Terraza[Libre]

Hacía años que no me pasaba a la taberna de Eliria,y ciertamente,aquel día me apetecía volver a aquel lugar.
Cuando llegué vi que habían puesto unas cuantas mesas al aire libre,cubiertas por una tela medio rota para proteger del sol,aun que ya era el atardecer del día.

Me senté,y al poco rato de estar allí un hombre me trajo la bebida que había pedido,y la removí con una pequeña caña hueca que había en el vaso.

Paseaba por las calles de Elíria. me gustaba aquella ciudad, aun que claro está no las zonas por las que llegamos a meternos por error Lucia y yo.
Caminaba distraido por los comercios, sobretodos los que vendían libros, buscando curiosidades y gangas, aun que realmente por el dinero no tenía por qué preocuparme pues era principe heredero del reino de mi padre aun que mi rango en fuerza no se demostrase como tal; por lo tanto el dinero no era algo que realmente me importara y mucho menos sobre libros. Ultimamente estaba habilitando y organizando mejor, además de ampliando la biblioteca. Los licántropos no eran muy tendentes a ojear los libros por lo que llegar allí y volverla a dar vida era algo que de ser animada seguramente me hubiera agradecido.

Tras haber encontrado algunos libros curiosos sobre medicina para mejorar mis habilidades me sentía cansado pero la influencia de sol y las largas caminatas.
Llegué hasta una taberna que curiosamente habái situado fuera de esta unas cuantas mesas y había cubierto ese terreno para que el sol no incidiera en los clientes que se sentaban ahí.
Decidí sentarme en una de las mesas libres. Pasé al lado de una mujer bastante guapa, pero cuando iba a sentarme en una mesa cualquiera el camarero acelerado sin querer casi choca conmigo. Con mi agilidad logré esquibarle sin que me costara nada peor con el rapido movimiento se me calló uno de los libros. Llevaba como cua tro más asique no me di cuenta y me senté esperando a que me atendieran.

Tiempo después de que me hubiera sentado allí y mareara la bebida moviendola pensativa,percibí un aura que me resultaba vagamente familiar,y digo vaga por que,si estaba en lo cierto y me había topado antes con ella,no debía haber sido durante mucho tiempo.

Levanté la cabeza con un poco de curiosidad. Un chico bastante joven se acercó cargado de libros y esquivando a uno de los trabajadores. Uno de ellos se cayó al suelo cerca de mi mesa,pero el no pareció darse cuenta. Esperé a que se sentara y me agaché a recogerlo. Para mi sorpresa,era un libro relacionado con la medicina,lo que dibujo una sonrisa en mi rostro.

Si no estaba equivocada,el era un licántropo,y puede que no hubiera detectado mi presencial "especial" por tener el aura reducida.
Me levanté de la mesa,y me acerqué a la suya lenta y suavemente,esbozando una sonrisa tranquila.Llevaba el libro tras la espalda,por lo que él no podía verlo.


Hola,¿puedo sentarme contigo?Como mejor se bebe es en compañía,¿no?-comenté con un tono amable.

Me senté, estaba tan distraido ultimamente que mi percepción observatiba no parecía responderme. Sentía algo de estrés por todo: el extraño y nuevo color de mi pelaje, la respuesta tan radical de Lucia... no sabía bien a que atenerme y me empecé a refugiar un poco en los libros y salir a dar una vuelta para despejarme, pero aquellos pensamientos no se alejaban de mi.

Algo había notado en el ambiente, un olor muy muy familiar para mi pero con distinciones. No obstante, mis lio mental había hecho que lo ignorara incluso que apenas me importara.

Pedí al camarero un refresco y puse el resto de los libros sobre la mesa, sin darme cuenta de que faltaba uno.
Miré a mi lado, una chica me sonreía con amabilidad. Tenía las manos tras la espalda, como si ocultara algo, pero por su olor no parecía tener ninguna intención de atacarme.
me sorprendió que me hablara así por que sí, pero entonces me fijé en su olor particular. Era una caida, estaba seguro... demasiados años con dana como para no darme cuenta de ese sutil matiz que los distinguia. La sonreí al instante de reconocer su raza y la indiqué con la mano amablemente la silla que estaba a mi lado.

-Por supuesto, dos mejor que uno-dije amablemente. Quizas charlar con alguien nuevo pudiera apartar la pesadez de mis pensamientos.

