El descanso esperado (libre)

Hacía demasiado tiempo que no me tomaba un descanso como dios mandaba, andaba demasiado polvorienta de mi gran caminata por las tierras áridas y decidí que ya era hora de darse un baño relajante.
Me desprendí de todas mis ropas sucias y me tiré al agua, nadando un buen rato. Buceaba, nadaba, jugaba con los animalillos que se acercaban a la orilla curiosos o a beber agua.

Cuando ya me había cansado salí rápidamente poniéndome mi ropa, con el cuerpo aun húmedo y me senté en la orilla, aun con los pies en la orilla, todo era realmente perfecto. Solo esperaba que nada estropease aquel casi mágico momento de mi preciada tranquilidad.

Me apetecía relajarme y alejarme del mundo real, decidí dar un paseo junto a la orilla del mar, sin las botas de la armadura, así que las cargué en la espalda, junto a mi espada y disfruté de la sensación de la mezcla de la arena y el agua. Resultaba reconfortante y tranquilizante.

Decidí seguir andando a lo largo de toda la playa, mirando el bonito horizonte de vez en cuando, y al fin sin tener que estar continuamente alerta ante algún peligro.

Mas, no muy lejos de allí sentí a alguien, una Uroba, si no recordaba mal, de mi encuentro con Roze. Así que me dispuse a ir en esa dirección a, al menos, saludar.

Cuando llegué me quedé a escasos metros de distancia por si la hacía sentir incómoda.

-Buenos días, señorita.-dije cortésmente-Mi nombre es Ketrya. Ketrya Shaen, un placer.-le dije, y sonreí, hacía tiempo que no me sentía tan liberada como para sonreír.

Iba paseando por la playa. Nunca se me habia ocurrido visitar la playa en todo el tiempo que llevaba ahí, asi podria despejar un poco mi mente.

De pronto senti dos auras oscuras, una era de Yuki y la otra pertenecia a un demonio. Me acerque hasta ellas y me percate de que la ropa de mi amiga estaba en el suelo. Medio sonrei.

-Vaya, hay viejos habitos que no cambian

Me halaba en las costas disfrutando de la caricia del agua en mis pies pero porque solo caminar por la playa, comencé a correr el aire agitaba mi larga melena blanquecina mis ojos se entrecerraron para evitar que la arena entrara en mis ojos.

Llegué a un acantilado al que me subí para ver el paisaje era realmente hermoso, la inmensidad del océano era algo grandioso.

Cuando me di la vuelta observé a tres personas en la costa, iba tan distraído que ni siquiera había percibido sus auras.

Me acerqué con tranquilidad, aunque de pronto caí en la cuenta uno de ellos era un uroba, hacia mucho que no me encontraba a alguien como yo. Eche a correr tan rápido como pude y en cuanto llegue hasta ellas me presenté.

- Buenas me llamo Ein Gandor. - dije haciendo una reverencia.

Me encontraba en mi cuidada canoa, la que habia construido hace 5 minutos en la orilla de una playa, me adentre mar adentro para pescar algo de comer cuando me choque con una roca y la canoa se hizi trizas, asi que decidi volver volando a la orilla
Mientras volaba con mis alas de ángel detecté varios demonios y urobas en la playa, todos ellos charlando amigablemente, de mirarles perdí el control sobre mi vuelo y una ola me impacto a escasos metros de la orilla por lo que aterricé en los pies de la Uroba con aura mas fuerte de todas (Yukiko).

-Hola!- dije efusivamente y sonrojado.
-No se como lo hago ultimamente pero estoy muy patoso, esque ni aposta, jeje- dije en alto de manera que me oyeran todos.
Todos los alli presentes me miraron, era normal despues de mi estrepitosa entrada, estaba mojado y me estaba entrando frio, mientras me ponia en pié y me sacudia la arena que tenia en las rodillas y a lo largo del tronco dije:
-Mi nombre es Ceres, espero que nos llevemos bien!

Estaba tan absorta en el hermoso paisaje que no me había dado cuenta de que alguien estaba acercandose a mi hasta que me habló. Me sonrió asi que simplemente le respondí la sonrisa clavando mis ojos azules como el cielo en los suyos-Hola! Encantada Ketrya, Mi nombre es Yukiko Shimizu un placer conocerte-
Pero antes de que si quiera pudiese seguir hablando alguien habló por detras, sonreí al escucharle-Al menos no has empezado tu hoy, desnudista-reí con una gran carcajada.

Entonces alguien mas apareció por allí, era un uroba, alguien como yo, me giré hasta poder observarle detenidamente, parecía realmente feliz y exhaltado, empecé a reirme pues hacía tan solo unos pocos segundos estaba completamente sola-Hola Ein, yo soy Yukiko, es un placer conocer a alguien nuevo de mi raza por estos lugares, e de decir que no habitamos mucho por este continente- Hice una breve inclinacion de cabeza, siempre me agradaba mucho encontrarme con los de mi raza. Entonces de repente oí un ruido, era de alguien chocandose, pero lo ultimo que me imaginé fue que algo me salpicara entera de nuevo, incluida mi ropa seca. Me levanté rapidamente, mi ropa no estaba echa para estar mojada, pues al ser apenas unos trapos desgastados se pegaban demasiado a mi piel.
Sin embargo cuando iba a replicar al que había echo eso me quedé quieta, se estaba presentando de una forma graciosa y original que me hizo reirme bastante
-Encantada pequeño patoso-sonreí de medio lado apollando mi mano en mis caderas.

Me devolvió la sonrisa, así que me acerqué un poco más, cuando una voz sonó a lo lejos, de un demonio. Era un demonio, Demian, el rey, con un tono un poco.... Me di la vuelta, y saludé con la mano, un poco dejada.

De repente apareció alguien más: un Uroba, Ein, que apareció corriendo, saludando a su compañera, que, por lo que parecía, era desconocida para él. Apareció con una extravagante entrada también un ángel que se hacía llamar Ceres, y con cara de vergüenza nos saludó a todos.

-Saludos, mi nombre es Ketrya Shaen.-dije inclinándome muy levemente a modo de respeto.

Me quedé observando al horizonte y me senté cerca de Yukiko, me sentía feliz tan relajada. Cogí mis botas de la espalda y me las volví a poner, y me puse con las rodillas plegadas, y la cara hundida en ellas, mirando el mar.

Le devolví una pícara sonrisa a Yuki y la mire con algo de nostalgia. Luego observe que Ketrya estaba también allí, me acerque hasta ella.

-Buenas noches Ketrya, ¿como tú por aquí?

Luego detecte el aura de un Uroba y de un ángel...ese ángel que irremediablemente me recordaba a Lucius, intente contener mis impulsos, y sonreí a ambos con mas dificultad al último.

-Buenas noches a vosotros también caballeros.

Hoy la playa estaba muy concurrida quizá demasiado para mi gusto, no me llevaba muy bien con las multitudes, siempre acababa nervioso y actuando de maneras extrañas.

Quitando ese hecho estaba bastante contento pues había conocido a otra persona como yo, alguien de mi misma raza, me rostro comenzó a reflejar curiosidad había tanto que quería conocer, pero desde luego esa curiosidad la conservaría durante mas tiempo.

Sin previo aviso un chico apareció antes los pies de Yukiko, en un primer impulso llevé mi mano a la empuñadura de mi espada, mas luego al verle comencé a reírme sin armar mucho escándalo tras lo cual le tendí la mano en plan amistoso.

- Buenas noches Ceres, podéis llamarme Ein y como bien habéis dicho espero que nos llevemos bien.