos con locura a mi padre, era un hombre cariñoso y amable y se hacía mucho de querer pese a su fuerte caracter y personalidad.

Por estas y algunas cosas más no entendía bien qué era lo que hizo mi padre para conquistar a Dana, o lo que ella vio en él.

sonrei como una idiota mientras miraba los arboles moverse con el viento.-bueno..fue la primera vez que nos vimos, el me hizo de guia por la ciudad y me invito a tortitas para desayunar, y despues me acompaño a casa de una manera muy caballerosa...- sacudi la ccabeza algo colorada- ademas seguro que sabes bien de lo que hablo, es imposible que un chico como tu este sontero con esos musculitos, andaaa, confiensa, seguro que ay alguna mujer aparte de yo en tu vida- esta vez fui yo quien le señale con el tenedor

Reí ante su sonrojo, nunca la había visto así, y la verdad es que me parecía extraño estár hablando de esto con Dana, pero no me molestaba, estaba agusto con ella.

Mi padre, ¿caballeroso? Bueno, la verdad es que sí, aunq ue fuera un bruto y un fanfarrón con las mujeres siempre se había sido muy predispuesto.. la verdad es que con todas.

Entonces sacó aquel tema y no pude evitar sonrojarme y agachar la cabeza.

-¿Musculitos?-sin embargo reí ante esa expresión, me miré, la verdad es que no tenía tantos como decía la gente. En comparación con mi padre yo era muy escualido. A mi modo de ver las cosas, tenía lo justo y necesario. Pese a eso, seguía sonrojado, y remoloneé un poco antes de contestar. ¿Decirselo o no? la verda es que no era como decírseloa mi padre, sabía que ella aceptaría todo, era una persona muy tolerante, asique.. ¿por qué no?-Bueno... en realida si que hay alguien... llevamos algún tiempo juntos. Pero por favor, que de esto no se entere mi padre. No creo que le agradara demasiado con quien estoy

deje escapar un gritito cuando dean me confeso aquello, en verdad era como una vieja a que le encantaba los cotilleos nuevos, y aquel era uno muy grande.

-no me dugas que tienes novia??- me acerque mas a el-mmm tu padre no lo aprovaria eh? no me digas que una licantropa vegetariana - me rei de mi propio comentario. no podia imaginarme que clase de chica seria la que estubiese con dean, pero una cosa era clara, los iba a invitar a comer pero ya!

Me rasqué la nuca, algo avergonzado.

-Si, bueno, se podría decir que somos novios-hice una pausa y reí ante su comentario, la verdad es que nunca había pensando en esa posibilidad. Y si, mi padre realmente consideraría de "maricas" que un licántropo fuera vegetariano.-No... en realidad... bueno... Katerina es una vampiresa

Lo dije algo reacio, como con algo de miedo ante su reaccion. No quería tener ese miedo, yo la amaba y no debía sentirme mal o avergonzado por cosas tan pobres como esas.

deje escapar otro gritito pero esta vez lo ahogue con las manos- una vampiresa ala...- sonrei como de una manera algo boba, tenia una parte demasiado romantica dentro de mi, y la idea de un amor prohibido entre razas me parecia encantador, incluso me recordaba a algunos a una novela que habia leido hacia unos años de un tal shakespeare, sobre dos jovenes de familas enfrentadas que me amaban con locura- y dime dime, donde la conociste?, como es? quiero tooodos los detalles- quiza estaba siendo muy efusiva pero no podia contener la alegria, mi pequeñin dean estaba creciando.

Su reacción fue como poco curiosa. Nunca me habría imaginado que reaccionaría así, pero sonreí calidamente. "Debí habérmelo imaginado" pensé.

Me acosó a preguntas, a lo que reí entre dientes por su emoción. Comí un trozo de tortita y me rasqué la nuca. Despues de tragar contesté.

-Bueno... no me esperaba esa reaccion-dije riendo de nuevo entre dientes-Pues, nos conocimos en los bosques una noche, fue... una noche curiosa la verdad-dije pensativo... esa noche no sabía que me había pasado, mis hormonas tenían que estar completamente locas aquel dia por que fue la primera noche que nos unimos fisicamente. Yo... la evrdad es que no sabía que me pasó, fue ella, creo que fue ella y su esencia que me hipnotizaron, pues yo no era de esos que hacen aquello así por que sí con una desconocida. Pensé entonces en cómo era y no pude evitar sonreir tontamente-Su pelo es liso y suave, más claro que el tuyo, y largo, muy largo. Sus ojos son tan azules como un mar de aguas claras reflejadas directamente por un cielo despejado. Su tez es pálida, pero perfecta, no tiene rastro alguno de inperfección. Es más alta que tu, pero menos que yo. Delgada... no sé a mi me parece muy guapa. Y es dulce, pero a la vez vivaz, divertida y con un pequeño toque de picardia que me encanta.