Dejé el baso casi intacto sobre la mesa,me senté con suavidad y dejé apoyado el libro sobre mis muslos,donde aún no podía verlo.

Tenía una vaga idea de quien podía tratarse,pero no quería equivocarme,por otra parte,había llamado mi atención que estuviera leyendo libros de medicina. El parecía haberse percatado ya de que no era una humana.
Tras unos pocos segundos,decidí arriesgarme y pensar que era el hijo pequeño de Andrew.

Has crecido mucho,sin duda-me incliné sobre la mesa y le acaricié con confianza la cabeza. Luego volví a sentarme bien y sonreí con calma. Ahora estas hecho todo un hombrecito-mi voz y gestos transmitían cariño y afecto,casi parecía que fueramos conocidos de toda la vida.

Supongo que no me recordaras,es bastante normal-dije apoyando la cabeza sobre una mano,y el brazo encima de la mesa.

No creía haberme equivocado,aun que hubiera crecido,su cara seguí siendo muy parecida.Además,como padre suyo que era,podía percibir parecidos entre los dos. No pude evitar preguntarme si se parecerían también en personalidad.

Se sentó a mi lado y se detuvo a observarme, a lo que yo también me la quedé mirando, preguntandome por qué me miraba de aquella forma.

Aquella frase me vino de imprevisto. ¿Me conocía? Al parecer de pequeño, por lo que dijo despues... Sintiendolo mucho, yo no la recordaba a ella... ¿alguna vez la habia visto de verdad? si ella lo afirmaba sería verdad, pero ami ella ni me sonaba. De todas formas, sonreí ante el comentario.

-Valla... ¿a si que me conoce desde pequeño? lo siento... quizas era demasiado pequeño... no la recuerdo, ¿señorita...?-dejé la pregunta colgando, esperando a que ella me dijera su nombre, quizás así vendría a mi memoria quien era aquella mujer.

Kaede, soy Kaede,disculpa mis modales,soy bastante despistada cuando quiero.
La única vez que te vi no fue un gran día,y posiblemente ni siquiera te percataras de mi presencia en un momento así-dije recordando la muerte de Haruka. El no era más que un niño,y aun así tuvo que estar en un momento como ese.Preferí dejar de lado ese horrible día,deseando que el no preguntara.

Tutéame,si no te importa,siempre me ha parecido demasiado frío dirigirse así a alguien-dije tomando un pequeño sorbo de la bebida.
Cómo está Andrew?Hace mucho tiempo que no le veo. Y..a todo esto,como yo solo te vi también un día,no creo que sepa tu nombre correcto-dije moviendo un poco mi pelo enrojecida.

Escuché su nombre, y busqué en mi memoria, pero nunca antes lo había escuchado en ninguna parte. Negué con la cabeza, aun mirándola.

-No... lo siento, no me acuerdo. Y no sé, toda la etapa que pasé aqui de pequeño apenas la recuerdo... Tampoco me acuerdo de ningún dia muy especial-y de los que me acordaba mejor era que permanecieran como eso, un recuerdo bien guardado. Me aclaré la garganta y la volvía sonreir-disculpa, me llamo Dean. Mi padre... pues la verdad es que sigue igual que siempre, o al menos creo que siempre fue así. Toda mi vida él a sido de una manera, dudo que antes fuera de otra. Gruñón, orgulloso, pero buena gente en el fondo. Volvimos hace ya un largo tiempo por estas zonas tras un gran viaje

Me fijé entonces en que ocultaba algo en su regazo, alcé sin querer la mirada pero me pareció de muy mala educación mirar a una mujer en aquella zona. Un pequeño rubor se pudo mostrar en mis mejillas.

-Disculpa...-dije algo entre cordado-solo quería ver qué tienes entre las piernas-pensé un poco la frase y me puse aun más colorado. Alcé los brazos tratando de arreglar la situación-¡No! no queria decir eso, digo. Me preguntaba que tienes encima de las piernas, en el regazo.. yo... lo siento

"Tierra tragame" pensé

Off: Jajajajaja xDDD

On:


Iba a añadir un comentario cuando dijo lo de aquel viaje,pero entonces vi como se inclinó mirando mis muslos y abrí los ojos sorprendida y enrojeciendome.Por acto reflejo me llevé las manos para taparme la falda,cuando toqué el libro recordando que lo había dejado ahí. Cuando escuché su comentario el rubor se duplicó. Me quedé parada unos segundos roja como un tomate con los ojos muy abiertos,luego me llevé la mano a la boca,seria,y de repente empecé a reír a carcajadas tapándome la boca con timidez pero no pudiendo controlar aquella risa.
Me había provocado tanta alegría en un momento que casi se me salen las lágrimas de la risa y todo.