me di cuenta entonces de que igual estaba hablando más de lo normal... enrojecí al darme cuenta de todo lo que la había contado y cómo se lo había contado

deje escapar un suspirito, el amor, que bonito era todo eso de la conquista y el enpalagamiento- que cucos teneis que ser. porque no la traes un dia a que la conozco, me gustaria conocer a mi nuera- dije riendo suavemente- ademas asi podre defenderla ante tu padre si alguna vez se entera, sabes que a mi ese hombreton que tienes por padre no es capar de negarme algo- le guiñe un ojo y segui comiendo tortitas distraida pensado en la descripcion que me habia dado, parecia que a los hombres de esa familia le gustaban las rubias de ojos claros.

Su propisición me extrañó un poco, aun que claro, dada la situacion y como había reccionado todo este tiempo era de esperar.

-Bueno... podría preguntarselo uno de estos dias.-hice una pausa y suspiré, mi padre... ese era un grandisimo problema-No sé, Dana... sabes lo obstinado y cabezota que puede ser mi padre para estas cosas...

le guiñe un ojo y sonrei - puede ser nuestro secreto, no veo la necesitad contarselo, no todavia - sonrei malevolamente mientras mi mente hacia planes basados en aquella novela que lei, si hacia que se casaran andrew no tendria de que quejarse y serian felices y yo comeria pastel de bodas, un plan perfecto para todos- pues ya sabes, ya sabes, cuando quieras os pasais por aqui y preparo un rico picnic por la noche, con cochinillo y ensalada, quiza algo de vino y...- empece a divagar sobre comida cuando me di cuenta de que no me quedaban mas tortitas, suspire, me habia quedado con algo de ambre.

En parte aquel comentario me alivió, y la sonreí

-Si, te lo agradecería-dije con sinceridad. Entonces ella empezó a dibagar sobre qué llevar de comer, seguramente que en su mente se estaría imaginando muchos manjares, a lo que sonreí ampliamente. Vi como miraba su plato vacio. entonces miré el mio, estaba casi todo acabado, pero aun quedaban dos tortitas en el cuenco que traje. Se las dí-Toma, es un placer cocinar para alguien con tan buen apetito

le mire muy agradecida y con una sonrisa cogi el plato que me ofrecia con cariño y volvi a comer aquellas delicciosas tortitas- y dime aparte de esa chica de la que no tenia ni idea ay algo mas que no me haya enterado yo sobre tu vida?- no habiamos hablado mucho ultimanente y sabiendo lo inquieta que era su mente, seguro que habia echo o aprendido muchas cosas en este tiempo

Comí algunos trozos más de lo que quedaba de mis tortitas y me puse a pensar.

-Bueno, estuve un tiempo perfeccionando mi tecnica con el piano y el saxofón. Sigo tocando esos instrmentos, y cada vez mejor, pero ahora estoy muy empeñado en la medicina.-hice una pausa para beber un poco de agua-he estado leyendo muchisimos libros, además de que Lucius, el rey de los angeles me ha estado instruyendo un poco. También he recorrido los bosques y selvas en busca de plantas que puedan tener efectos curativosy las que veía que no conocía o no encontraba en ningún catálogo las llevaba al reino y probaba en pequeñas dosis para saber sus potenciales.

rellene su vaso de agua cuando vi que se le habia acabado y le preste atencion mientras hablaba- ya sabes que si quieres buscar la biblioteca del limbo es toda tuya, quiza puedas encontrar algun tomo a que aun no le hayas puestos las garras encima- me alegraba que fuera un muchacho tan ansioso de conocmiento, cuando era pequeño temia que acabara siendo como andrew pero mas pequeño- ¿no es peligroso que pruebes las hierbas sin saber sus propiedades? podrian ser toxicas! - dije alarmada

Vi como rellenaba mi vaso. Terminé las tortitas mientras lo hacía.

-Gracias-dije, por el amable gesto

La miré con ojos brillantes

-Es verdad... ¿me dejarias fisgar en vuestras bibliotecas entonces?-era emocionante, quizas encontraba libros de medicina que no hubiera ojeado y que ampliara aun más mi conocimiento. Quizás sobre anatomía, pues era algo muy importante para saber localizar el posible foco del dolor de una persona. Al igual que más libros de plantas.

Medité su pregunta

-No, por que me aseguro bien. Olfateo mucho la planta, ya casi puedo reconocer el olor comun del veneno. De todas formas tomo una muy muy pequeña dosis y espero a ver sus efectos, si veo que es peligroso lo utilizo con las ratas que andan por el castillo.

La verdad es que no me gustaba nada experimentar con las ratas, pero tambien las daba una leve cantidad, no quería que murieran para mis avances.