Y que un muchacho consiga ruborizarme,pues si que eres especial-dije aún con la mano tapándome la boca y sonriendo con sinceridad.Espero que no hagas esos comentarios muy a menudo-dije aún riendo un poco.

Luego cogí el libro y lo levanté para que lo viera con claridad.

Perdona,no quería quedármelo,se te había caído y había llamado mi atención que leyeras sobre medicina-dije dejando ya la risa,pero continuando con el tono amable y risueño

Su risa solo aumentó mi sonrojo, estaba pero que un tomate. Me ardía la cara entera, la cabeza entera: orejas, mejillas, sien, ojos... Me sudaban las manos y agaché la cabeza.

Al escucharla la alcé un poco, ella tambien estaba un poco roja y pese a que le estaba intentando quitar importancia al asunto yo seguía con una verguenza de espanto.

Entonces habló de mi libro, lo miré de reojo y aun tímido contesté.

-Bueno... si... intento aprender todo lo que puedo-en esos momentos me daba una verguenza terrible mirarla a la cara. Sabía que era de mala educación no hacerlo pero en esos momentos me era casi imposible

Giré la cabeza un poco extrañada,era un chico muy tímido,o más bien muy vergonzoso.Eso le hacía bastante adorable desde mi punto de vista,y también creía que eso no lo había sacado de su padre,creía.

Intenté ayudarle a que dejara de pensar en lo ocurrido.

Te interesa más la medicina que el propio combate?-dije ojeando las páginas de un libro que seguramente hubiera leído antes. Quería conocer su respuesta de forma indirecta.

Parecía un buen chico,contestara lo que contestara.

Vi como ojeaba el libro y sonreí, aun algo avergonzado.

-Si... mi padre ha puesto mucho impetu en mi entrenamiento desde pequeño. Al principio no sabñia si yo iba a ser un licántropo o un humano común, asique intentó enseñarme todo lo que podía de combate físico, haciendome trabajar muy duro. Él decía que era por mi seguridad, que en los tiempos que corrían no podía ser debil, en gran medida tenía razón. Más tarde cuando comenzaron mis primeras transformaciones la cosa cambió un poco, me dejó un poco mas libre, aun que siempre le puso mucho impetu a enseñarme a controlar bien mis poderes lobunos, pero aceptaba de sora que yo me fuera a leer, pues también decía que la mejor combinación para la batalla es unas buenas garras y tu cuerpo, pero que estas eran inútiles si tu mente menguaba.-hice una pausa-pero no es tanto lo mio... prefiero curar. Ya que no soy tan fuerte, es una buena forma de ayudar. ¿Tu sabes sobre medicina?

Esta pregunta sonó con algo de entusiasmo, Lucius me había estado enseñando pero nunca era suficiente lo que se podía aprender sobre ese campo.

Durante el tiempo que estuvo hablando,le había escuchado con atención sin apartar la mirada,bastante sorprendida.
Una sonrisa de agrado se dibujo en mi cara,y cerré el libro,dejándolo junto a la pila de los otros que había traído,suponiendo que eran de la misma materia.

Es un razonamiento interesante,no lo esperaba si te soy sincera,supongo que los prejuicios nunca han ayudado entre razas.Pero a tu padre no le falta razón,se debe tener un equilibrio en cuanto a cuerpo y alma se refiere.-dije apoyándome en la mesa,tomando un tono algo mas serio del asunto.

Si,se podría decir que algo se-dije sonriendo,el no sabía que era lo que más desarrollado tenía en cuanto a poderes,y la de tardes que me pase encerrada estudiando únicamente ese tema.
Dime,¿solo has leído sobre ella,o la has puesto en práctica de algún modo?

Asentí, conforme, ante el comentario del equilibrio. En verdad yo también pensaba que debía existir un equilibrio entre cuerpo y mente, aun que la mente tendría que tener predominio ya que era la promotora de todo acto, salvo los involuntarios.

Me alegró mucho saber que realmente sabía sobre la medicina, aquella mujer me parecía alguien muy agradable y me sentía a gusto conversando con ella.
Vi como ponía mi libro sobre el resto y la devolví la mirada cuando me preguntó.

-He leido muchisimo sobre ella, pero si, he tenido el placer de poder poner en practica mis habilidades. He aprendido a controlar mi aura en un punto determinado para que mi piel no llegue a sufrir daños, o al menos no tantos. Al igual que he atendido a algunas personas necesitadas en Eliria. Aun que eso lo pude hacer gracias a las hiervas medicinales que recolecto de los bosques y selvas.-hice una pausa y la miré con interés-¿Tu practicas medicina usualmente?

Sus palabras me hicieron volver tiempo atrás,cuando yo empezaba con todo aquello.Mejores tiempos,desde luego.

Si,es en lo que más me he especializado desde que empecé a saber como curar a los demás.Nunca me ha agradado el combate,sino todo lo contrario,evitarlo,sanar heridos..curar enfermedades. Guarda mayor sentido devolver conservar una vida que arrebatarla.

Tras eso guardé silencio,había hablado más de la cuenta,aun que eso significaba que Dean me había caído bastante bien.

Pero no habría podido empezar a tener mas "nivel" con estas técnicas de no ser por que tuve un buen maestro. ¿Posees tu alguno,Dean?

Me alegró ver como se soltaba, parecía también agusto en mi compañia, a lo que sonreí ampliamente.
Su reflexiñon me parecía muy digna de respetar, además de que para mi era la correcta. Yo también preferia curar a herir, era mejor salvar una vida a arrebatarla.

-Las guerra son inevitables, al igual que la muerte... por eso el mundo encesita gente dispuesta a ayudar. Si no, tengo la certeza de que todo se vendría a pique.-la dije sonriendo con calidez. Me había agradado que se sincerara tanto conmigo.

Medité durante un segundo, en seguida vino a mi mente el nombre de Lucius. Me había enseñado bien y siemore se había esforzado en que yo aprendiera más y más, era un gran hombre pero la idea de tener a alguien más que me ayudara me incitaba aun más.

-En verdad si. Lucius, el rey de los angeles, me está ayudando en mi aprendizaje-hice una pequeña pausa-Pero dos mejor que uno

Con esa ultima frase surgió mi insnuación a que ella también participara en mi aprendizaje como futuro medico.

Apoyé el codo sobre la mesa,y mi mano sostuvo mi barbilla mientras le escuchaba.No había dejado de sonreír en ese tiempo. ¿Así que Lucius también tenía esas habilidades?Era bueno saberlo.

Dean,¿de verdad crees que es inevitable una guerra?-dije con un tono mas serio,clavando mis ojos lila sobre los suyos castaños.

Veo que quieres aprender mucho,y eso está bien,aun que espero que no seas muy ambicioso,no siempre trae cosas buenas serlo..-dije cogiendo mi vaso con las dos manos,recordando a alguien que ahora no quería ver.
Ladeé la cabeza y volví a la conversación.

Si ahora está enseñándote Lucius,que es rey,te puede mostrar cosas de mayor nivel que yo.-comenté dando un sorbo tranquilo a la bebida.

Bebí de mi refresco mientras ella hablaba, el cararero me la había traido hace no mucho.

La miré largamente, pensandome la respuesta.

-Está en la naturaleza de los hombres hacer la guerra. Las palabras más antiguas conservadas con las que designan esas situaciones. Los hombres lo tienen en la sangre, y nosotros, por inercia, también. Somos libres, sin embargo, de poder elegir. Pero a los necios no se les puede convencer, pues quien no quiere escuchar, no entiende, y quien no entiende toma decisiones incorrectas.

Reí entre dientes.

-No, no es abaricia, es deseo de conocimiento... He visto cómo casi pierdo a personas importantes, y no pude hacer nada por mi fuerza. Quiero en una situación extrema si poder ser util, y se que aun estoy muy lejos de ser un buen curandero. La cosa sería diferente si fuera bueno y quisiera ser aun mejor.-hice una pequeña pausa, quizáz tuviera razón, Lucius era un rey. pero por eso mismo siempre estaba muy atareado-Lucius suele estar muy atareado, además, que tenga mayor capacidad no implica que sepa todo. Igual que sabes cosas que él no sabe, todo conocimiento es util. Pero si no quieres, lo comprendo-terminé la frase sonriendo, la evrdad es que no quería ser una molestia.

De una forma indirecta había afirmado que la guerra se podía evitar,puesto que eramos libres para elegirlo,pero no comenté más al respecto.

Entendía perfectamente lo que buscaba,por que yo era la primera que había pasado por esa situación. Pero escuché unas palabras que me hicieron entrecerrar los ojos y sumergirme en mis recuerdos más dolorosos.

No se trata de que no te quiera enseñar.Pero si vas en serio con esto,hay muchas cosas que tienes que aceptar y considerar antes. Puede que tu hayas visto peligrar la vida de tus seres queridos,pero yo les he visto morir en mis propias manos..-dije tomando un tono serio.

Cuando no somos lo suficientemente fuertes no podemos estar preparados para salvar las vidas que queremos.Puede que llegues a límites extremos,veas morir a personas sin poder hacer nada,y vivir con ello por el resto de tus días. Todo esto son las partes negativas de esta "ocupación".

¿ A pesar de todo eso,quieres seguir adelante?-dije mirándole a los ojos.

Era algo que consideraba necesario hacer,por más que me pesara decirle aquellas palabras a un muchacho.

Me tomé mi tiempo para contestar. Era cierto, en eso no había caido.. pero tenía que intentarlo y por eso mismo tenía que aprender a curar bien y a trazar las medidas exactas de todo lo que pudiera controlar. Se que podría hacerlo, me veía capaz, me esforzaría mucho en conseguirlo. Si que aquellas palabras me hicieron despertar un poco pero, almenos, en un caso extremo, podría hacer algo, podria ser util. Estaba decidido.

Había agachado la cabeza, pensativo, pero ahora la tenía erguida y la miraba firmemente a los ojos.

-Quiero seguir adelante.-dije con firmeza. No era una persona que me tomaba las cosas a la ligera, sí había tomado esta decisión es por que había calibrado bien los pros y los contras.

Mi mirada serie se torno,poco a poco,en una mas amable.Esbocé una sonrisa de satisfacción.

En ese caso,me comprometo a estar a tu lado en los buenos y malos momentos. Te enseñaré todo cuanto esté en mis manos.Te aseguro que serás mucho más útil-dije usando sus propias palabras. Tendí mi mano,para que la apretara.


Aquel chico había conseguido agradarme mucho.Y de repente,le cogí un cariño especial.En cierta forma,sentía que debía darle a el todo lo que yo no pude tener en su día.Quería protegerle,y hacerle lo más fuere posible.

Simplemente,y a partir de ahora,no te rindas. Te ayudaré en todo momento a ello,tienes mi palabra-dije sonriendo con calidez.

Una especie de nueva esperanza era lo que ese muchacho despertaba en mi,y en uno de mis más importantes sueños.

La estreché la mano con firmeza, pero sin apretar demasido, sonriente ante su comentario.
Me alegraba poder apoyarme en alguien en este camino como aprendiz, deseaba poder convertirme en un buen medico y ser alguien que ralmente le sirviera de utilidad a las personas. No es que se me diera mal luchar, pero no me gustaba tanto.

-Rendirme no es algo que me valla, y menos aun en cosas importantes. Eso si que es muy de influencia de mi padre. Y gracias, la verdad es que te lo agradezco muchisimo-la sonreí.

Tomé un trago del refresco, dejándolo poco más de la mitad.

Tras varios minutos bebiendo con tranquilidad,escuchando el bullicio de la gente,terminé el contenido del vaso,dejé un par de monedas sobre la mesa,y le dije:

Bueno,yo me marcho ya.No puedo ir al reino licántropo,así que comenzaremos con tu "enseñanza" en el Limbo.Debo suponer que sabes llegar,por que tu padre si. Ven a verme cuando estés listo-dije moviendo de nuevo su pelo como gesto cariñoso,y levantándome de la silla.

A esta invita yo-dije despidiéndome con la mano mientras me sumergía entre el gentío.

Estaba bebiendo justo cuando puso las monedas en la mesa y se levantó.

Apenas me dio tiempo a contestar cuando se fue. "mm tendría prisa"

Miré las monedas "la verdad es que pensaba invitarla yo, pero bueno...".

Claro que sabía ir al limbo, e iría, un día de estos a visitarla y a empezar con esas clases que tanto ansiaba.

Me terminé lo que me quedaba de refresco y me levanté, dejando algo de propina. Cogí mis libros y me fui, paseando por la ciudad.